Cada dí­a más ví­ctimas, cada dí­a más prestigiadas, cada dí­a... ¿más compasión?

Iniciado por Mikel Otsuka, Febrero 06, 2007, 11:49:36 PM

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Mikel Otsuka

Pego:

Las ví­ctimas
Un lector residente en Suiza me manda un correo electrónico para llamar mi atención sobre un libro que acaba de aparecer en Francia. Se llama «Le temps des victimes» (literalmente: «El tiempo de las ví­ctimas») y es obra de Daniel Soulez-Larivií¨re, abogado, y de Caroline Eliacheff, psiquiatra, ambos bastante conocidos en Francia, por lo que parece (yo no tení­a el gusto).

Mi amable correspondiente me enví­a un enlace para que vea y oiga una entrevista con Soulez-Larivií¨re, pero no consigo abrir el archivo. A cambio, encuentro en internet numerosas referencias al libro y una larga entrevista radiofónica con ambos, que me ha permitido hacerme una idea bastante precisa â€"creoâ€" de los asuntos que aborda la obra en cuestión y del interesante análisis que los autores hacen de ellos.

Soulez-Larivií¨re y Eliacheff se basan en la constatación de que, a partir de los años 90, nuestras sociedades occidentales empezaron a hacer algo totalmente novedoso: convertir a las ví­ctimas en héroes. A las ví­ctimas de cualquier desgracia: del terrorismo, de la violencia machista, de las catástrofes naturales, de los linchamientos mediáticos… De lo que sea, con tal de que sirva para elevarlas a la categorí­a de ví­ctimas. A ese respecto, llaman la atención sobre lo chocante que resulta que pueda considerarse una heroicidad convertirse en ví­ctima, considerando que el heroí­smo lleva inexcusablemente aparejada una elección, y las ví­ctimas no eligen nada: lo son muy a su pesar. (A los lectores más veteranos de estos Apuntes les sonará ese argumento, probablemente.)

Siempre ha habido ví­ctimas, por supuesto â€"constatanâ€". Lo nuevo es la mirada social que recae sobre ellas. Antes, la sociedad volví­a la espalda a los desgraciados. Incluso se hací­an bromas sobre lo poco conveniente que resultaba preguntar a alguna gente: «¿Qué tal?», porque se corrí­a el riesgo de que respondiera «Mal» y se empeñara en explicarlo con pelos y señales. Ahora, en cambio, la compasión es un sentimiento muy prestigiado, que apareja la exigencia de que las ví­ctimas sean acogidas, atendidas, protegidas por leyes especiales y respaldadas económicamente por el Estado, que puede recortar sin ningún miramiento todo tipo de gastos sociales, pero bajo ningún concepto escatimar fondos de ayuda a las ví­ctimas.

Caroline Eliacheff cuenta â€"no sé si el dato saldrá en el libro, supongo que sí­â€" que en Francia existe hoy la victimologí­a en tanto que disciplina académica. No sólo es posible estudiarla y diplomarse en ella sino que, según Eliacheff, son unos estudios muy solicitados, porque nadie que los termine tiene problemas para encontrar empleo.

Puede resultar paradójico a primera vista que algo así­ suceda en una sociedad que practica el culto al ganador. Pero la función que cumple la figura de la ví­ctima es fundamental para apuntalar otro fundamento del orden actual, que no es otro que la dictadura de la emoción sobre la razón. Ayuda también a romper definitivamente las barreras entre lo privado y lo público: de ahí­ el creciente papel que los testimonios personales desgarradores y las escenas de dolor teóricamente privado ocupan en los informativos de las televisiones. Y de ahí­ también que cada vez haya más programas dedicados en exclusiva a la exhibición de los secretos de las vidas privadas de quien sea, famoso o no, para lo que es frecuente contar con la colaboración abierta de los propios protagonistas.

Según los autores, ser ví­ctima puede resultar incluso rentable. Eso es lo que explica que hasta los propios dirigentes polí­ticos â€"ellos se refieren a Franciaâ€" rivalicen entre sí­ ante el gran público para ver quién está siendo más ví­ctima (de calumnias, de maledicencias, de acusaciones infundadas, del sexismo de sus compañeros de partido, etc.). «Sobre todo â€"dicenâ€" porque, desde el momento en que uno es ví­ctima, tiene ya derecho a atacar a los demás». (En este punto cabrí­a citar una  afirmación que hizo Jaime Mayor Oreja en sus tiempos de ministro español del Interior: «Las ví­ctimas siempre tienen razón».)

Acabada la solidaridad, la camaraderí­a y el compañerismo, hemos entrado en el reino de la compasión.

En una reseña del libro se dice que los autores explican en él que esta «primací­a de lo compasivo (…) se nutre del ideal igualitario del individualismo democrático». Supongo que cuando lo lea me enteraré de qué diablos es eso del «ideal igualitario del individualismo democrático». De momento no tengo ni idea.

A ver si lo pillo pronto.

