Hilo de necrológicas cuando Che está en la inopia

Iniciado por Vinatea, Enero 03, 2009, 02:24:34 PM

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zruspa

Los vi en Bilbao de teloneros de Come allá por el 96. Que hace falta ser un programador desquiciado para tal cosa. Un inglés que andaba por allá me preguntó que si era una broma.

Lacenaire

Tan punkis que en el Festimad los clausuraron de un botellazo en la perola.

Glatts

¿Te refieres al mismo incidente relatado por K, o es otro más?

Dan

Pero eso puede ocurrirte en las mejores casas. A Raúl (pudiera ser otro melódico moñas para carpetas adolescentes) lo cosimos a hielazos una vez, y no teníamos punkis en la zona. Bueno, Manolo Kabezabolo, pero ése sólo miraba embelesado los litros ajenos, ahí era inocente de toda inocencia.

Glatts

Hombre, si a Juanito le arrearon un botellazo, Raúl no se merecía menos.

Dan


Glatts

El Tata Brown, campeón del mundo con Argentina en México '86, incluso marcó el primer gol en la Final.

Y yo que siempre pensé que Maradona sería el primero en dejar este mundo de aquella cohorte...

Bartleby

#8002
Un central clásico, del que recuerdo que no acabó de asentarse en el once titular del Real Murcia, aquel equipo que vestía (y viste, creí que había desaparecido y está en Segunda B) como el Manchester United.

Glatts

El año pasado lo presidió un médico y casi lo manda a tercera (como cuando el Valencia bajó a segunda con el Dr. Tormo al mando). Por suerte, acaban de desmedicalizarlo.

Glatts

El premio Nobel de química tó loko que inventó la PCR y no creía en la existencia del VIH ni en el cambio climático

Kary Mullis se crio lanzando ranas al cielo con cohetes de fabricación casera, estudió química, dejó la ciencia un par de años para trabajar en una panadería, se doctoró en la Universidad de California en Berkeley en plena fiebre de las drogas psicodélicas y acabó inventando, mientras conducía su coche, una técnica que marcó un antes y un después en la biología: la reacción en cadena de la polimerasa, una especie de fotocopiado molecular que permite copiar millones de veces un pequeño segmento de ADN. Su revolucionario descubrimiento permitió leer el genoma humano, diagnosticar trastornos genéticos, identificar cadáveres y cazar a asesinos en serie por su ADN. Mullis, nacido en 1944 en Lenoir (EE UU), acabó ganando el Nobel de Química en 1993. Murió el pasado 7 de agosto por una neumonía en la ciudad californiana de Newport Beach, según ha explicado su viuda, Nancy Cosgrove, al diario The Washington Post.

El mismo diario estadounidense afirmó en 1998 que Mullis era "posiblemente la persona más extraña que jamás haya ganado un Nobel de Química". En 1994, solo un año después de obtener el premio, el investigador visitó España para dar la charla de clausura del congreso de la Sociedad Europea de Investigación Clínica, en Toledo, pero se negó a hablar de su gran descubrimiento. En su lugar, decidió divulgar su teoría de que el sida no está provocado por un virus, sino que surge por la exposición a muchos otros agentes patógenos.

"Mullis arrancó risas de su auditorio al comentar que se dirigía a Sevilla «donde hay alguna clase de festival en el que se emborracha uno toda la noche». Ilustró el principio de su intervención, farragosa y confusa, con fotografías realizadas por él de imágenes geométricas proyectadas sobre mujeres desnudas", relató entonces EL PAÍS. Mullis, un genio en su campo, demostró que un Nobel puede ser un auténtico irresponsable fuera de su disciplina.

La viróloga francesa Françoise Barré-Sinoussi, descubridora del VIH en 1983, hablaba así de Mullis en una entrevista con este diario hace un par de años. "Nunca he hablado con él. Me niego a hablar con gente que dice idioteces", afirmaba la investigadora. "Los datos científicos han demostrado claramente el vínculo entre el virus y la enfermedad. Este tipo de afirmaciones son peligrosas. Hay pacientes que han dejado el tratamiento a causa de estas observaciones y han caído enfermos. Hay que pararlos, porque son peligrosos", añadía.

Mullis publicó su autobiografía, Dancing Naked in the Mind Field ("Bailando desnudo en el campo de la mente"), en 1998. En el libro, el químico cuenta que una noche de 1985 se encontró con "un mapache brillante" en un bosque de su propiedad en el condado de Mendocino, en California. "Buenas tardes, doctor", le saludó el mapache, según el delirante relato de Mullis. "Decir que fueron extraterrestres es mucho decir. Pero calificarlo de extraño sería subestimarlo", reflexionaba el ganador del Nobel.

