Tu error en este caso consiste en atribuir causas a estos prejuicios, suponiendo la presencia de tufas teorías racistas bajo juicios de valor cuyas motivaciones en cualquier caso no se han explicado. También tengo prejuicios sobre los skinheads, los legionarios de Cristo y los fanáticos salafistas, lo que no significa que piense que existen las razas skinhead, salafista o legionaria de Cristo. Lo que es, es.
No me explico. A mí no me importa lo malvados racistas que seamos, sino lo que hagamos, se llame racismo o pitiflautis. Dado que las razas no son nada en esencia, no me preocupa en lo más mínimo si una cosa es o no una raza, es una discusión absurda. Clasificando clasificaciones, podemos ver que hay algunas que se refieren al supuesto origen étnico de las personas y llamarlas razas o etnias. Pues bueno, puede tener una cierta utilidad epistemológica, pero no a grandes rasgos moral, política o jurídica.
Lo que pasa es que, desgraciadamente, hemos demonizado al racismo y al racista y se han quedado como categorías vacías en las que no entra nadie porque a nadie le apetece meterse en ese berenjenal. Una de las maneras de escapar de ellas es decir que la categoría usada no es una raza. Y tan panchos. Ejemplos hay a patadas, algunos particularmente graciosos. Por eso advierto del problema. En el caso de los gitanos tenemos un grupo étnico con una posición subordinada y muy marginal (es decir, su papel en la división del trabajo social es el menos agradable), posición que se sostiene por una superestructura de prejuicios étnicos que afectan tanto a payos como a gitanos, aunque con contenidos distintos. Llamémosle racismo o pitiflús, que me da igual.
Y luego también está bien pensar que cuando hemos hecho ya las clasificaciones, resulta que las "maldades" de los Otros son siempre más chocantes y nos parecen mucho más "malignas". El racismo de los lumpen es más llamativo que el que lucimos los pequeñoburgueses que nos limitamos a explotar con un tufo paternalista a la señora domicana que cuida de nuestros hijos y a mirar con desagrado a las señoras con el pañuelo en la cabeza maldiciendo su estupidez, pero es que nuestra posición social es distinta. Pero no se trata de hacer evaluaciones morales de grupos sociales (toda valoración moral sobre grupos va a ser etnocéntrica, lógicamente), si acaso esas las dejamos para grupos individuales.