Retomando uno de los greatest hits del antiguo areopago

Iniciado por ushap, Noviembre 24, 2006, 12:17:49 AM

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Bueno, sin rodeos, allá va ¿está usted a favor de la legalización de la prostitución?

sí, pero ...
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no, aunque ...
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Quercus Cistensis

http://www.elmundo.es/suplementos/cronica/2007/591/1172358006.html

«Está sana, puede seguir ejerciendo»
EL PUEBLO de La Unión tiene una joya en su archivo que en su tiempo no serí­a considerada así­: las historias clí­nicas de 129 prostitutas, datadas entre 1913 y 1930. Curioso: entonces habí­a control, ahora no
ANTONIO LUCAS

Estos libros de 'Higiene Pública' regulaban sanitariamente el ejercicio de la prostitución entre 1890 y 1930.

Marí­a, a los 24 años. Mañana del 14 de mayo de 1925. Dí­a de San Matí­as y Santa Justa: «Sana», apunta el doctor en el libro de Inspección Municipal de Sanidad del pueblo de La Unión, Murcia. La noche fue larga y bien regada con el vinagre cabezón que se sirve en los tabancos. Juana, 26 años. Soltera. 7 de octubre de 1927. Dí­a de Nuestra Señora del Rosario. No pasa el corte. La mano autoritaria apunta en la cartilla de esta prostituta: «Chancro blando». Infección. Fuera de juego por unos dí­as.

Eran los años de la miseria, cuando la vida golfa de los pueblos no pasaba de ser un alivio rápido entre dos chatos de vino y unos tacos de mojama que saciaban las fatigas, una tarde con mancebas en los chiscones de lenocinio y otra de baile en la plaza al son de una banda sin solfeo. En la bisagra entre los siglos XIX y XX la prostitución no era legal en España, pero estaba regulada. Y vení­a así­ ya de lejos.

Los fenicios establecieron la prostitución consensuada, los griegos la organizaron y los romanos la refinaron. Desde entonces lo que existe es un desequilibrio moralizante, siglo a siglo, pero el ejercicio de las casas de putas no ha faltado, con sus luces, con sus sombras, con su polémica activa de ida y vuelta. Hoy es la comisión del PSOE en el Congreso la que bombea una vez más la controversia al negarse a promover la regulación laboral de la prostitución, aunque acepte estimular nuevas medidas contra el tráfico de mujeres y la explotación sexual.

Éste es el viejo debate de una sociedad hipermoral donde la hipocresí­a hace nido y no se renueva. Resulta paradójico que las medidas (y derechos) que en el siglo XXI se hurtan a las profesionales no sean más que rancias servidumbres si uno echa la vista atrás, cuando la vida era aún más difí­cil para barraganas y esquineras, pero gozaban de regulación sanitaria, de asistencia médica, de los mí­nimos servicios de control de prevención e higiene. Incluso en los años de una dictadura como la de Primo de Rivera.

En un pueblo minero del interior de Murcia, La Unión, el Archivo Municipal atesora dos volúmenes que recogen, entre 1913 y 1930, las historias clí­nicas de 129 prostitutas que pasaban puntualmente los preceptivos controles de la Inspección Municipal de Sanidad.

Carmen. Viuda. 31 años. 3 de julio de 1925. Dí­a de Santo Tomás y San Heliodoro: «Menstruación». Tres dí­as calentando banquillo. La crisis económica acechaba La Unión y los éxodos dejaban atrás tierras sin futuro, superado ya el esplendor de la minerí­a, pulmón de un municipio que en aquel primer tramo del siglo XX contaba con algo más de 20.000 habitantes. Aquellos libros llevaban un epí­grafe pomposo: Registro general de las prostitutas inscritas con domicilio en el término municipal de esta ciudad. En ellos se establecí­a un censo de lupas según las casas en las que ejercí­an. El inspector médico examinaba a cada una de las mujeres y apuntaba reglamentariamente el diagnóstico: sana, menstruando, de baja... «El control era continuado y riguroso», explica Francisco Ródenas, archivero municipal de La Unión. «Estos documentos son únicos en la Región de Murcia -y sospecho que casi en España-», afirma.

En los pueblos como La Unión (donde se da el excepcional festival flamenco del Cante de Las Minas) no se hací­a la calle, sino que se desplegaba la lencerí­a pobre del deseo en las casas de citas, en los lupanares, en las tascas de holganza y malvivir, en los cafés cantantes. La sí­filis desgalichaba los cerebros requemados por el carbón de la mina. La sí­filis anidaba entre las piernas de las dulces pontoneras de braguetas. «Las edades de las prostitutas registradas en estos libros oscilaban entre los 15 y los 48 años, aunque el intervalo dominante era de 21 a 25. Y la enfermedad venérea más común era el chancro, una úlcera contagiosa», afirma Ródenas.

