OOPArtifacts o "¿qué carajo hace esto aquí­?"

Iniciado por Bic, Junio 28, 2007, 10:19:10 AM

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Bic

Echando un vistazo en el blog de curiosidades que recomienda siempre Ariete (http://www.anfrix.com) he encontrado una cosilla interesante que gustará tanto a los historiadores del foro como a los friker jiménez que ronden por aquí­: los Out Of Place Artifacts.

Se llaman así­ a los objetos arqueológicos que aparecen en lugares inesperados, o que por su datación resultan ser mucho más antiguos de lo que serí­a lógico. Algunos son bastante chorras, como el presunto astronauta de un grabado inca, pero otros son muy curiosos. Os pongo cinco:

1) El mecanismo de Antiquitera: Un aparato griego, de entre el 100-150 a.C., con el que se pueden realizar cálculos astronómicos... ¡Y en cuyo interior puede verse por rayos X un sistema de engranajes tan complejo como no volverí­a a aparecer hasta el siglo XVIII!





2) Las runas de Kensington: Aún duran las discusiones sobre la autenticidad de esta piedra, un grabado vikingo datado del siglo XIV y aparecido... ¡En Minessota! Esta es la prueba que se saca siempre para demostrar que los vikingos llegaron a América antes que Cristóbal Colón, junto a una moneda nórdica aparecida en nosequé túmulo indio.



3) El tarro de Dorchester: Un frasco de plata y zinc con grabados decorativos, aparecido en 1851 en Massachussets, y datado como del 100.000 a.C. Huele a error de datación, pero desgraciadamente es difí­cil comprobarlo ya que el pote de las narices de perdió antes de llegar al siglo XX.



4) Las esferas de Sudáfrica: Esto ya es totalmente "Más allá", pero lo incluyo porque mola: son unas esferas perfectamente redondas (de 0.5 a 10 cm de diámetro), y con marcas extrañas en su superficie, aparecidas en Klerksdorp, Sudáfrica... Y en teorí­a datadas de hace 2.8 mil millones de años. En teorí­a son nódulos de pirita, goethita y nosequé más formados naturalmente, pero la verdad es que mola imaginárselas como canicas de extreterrestres o bolas de petanca de una civilización antigua.



5) El plástico de los romanos: ¿Qué diablos es el material que cubre la fruta en este fresco de Pompeya? Transparente, refracta la luz, sus pliegues hacen pensar en plástico... O el artista la cagó (lo más probable) o un viajero temporal trajo polí­mero transparente.



Más sobre el plástico romano aquí­: http://www.anfrix.com/?p=791

P & L
Los libros son finitos, los encuentros sexuales son finitos, pero el deseo de leer y de follar es infinito, sobrepasa nuestra propia muerte, nuestros miedos, nuestras esperanzas de paz.

NubeBlanca

1) Que no habí­a mercado para esos chismes, va a ser...

2) Si fuera cierto, seguramente para llegada de Colón ya habrí­a palmado medio continente por la viruela. Aunque, ostras, puede que efectivamente hubieran palmado...

Dan

El plástico es seda o algún velo de tela fina para proteger la fruta de las moscas.

yorch

El único verdaderamente curioso es el primero, el resto dejan mucho a la imaginación.

off-topic: bonito avatar, Bic Cristal.

Bic

Cita de: zruspa en Junio 28, 2007, 10:25:49 AM
1) Que no habí­a mercado para esos chismes, va a ser...

Jajaja, qué triste: imagina un equivalente moderno. Un genio desconocido inventa un aparato tan sofisticado (un circuito biológico o algo así­) que apenas es comprendido por nadie, y muere pobre y arruinado. ¡Y hasta el año 3900 a nadie se le vuelve a ocurrir la idea!

Cita de: Dan en Junio 28, 2007, 10:30:02 AM
El plástico es seda o algún velo de tela fina para proteger la fruta de las moscas.

Que es para proteger la fruta de las moscas está claro, pero que sea seda... Copio de Anfrix:

Los romanos ciertamente tení­an acceso a sedas tan finas que transparentaban en gran medida los objetos que cubrí­an. Sin embargo, la seda ha sido descartada por la mayorí­a de los investigadores ya que puede observarse que el material refleja la luz con mucha facilidad, una propiedad ajena a esta fibra. Otros investigadores han sugerido que en realidad se trata de una pieza artí­stica de vidrio, sin embargo varios se oponen diciendo que claramente el material no es rí­gido ya que se puede observar que adquiere la forma de la superficie de los frutos con los que toma contacto. Otros prefieren decir que en realidad fue un error del artista quien no supo interpretar el velo correctamente, sin embargo esta teorí­a se contradice con el hecho de que la calidad artí­stica y profesional de la pieza es ampliamente superior a la mayorí­a de los otros frescos hallados en Pompeya.

