Las inquietantes aventuras del hombre al que no le gustaba hablar.

Iniciado por Cretini, Julio 30, 2008, 05:49:02 PM

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Cretini

Ernestino creció en casas de desconocidos a los que su madre, mujer de intensa vida social, se veí­a obligada a frecuentar. El papel de Ernestino era colocarse detrás de su mamá mientras llamaba a las puertas y saludar sonrientemente cuando les recibí­an, hasta que la señora desconocida a la que iban a visitar exclamaba complacida “¡Qué mono!” mientras le revolví­a el pelo. Después, dale tu abrigo, toma unas galletas, mejor sal a jugar al patio. Ese ritual vení­a repitiéndose cada dí­a desde que Ernestino podí­a recordar, aunque en los últimos tiempos se produjeron algunas modificaciones: Sin que nadie lo advirtiera, como un bonsái o un fí­cus, Ernestino empezó a desarrollarse. Entre besos al aire y tazas de té, su gracioso jersey de pico cada vez  le quedaba más pequeño, y por el agujero de sus playeras de belcro asomaba un curioso y arriesgado dedo gordo. Una tarde, mientras se dirigí­an al coche que Rigoberto tení­a en marcha, la señora Gertrudis le dirigió una mirada por primera vez en varios años a su hijo Ernestino y descubrió la estrechez del jersey y el agujero de las zapatillas.
-¡Cielo Santo, Ernestinito! ¡Si vas como un pordiosero! Le diremos  la chica que te lleve de compras.

Antes por lo menos, le acompañaba su hermana mayor, Alisa, pero desde aquel rollo de transformarse en árbol, su madre habí­a decidido dejarla convenientemente en la casa. Cuando Alisa REGRESABA DE CLASE,  tiraba la mochila en cualquier lado y corrí­a al jardí­n, enterraba los pies en la arena y extendí­a los brazos, dejando que el viento la peinara. Cuando Ernestino se acercaba a proponerle algún juego, Alisa solí­a responderle muy seria: “Soy un árbol, soy un árbol”. Así­ que Ernestino se encogí­a de hombros y se internaba en el jardí­n, intentando encontrar un tesoro escondido, o un simple trozo de vidrio, y terminaba cantando canciones sentado en el tronco de un árbol, hasta que les llamaban a merendar.

Virginia

Un desencuentro.

No es fácil escribir una carta de amor porque no estoy segura de amarte. El amor a mí­ se me parece a la mujer regordeta, lozana y guapa, que me sonrí­e cada mañana cuando sale a adecentar su terracita, limpio sobre limpio, cada mañana; que me recuerda a mi madre, que me cantaba y me daba besos y me leí­a cuentos 'con las manos', inventados, haciendo las veces de libro sus palmas abiertas; el confortable olor del jabón que usaba. Amor tendrá que ver con el lugar en el que estar tranquila, una especie de refugio donde ir a parar cada vez que a una se le antoje. Casita agradable con las puertas de par en par. Agua limpia. Voces claras.

Nicotin

Yo también quiero ser poheta:

Donde no cantan los pájaros.








...en el estómago del gato.
CitarPitita Ridruejo dice:
el otro dí­a ví­ a un tipo con un perro, y lo vi 5 minutos escasos, y dijo lo mí­nimo, pero yo digo: chalao.

Dolordebarriga

Un desencuentro

Yo si te amo, pero, en cambio, no estoy seguro de querer que me ames tú. Si lo hicieras ya no existirí­a motivo para no estar juntos y entonces, entonces, creo que dejarí­a de amarte. Te amo, pero quiero que te quedes, casi siempre, lejos. Pasar un fin de semana largo juntos, tal vez incluso cinco o seis dí­as, pero siempre, pero para siempre, se me hace muy cuesta arriba. Deberí­an dejar amar a ratos, sin cuestionarlo, sin ponerle pegas ni mirar de soslayo, amar a ratos, intensamente, pero a ratos. Y así­, así­ a ratos, pasar toda una vida amándote.
"Yo siempre documento lo que digo"

Virginia

Cita de: Nicotin en Julio 30, 2008, 11:24:36 PM
Yo también quiero ser poheta:

Donde no cantan los pájaros.








...en el estómago del gato.

Esta referencia también la he pillado: es lo de garbancito y el
'-¡Garbancito, Garbancito! ¿Dónde estás?
-Donde ni llueve ni nievaaaa...'

Que he leí­do mucho yo, chaval.

Nicotin

Cita de: Bette en Julio 30, 2008, 11:30:15 PMEsta referencia también la he pillado: es lo de garbancito y el
'-¡Garbancito, Garbancito! ¿Dónde estás?
-Donde ni llueve ni nievaaaa...'

Que he leí­do mucho yo, chaval.

Una vez empecé a leer "Beatriz y los cuerpos celestes".

...no duré muchas páginas, pero me sentí­ muy mujer. Te juro que estuve a punto de menstruar.

Y joder, lo que duele.
CitarPitita Ridruejo dice:
el otro dí­a ví­ a un tipo con un perro, y lo vi 5 minutos escasos, y dijo lo mí­nimo, pero yo digo: chalao.

Virginia

A mi, después de veinte minutos, todaví­a me gusta.
Pretende ser algo gráfico, traer imágenes, etc.

No obstante, por la cara que has puesto a leerlo...

Voy a lo de los bolillos, que ahí­ sí­ que soy un crack.