http://www.lapaginadefinitiva.com/dbpolitica/transicion/24

[Ictí­neo]

http://www.lapaginadefinitiva.com/dbpolitica/transicion/24

Popota trae un tipo a su blog (Constantino Bértolo, editor) que nos recuerda estas cosas (cursiva):

"De Mayo 2004 a Mayo 2005, los beneficios empresariales llegaron al 25% mientras que el incremento de los salarios sólo alcanzó un rácano 3%" algo un poco más llamativo que los números de la supuestamente vital balanza fiscal entre autonomí­as.

"Que el 0,16% de los titulares de depósitos bancarios poseen el 27% del total del dinero depositado" lo que es mejor evidencia de como funciona el paí­s que el 3% destinado de esos porcentajes para engrasar las insitituciones catalanas o no.

Los datos que la novela (que es de lo que el hombre ha venido ha hablar con Popota, de su libro) pone delante pueden explicar, desde el miedo, la inseguridad, la hipoteca y más teniendo en cuenta la desaparición de los imaginarios revolucionarios, la construcción en los protagonistas pasivos de esta historia -los explotados - de un imaginario en que la esclavitud pueda leerse como elección libre. El refugio en una especie de “indiferencia histórica” en donde el consumo se convierte en único acto aparente de decisión, de vida. Imaginario a su vez impulsado por los “productores de necesidades” a través de unos sistemas de comunicación que no dejan de publicitar continuamente ese mundo feliz en donde necesitas ser explotado para tener existencia. El sueño de los precarios es ser explotado “dignamente”. El sueño de los empleados es que los sigan explotando aunque sea “indignamente”. Como si dignidad y explotación no fueran conceptos opuestos. La actividad económica supone hoy la corrupción de los sueños, el dominio sobre la imaginación y esa corrupción en su vertiente material no deja de ser a su vez el aceite con que se engrasa el sistema. Lo que la novela destaca es el grado de corrupción que acompaña a la actividad económica. Una corrupción que pocas veces da lugar a una sentencia legal pero que asoma una y otra vez en la reiteración de querellas, denuncias, intervenciones de oficio. Desde las anomalí­as o tropelí­as en el sistema bancario y financiero hasta la especulación inmobiliaria. Más allá de las sentencias lo que se pone delante es todo un tejido de corrupción y tráfico de influencias del que no se escapa ninguna actividad empresarial ni ninguna administración: estatal, autonómica o local. En ese sentido, de pronto, la novela se convierte en un auténtico thriller o en un relato de terror.

En definitiva, nada que no haya demostrado en este foro me ponga a mi los pelos como escarpias (menos que la ETA, pero más que la ETA), pero por repetirlo que no quede.
El libro se llama "El año que no hicimos la revolución" (si me lo acabo comprando lo reseño en 50 libros para un año, solo por joder... sino, también).

P.D. Yo tampoco se a que estamos esperando para hacernos todos cubanos.

[Ictí­neo]

Este tipo fue profesor mio.

Ya ves.

Hostias Froilán, si en algo aprecias el aprecio, dime de qué.

[Scardanelli]

"Dignidad" y "explotación" son palabras trasnochadas. Es decir, desactivadas. Junto con el también caí­do en desuso término "capitalista" forman un bonito vestigio triple de nuestra (snif) derrota.

[Ictí­neo]

Es solo otra batalla.

El hombre está (gracias santamadreiglesia) hecho de una sola madera. Mientras no nos metan manipulación genética por el culo, aparte de nutricional y psicológica, hay guerra para rato.

Próxima batalla, Caracas.

[Scardanelli]

Que Marx te oiga.

[Ictí­neo]

Hay que joderse que poderosa intuición.

Pensé: a Froilán I, este tipo no le influyó mucho (pensé que después del instituto igual pasó a la Universidad para potenciar los perniciosos efectos de su credo).

Y acerté, porque no le viste el pelo.



Gracias majo.

[Imparsifal 2.0]

LOS ESCLAVOS Y LA LIBERTAD

Un dí­a el amo les dijo a los esclavos:
- Sois libres.
- ¿Qué? -exclamaron los esclavos-. ¡Pero no eres tú quien debe decidirlo! ¡La iniciativa tiene que venir de nosotros y si no es así­ no vale!
- Pues bien -dijo el amo-, decidí­os.
- ¿Qué? -exclamaron entonces los esclavos-. ¿Tú nos das órdenes? ¿Y para qué sirve ser libres?

