Bien. Como tú, tuve dos intentos "serios" previos a conseguir dejarlo. Fueron intentos a pelo. Sin pastillas, ni parches, ni chicles, ni cristo que lo fundó. Al principio lo llevaba más o menos bien, pero a medida que pasaban los meses, y de forma contraria a lo que se cree ("el principio es lo peor", mentira cochina en mi caso), cada vez lo iba llevando peor y peor, hasta que fumar (o más bien intentar no fumar) se convirtió en un pensamiento constante y único y, claro, recaí.
En vista de que "por mí misma" no había tu tía, reconocí mi incapacidad, y la 3ª vez me puse en manos de un médico, psiquiatra para más señas, que según el listín de mi seguro médico era experto en adicciones. Me recetó el Zyntabac y un ansiolítico.
El Zyntabac es un antidepresivo suave, que por lo visto como antidepresivo no valía una mierda, pero que se dieron cuenta de que a la gente que lo tomaba se le quitaban las ganas de fumar. Te tienes que tomar dos cajas de Zyntabac (creo recordar que son unos dos meses) a razón de una pastilla en el desayuno, y otra a mediodía.
Uno de los efectos del Zyntabac es que puede alterar el sueño, así que para por la noche me dieron el ansiolítico (Idalprem). Me tomaba una pastilla una media hora antes de dormir.
Cuando empiezas a tomar el Zyntabac, debes seguir fumando un par de semanas, y luego dejarlo. Te tienes que poner un tope en plan: el día tal, dejo de fumar.
Tras acabar con el Zyntabac seguí con el ansiolítico unos cinco-seis meses, y luego ya dejé también el ansiolítico. Durante estos seis primeros meses, evité circunstancias "peligrosas" para mí, como beber alcohol y excitantes en general (café, té, coca-cola), y fumar porros.
Resultado: Fumaba casi dos cajetillas al día, y llevo ya sin fumar un año y ocho meses. Dejarlo no me costó casi esfuerzo. Evidentemente, al principio en ocasiones te va a apetecer, pero no es una punzada constante, como cuando lo dejé a pelo. Es algo llevadero. Y poco a poco, te vas olvidando de ello.
Estoy encantada de la vida de haber dejado de fumar, y la perspectiva de volver se me hace improbabílisima. Ni me acuerdo de lo de fumar, oye.
Yo, sinceramente, te recomiendo las pastillacas. El resultado no pudo ser mejor.
Ah, y por cierto, tomé esta decisión porque una amiga SÚPER fumadora me contó la movida. Ella tampoco ha vuelto.