Nadie prohíbe a nadie que coma donde le plazca, barato o caro y sea de la cuerda política que sea; pero cuando tienes unos cuantos millones de parados y en Cáritas no dan abasto, tu gobierno está recortando las pensiones y alargando la edad de jubilación, prohibiendo cantidad de cosas, recortando y congelando el sueldo a los funcionarios y está gestionando de forma tan nefasta la crisis, queda un poco estéticamente mal ir a comer a un restaurante de lujo en vez de a uno más modesto. Y me la pela que sea la Masturbito o el Rajao, que enseguida os salta el resorte de las izquierdas-derechas y se os ve el plumero.
Es como quien pone una lámpara de araña de estilo rococó en un salón de estilo rústico: se puede hacer, pero estéticamente es como ver a una monja con un G3.
Eso no quita para que la señora que la ha increpado haya hecho, a mi parecer, algo incorrecto. Porque hay algunas cosas que las puedes pensar, pero te las callas para guardar el decoro y las formas; y esa señora no las ha guardado.
Y sí, confieso que la Pajín me cae mal. Aparte de que la considere una trepa y una incompetente para las funciones que se supone que ha de llevar a cabo.