John Wilkins

Iniciado por Don Pésimo, Mayo 22, 2007, 06:27:20 PM

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Don Pésimo

Copio un curioso artí­culo de JL Borges sobre John Wilkins que me ha despertado las ganas de saber más sobre el personaje. He corregido varior errores tipográficos, pero es posible que se me haya pasado alguno.


El idioma analí­tico de John Wilkins

Jorge Luis Borges

He comprobado que la decimocuarta edición de la Encyclopaedia Britannica suprime el artí­culo sobre John Wilkins. Esa omisión es justa, si recordamos la trivialidad del artí­culo (veinte renglones de meras circunstancias biográficas: Wilkins nació en 1614, Wilkins murió en 1672, Wilkins fue capellán de Carlos Luis, prí­ncipe italiano; Wilkins fue nombrado rector de uno de los colegios Oxford, Wilkins fue el primer secretario de la Real Sociedad de Londres, etc.); es culpable, si consideramos la obra especulativa de Wilkins. Éste abundó en felices curiosidades: le interesaron la teologí­a, la criptografí­a, la música, la fabricación de colmenas transparentes, el curso de un planeta invisible, la posibilidad de un viaje a la luna, la posibilidad y los principios de un lenguaje mundial. A este último problema dedicó el libro An Essay Towards a Real Character and a Philosophical Language (600 páginas en cuarto mayor, 1668). No hay ejemplares de ese libro en nuestra Biblioteca Nacional; he interrogado, para redactar esta nota, The life and Times of John Wilkins (1910), de P. A. Wrigh Henderson; el Woertebuch der Philosophie (1924), de Fritz Mathner; Delphos (1935), de E. Sylvia Pankhurst; Dangerous Thoughts (1939), de Lancelot Hogben.

Todos, alguna vez, hemos padecido esos debates inapelables en que una dama, con acopio de interjecciones y de anacolutos, jura que la palabra luna es más (o menos) expresiva que la palabra moon. Fuera de la evidente observación de que el monosí­labo moon es tal vez más apto para representar un objeto muy simple que la palabra bisilábica luna, en nada es posible contribuir a tales debates; descontadas las palabras descompuestas y las derivaciones, todos los idiomas del mundo (sin excluir el volapí¼k Johann Martin Schleyer y la romántica interlingua de Peano) son igualmente inexpresivos. No hay edición de la Gramática de la Real Academia que no pondere "el envidiado tesoro de voces pintorescas, felices y expresivas de la riquí­sima lengua española", pero se trata de una mera jactancia, sin corroboración. Por lo pronto, esa misma Real Academia elabora cada tantos años un diccionario, que define las voces del español... En el idioma universal que ideó Wilkins al promediar el siglo XVII, cada palabra se define a sí­ misma. Descartes, en una epí­stola fechada en noviembre de 1629, ya habí­a anotado que mediante el sistema decimal de numeración, podemos aprender en un solo dí­a a nombrar todas las cantidades hasta el infinito y a escribirlas en un idioma nuevo que es el de los guarismos; también habí­a propuesto la formación de un idioma análogo, general, que organizara y abarcara todos los pensamientos humanos. John Wilkins, hacia 1664, acometió esa empresa.

Dividió el universo en cuarenta categorí­as o géneros, subdivisibles luego en diferencias, subdivisibles a su vez en especies. Asignó a cada género un monosí­labo de dos letras; a cada diferencia, una consonante; a cada especie, una vocal. Por ejemplo: de, quiere decir elemento; deb, el primero de los elementos, el fuego; deba, una porción del elemento del fuego, una llama. En el idioma análogo de Letellier (1850) a, quiere decir animal; ab, mamí­fero; abo, carní­voro; aboj, felino; aboje, gato; abi, herbí­voro; abiv, equino; etc. En el Bonifacio Sotos Ochando (1854), imaba, quiere decir edificio; imaca, serrallo; image, hospital; imafo, lazareto; imarri, casa; imaru, quinta; imedo, poste; imede, pilar; imego, suelo; imela, techo; imogo, ventana; bire, encuadernador; birer, encuadernar. (Debo este último censo a un libro impreso en Buenos Aires en 1886: el Curso de lengua universal, del doctor Pedro Mata).

Las palabras del idioma analí­tico de John Wilkins no son torpes sí­mbolos arbitrarios; cada una de las letras que las integran es significativa, como lo fueron las de la Sagrada Escritura para los cabalistas. Mauthner observa que los niños podrí­an aprender ese idioma sin saber que es artificioso; después en el colegio, descubrirán que es también una clave universal y una enciclopedia secreta.

