Párrafos para descartar la lectura de un libro

Iniciado por grsd, Diciembre 29, 2006, 01:19:25 PM

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grsd

A veces, cuando no tengo apenas trabajo y el Areopago es un verdadero coñazo, intento leer algún libro de los que descargo de internet al tuntún, sin hacer pasar los tí­tulos por filtro alguno, sino esperando que o novedades o clásicos estén disponibles en formato electrónico.

Un buen porcentaje lo descarto apenas pasadas tres páginas, total, es gratis. En este caso, ha sido "El Origen Perdido", de una tal Matilde Asensi.

Dí­ganme si no es para menos:

"En aquel momento, la vida, para un hacker como yo, sólo era un complejo sistema de algoritmos escritos en un lenguaje de programación para el cual no existí­an manuales."

"A mi lado, Proxi y Jabba se afanaban montando el equipo sobre una veterana tribuna de madera despintada hasta la que llegaba con dificultad el resplandor de las farolas de la calle. Los pantalones de Proxi, negros y ceñidos, apenas le cubrí­an los tobillos y esos huesecillos afilados, esas aristas, lanzaban sombras descomunales sobre sus piernas, largas y llenas de ondulaciones, gracias a las linternas de neón que descansaban sobre la tarima. Jabba, uno de los mejores ingenieros de Ker-Central, conectaba la cámara al ordenador portátil y al amplificador de señal con habilidad y rapidez; a pesar de ser tan grande, grueso y gelatinoso, Jabba pertenecí­a a esa raza de tipos inteligentes, acostumbrados al contacto del aire y del sol, que, a pesar de haberse endurecido en mil batallas contra el código, aún conservaban algo de la desenvoltura del hombre primitivo en el hombre moderno."

Una página, y ya está en la carpeta de "bodrios".

Paloma

Cita de: garsed en Diciembre 29, 2006, 01:19:25 PM
A veces, cuando no tengo apenas trabajo y el Areopago es un verdadero coñazo, intento leer algún libro de los que descargo de internet al tuntún, sin hacer pasar los tí­tulos por filtro alguno, sino esperando que o novedades o clásicos estén disponibles en formato electrónico.

Un buen porcentaje lo descarto apenas pasadas tres páginas, total, es gratis. En este caso, ha sido "El Origen Perdido", de una tal Matilde Asensi.

Dí­ganme si no es para menos:

"En aquel momento, la vida, para un hacker como yo, sólo era un complejo sistema de algoritmos escritos en un lenguaje de programación para el cual no existí­an manuales."

"A mi lado, Proxi y Jabba se afanaban montando el equipo sobre una veterana tribuna de madera despintada hasta la que llegaba con dificultad el resplandor de las farolas de la calle. Los pantalones de Proxi, negros y ceñidos, apenas le cubrí­an los tobillos y esos huesecillos afilados, esas aristas, lanzaban sombras descomunales sobre sus piernas, largas y llenas de ondulaciones, gracias a las linternas de neón que descansaban sobre la tarima. Jabba, uno de los mejores ingenieros de Ker-Central, conectaba la cámara al ordenador portátil y al amplificador de señal con habilidad y rapidez; a pesar de ser tan grande, grueso y gelatinoso, Jabba pertenecí­a a esa raza de tipos inteligentes, acostumbrados al contacto del aire y del sol, que, a pesar de haberse endurecido en mil batallas contra el código, aún conservaban algo de la desenvoltura del hombre primitivo en el hombre moderno."

Una página, y ya está en la carpeta de "bodrios".
yo tb me lo leí­ entero

problemaS

Por otra parte, es esperanzador, si a Matilde Asensi le publican un libro...
No vemos las cosas como son, sino como somos.

Plutón

Cita de: garsed en Diciembre 29, 2006, 01:19:25 PM
A veces, cuando no tengo apenas trabajo y el Areopago es un verdadero coñazo, intento leer algún libro de los que descargo de internet al tuntún, sin hacer pasar los tí­tulos por filtro alguno, sino esperando que o novedades o clásicos estén disponibles en formato electrónico.

Un buen porcentaje lo descarto apenas pasadas tres páginas, total, es gratis. En este caso, ha sido "El Origen Perdido", de una tal Matilde Asensi.

Dí­ganme si no es para menos:

"En aquel momento, la vida, para un hacker como yo, sólo era un complejo sistema de algoritmos escritos en un lenguaje de programación para el cual no existí­an manuales."