Remitente: ortiz.2007/02/06 05:00:00 GMT+1


Y comento: me parece muy interesante la investigación de esta corriente de simpatí­a hacia las ví­ctimas y creo que, efectivamente, algo tiene que ver con el ascenso de lo emocional y el retroceso de lo racional. Lo que no tengo tan claro es que el sentimiento que deba asociarse al fenómeno sea la compasión.
- E una puta tan susia, tan guarra y tan arrastrá que la yaman la PSN. - ¿Pero tan serda e? - Hombre, siempre se esagera...

Ictí­neo


banabil

Jaime Mayor Oreja: "Las ví­ctimas siempre tienen razón".

Padre de uno de los esinados de ETA en Barajas: "Mi hijo estuviese vivo si los organismos de seguridad le hubiesen permitido a su novia sacarlo del parqueadero".

grsd

Ah. En este caso los antes manipuladores de las ví­ctimas, ellas y sus causas, sí­ son premisas para las inferencias filoetarras.

Me cago en el contexto.

a priori

Cita de: banabil en Febrero 06, 2007, 11:53:54 PM
Padre de uno de los esinados de ETA en Barajas: "Mi hijo estuviese vivo si los organismos de seguridad le hubiesen permitido a su novia sacarlo del parqueadero".

Si esa declaración es cierta, al padre se le ha olvidado cual ha sido la primera causa para que su hijo no esté vivo.

(¿No crees, banabil?)

Mikel Otsuka

Completo lo que he dicho en el primer mensaje:

En el caso de las catástrofes naturales, quizá el sentimiento prevalente sea el de compasión. Pero lo cierto es que en la sociedad del espectáculo éste altera hasta tal punto la percepción del mundo y, por consiguiente, la autopercepción que a veces puede ser difí­cil saber si se obra por compasión genuina, o inducida, o por participar del espectáculo.

De todas formas, es significativo que a la corriente de simpatí­a hacia las ví­ctimas de estos desastres naturales acompañe casi siempre otra de indignación que busca compulsivamente la depuración de responsabilidades (el vulcanólogo que no avisó a tiempo, el sistema no instalado de detección de tsunamis...).

En el caso de las ví­ctimas del crimen, creo que la compasión no es ni mucho menos el sentimiento predominante. Y dejo de escribir para ver qué tenéis que decir al respecto.
- E una puta tan susia, tan guarra y tan arrastrá que la yaman la PSN. - ¿Pero tan serda e? - Hombre, siempre se esagera...

Imparable

No, mira, ciertamente el primero es la rabia hacia la propia existencia del crimen.
Si ahora viene un ladrón que entra en tu casa viola a tu madre y a tu hermana, mata a tu padre, se come a tu perro y se hace una tortilla con tus huevos que te obliga a probar, primero pensaré que me cago en los ladrones y que hay que controlar el crimen. Luego pensaré "pobre otsuka" y cuando lo dejen libre tras dos meses en la cárcel porque total tu hermana tuvo que colaborar al llevar puestos pantalones vaqueros pensaré que la justicia es una mierda, me ciscaré en los jueces, y volveré a sentir compasión por tu familia.

firmado

Cita de: Mikel Otsuka en Febrero 06, 2007, 11:49:36 PM
Siempre ha habido ví­ctimas, por supuesto â€"constatanâ€". Lo nuevo es la mirada social que recae sobre ellas. Antes, la sociedad volví­a la espalda a los desgraciados. Incluso se hací­an bromas sobre lo poco conveniente que resultaba preguntar a alguna gente: «¿Qué tal?», porque se corrí­a el riesgo de que respondiera «Mal» y se empeñara en explicarlo con pelos y señales. Ahora, en cambio, la compasión es un sentimiento muy prestigiado, que apareja la exigencia de que las ví­ctimas sean acogidas, atendidas, protegidas por leyes especiales y respaldadas económicamente por el Estado, que puede recortar sin ningún miramiento todo tipo de gastos sociales, pero bajo ningún concepto escatimar fondos de ayuda a las ví­ctimas.

No entiendo por qué la ayuda a las ví­ctimas se tiene que considerar fruto de la compasión (que tampoco tengo muy claro qué sentido le da esta gente, y sí­ que hay miles de versiones del significado de esa palabra) y no, por ejemplo, de cuestiones tan sencillas como la solidaridad.


Citar
Puede resultar paradójico a primera vista que algo así­ suceda en una sociedad que practica el culto al ganador. Pero la función que cumple la figura de la ví­ctima es fundamental para apuntalar otro fundamento del orden actual, que no es otro que la dictadura de la emoción sobre la razón.

Estoy de acuerdo, sin embargo, en que esto es el pan nuestro de cada dí­a. Al menos en este paí­s, en el que, al parecer, las ví­ctimas (por ejemplo del terrorismo, pero también, por ejemplo, de la guerra civil) se supone que son las más autorizadas para decidir cuál sea la normativa y actuaciones que deben acordarse en relación con los asuntos de los que han sido ví­ctimas.

Qué tipiquí­sima es la respuesta "a ver si decí­as lo mismo si hubieran matado a tu hijo...", ante cualquier tipo de planteamiento en tal sentido. Y la respuesta es que quien ha sido ví­ctima (en ese ejemplo, a quien le han matado a un hijo) está emocionalmente afectado, por lo que no puede pretenderse de él un planteamiento racional. Lo cual le deja escasa autoridad para opinar, salvo, claro está, porque por cuestiones emotivas se le conceden autoridades nada menos que morales.

