Cas, ¿no estabas ayer aburrido?

Iniciado por Kamarasa GregorioSamsa, Abril 11, 2007, 10:21:41 AM

Tema anterior - Siguiente tema

Kamarasa GregorioSamsa

Pues toma un posible origen de la violencia (tipicamente humana): el pensamiento fragmentario.

A rumiarlo.

Bette


Casio

 Gracias Goyo, ¿ no tendrás por ahí­ unas fotos de chicas  a ver si  me inspiran algo, profundo , largo y con cierta tensión emocional?

Kamarasa GregorioSamsa

Cita de: Bette en Abril 11, 2007, 10:23:50 AM
¿Por qué haces esto, Gregorio?

El aceite de ricino abre el apetito.

Kamarasa GregorioSamsa

#4
Cita de: Cas en Abril 11, 2007, 10:33:26 AM
Gracias Goyo, ¿ no tendrás por ahí­ unas fotos de chicas  a ver si  me inspiran algo, profundo , largo y con cierta tensión emocional?

Claro, cómo no




O mejor aún, en movimiento:


Bette


Kamarasa GregorioSamsa

Ten en cuenta que me lo pidió él. ¿Y qué madre-madre le niega esas cosas a sus pequeños?

Bette


Kamarasa GregorioSamsa

Aprovecharé la coyuntura para avisar a Rufus de ese estado vibratorio ;D


Bette

Rufus es que luego ha venido a resultar que la tiene pequeña, Gregorio.
¿No es la vida muy puta?

Kamarasa GregorioSamsa

Mucho, de ahí­ que tengamos que pagar para gozarla.

Pero nada, acaba de desmentir esa leyenda. Vuelve a ser "adorable".

Casio

Cita de: GregorioSamsa en Abril 11, 2007, 10:46:45 AM
Ten en cuenta que me lo pidió él. ¿Y qué madre-madre le niega esas cosas a sus pequeños?
Yo te pedí­ que tú lo hicieras. Está claro que la procrastinación nos arrastra al tenis de mesa.

Kamarasa GregorioSamsa

Cita de: Cas en Abril 11, 2007, 11:00:23 AM
Cita de: GregorioSamsa en Abril 11, 2007, 10:46:45 AM
Ten en cuenta que me lo pidió él. ¿Y qué madre-madre le niega esas cosas a sus pequeños?
Yo te pedí­ que tú lo hicieras. Está claro que la procrastinación nos arrastra al tenis de mesa.

Eso, que te alimentara. Pero para eso lo mejor es abrir un poco el apetito. Así­ comerás mejor. Siegque...

A la vuelta del manduco (parece que el aceite hizo su efecto) te planteo una analogí­a muy simple para comenzar a masticarlo.

Imparsifal 2.0

Cita de: GregorioSamsa en Abril 11, 2007, 10:21:41 AM
Pues toma un posible origen de la violencia (tipicamente humana): el pensamiento fragmentario.

A rumiarlo.

El pensamiento fragmentario no puede estar en el origen de la violencia ya que con el pensamiento único la violencia también hace acto de presencia.

Kamarasa GregorioSamsa

#14
Imagí­nate el mundo o la realidad como un enorme espejo. Por desgracia para nosotros, no somos capaces de gestionar tanta información, de manera que tendemos a fijarnos en ciertas partes del mismo. No conformándonos con esa limitación, rompemos en pedazos el espejo y seleccionamos los trozos que nos parecen relevantes, desechando el resto. Con los trozos delante de nosotros, cuidamos de unos con especial énfasis, dotándolos de una importancia extrema y de una vida separada del gran espejo. Creemos profundamente que son independientes y que podemos hacer con ellos lo que creamos conveniente ya que están ahí­ para servirnos. Ya sea que valoremos el objeto en sí­ o nuestra relación emocional con ellos, el resultado final es el mismo: parcelamos la realidad. Un ejemplo concreto serí­a ver el proceso activo mediante el cual el pensamiento establece una separación entre naciones dotando de suma importancia a esa separación. También ocurre con las religiones y en el seno de las familias, con las palabras y el conocimiento; con las personas; con el propio «yo». Cualquier cosa susceptible de abstraerse en forma de objeto sufrirá la misma transformación.

Es un mecanismo que crea objetos manejables (trozos, cristalitos rotos) susceptibles de servirnos a nuestros propósitos. Como no solemos andar muy atentos a este proceso se retroalimenta positivamente hasta hacerlo ingobernable: forma parte de lo que se considera normal y esa creencia nos hace filtrarlo todo para reforzarla. Da igual lo que veamos, lo percibiremos todo tal y como la creencia determina que se haga.

Los fragmentos parecen tomar vida propia. Algunos van a parar a la bandeja de “favoritos” mientras otros lo harán a la “papelera”. Por desgracia para nosotros, los de la papelera no desaparecen sino que permanecen en estado de latencia hasta que otros objetos los evocan. Como no se ha resuelto el rechazo a esos fragmentos propios aparecerá la correspondiente proyección con su violencia asociada, incitándonos a defendernos de esos objetos que parecen agredirnos. No lo queremos en nuestro sistema (ignoramos por activa y por pasiva que están ahí­ dentro, ya conoces a la sombra) y hacemos todo lo posible porque no penetren. De ahí­ derivan comportamientos de rechazo como el desprecio, la ignorancia activa â€"hacer como que no están ahí­- o la agresión directa mediante gestos, palabras o acciones. En este embravecido mar es comprensible ver lo perniciosos que resultan los re-sentimientos, la vuelta de las olas emocionales no conducidas de forma adecuada; estas olas energéticas se unen a las que llegan nuevas para crear una más poderosa. Pero aún hay más.

Los fragmentos de la bandeja de “favoritos” se encuentran tan aislados e indefensos ante el mundo hostil que sin advertirlo hemos creado que sentimos la necesidad de defenderlos ya que los consideramos absolutamente nuestros, tan nuestros que los confundimos con nosotros mismos; somos esos fragmentos y todo lo que le ocurra a ellos nos pasará a nosotros. Bajo esas condiciones procedemos a construir las barreras necesarias, de modo que a mayor hostilidad superior grosor de los muros. Este proceso, como no, también se retroalimenta porque pasa nuevamente desapercibido.

Con este panorama prebélico es fácil entender lo potencialmente violentos que somos. No sólo tenemos las amenazas digamos “reales” sino también las que hemos ido imaginando. Luego aparecerán o no las chispas que hagan explotar el polvorí­n, pero ese es otro proceso consecuencia de lo anterior. La base está en nuestra forma de pensar, de ahí­ que la violencia nazca y muera en nosotros mismos. Y si vemos violencia exterior es porque ahí­ también se ha dado el proceso. Otro tipo de agresiones (un terremoto o cualquier accidente) no podrí­a considerarse violencia en sí­ porque no hay intención de atacarnos; no somos objetos de la ira de Gaia ;D

Y la guinda es querer solucionar los problemas que advertimos (más bien creamos) parcelando la realidad, sin advertir las implicaciones de esta forma de pensar y actuar. Y es que esos cristales rotos cortan una barbaridad.