Ya definido el procedimiento de Wilkins, falta examinar un problema de imposible o difí­cil postergación: el valor de la tabla cuadragesimal que es base del idioma. Consideremos la octava categorí­a, la de las piedras. Wilkins las divide en comunes (pedernal, cascajo, pizarra), módicas (mármol, ámbar, coral), preciosas (perla, ópalo), transparente (amatista, zafiro) e insolubles (hulla, greda y arsénico). Casi tan alarmante como la octava, es la novena categorí­a. Esta nos revela que los metales pueden ser imperfectos (bermellón, azogue), artificiales (bronce, latón), recrementicios (limaduras, herrumbre) y naturales (oro, estaño, cobre). La belleza figura en la categorí­a decimosexta; es un pez viví­paro, oblongo. Esas ambigí¼edades, redundancias y deficiencias recuerdan las que el doctor Franz Kuhn atribuye a cierta enciclopedia china que se titula Emporio celestial de conocimientos benévolos. En sus remotas páginas está escrito que los animales se dividen en (a) pertenecientes al Emperador, (b) embalsamados, (c) amaestrados, (d) lechones, (e) sirenas, (f) fabulosos, (g) perros sueltos, (h) incluidos en esta clasificación, (i) que se agitan como locos, (j) innumerables, (k) dibujados con un pincel finí­simo de pelo de camello, (1) etcétera, (m) que acaban de romper el jarrón, (n) que de lejos parecen moscas. El Instituto Bibliográfico de Bruselas también ejerce el caos: ha parcelado el universo en 1000 subdivisiones, de las cuales la 262 corresponde al Papa; la 282, a la Iglesia Católica Romana; la 263, al Dí­a del Señor; la 268, a las escuelas dominicales; la 298, al mormonismo, y la 294, al brahmanismo, budismo, shintoí­smo y taoí­smo. No rehúsa las subdivisiones heterogéneas, verbigracia, la 179: "Crueldad con los animales. Protección de los animales. El duelo y el suicidio desde el punto de vista de la moral. Vicios y defectos varios. Virtudes y cualidades varias."

He registrado las arbitrariedades de Wilkins, del desconocido (o apócrifo) enciclopedista chino y del Instituto Bibliográfico de Bruselas; notoriamente no hay clasificación del universo que no sea arbitraria y conjetural. La razón es muy simple: no sabemos qué cosa es el universo. "El mundo -escribe David Hume- es tal vez el bosquejo rudimentario de algún dios infantil, que lo abandonó a medio hacer, avergonzado de su ejecución deficiente; es obra de un dios subalterno, de quien los dioses superiores se burlan; es la confusa producción de una divinidad decrépita y jubilada, que ya se ha muerto" (Dialogues Concerning Natural Religion, V. 1779). Cabe ir más lejos; cabe sospechar que no hay universo en el sentido orgánico, unificador, que tiene esa ambiciosa palabra. Si lo hay, falta conjeturar su propósito; falta conjeturar las palabras, las definiciones, las etimologí­as, las sinonimias, del secreto diccionario de Dios.

La imposibilidad de penetrar el esquema divino del universo, no puede, sin embargo, disuadirnos de planear esquemas humanos, aunque nos conste que estos son provisorios. El idioma analí­tico de Wilkins no es el menos admirable de ésos esquemas. Los géneros y especies que lo componen son contradictorios y vagos; el artificio de que las letras de las palabras indiquen subdivisiones y divisiones es, sin duda, ingenioso. La palabra salmón no nos dice nada; Zana, la voz correspondiente; delfine (para el hombre versado en las cuarenta categorí­as y en los géneros de esas categorí­as) un pez escamoso, fluvial, de carne rojiza. Teóricamente, no es inconcebible un idioma donde el hombre de cada ser indicara todos los pormenores de su destino, pasado y venidero.)

Esperanzas y utopí­as aparte, acaso lo más lúcido que sobre el lenguaje se ha escrito son estas palabras de Chesterton: "El hombre sabe que hay en el alma tintes más desconcertantes, más innumerables y más anónimos que los colores de una selva otoñal... cree, sin embargo, que esos tintes, en todas sus fusiones y conversiones, son representables con precisión por un mecanismo arbitrario de gruñidos y de chillidos. Cree que del interior de un bolsista salen realmente ruidos que significan todos los misterios de la memoria y todas las agoní­as del anhelo" (G.F.Watts, pág.88, 1904).



http://www.ciudadseva.com/textos/teoria/opin/borges3.htm
Me cago en el Sistema Solar

al bundy

Pues si , curiosí­simo sujeto .
i s'ha demostrat, s'ha demostrat, que mai ningú no ens podrà  tòrcer

Dan

Que este hilo no caiga en el olvido.

