Las conversaciones entre los representantes del Gobierno y de la Asamblea Nacional, reactivados con discreción en la isla caribeña de Barbados, suponen el penúltimo intento de aproximación entre las partes para dar solución a la crisis institucional y política. Sobre ellas, el gobernador del estado venezolano de Miranda, Héctor Rodríguez, quien ha participado en las conversaciones entre el Gobierno y la oposición del país en Barbados, ha asegurado este jueves que ambas partes han acordado instalar una mesa de negociación "permanente" en Oslo, donde discutir el aspecto más comprometido de cualquier acuerdo, modo y tiempos para nuevas elecciones presidenciales y a la Asamblea Nacional que restituyan la legitimidad reclamada por todas las partes. La Cancillería noruega emitió un comunicado que augura “una solución acordada y en el marco de las posibilidades que ofrece la Constitución” y recordó a las partes, que ahora consultarán internamente los próximos pasos, “la importancia de que tomen la máxima precaución en sus comentarios y declaraciones respecto al proceso”, lo que, por supuesto, ha sido inmediatamente obviado. Así, Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente y de facto número dos del chavismo, se ha tornado vocero del ala más radical, negando que el Gobierno deba hacer concesiones y al mismo tiempo, este miércoles en su programa de televisión, aludir abiertamente a la bondad de la convocatoria de elecciones. A todo ello se le suma el convencimiento en las filas chavistas de que Maduro no se presentaría y el candidato del "régimen" tendría un perfil menos marcado por la resistencia institucional a su defenestración y más tecnócrata, asociada a la diplomacia económica y política alternativa que ha marcado las relaciones exteriores de Venezuela desde Chávez.