Carrií¨re

[Barbie]

Aprovechando que hay un hilo abierto, dejo aquí­ mi particular "cuéntame".

Los nacidos a finales de los sesenta y principios de los setenta somos el producto del baby boom, la última generación generosa, los chicos de la EGB que atestaban las aulas.

Nuestra infancia se dibujó con un vago trazo de los últimos años de la dictadura y la impronta ní­tida, coincidiendo con eso que llaman “uso de razón”, de la transición. Era una época marcada por los cambios polí­ticos en la que contemplábamos a los adultos despertando del letargo dictatorial ante las posibilidades de un futuro que se dirimí­a entre el socialismo precorrupción, la derecha heredera del franquismo, el comunismo recién legalizado y, cómo no, el centro de carácter conservador, conveniente y mediador.

No tuvimos la oportunidad de participar de forma efectiva en esa ebullición. La primera vez que yo voté ya se habí­a vivido la desilusión posterior al sí­ a la OTAN â€"éramos tan ingenuos- y otros muchos acontecimientos que apuntaban a la actual situación bipartidista al estilo americano, sin ideas diferenciadas. Aún así­, recuerdo ese espí­ritu de esperanza en el cambio, reflejado en las ilustraciones de la campaña del PSOE de José Ramón Sánchez â€" que era quien nos enseñaba a dibujar en Sabadabadá- en un paisaje colorista y algo hortera, ideal para descamisados con pantalones de campana.

Es una época identificada con la movida, esa supuesta corriente de modernos alternativos, marginados y maricones que coincidieron con el ejército de drogatas emergentes, auténtico movimiento â€" y merma- generacional  de zombies desdentados carne de trena y SIDA.

Somos el producto del cambio, el eslabón perdido entre el “tú no has pasado hambre” y la generación de insolentes consentidos y violentos de vuelta de todo. Constitucionales y antigolpistas, todos licenciados, precarios y con tendencia a negarse a envejecer.

[problemaS]

Los nacidos a finales de los sesenta y principios de los setenta somos el producto del baby boom, la última generación generosa, los chicos de la EGB que atestaban las aulas.

habiendo nacido en el 68, añadirí­a que nuestra generación es también un poco "puente", entre la generación de nuestros padres, que conocieron tiempos peores pero que desarrollaron su vida "a mejor", y la siguiente, que piensa que todo el monte es orégano. Es decir, tenemos conciencia de que venimos de un pasado más chungo, que no vivimos pero intuí­mos, y de que el futuro, aunque hasta ahora "ha ido a mejor" (depende de a quién preguntes, claro), no tiene porque seguir siendo así­ (cosa que las generaciones posteriores aún tienen que digerir).

[Barbie]

A eso me referí­a con el "eslabón perdido", Némesis. Lo has explicado mejor.

[Bambi]

La mí­a, diez años posterior, por el contrario, es la generación más completa y perfecta jamás ideada. Jugamos con pipas de plástico y sombreros de vaquero, a bote-bote, rescate y balón prisionero, pero también con los spectrum, amstrad, marcianitos setenteros, street fighter II, para haber vivido después en plena posesión de nuestras facultades mentales la llegada de Internet. Vivimos el rockpop en la metáfora más completa y divulgativa de lo que es esta comedia, Nirvana, y sabemos el valor que tiene la música gratis y el que no. Y sólo tuvimos problemas de liberación sexual hasta los 16, cuando el sexo oral no se habí­a extendido del todo. Yo en este siglo no hubiera nacido ni antes ni después.

[Casio]

Lo curioso es la proliferación, hasta el orden superior de la epidemia, del obrero de derechas. Con  algunos cambios en el elenco.  El control de orden público no lo lleva el Ministerio del Interior, sino El Banco , con el TAe de las hipoteca apretando las clavijas sin desenfundar la porra.       

[Barbie]

Perdone, joven, pero nosotros tampoco tuvimos problemas de liberación sexual, nos criamos de los pechos de las pelí­culas del destape 

[45rpm]

Barbie y Némesis, es exacto, aunque a nuestra generación, más que perdida, la llamarí­a de relleno.

[Bambi]

Perdone, joven, pero nosotros tampoco tuvimos problemas de liberación sexual, nos criamos de los pechos de las pelí­culas del destape 

Echó un programa muy majo TVE1 el viernes sobre Pajares y Esteso. Yo lo que decí­a es que me parecí­a impensable que las nenas de mi edad hicieran el sota caballo y rey de las pelí­culas porno y luego lo han terminado haciendo todas. Sorpresas te da la vida.