Cita de: yorch en Junio 28, 2007, 10:33:23 AM
El único verdaderamente curioso es el primero, el resto dejan mucho a la imaginación.

Bueno, eso es lo que me gusta a mí­, que dejen mucho a la imaginación... Aunque el espectacular es el engranaje del primero, sí­.

Citar
off-topic: bonito avatar, Bic Cristal.

¡Gracias! Es Roberto Bolaño en pose cigarrí­tica... Lo que me recuerda que esta noche iré a ver la obra de teatro de "2666" y estoy más contento que unas castañuelas.

P & L
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Dan

¿Que la seda no refleja? Andelé.

Pero vamos, que de toda la vida, para representar una tela vaporosa, lo que se ha hecho es destacar los brillos, dejando entrever lo de debajo.

Bic

Cita de: Dan en Junio 28, 2007, 11:17:07 AM
¿Que la seda no refleja? Andelé.

Pero vamos, que de toda la vida, para representar una tela vaporosa, lo que se ha hecho es destacar los brillos, dejando entrever lo de debajo.

Ya digo que lo que creo yo es que al pintor se le fue la mano con la transparencia de la telita, pero NPI, que el artista eres tú...

Y va, os traigo otro plástico OutOfPlace: el de Leonardo DaVinci. Siguiendo las instrucciones que dejó en sus escritos, un tal Vezzosi (director del museo Da Vinci) reprodujo un plástico natural policromático:

Vezzosi siguió las instrucciones de Leonardo y aplicó los colores, mezclándolos con la goma animal o vegetal. Entonces pintó los materiales que describió Leonardo con muchas capas del producto. Cuando el material de base se secó, lo quitó y obtuvo un material similar a la baquelita, un plástico que se descubrió a principios del 1900.

“Hay que ser paciente y esperar hasta que cada capa de color se seca por completo. Usamos pigmentos similares a los que utilizó Leonardo. Iban desde la pintura al óleo tradicional a todo tipo de materiales orgánicos”, dijo Vezzosi.

La exitosa reproducción del plástico natural polí­cromo de Leonardo probó que el genio florentino habí­a creado el primer plástico hecho por el hombre mucho antes de que Alexander Parkes inventase la parkesina (un material orgánico derivado de la celulosa) en 1862 y Leo Hendrik Baekeland lograra la bakelita en 1909.

“Leonardo creó un material entre plástico natural y quí­mico. De hecho, habí­a sintetizado un producto quí­mico muy similar a la acetona. Pero en sus experimentos utilizó siempre sustancias no tóxicas, orgánicas”, dijo Vezzosi.


P & L
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fumanchu

"esto" apareció en las tiendas en el año 1972.


California

Citar¡Gracias! Es Roberto Bolaño en pose cigarrí­tica... Lo que me recuerda que esta noche iré a ver la obra de teatro de "2666" y estoy más contento que unas castañuelas.

P & L

El otro dí­a leí­ la noticia de que se hací­a en teatro, y me quedé un poco estupefacto... ¿Cómo cojones se puede llevar al teatro una obra como ésa? Forzosamente habrán tenido que elegir una de las partes, pero ¿cuál?

No sé, a ver si me cuentas lo que han hecho.

yonodio

A mi siempre me ha gustado "el astronauta de Palenque"




En 1949 el arqueólogo Alberto Ruz de L’huiller descubre en un templo, bajó una escalera de cuarenta y cinco escalones, un sello oculto que daba a una gran piedra triangular. Ruz de L’huiller comprendió que iniciaba el verdadero descubrimiento.
En la parte inferior observó una zona rellena de pedruscos y cal, al abrir dicho hueco, pudo asomarse y ver lo que contení­a la espaciosa cámara: la espectacular cripta que contení­a una gigantesca lápida tapando el sarcófago donde yací­a el señor Pakal.
La lapida tení­a unas medidas de 3,80 metros de largo, 2,20 metros de ancho y un espesor de 25 centí­metros, con un peso aproximado de 5 toneladas.

Nos imaginamos la emoción del arqueólogo, después de tantos meses de trabajo y de sortear dificultades de todo tipo, al contemplarla, teniendo en cuenta que era el primer hombre que, luego de siglos, tení­a acceso a ella.