"A mi lado, Proxi y Jabba se afanaban montando el equipo sobre una veterana tribuna de madera despintada hasta la que llegaba con dificultad el resplandor de las farolas de la calle. Los pantalones de Proxi, negros y ceñidos, apenas le cubrí­an los tobillos y esos huesecillos afilados, esas aristas, lanzaban sombras descomunales sobre sus piernas, largas y llenas de ondulaciones, gracias a las linternas de neón que descansaban sobre la tarima. Jabba, uno de los mejores ingenieros de Ker-Central, conectaba la cámara al ordenador portátil y al amplificador de señal con habilidad y rapidez; a pesar de ser tan grande, grueso y gelatinoso, Jabba pertenecí­a a esa raza de tipos inteligentes, acostumbrados al contacto del aire y del sol, que, a pesar de haberse endurecido en mil batallas contra el código, aún conservaban algo de la desenvoltura del hombre primitivo en el hombre moderno."

Una página, y ya está en la carpeta de "bodrios".

A mí­ me lo prestaron, "toma, que tú sabes de estas cosas". Creo que llegué hasta la palabra hacker.

Bette

El trabajo para él era como una competición atlética, una carrera de resistencia entre su cuerpo y su mente, pero puesto que podí­a abatirse sobre sus pensamientos con tal concentración, pensar con tal unanimidad de propósito, las palabras siempre parecióa estar a su disposición, como si hubiese encontrado un pasadizo secreto que fuera directamente de su cabeza a la yema de sus dedos



Auster, otra vez.

yonodio

#5
Yo de esta me lei el Ultimo Caton. Me entretuvo mientras lo leia (lo acabe) pero despues de ello me fui al baño directamente, Supongo que estaba en horas bajas. Para recuperarme, me casque de una tacada (mas de 800 paginas en la edicion de bolsillo), Transito de Connie Willis (aunque supongo que tambiern habra gente que odie a Connie willis, no se).

Supongo que el mismo mal olor debe provocar Fortaleza Digital de Brown a los informaticos, o la Conspiracion a los biologos o geologos del mundo.

Belial

Cita de: garsed en Diciembre 29, 2006, 01:19:25 PM
A veces, cuando no tengo apenas trabajo y el Areopago es un verdadero coñazo, intento leer algún libro de los que descargo de internet al tuntún, sin hacer pasar los tí­tulos por filtro alguno, sino esperando que o novedades o clásicos estén disponibles en formato electrónico.

Un buen porcentaje lo descarto apenas pasadas tres páginas, total, es gratis. En este caso, ha sido "El Origen Perdido", de una tal Matilde Asensi.

Dí­ganme si no es para menos:

"En aquel momento, la vida, para un hacker como yo, sólo era un complejo sistema de algoritmos escritos en un lenguaje de programación para el cual no existí­an manuales."

"A mi lado, Proxi y Jabba se afanaban montando el equipo sobre una veterana tribuna de madera despintada hasta la que llegaba con dificultad el resplandor de las farolas de la calle. Los pantalones de Proxi, negros y ceñidos, apenas le cubrí­an los tobillos y esos huesecillos afilados, esas aristas, lanzaban sombras descomunales sobre sus piernas, largas y llenas de ondulaciones, gracias a las linternas de neón que descansaban sobre la tarima. Jabba, uno de los mejores ingenieros de Ker-Central, conectaba la cámara al ordenador portátil y al amplificador de señal con habilidad y rapidez; a pesar de ser tan grande, grueso y gelatinoso, Jabba pertenecí­a a esa raza de tipos inteligentes, acostumbrados al contacto del aire y del sol, que, a pesar de haberse endurecido en mil batallas contra el código, aún conservaban algo de la desenvoltura del hombre primitivo en el hombre moderno."

Una página, y ya está en la carpeta de "bodrios".

Venga, coño, si es un despiporre de libro...y además, acaba exactamente igual que "El último Catón", de la mesma mujiera.

Bette

Cita de: yonnondio en Diciembre 29, 2006, 06:29:16 PM
Yo de esta me lei el Ultimo Caton. Me entretuvo mientras lo leia (lo acabe) pero despues de ello me fui al baño directamente, Supongo que estaba en horas bajas. Para recuperarme, me casque de una tacada (mas de 800 paginas en la edicion de bolsillo), Transito de Connie Willis (aunque supongo que tambiern habra gente que odie a Connie willis, no se).

Supongo que el mismo mal olor debe provocar Fortaleza Digital de Brown a los informaticos, o la Conspiracion a los biologos o geologos del mundo.