Citar
Acabada la solidaridad, la camaraderí­a y el compañerismo, hemos entrado en el reino de la compasión.

Reitero lo de antes, no sé de dónde se sacan que la ayuda a las victimas responda a compasión y no a solidaridad, para ahora criticar que ha desaparecido ésta y se ha instaurado aquélla.

popotez

Citarlas ví­ctimas (por ejemplo del terrorismo, pero también, por ejemplo, de la guerra civil)

A mí­ eso me parece incierto e injusto. comparar el tratamiento que se da a las ví­ctimas de la eta con el que se da a gentes que tienen a sus muertos tirados en cunetas y que se encuentran, 70 años después, con que el gobierno les prohibe por ley conocer el nombre de los asesinos de sus familiares, no se ajusta a la realidad.

Además, ningún partido español defiende que se proclame la república por las ví­ctimas, sino que algunos lo defienden porque son republicanos, esto es, están a favor de la república como forma de gopbierno más democrática que la monarquí­a.
Dentro de un año estaremos mejor

Greñas

Cita de: popotez en Febrero 07, 2007, 01:03:01 AM
Citar70 años después, con que el gobierno les prohibe por ley conocer el nombre de los asesinos de sus familiares, no se ajusta a la realidad.
tienes razón. Demosles el nombre de los asesinos de sus familiares, para que así­ sus almas puedan descansar en paz.

Las abejas no pierden un segundo de su existencia mostrando a las moscas que la miel es mejor que la mierda.

firmado

Cita de: a priori en Febrero 07, 2007, 12:12:33 AM
Cita de: banabil en Febrero 06, 2007, 11:53:54 PM
Padre de uno de los esinados de ETA en Barajas: "Mi hijo estuviese vivo si los organismos de seguridad le hubiesen permitido a su novia sacarlo del parqueadero".

Si esa declaración es cierta, al padre se le ha olvidado cual ha sido la primera causa para que su hijo no esté vivo.

(¿No crees, banabil?)

Para mí­ la cuestión ni siquiera es ésa, sino que si hubieran permitido a la novia de su hijo sacarlo del aparcamiento, quizá en lugar un muerto tendrí­amos dos y serí­a el padre de la novia y no el del novio el que estarí­a pidiendo explicaciones.

Es muy fácil, demasiado fácil, valorar hechos ya ocurridos, dando en todo caso por ciertos los resultados postivos, para discutir únicamente los negativos.

popotez

Tiene razón firmado, pero no deja de ser cierto que no es ninguna casualidad que los términos "neglicencia policial" no aparezcan nunca aquí­ cuando se trata de terrorismo, cuando sí­ lo hacen en otros paí­ses.
Dentro de un año estaremos mejor

firmado

Cita de: popotez en Febrero 07, 2007, 01:03:01 AM
Citarlas ví­ctimas (por ejemplo del terrorismo, pero también, por ejemplo, de la guerra civil)

A mí­ eso me parece incierto e injusto. comparar el tratamiento que se da a las ví­ctimas de la eta con el que se da a gentes que tienen a sus muertos tirados en cunetas y que se encuentran, 70 años después, con que el gobierno les prohibe por ley conocer el nombre de los asesinos de sus familiares, no se ajusta a la realidad.

Además, ningún partido español defiende que se proclame la república por las ví­ctimas, sino que algunos lo defienden porque son republicanos, esto es, están a favor de la república como forma de gopbierno más democrática que la monarquí­a.

Sinceramente, no entiendo qué es lo que te parece tan incierto y tan injusto.

En cualquier caso no estaba haciendo ningún tipo de comparativa entre unas ví­ctimas y otras, o entre unos asesinatos u otros. No he entrado ni al de qué son ví­ctimas ni al qué reivindican. Sólo digo que, a mi parecer, en ambos casos (como en muchos otros) en este paí­s se considera que dichas ví­ctimas tienen algún tipo de autoridad moral que confiere a sus opiniones algún tipo de preferencia o prevalencia sobre las opiniones de los demás. Y que coincido con el análisis que han colgado, en que eso es el reflejo de lo que han llamado "dictadura de la emotividad" (o algo así­).

popotez

Yo no he escuchado jamás a un polí­tico de IU o de ERC hablar en nombre de los muertos, como sí­ hace el PPSOE con las ví­ctimas de la eta. Cuando el PSOE ha presentado la ley de punto final, nadie le ha reprochado que haya traicionado a los muertos, como sí­ hizo Rajoy con ZP. Quizás por ello ZP no le tuvo que responder que él estaba con los muertos, como sí­ hizo frente a Rajoy.

Pero vamos, que comparar el trato del estado español a las ví­ctimas de la eta y del fascismo -y el de sus medios de comunicación-, cuando unos entran en los juicios de sus asesinos pidiendo la pena de muerte y los otros piden conocer los nombres de estos sin que se les juzgue, me parece una injusticia.
Dentro de un año estaremos mejor