La reacción en cadena de la polimerasa, conocida como PCR, cambió la ciencia para siempre. Cada célula guarda en su diminuto núcleo dos metros de ADN plegados de manera inconcebible. Ahí está escrito el manual de funcionamiento de la vida. Hasta 1985, los científicos necesitaban cantidades ingentes de ADN para poder analizar la información genética. Pero, aquel año, Mullis concibió una nueva estrategia. Al calentar la molécula de ADN, sus dos cadenas complementarias —que habitualmente están enroscadas como una escalera de caracol— se separaban. Al añadir los ladrillos fundamentales del ADN, y con la ayuda de una enzima, cada cadena independiente servía de molde para generar la complementaria y dar lugar a una copia perfecta de la molécula original. Así podía tener millones de copias en muy poco tiempo. Según Mullis, tuvo su momento eureka mientras conducía su coche desde Emeryville, donde trabajaba en la empresa Cetus, hasta su finca en Mendocino, la misma en la que creyó ver un mapache luminoso y parlanchín, quizá extraterrestre.

El químico estadounidense, que se dedicó a surfear tras ganar el Nobel, siempre presumió de nadar contra la corriente. En una charla TED en 2002, Mullis rememoró que la idea de la PCR se le ocurrió en 20 minutos y que si hubiera hecho caso a sus amigos biólogos moleculares la habría abandonado por imposible. "Si hubiese tenido que buscar una autoridad en la materia para preguntar si la idea funcionaría, me habría dicho que no", aseguró el químico. Esa misma actitud ante el consenso científico le llevó a negar la existencia del virus del sida y también la del calentamiento global, un invento de "parásitos con títulos en economía o sociología".

Mullis siempre supo que ganaría el Nobel. En su libro Dancing Naked in the Mind Field, el químico cuenta que su mentor en Berkeley, Joe Neilands, le avisó en 1993 de que podía llevarse el premio ese mismo año. El viejo bioquímico, 23 años mayor que Mullis, le recomendó que no hablase tanto con la prensa para evitar arruinar su candidatura. "Neilands me dijo que probablemente no pasaba nada porque admitiera que me encantan el surf y las mujeres, pero pensaba que el comité [del Nobel] podría fruncir el ceño ante el hecho de que yo admitiese haber tomado LSD. El surf, las mujeres y el LSD podrían ser demasiado", recordaba Mullis en su autobiografía. "Los dos sabíamos que no me callaría".

PP2000

La viróloga francesa Françoise Barré-Sinoussi, descubridora del VIH en 1983, ... tendría que haber rechazado el Nobel de Medicina dado su desprestigio (ni ten cuento el de la Academia noruega de la Paz)

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El actor transformista de variedades Ricardo Salvador Garrigues, conocido como Pirondello, ha muerto en la tarde de este jueves en Valencia, donde se encontraba ingresado en un centro hospitalario, según han explicado fuentes próximas al artista.



Nacido en la localidad valenciana de Buñol, Garrigues trabajó hasta los 33 años como carnicero y, posteriormente, tras una breve estancia en Madrid, recaló en Barcelona en los años ochenta. Allí inició una larga carrera teatral, que le llevó a ser uno de los personajes más conocidos del Paralelo junto a Lita Clavel, la Maña, Eva León o Ana Lúpez. 

El artista también participó en obras de teatro como La tempestad, dirigido por Calixto Bieto en el teatro Grec de Barcelona en 1997, o en El pes de la palla, a partir del libro del mismo título de Terenci Moix, dirigido por Xavier Albertí en 2004.

Como actor pisó los escenarios de las principales salas del Paral·lel, desde el Molino y el Arnau a la desaparecida Barcelona de Noche, donde obtuvo el premio Juan Sebastià Gasch.

Como transformista, sus trabajos más reconocidos fueron sus recreaciones de Marlene Dietrich y Edith Piaf. En una entrevista en 2016 dijo que le gustaba más el glamur de Marlene Dietrich, pero su "éxito fue siempre Edith Piaf".

Retirado en Valencia desde hace años, su amiga Lita Claver ha lamentado su muerte y ha rememorado las noches en las que compartieron escenario y las giras por teatros españoles, con obras como Qué caña tiene la Maña. 

Muy afectada, Claver ha aseverado que Pirondello "fue un gran artista, que tuvo que retirarse tras sufrir dos cánceres; el mejor, indudablemente, a la hora de convertirse en Marlene Dietrich y Edith Piaf".

k98k

Que mal se toman los de Buñol que les pongan Bunyol

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Muere Felice Gimondi, leyenda del ciclismo italiano ganador de Tour, Giro y Vuelta, mientras se bañaba en Sicilia