No conozco a Connie Willis, pero aún recuerdo lo tuyo con Lem y aquel desternillante resumen...
Así­, que saco los pompones, doy cuatro saltitos graciosos y te pido

que cuentes algo más de este tipo, hombre.

Pornosawez

Crí­tica acompasada de la novela Una palabra tuya de Elvira Lindo


http://www.lafieraliteraria.com/Demasiadaspalabras.htm

--

Varias páginas haciendo ver lo tonta que es la madre, la de memeces que dice, lo muchí­simo que desvarí­a, etc. y el lector no tarda en darse cuenta de que, entre lo que dice la madre y lo que dice ella no hay la menor diferencia: misma vulgaridad, misma falta de nivel intelectual, mismas frases hechas, mismo "estilo": el estilo inexistente de Elvira Lindo. En la misma página 46, entre "te coma las entrañas", "tonto de baba", "tirar la primera piedra", "dos dedos de frente", etc., unas consideraciones teológicas que sonrojarí­an a un monaguillo recién ingresado en el cuerpo, para terminar con: "Y yo le decí­a que desde hací­a tiempo se sabí­a que marxismo y religión eran compatibles". Esto es increí­ble, señores del jurado, señores crí­ticos; esto es de retrasada mental; esto causa bochorno por delegación… En letras de molde, no se puede -no se debe debe- hablar de oí­das de un tema tan serio -decenas de libros, centenares de artí­culos, en los años 60; Garaudy en uno de sus momentos peraltados, Maritain en la mente de todos- como el del diálogo cristiano-marxista, que no religioso-marxista, como cree ella…
"España es el paí­s donde más fácilmente se puede hacer uno rico"

Carlos Solchaga

Scardanelli

Lo único malo de estos desternillantes despieces es que de tan prolijos que son acaban concediéndole a la obra a demoler más atención de la que merece.
Como dize Aristótiles, cosa es verdadera,
el mundo por dos cosas trabaja: la primera,
por aver mantenení§ia; la otra cosa era
por aver juntamiento con fenbra plazentera.

Pornosawez

Me sigue pareciendo que la Lindo tiene columna por cuota
"España es el paí­s donde más fácilmente se puede hacer uno rico"

Carlos Solchaga

yonodio

#11
Cita de: Bette en Diciembre 29, 2006, 08:07:40 PM
Cita de: yonnondio en Diciembre 29, 2006, 06:29:16 PM
Yo de esta me lei el Ultimo Caton. Me entretuvo mientras lo leia (lo acabe) pero despues de ello me fui al baño directamente, Supongo que estaba en horas bajas. Para recuperarme, me casque de una tacada (mas de 800 paginas en la edicion de bolsillo), Transito de Connie Willis (aunque supongo que tambiern habra gente que odie a Connie willis, no se).

Supongo que el mismo mal olor debe provocar Fortaleza Digital de Brown a los informaticos, o la Conspiracion a los biologos o geologos del mundo.

No conozco a Connie Willis, pero aún recuerdo lo tuyo con Lem y aquel desternillante resumen...
Así­, que saco los pompones, doy cuatro saltitos graciosos y te pido

que cuentes algo más de este tipo, hombre.

Es una señora  ;)


Ocho premios Hugo, seis premios Nebula, y el John W. Campbell Memorial en unos diez años avalan la excepcional habilidad narrativa de la autora de "El Libro del Dí­a del Juicio Final", "Oveja Mansa" y "Por no Mencionar al Perro". Se trata de una de las mejores y más inteligentes voces de la narrativa modena, que esta vez nos sorprende e intriga con una emotiva y racional exploración del mundo de las ECM (Experiencias Cercanas a la Muerte) en una novela de implacable suspense.

Según diversos testigos, en una ECM parece haber varios elementos nucleares: experiencia extracorporal, sonido, un túnel de altas paredes, una luz al final del túnel, parientes fallecidos y un ángel de luz con resplandecientes túnicas blancas, una sensación de paz y amor, una revisión de la vida, una revelación del conocimiento universal y la orden de regreso final. ¿Es todo esto algo real, o se trata tan sólo de manifestaciones surgidas de la bioquí­mica de un cerebro moribundo?

En "Tránsito", Joanna Lander es un psicóloga que investiga las ECM. Su encuentro con el neurólogo Richard Wright ha de permitirle simular clí­nicamente ese tipo de experiencias con el uso de drogas psicoactivas. Pero los sujetos del experimento del doctor Wright ven cosas completamente distintas de lo esperado, y Joanna decide someterse al experimento para conocer directamente una ECM. Y las sorpresas empiezan...