Lo interesante de este descubrimiento es el magní­fico trabajo realizado en el relieve de la tapa labrada. En efecto, en ella se reproduce la figura de un hombre con atuendo maya, en una posición semiacostada en una especie de silla con cinturón de seguridad y con los pies apoyados en unos pedales y controles al frente y una gran cantidad de tornillos, resortes, caños, tableros y palancas de mando.[ver imágen]

El cientí­fico soviético A. Katsantsev no tiene ninguna duda que se trata de un naví­o espacial y así­ lo ha atestiguado en diversas publicaciones e infinidad de conferencias. Es más, ha dibujado un cohete asimilándolo al relieve de la lápida y las coincidencias son sorprendentes.

En 1969 la NASA encontró 16 puntos coincidentes entre el dibujo de la lápida y el módulo de mando de una cápsula espacial contemporánea.

No cabe duda de que la imagen esculpida es la representación de un astronauta dentro de un módulo espacial fuera de la atracción de la atmósfera terrestre, controlado o dirigido por un ser.

Una cosa es cierta, el autor de este relieve tuvo que tener un modelo, o seguir las instrucciones de alguien que conocí­a perfectamente ese artefacto esculpido en la piedra...

EL SEÑOR PAKAL
El 8 de noviembre de 1949, elevada dicha losa a 1,12 metros, Alberto Ruz de L’huiller pudo observar con comodidad el interior: una tapa perfectamente pulida, de la que sobresalí­an dos secciones, como orejas. Dicha tapa se encontraba labrada a la manera de una forma humana, en un solo bloque; retiró cuatro tacos de madera que cubrí­an orificios realizados en la misma, y la levantó.

El interior estaba pintado de rojo, y en el fondo yací­a un esqueleto humano cubierto de joyas. Su talla era de 1,70 metros y su cabeza se hallaba guardada por lo que fuera una mascarilla de jade, lamentablemente rota.
Cuando fue reconstruida, pudo contemplarse en todos sus detalles, una verdadera obra de arte.

Sus restos difieren totalmente de las caracterí­sticas fí­sicas del pueblo Maya. Los antiguos Mayas eran personas que medí­an alrededor de 1,50 metros, lo que hace pensar que no era Maya comparada con el hombre de Palenque.
Otra prueba de la identidad no Maya del sr. Pakal es que como sí­mbolo de belleza los Mayas se incrustaban piedras preciosas en los dientes, y éste carecí­a de ellas.
La cantidad y calidad de las joyas encontradas daban una idea de la elevada alcurnia de quien allí­ yací­a, manos delgadas, dedos alargados cubiertos de anillos, y su cráneo no se encontraba deformado, práctica usual entre los Mayas.

Los Mayas enterrados en templos eran normalmente celebridades. No hay pruebas de la existencia de cacique, chamán o rey con tal descripción en ninguna inscripción de algún otro monumento Maya. La única explicación para los servicios fúnebres de tal magnitud en este individuo es que él haya sido considerado como un dios o semidiós.

En la autenticidad del conjunto concuerdan todos los arqueólogos americanos, recordando además que los análisis realizados con carbono 14 sobre los restos óseos encontrados dieron una antigí¼edad de 2.000 años.


Mas rarezas aqui:

http://joseluisfdez.eresmas.com/enigmas.htm

Javier Sierra tiene un libro muy entretenido con cuestiones de estas:

"En busca de la Edad de Oro"

Dan


yonodio

Y como estas cosas me molan:

Piri reis y sus mapas:


De descendencia griega y cristiana y sobrino del pirata Kemal Reis. Piri Reis llegó a ser almirante de la Flota en el Mar Rojo y en el golfo Pérsico.
Fue en 1.513 cuando Piri Reis, en la ciudad de Gallí­poli, comenzó a confeccionar los mapas, que en 1.517 ofreció como regalo al sultán Selim I, conquistador de Egipto, durante un viaje que este realizó por el paí­s.

El descubrimiento de los mapas se remonta al 9 de noviembre de 1.929 cuando el palacio Topkapi, en Estambul, fue trasformado en museo de antigí¼edades y su director, B. Halil Eldem, encontró dos fragmentos de un mapa trazado por el marino Piri Reis, navegante turco del siglo XVI.

Piri Reis anotó en los márgenes de los mapas que cartografió que para la confección de sus cartas de navegación habí­a utilizado una compilación o colección de mapas que ya existan con anterioridad. En estas anotaciones, llamadas "bahriye", Piri Reis escribe: "Los dibujó el pobre Piri Reis, hijo de Hadj Mehmet, conocido como sobrino carnal de Kemal Reis, en la ciudad de Gelibolu (Gallí­poli). Dios tenga misericordia de ambos, en el mes del santo Muharrem del año 919" (9 de marzo - 7 de abril 1.513).