La mayorí­a eran solteras, pero el censo de La Unión, al que ha tenido acceso CRONICA, da cuenta de que un 11% de ellas estaban casadas y un 6% viudas. «La escasez económica provocó el incremento de la prostitución como un modo temporal de subsistencia», afirma el archivero.

Fuensanta. 19 años. Soltera. 17 de noviembre de 1918. Dí­a de la patrona de las Bellas Artes: «Baja». Habí­a que buscarse la vida en otro lado. La falta de higiene no se combatí­a de ninguna manera, pero si se pisaba el mí­nimo aceptado de insalubridad, los sanitarios obligaban a aquellas lumis no vocacionales, empujadas por las circunstancias, al absentismo. Cada una recibí­a dos o tres veces al mes la visita del médico. Y todo quedaba reflejado en el parte, controlado hasta donde permití­an esos años desvencijados, cuando el amor tení­a la forma pasajera que dejan los cuerpos urgentes y tiznados sobre un colchón de borra.

Cada ciudad, casi cada pueblo, contaba con un reglamento propio sobre la prostitución. No era legal, pero estaba de algún modo consentida. Las pacientes corrí­an con el gasto de la consulta. Después los reglamentos pasaron a ser Bases para la reglamentación de la profilaxis pública, en 1918, que dieron origen a los consultorios antivenéreos como primer impulso para la creación del Decreto abolicionista de 1935, en el fervor social de la II República.

La Unión (los hombros mordidos por la limpia minerí­a de las montañas y la voz de Rojo el Alpargatero colgando de la noche negra) no era un rincón distinto, ni más moderno, pero ha conservado y estudiado unos libros, hoy extraños, que son parte de la historia, de la historia de lo furtivo. Hemos ido hacia atrás en el asunto de los estraperlos carnales. Aún recuerdan algunas crónicas cómo el dí­a en que enterraron a Ramón y Cajal colgaban crespones negros de las puertas de ciertos prostí­bulos de Madrid en señal de luto por el cientí­fico eminente, el hombre recto, el cliente distinguido.

Aquellas mujeres tení­an sus modestos rigores sanitarios. Su cartilla de salud a recaudo, en la liga. No eran, como ahora, carne de esclavitud. O no del mismo modo indiscriminado. En su indefensión tení­an un cierto amparo. Alguien dijo que «si no fuera por las putas el mundo estarí­a lleno de lujuria». Y el quicio de la madrugada serí­a un titanic de solitarios. Marí­a otra vez. 2 de octubre de 1925. Dí­a de los Angeles Custodios. Hoy sonrí­e: «Sana».
Pelazo nivel Boris Johnson

patillotes

Eso significa que el estado deberia de regular las condiciones de seguridad e higiene de las prostitutas, como hace con cualquier otro trabajo.

Quicir.

Bic

Pesca, mientras estabas out hubo algún hilillo sobre este tema... Creo que es interesante ver la opinión de la asociación de prostitutas Hetaira, que me pareció bien articulada y bastante razonable (no estoy de acuerdo en todo lo que dicen, pero sí­ en la mayor parte). Aquí­ la tienes:

http://www.areopago.eu/index.php?topic=5420.msg233615#msg233615

P & L
Los libros son finitos, los encuentros sexuales son finitos, pero el deseo de leer y de follar es infinito, sobrepasa nuestra propia muerte, nuestros miedos, nuestras esperanzas de paz.

Bic

Cita de: Pescasí­, lo he leido, y me parece que esas mujeres se engañan a si mismas

Hombre, así­ a priori me parece que deben saber algo más del tema que nosotros, eso para empezar...

Cita de: Pescael problema es que son putas, y a las putas no las respeta nadie, ni los clientes ni los, ejem, empresarios;

Uno de los motivos por los que no se las respeta es porque no tienen derechos reconocidos (otros tienen que ver con la falta de reconocimiento social, con su ocultación, con el estigma que han llevado siempre de que están haciendo algo malo, oculto, punible).

Cita de: Pescano hay NADA actualmente que impida que una prostituta se de de alta en la seguridad social (artista, masajista, animadora sociocultural) como autónoma, ni nada que impida que un empresario les haga un contrato como trabajadoras de su local ( como animadoras, modelo o relaciones públicas, por ejemplo); y como cualquier ciudadana, esté dada de alta o no, tiene derecho a la sanidad, etc, etc

Una prostituta NO es una artista, menos aún una masajista y menos una animadora cultural. La prostitución NO es un trabajo como cualquier otro (como intentan vender algunos), sino que tiene unas especificidades muy claras que no comparte con ninguna otra profesión. Lo del acceso a la sanidad es la punta del iceberg de lo que reivindican las mujeres de Hetaira.