A mediados del siglo XXI, Kivrin, una audaz estudiante de historia, decide viajar en el tiempo para estudiar "in situ" una de las eras más mortí­feras y peligrosas de la historia humana: la Edad Media asolada por la Peste Negra. Pero una crisis que enlaza extrañamente pasado, presente y futuro atrapa a Kivrin en uno de los años más peligrosos de la Edad Media, mientras sus compañeros de Oxford en el año 2054, atacados de repente por una enfermedad desconocida, intentan infructuosamente rescatarla. Perdida en una época de superstición y de miedo, Kivrin descubre que se ha convertido en un improbable Angel de Esperanza durante una de las horas más oscuras de la historia.

Un tour de force narrativo, una novela que explorará el miedo atemporal de la enfermedad, el sufrimiento y la indomable voluntad del espí­ritu humano. Con diferencia, la mejor novela de ciencia ficción de 1992 con la que Connie Willis ha obtenido los más importantes premios del género: Nebula, Hugo y Locus

"Sin ser doctrinario, éste es el libro de inspiración religiosa tan apasionado con su humanismo como Un cántico por Leibowitz de Walter M. Miller. Una historia mucho mas sencilla que su trama, mucho más vasta que el número de sus paginas. El libro del Dí­a del Juicio Final impresiona con la fuerza de una verdad profundamente sentida" John Kessel, Science Fiction Age


Añadiria tambien (pero menos):


Sandra Foster estudia las modas, desde las muñecas Barbie hasta el grunge: cómo empiezan y qué significan. Bennett O'Reilly es un especialista en teorí­a del caos que observa la conducta de un grupo de monos. Aunque ambos trabajan para la corporación Hitek, no se conocen hasta el dí­a que se produce un error en la entrega de un paquete. Es un momento de sincroní­a que les sumerge en un sistema caótico propio con todo tipo de equí­vocos, una beca de investigación de un millón de dólares, café con leche, tatuajes, pelo corto, y una serie de coincidencias que dejan a Bennett sin monos, sin dinero y casi sin trabajo. Sandra acude al rescate aportando un rebaño de ovejas y una idea para un nuevo proyecto conjunto. ¿Qué otro animal podrí­a ilustrar mejor la teorí­a del caos y la mentalidad de rebaño que tan a menudo caracteriza la conducta humano y su aceptación de los modos? Pero los descubrimientos cientí­ficos rara vez son directos y nunca resultan simples. Los contratiempos y desastres, los corazones rotos y los callejones sin salida abundan. Y las posibles soluciones son escasas.

Teniendo en cuenta que las 3 tienen ediciones de bolsillo de menos de 6â,¬, creo que uno puede arriesgarse.
El resto de obras suyas, o no las he leido (Por No Mencionar Al Perro) o me parecen menores (Remake, Los Sueños de Lincoln), pero no por ello dejan de ser entretenidas.

yonodio

#12
Ya se que este hilo es para odiar escritores, pero hay libros que "vuelven" a estar disponibles despues de pasar muchisimos años en el limbo. Si es necesario, cereo un hilo nuevo (pero como aqui siempre se habla de todo menos de lo que dice el titulo del hilo...)


El polaco Stanislaw Lem, con su singular talento, con su erudicción y sentido de la armoní­a, se ha revelado sorprendentemente como un escritor excepcional, cuya inquietante obra narrativa bos obliga siempre a enfrentarnos con la fragilidad de los presupuestos que rigen nuestra cultura y nuestra concepción de la realidad.

Desde los Diarios de las Estrellas hasta Memorias encontradas en una bañera, pasando por La Investigación o Ciberí­ada, la obra de Lem ha ilustrado los llamados subgéneros literarios y ha fundado un espacio propio, tan verosí­mil como insólito.

Los elementos de la novela policí­aca y los de la ciencia ficción, guiados por una inagotable energí­a creativa, se funden en La Fiebre del Heno para enunciar una seria especulación donde la ciencia recupera su función didáctica respecto de la literatura para convertirse en punto de partida del cuestionamiento de lo que llamamos, inciertamente, la realidad.