LOS MAPAS
La colección está compuesta por 210 mapas parciales con el tí­tulo genérico de "Libro de los Mares".
Los mapas encontrados en el palacio Topkapi de Estambul llevan datadas las fechas los años 1.513 y 1.528 yfueron trazados sobre piel de gacela con unas dimensiones de 85 x 60 cm pudiéndose apreciar aún sus exquisitos colores. Los mapas también contienen leyendas de las ilustraciones, los rios son marcados con lí­neas gruesas y las aguas poco profundas con puntos rojos, también hay dibujos de la fauna y habitantes de las diferentes zonas.

Entre los mapas realizados por Piri Reis, el fechado en 1.513 incluye Gran Bretaña, España, ífrica Occidental, parte de Norteamérica y Sudamérica (incluido el Amazonas y el golfo de Venezuela) y la costa de la Antártida hasta una zona por debajo de ífrica y que al estar rasgado, se sospecha que debió contener también el resto de Europa, Asia e incluso Australia.
El mapa datado en 1.528 abarca Groenlandia, la pení­nsula de Labrador, Terranova, parte de Canadá y toda la costa oriental de Norteamérica llegando a Florida.

Según las anotaciones que dejó en los mapas, Piri Reis dice que confeccionó sus mapas utilizando 20 viejos planos y ocho mapamundis confeccionados en la época de Alejandro Magno (siglo VI antes de Cristo) y que en estos aparecí­a la totalidad del mundo habitado, de modo que unos mapas fechados en el siglo XVI nos trasladan de golpe a otros mapas todaví­a mucho más antí­guos.

LOS ESTUDIOS
Muchos han sido los estudiosos de estos mapas y numerosos son todaví­a los que pretenden desentrañar el misterio que encierran, pero los que más lejos han llegado en sus investigaciones, son Aarlington H. Mallery, Walters, Lineham, Charles H. Hapgood y Sarton.
En la década de los cuarenta, una serie de museos y bibliotecas adquirieron copias de estos fragmentos a escala ampliada.
A mediados de los cincuenta algunas de estas copias fueron a parar al cartógrafo norteamericano Arlington H. Mallery, especializado en antiguas cartas marinas desde hací­a décadas. Arlington Mallery solicitó la colaboración de su colega Walters, del Instituto Hidrográfico de la Marina de los Estados Unidos.
Ya de entrada, Walters observó la exactitud de las proporciones y distancias entre el Antiguo y el Nuevo Mundo, al igual que la localización de las islas Canarias y de las Azores.
Ambos investigadores observaron también que Piri Reis no utilizó las coordenadas habituales en su tiempo, y consideró realmente que la Tierra era redonda y lo tuvo en cuenta al trazar su mapa.

Para poder estudiar más a fondo y con el máximo detalle los mapas de Piri Reis, decidieron fabricar una especie de rejilla que les permitiera leer las dimensiones del antiguo mapa y poder trasferirlas a escala a un moderno globo terráqueo.
Cual no serí­a su sorpresa al descubrir que no sólo los contornos de la costa americana, sino también los de la Antártida, correspondí­an con toda exactitud a los que hoy conocemos gracias a la ciencia moderna.
En el mapamundi de Piri Reis el extremo sudamericano de la Tierra del Fuego se prolonga en una estrecha franja a modo de apéndice que casi enlaza con la Antártida, donde vuelve a ensancharse. Milí­metro a milí­metro se comparó el mapa de Reis con los perfiles de tierra submarina obtenidos por los más modernos medios cientí­ficos: fotografí­a aérea, tomas bajo el agua con cámaras de rayo infrarrojos, sondas acústicas enviadas desde buques... Con todos estos datos en la mano, se dedujo que unos 11.000 años antes (final de la Era Glacial), existió dicho puente continental en Sudamérica y la Antártida.

Comentar también que los perfiles costeros, islas, bahí­as, y promontorios del continente Antártico están representados en los mapas de Piri Reis con una exactitud de perfiles excepcional, aunque desde hace miles de años estén ocultas bajo una gruesa capa de hielo.

Durante el año 1.957, también se interesó por los mapas el padre Lineham, antiguo director del observatorio astronómico de Weston y cartógrafo de la Marina Estadounidense. Su conclusión fue la misma: los mapas (especialmente la zona de la Antártida) son increí­blemente precisos, llegando a ofrecer datos que a nosotros únicamente nos constan después de las expediciones antárticas que suecos, británicos y noruegos llevaron a cabo en 1.949 y 1.952.