Cita de: HetairaNosotras creemos que hay que tener en cuenta que la prostitución no es un trabajo como cualquier otro, sino que tiene caracterí­sticas especiales tanto por el estigma que recae sobre quien la ejerce como por ser actos sexuales lo que se ofrece. Teniendo en cuenta esto y la situación actual en la que los empresarios hacen lo que les da la gana sin que las trabajadoras tengan reconocido ningún derecho, las leyes no pueden contemplar sólo los aspectos de licencias, localización de los locales, aspectos sanitarios, etc. sino que deben defender la capacidad de autodeterminación de las trabajadoras en su trabajo y especialmente en relación a qué actos están dispuestas a vender y a quién. En este sentido es importante que se recorten las prerrogativas de la patronal (limitación de horarios, descansos semanales, separar el lugar de trabajo del de vivienda…) y que las licencias se concedan prioritariamente a los locales autogestionados y las cooperativas de trabajadoras sexuales
.

Cita de: HetairaPermisos preferentes para los locales autogestionados y cooperativas de trabajadoras sexuales

No conceder licencias a los “trusts” ni a personas individuales que tengan antecedentes penales por tráfico de drogas o agresiones. Somos conscientes de que defendiendo esto entramos en un conflicto de derechos pero tomamos parte por los derechos de las trabajadoras aunque eso implique cierta discriminación para aquellos que han tenido antecedentes penales.

No permitir que la patronal imponga el tipo de prácticas sexuales o las condiciones de trato con los clientes

Horarios pactados por ambas partes y en los que entre turno y turno haya, como mí­nimo, 10 horas para descansar. No a la disponibilidad total.

Libertad de movimientos para entrar y salir

Libertad para romper el contrato en cualquier momento por parte de la trabajadora.


¿Que conseguir que los empresarios respeten esto serí­a difí­cil? Puede. Pero dedicar recursos a conseguir ésto parece mucho más inmediato, realista y efectivo que dedicarlos al abolicionismo, que según las prostitutas resulta hasta contraproducente:

Cita de: Hetairalas legislaciones abolicionistas acaban discriminando más a las trabajadoras del sexo y sometiéndolas a condiciones de mayor explotación y abuso por parte de clientes y empresarios. La persecución de los clientes empeora las condiciones de trabajo porque los tratos deben ser rápidos y semiclandestinos con lo que las prostitutas salen perdiendo en esas negociaciones y los clientes imponen sus condiciones. Así­ mismo, la penalización de los dueños de los clubes tratándoles como proxenetas dejan totalmente desprotegidas a las trabajadoras que deben aceptar las condiciones empresariales (horarios de 24 horas sin descansos estipulados, imposición de la clientela y los servicios sexuales que ofrecen, porcentajes abusivos sobre el trabajo que realizan...)sin ninguna ley que las proteja.

Y lo que me parece incontestable es ésto:

Cita de: HetairaLlevamos años defendiendo desde el feminismo la capacidad de decisión de las mujeres y que las medidas necesarias para proteger a los sectores más vulnerables de mujeres, no consideren a éstas sujetos menores de edad y tengan en cuenta sus decisiones. La protección debe servir para aumentar los márgenes de decisión que tienen las mujeres.

P & L
Los libros son finitos, los encuentros sexuales son finitos, pero el deseo de leer y de follar es infinito, sobrepasa nuestra propia muerte, nuestros miedos, nuestras esperanzas de paz.

asherah

"Tú encárgate de las reses que de los hombres me encargo yo".

Tejemaneje

La posibilidad que planteas, Pescadilla, es absurda, puesto que al tratarse de una actividad alegal no pueden realizar reclamaciones de ningún tipo aunque se dieran de alta de tapadillo. Por eso no se hace.

En cuanto a si se cambian cosas o no, hay que observar qué ha sucedido en los paí­ses que sí­ han legalizado la prostitución, como Holanda, o que mantienen una situación muy cercana a la legalidad, como Alemania. También parece ser que Bélgica va a tomar un camino semejante a Holanda. El resultado de Holanda parece estar siendo bueno para todos los implicados en la prostitución, desde las prostitutas a los empresarios, clientes y el propio Estado. Curiosamente hay más prostitutas gracias a la legalización, lo que choca con las mentes de los miembros de la Asociación de Amigos del Párroco del Pueblo.

Bic

Cita de: asherah en Marzo 02, 2007, 03:18:38 PM
http://www.larepublica.es/spip.php?article4066

Los de ANELA son en su mayor parte una pandilla de hijos de puta, pero no por el hecho de ser ultraderechistas en la cúpula (aunque todo ayuda), sino porque han aprendido a sacar partido de la actual alegalidad sobrellevando unos controles mí­nimos y casi de risa.