Añado, no es de las obras "divertidas" de Lem y amplio:


Supongo que la literatura es como el queso. Si te gusta mucho lo comerás todos los dí­as y nunca dirás que no a la hora de probar una clase desconocida. Será un placer picar aquí­ y allá y degustar quesos de diferentes tipos: más fuertes o más suaves, curados, frescos, picantes, salados, azules… Y, después de convertirte en un pequeño entendido y haberlos probado casi todos, habrá dos o tres que sean tus favoritos; aquellos imprescindibles cuya degustación es para ti toda una experiencia. Evidentemente, se trata de una cuestión de gustos, pero la calidad tiene mucho que decir. Siempre.

No todas las obras literarias de este siglo (perdón, del siglo pasado, aún cuesta acostumbrarse) pueden hablar por sí­ mismas y decirnos que su degustación es toda una experiencia. Continúa siendo una cuestión de gustos â€"donde tanto se puede discutirâ€" pero sin duda la calidad literaria sigue mandando. La obra del polaco Stanislaw Lem puede calar o no en los gustos personales del lector, pero su calidad queda fuera de toda duda.

Los medios generalistas han escrito: muere Stanislaw Lem, autor de Solaris, llevada al cine con George Clooney de protagonista. Escaso mérito atribuido a quien ha dedicado toda una vida de esfuerzos a la literatura. Poca justicia para un hombre cuya visión de la ciencia ficción es una de las más personales de este género. Reducirlo, como ha pasado antes â€"y seguirá pasandoâ€" con tantos otros, a una pieza hollywoodiense es mezquino. Pero es imposible cambiar el curso del mundo desde nuestros pequeños púlpitos. Sólo podemos empezar a hacerlo.

La fiebre del heno... una serie de hombres de mediana edad y similares caracterí­sticas, que se encuentran solos de paso en Nápoles, enloquecen repentinamente hasta llegar al suicidio. Mientras las autoridades hallan nulo interés en el caso, un grupo privado contrata a un astronauta en la reserva para llevar a cabo una ardua y sorprendente investigación que encuentre el hilo conductor de esas muertes. De Nápoles a Roma, y de allí­ a Parí­s, siguiendo los pasos de una de las ví­ctimas, el agente se sumerge en una situación que en ningún momento llega a controlar. El desenlace es inesperado.

Esto no es más que una forma basta (y bastarda) de intentar resumir un argumento que no se puede resumir fácilmente. Hablando de experiencias de lectura, Lem es todo un maestro proporcionándolas. Resulta imposible leer La fiebre del heno y no traer a la memoria a los autores que, con el checo Kafka a la cabeza, han propuesto con sus novelas un discurso que rompe con los presupuestos de nuestra vida cotidiana. Más que un discurso, supone una inmersión en una capacidad singular para contemplar la vida a través de un prisma que magnifica los detalles hasta convertirlos en una realidad asfixiante. Asfixia y un ligero horror cotidiano. No se trata, por tanto, de una fantasí­a prefabricada ni de una ciencia ficción planificada.

Novela de misterio, pues de un misterio se trata, La fiebre del heno sostiene una presencia tan solo tangencial de la ciencia ficción entre sus páginas, personalizada en ese fracasado astronauta que nunca llegó a pisar Marte y en tibios detalles dejados caer por aquí­ y por allá que nos alejan un tanto de nuestro propio continuo temporal, pero que están (en esta realidad loca que vivimos) al alcance de la mano en cualquier momento. No hay obligación ni marchamo, por tanto.

A través de los pasos fí­sicos y, sobre todo, los pasos mentales del protagonista, se nos muestran una serie de acontecimientos y reflexiones que exigen una gran implicación por parte del lector. Es necesario (¿o, como veremos al final, no tan necesario?) no perderse ni una sola frase ni una palabra. Cosa que, de todas formas, Lem consigue sin problemas: a pesar de un entramado no precisamente cómodo, es imposible abandonar la lectura. Si el estilo aparenta una cierta frialdad, el misterio en que nos sumerge el escritor y la maravillosa forma en que la información se va desgranando, desde la primera página, choca frontalmente con esa apariencia superficial. ¿Novela policí­aca con ribetes de existencialismo? ¿Materialización de una imposibilidad vital? Nada de lo que diga reemplaza su lectura. Hay algo, aquí­, inaprensible. Literatura honda que, como digo, puede gustar más o menos, pero nunca dejar indiferente. Y, una vez más, que ese puede gustar más o menos no induzca a error. No es excusa ni deseo de desviar del tema principal. La prosa de Lem es exquisita y perfectamente legible a la vez; sus ideas, por otra parte, para nada son circunstanciales. La fiebre del heno puede disfrutarse tanto en 1976 como en 2006. Llamo la atención â€"aunque no es estrictamente necesario aquí­ y ahoraâ€" sobre el capí­tulo Roma-Parí­s y su veraz descripción del atentado en el aeropuerto. ¿Quién podrí­a decir que ha sido escrito hace treinta años?