Fernández

Wilkins fue la única persona en haber dirigido colegios tanto en Oxford como en Cambridge, pero al ser cuñado de Cronwell fue despojado de sus cargos por la Restauración.
Otro dí­a perfecto.

al bundy


Este texto fue publicado en Otras Inquisiciones , junto con otros del estilo . He mirado lo que tengo por casa de Borges , y no aparece en ningún í­ndice referencia alguna a este sujeto .


i s'ha demostrat, s'ha demostrat, que mai ningú no ens podrà  tòrcer

Fernández

Aquí­ está el texto (en inglés) del opus magnus de Wilkins, An Essay towards a Real Character and a Philosophical Language (Londres, 1668), en donde expone los fundamentos de su idioma no arbitrario:

http://reliant.teknowledge.com/Wilkins/
Otro dí­a perfecto.

myeu

Cita de: Fernández en Mayo 22, 2007, 08:30:24 PM
Wilkins fue la única persona en haber dirigido colegios tanto en Oxford como en Cambridge, pero al ser cuñado de Cronwell fue despojado de sus cargos por la Restauración.
¿Cuñado de Alistair Cromwell? Menuda pieza







-Hola, DonP

Fernández

De Oliverio, el de las verrugas.
Otro dí­a perfecto.

Greñas

Cita de: Fernández en Mayo 22, 2007, 11:54:46 PM
De Oliverio, el de las verrugas.

Mode ACREEDOR DE BOTON DE IGNORAR ON

gran educador del pueblo irlandés, republicano ejemplar y destacado ciudadano en la lucha contra ETA.

MODE ACREEDOR DE BOTÓN DE IGNORAR OFF.
Las abejas no pierden un segundo de su existencia mostrando a las moscas que la miel es mejor que la mierda.

Zimm...

Yo ya conocí­a el texto, pero pensé que era un "relato", es decir, que no existí­a tal Wilkin, como no existí­an Funes o Mernard. Lo cierto es que con Borges es bastante complicado separar realidad y ficción.
Representativo de esto que digo es el relato "Tlí¶n, Uqbar, Orbis Tertius", donde en unas paginitas se crea su propio Universo con su propia Enciclopedia.
I found it in the street/ At first I did not see/ Lying at my feet/ A trampled rose

omega_1

john wilkins estaba loco, porque (casi) todo el mundo sabe que para sobrevivir intelectualmente hay que prescindir de algunos hechos.

yo me di cuenta de esto hace una semana. pero todo me habrí­a ido mejor si lo hubiera sabido antes. y hay gente que lo sabe de una manera natural, sin por ello ser egoistas o cerriles.

además es absurdo. desde el principio él tendrí­a que haberse dado cuenta de que su empresa no podrí­a tener fin. al terminar la primera estructura habrí­a querido añadir desinencias para justificar la diferencia entre pronunciar la misma palabra en dos estados de ánimo o de conocimiento, creencia, etc  distintos, y ahí­ habrí­a dicho: "aha! mi idea no es sólo imposible de llevar a cabo sino que es absurda, me voy a pescar!"
ah, Jumala, cúantas cosas haces que no entendemos, y cuánto tiempo nos las dejas ignorar!

omega_1

Cita de: Don Pésimo en Mayo 22, 2007, 06:27:20 PM
Dice Borges:
"Teóricamente, no es inconcebible un idioma donde el hombre de cada ser indicara todos los pormenores de su destino, pasado y venidero."


no sé cómo borges puede decir esto en este artí­culo. por todo lo que dice, se deducirí­a que claramente él piensa que teóricamente es inconceboble un idioma donde etc. pero bueno.
ah, Jumala, cúantas cosas haces que no entendemos, y cuánto tiempo nos las dejas ignorar!

Tejemaneje

Es curioso que ese personaje además se apoye en determinadas clasificaciones o taxonomí­as, que pueden ir cambiando con nuevos descubrimientos. Así­ que la magna empresa además tendrí­a que ser seguida por su hijo y por su nieto. Vemos ahora a Wilkins soltándole un mascón a su retoño, que quiere salir a la calle a jugar con los amigos pero al final se queda en casa declinando que es gerundio. Me interesan esas partes no escritas, "Paul Wilikins, hijo de John Wilkins", "El Último Wilkins" y "La matanza de la casa de los Wilkins".

Fernández

Creo que uno de los principales problemas de la lengua de Wilkins serí­a que por el sistema de su formación, dos palabras que definieran conceptos completamente distintos tendrí­an morfológicamente diferencias mí­nimas, lo que la harí­a muy proclive a confusiones.
Esto, además de lo intrí­nsecamente arbitraria (y ridí­cula a poco que se analice) que es cualquier clasificación (punto en el que Borges hace particular hincapié).
Otro dí­a perfecto.

Fernández

Cita de: Mister Monster en Mayo 23, 2007, 12:17:38 AMgran educador del pueblo irlandés, republicano ejemplar y destacado ciudadano en la lucha contra ETA.

Tan ejemplar republicano que hizo hereditario en su inservible hijo el cargo de Lord Protector, tal como si fuera el trono.

Mi página favorita de la historia inglesa siempre ha sido la de Carlos II desenterrando el cadáver de Cromwell y haciéndolo colgar de una horca a las puertas de la Torre.
Otro dí­a perfecto.