Desde luego, dar poder a ANELA es lo último que piden las de Hetaira: si te fijas en su mensaje, repiten varias veces que es necesario un control férreo de la patronal, más que en otro tipo de profesiones.

P & L
Los libros son finitos, los encuentros sexuales son finitos, pero el deseo de leer y de follar es infinito, sobrepasa nuestra propia muerte, nuestros miedos, nuestras esperanzas de paz.

Tejemaneje

Derechos humanos y prostitución en Navarra, para que te pille cerca la explicación (alrededor de la página 40 hay ejemplos de sentencias que demuestran cómo la alegalidad deja indefensas a las prostitutas y fomenta la explotación): http://66.102.9.104/search?q=cache:d1yy-6-A5VAJ:www.defensora-navarra.com/site/index.php%3F/es/content/download/433/4182/file/prostitucion.pdf+derechos+humanos+y+prostituci%C3%B3n+en+navarra&hl=es&ct=clnk&cd=2&gl=es

Dan

Primero habrí­a que regular las condiciones de los diseñadores gráficos, la profesión hermana menor de la tratada, después pasar por periodismo, la hermana mediana, y si estos dos experimentos dan resultado, pasar a mayores. Y después a la polí­tica, claro.

Tejemaneje

Pero hija de mi alma, cuando una actividad es alegal, tan increí­blemente rentable y además se persigue a una de las partes (los proxenetas), la otra parte (prostitutas) no puede existir legalmente porque el explotador (esto es lo que hace la alegalidad, fomentar el esclavismo) no puede consentirlo. Pero Grullo. Incluso cuando exista cierta libertad, la "estructura" que hay en torno a las prostitutas sigue siendo ilegal en muchos casos, por lo que no pueden tomar forma legal, como es lógico, pero claro, tampoco ellas. Los clubes de alterne son, en este último caso, el mejor ejemplo. Ellas pagan como si se alojasen en un hotel, pero precios altí­simos que sólo pueden amortizarse, como calculaba el periódico ABC en una noticia que mencioné en uno de los diez mil hilos que hemos abierto sobre el asunto, con tres relaciones sexuales diarias. Esa es la cuestión de la alegalidad, que la otra parte ha de ser invisible.

Tejemaneje

Sí­ son una parte porque por las propias caracterí­sticas de la prostitución, sólo una parte de las mujeres podrí­an ejercerla sin protección, sin unas buenas condiciones de seguridad. La alegalidad hace que esa parte pueda explotar con una enorme facilidad en lugar de constituirse como el "sistema de seguridad" del negocio. En algunos pisos particulares, e incluso en el caso de que la prostitución fuese legal, las prostitutas podrí­an estar solas, asumiendo bastantes riesgos pero con cierta selección de la clientela, ciertos filtros (para empezar el tipo de clientela que acude a pisos por los anuncios por palabras no se corresponden con los que acuden a un burdel de carretera). En otros lugares se requiere mucha seguridad. La prostituta no puede hacer huelga ni denunciar al proxeneta porque es quien la protege en una situación en la que ella está en el limbo. Necesita al proxeneta, y el proxeneta se aprovecha de la alegalidad. Aclaro que hablo en este caso de prostitución libre, ya que en otro el proxeneta serí­a un traficante de mujeres.

Tejemaneje

Ayer, en un debate en la CNN, la presidenta de la Asociación Hetaira indicaba que han hecho un estudio acerca de la prostitución desempeñada en la calle en Madrid (sólo la de calle). Según los resultados de este estudio, un 85 por cierto afirmaban ejercerla libremente.

Tejemaneje

Pues creí­as mal.

Y no sé qué tiene que ver la necesidad de protección con nada. Llámalo seguridad laboral, que está ahora de moda y hay muchos másters. Necesitan sus particulares arneses, como los albañiles. ¿Y qué?

California

Cita de: pescadilla en Marzo 05, 2007, 03:04:13 PM
Cita de: Tejemaneje en Marzo 05, 2007, 03:01:56 PM
Pues creí­as mal.

Y no sé qué tiene que ver la necesidad de protección con nada. Llámalo seguridad laboral, que está ahora de moda y hay muchos másters. Necesitan sus particulares arneses, como los albañiles. ¿Y qué?

¿y por qué? yo echo un polvo y no necesito protección; si me subo a un andamio, subire con arnes, casco y toda la parafernalia

¿por qué una prostituta necesita protección para una actividad que no es peligrosa per se, alfredo?


cómo que no es peligrosa?

tú sabes la cantidad de locos inmundos que pululan por ahí­?

ferdinand

Es evidente: una puta necesita protección porque es mujer.