El gran veterano de la cartografí­a, profesor Charles H. Hapgood, se entregaba a su vez al estudio de los mapas de Piri Reis.
En una de las cartas recibidas por Hapgood de las Fuerzas Aéreas de los EEUU, encargadas de cartografiar la Antártida, se anotaba lo siguiente: "Las lí­neas costeras tuvieron que ser cartografiadas antes de que el continente quedara cubierto por el hielo. En esa región la capa de hielo alcanza cerca de una milla de espesor. No tenemos la menor idea de cómo esos datos pudieron señalarse en el mapa con sólo los conocimientos geográficos de 1.513".

El profesor Sarton, de Harvard, realizó un estudio de la escala, tomando como baremo la medida griega estadio. La escala utilizada por Piri Reis fue derivada de la medición de la circunferencia de la Tierra que llevó a cabo el sabio griego Eratóstenes (siglo III - II a.C.) y que fue calculada en estadios (1 estadio = 186 metros), y extrajo la siguiente conclusión: las distancias entre los diferentes puntos eran exactas.
Tanto Piri Reis como Eratóstenes sobrestimaron el perí­metro del globo en un 4,5%, entonces, al restar esa diferencia a las escalas de los mapas de Piri Reis, la exactitud con la realidad es asombrosa.

CONCLUSIÓN
Entre todos los investigadores que estudiaron los mapas llegaron a una conclusión asombrosa, y ésta es que los mapas de Piri Reis sólo pudieron ser confeccionados basándose en fotografí­as aéreas, tomadas a una extraordinaria altura, desde una especie de satélite como los utilizados en la actualidad.
Pero si eso era incluso imposible de pensar en los primeros años de nuestro siglo, cómo puede ser que fueran realizados en los tiempos de Alejandro Magno, y si fue así­, con qué información se contó en el siglo IV a.C. para poder confeccionar unos mapas tan perfectos sin una tecnologí­a solo desarrollada a finales del siglo XX.

Pero las sorpresas no acaban aquí­. Al observar detenidamente los mapas de Piri Reis, se puede ver que entre América del Sur y ífrica existe una isla de gran tamaño denominada "Antillia" (que no existe en la actualidad) rodeada de otras islas de menor tamaño. Y ya que hemos visto que los mapas de Piri Reis no son fruto de la casualidad, ¿no será esta isla la famosa Atlántida de Platón?.


Para chorradas de estre calibre (pero muy gien argumentadas), los libros de Graham Hancock (en amazon o en la mula, en ingles, ambos):

FINGERPRINTS OF THE GODS: THE EVIDENCE OF EARTH S LOST CIVILIZATION

In Keeper of Genesis/Message of the Sphinx (con Rober Bauval)

yonodio


ghostdog

yo también estaba pensando en el astronauta de palenque. Pero hace años leí­ en alguna parte que el que inició el mito del "astronauta", creo que fue von dániken, habí­a alterado las fotos del relieve definiendo unas formas más que otras, o algo así­, para aumentar la semejanza con una nave espacial. Y que hace años que el dibujo habí­a sido satisfactoriamente explicado en el contexto cultural maya; según parece, tanto la posicion del "astronauta" como todo lo que le rodea es simbologí­a propia de esa cultura. Simplemente, se asemeja mucho a una nave espacial, a nuestros ojos.

Sobre el resto de los datos, que si la nasa esto y lo otro, tales autores tienden a inventarse dichos datos, que son incontrastables para el común de sus lectores. Lo que es peor, enel mundo de la parapsicologí­a y ufologí­a, unos autores se citan a otros, dando casi siempre por buenas los relatos de los hechos de las fuentes primigenias, que son siempre, siempre, otro autor.

YO recuerdo que de crio, con 8 o 9 años, era un fan de todos estos temas, devoraba libros de benitez, daniken, jimenez del oso, etc... y en uno de los de charles bertliz sobre la atlántida, afirmaba como una prueba de su existencia el que el marl de los sargazos fueran los restos de los bosques de la atlántida. A mí­, con ocho años, la posiblidad de que las masas forestales, al ser cubiertas de agua, se adaptasen al medio y se convirtiesen en algas, me parecí­a factible. Con doce años, ya no. Ese es el problema de todos esos libros, juegan con la falta de cultura pseudocientí­fica de la gente (no me extraña que el boom del tema en españa se diese en los setenta cuando la mayorí­a de la población en las ciudades españolas vení­a del rural y con una formación básica, pero ya disponí­a de un cierto capital para destinarlo a ocio, como buscar ovnis, por ejemplo)