Estamos, pues, probablemente ante una de las obras de Lem menos mencionadas al hacer un repaso de su brillante trayectoria. Antes destella Solaris, como icono personal del autor. Su Congreso de Futurologí­a, sus Diarios de las estrellas,... Pero, rendidos ante su obra, debemos reconocer que es una de las más compactas dentro de la literatura contemporánea. Nadie puede salir impasible (para bien o para mal) de la lectura de â€"pongamos al azarâ€" Edén, donde también está presente la incapacidad del hombre para comprenderlo todo. Como dice un buen amigo mí­o: la vida es todo aquello que te pasa mientras tú haces otros planes. Frase que, en el entramado de esta novela, es perfectamente válida.

Intentar controlar la existencia es inútil. Racionalizar no sirve de nada. Buscando las respuestas jamás las hallaremos; ellas llegarán a nosotros por caminos insospechados. Estamos ante una obra que refleja nuestra incapacidad de instaurar un orden. Que nos refleja.

DVD

Cita de: Caverní­cola en Diciembre 29, 2006, 09:17:28 PM
Crí­tica acompasada de la novela Una palabra tuya de Elvira Lindo


http://www.lafieraliteraria.com/Demasiadaspalabras.htm

--

Varias páginas haciendo ver lo tonta que es la madre, la de memeces que dice, lo muchí­simo que desvarí­a, etc. y el lector no tarda en darse cuenta de que, entre lo que dice la madre y lo que dice ella no hay la menor diferencia: misma vulgaridad, misma falta de nivel intelectual, mismas frases hechas, mismo "estilo": el estilo inexistente de Elvira Lindo. En la misma página 46, entre "te coma las entrañas", "tonto de baba", "tirar la primera piedra", "dos dedos de frente", etc., unas consideraciones teológicas que sonrojarí­an a un monaguillo recién ingresado en el cuerpo, para terminar con: "Y yo le decí­a que desde hací­a tiempo se sabí­a que marxismo y religión eran compatibles". Esto es increí­ble, señores del jurado, señores crí­ticos; esto es de retrasada mental; esto causa bochorno por delegación… En letras de molde, no se puede -no se debe debe- hablar de oí­das de un tema tan serio -decenas de libros, centenares de artí­culos, en los años 60; Garaudy en uno de sus momentos peraltados, Maritain en la mente de todos- como el del diálogo cristiano-marxista, que no religioso-marxista, como cree ella…

Afortunadamente hay escritores que no requieren algún párrafo de lectura para despreciarlos a ellos y a su obra; a mí­ alguna entrevista de la zorra esa me resultó suficiente. Tampoco he necesitado un párrafo de tipas de su cuerda como Rosa Montero y la fea esa de gafas amiga de Terenci Moix, que se me ha ido el nombre.

El Miserable

Cita de: Caverní­cola en Diciembre 29, 2006, 09:17:28 PM
Crí­tica acompasada de la novela Una palabra tuya de Elvira Lindo


http://www.lafieraliteraria.com/Demasiadaspalabras.htm

--

Varias páginas haciendo ver lo tonta que es la madre, la de memeces que dice, lo muchí­simo que desvarí­a, etc. y el lector no tarda en darse cuenta de que, entre lo que dice la madre y lo que dice ella no hay la menor diferencia: misma vulgaridad, misma falta de nivel intelectual, mismas frases hechas, mismo "estilo": el estilo inexistente de Elvira Lindo. En la misma página 46, entre "te coma las entrañas", "tonto de baba", "tirar la primera piedra", "dos dedos de frente", etc., unas consideraciones teológicas que sonrojarí­an a un monaguillo recién ingresado en el cuerpo, para terminar con: "Y yo le decí­a que desde hací­a tiempo se sabí­a que marxismo y religión eran compatibles". Esto es increí­ble, señores del jurado, señores crí­ticos; esto es de retrasada mental; esto causa bochorno por delegación… En letras de molde, no se puede -no se debe debe- hablar de oí­das de un tema tan serio -decenas de libros, centenares de artí­culos, en los años 60; Garaudy en uno de sus momentos peraltados, Maritain en la mente de todos- como el del diálogo cristiano-marxista, que no religioso-marxista, como cree ella…

¡Hombre! ¡Por fin La Fiera en la Red!

E.M.