2000-2009: Los años nada

Iniciado por San Daniel, Diciembre 01, 2009, 12:41:09 PM

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San Daniel

2000-2009: Los años nada

JORDI COSTA 27/11/2009

Abrió marcada por el trauma del 11-S y cierra con Obama, una marca amable que, por así­ decirlo, todaví­a no ha hecho nada. Acaba la década sin nombre. Sin una identidad clara, sin un fenómeno pop absoluto que le otorgue cohesión generacional.


Poco después de ser inaugurado el milenio no era raro encontrarse por la calle carteles que anunciaban la más instantánea forma de remember en algún club de moda que, con toda probabilidad, cambiarí­a de nombre al menos tres veces por semana: "Vuelven los noventa". Los más carcamales de entre la comunidad peatonal podí­an formularse una pregunta que no dejaba de ser razonable: pero ¿es que acaso hubo en los noventa algo que recordar?, ¿algún tipo de identidad cultural o estética capaz de evocar una época con la fuerza de, pongamos, una patilla quinqui de los setenta o un cardado con mechas modelo Limahl de mediados de los ochenta? Dentro de muy poco nos toca cambiar de década (¿ya?), y los cerebros detrás de esa veloz maquinaria mercadotécnica al servicio de la nostalgia readymade se encontrarán con un problema adicional: la década que dejamos atrás no es que tenga un problema de estética y/o identidad..., lo que no tiene es ni nombre.


El artista y agitador cultural australiano David Art Wales propuso un bautismo ingenioso: the naughties, juego de palabras que conjuraba la fuerza paralizadora del cero "naught significa nada" con el utópico deseo de 10 años marcados por la subversión creativa y la innovación irreverente "naughties significa, también, traviesos". Resulta difí­cil, a pocos pasos de las campanadas, considerar que éstos han sido años traviesos. Lo de años cero o años nada quizá hubiese sido la opción bautismal más fiel a lo que ha sido esta realidad.

A la década no se le puede reprochar descuido en cuestiones de estructura narrativa "la cosa se abrió en clave de trauma (el 11-S) y se cierra con el advenimiento de un nuevo Mesí­as (Obama, una imagen de marca amable, y su Nobel de la Paz)", pero lo que falló fue lo de en medio; es decir, la chicha, el contenido: sucumbiendo al simplismo, podrí­a decirse que, entre la caí­da de las Torres Gemelas y la elevación del polí­tico estadounidense, los naughties fueron un buen puñado de ví­deos de cucamonas y acrobacias de gatitos encantadores colgados en YouTube. ¿Algo más? He aquí­ un decálogo, sin pretensión exhaustiva, para orientarse en el desierto (o no) que dejamos atrás. Una chuleta para hacer memoria cuando vuelvan los... años nada.


1. SIN IDENTIDAD

"¿Quién soy?", se preguntaba Jason Bourne minutos antes de sacar la siguiente conclusión: "Ya no quiero saber quién soy". Creado por Robert Ludlum en 1980, esta máquina de matar atrapada en un nubarrón de olvido ha llegado a ser lo más parecido al gran héroe popular de la primera década del milenio, merced a la trilogí­a de pelí­culas que lo han reformulado como relevo de Bond para la era del vací­o. Sintetiza el espí­ritu de su época, de la misma manera que 007 encarnó el sueño húmedo de la virilidad hipertecnificada y agresiva de los años Kennedy. Cuando Paul Greengrass se hizo cargo de la franquicia en El mito de Bourne (2004) y El ultimátum de Bourne (2007), la forma se convirtió en la mejor expresión del fondo: estética de teleobjetivo, hiperrealidad en tonos metálicos y, sobre todo, un concienzudo desecado de toda ironí­a y todo sentido lúdico.


2. SIN SENTIDO

Aunque su parroquia de fieles ha ido ajustando su número a las selectivas dimensiones del cí­rculo de iniciados, la serie Perdidos ha sido el más claro intento de formular una gran mitologí­a unificadora en esta década. Su estructura narrativa -entre la complejidad fractal y los juegos del posmodernismo literario-, sus estrategias de propagación ví­rica en el imaginario colectivo -alentando teorí­as e interpretaciones paranoicas- y su épica, fundamentada en la búsqueda de sentido por parte de un puñado de personajes sin brújula en el espacio-tiempo, han hecho de ella una perfecta metáfora multiuso para estados de perplejidad general. En Barcelona, el Bharma (calle Pere IV, 93), club temático sobre el mundo lost, se presenta como el último bar del universo donde seguirá estando bien visto hablar del tema tras el cambio de década y el fin de la serie.


3. SIN PROTECCIÓN

Según la periodista Patricia Godes, ésta "ha sido la década de la idiocracia: el incompetente, el necio y el drogado han accedido a puestos de responsabilidad y han podido tomar decisiones asesinas e ilógicas contra el medio ambiente, la sensatez, la decencia, el buen gusto y la misma supervivencia de la especie con toda impunidad. Una niña recién nacida puede ser bautizada con nombres como Seila sin que nadie diga nada". También han sido años clave en la transformación de los circuitos de distribución y consumo de la cultura. La industria musical ha sido la primera en mutar, pero el resto -el cine, los libros- aguarda turno. Una época de microfenómenos, modas efí­meras, grupos forjados y quemados en MySpace y chorradas convertidas por YouTube y afines en fenómeno global: verbigracia, el fenómeno de los ví­deos de surtidores elaborados con Happy Mentos y Coca-Cola.


4. SIN PUDOR

La imposibilidad de encontrar refugios en un clima de intemperie moral ha tenido como consecuencia (o daño colateral) la emergencia de un nuevo narcisismo que ha revelado su lado más o menos oscuro en la dictadura del Yo que se expande en las poéticas de Fotolog y algunos acantilados del ensimismamiento de la geografí­a bloguera. El pudor ha pasado a mejor vida y el lenguaje de la emoción ha ganado el pulso a la razón en una ofensiva marcada por el exceso de melaza. Tampoco hay que ser negativos: la impudicia contemporánea también ha cristalizado en excelentes tebeos autobiográficos (Persépolis, Metralla, Marí­a y yo, los diarios de Lewis Trodheim...), en dispares ejercicios de narración espectacular en primera (o primeras) persona?(s) (Monstruoso, Redacted, REC) y en una obra cumbre como Paranoid Park, de Gus Van Sant.


5. SIN DOGMAS

(NI TORRES DE MARFIL.)

"El director de cine ya no es esa figura bí­blica que baja de la montaña cada cierto tiempo y entrega a los fieles su última obra para, acto seguido, volver a desaparecer en las cumbres", señala Nacho Vigalondo, director de Los cronocrí­menes, una de las pelí­culas que ofrecen un nuevo paradigma de arte portátil, perfectamente equipado para sobrevivir en un nuevo contexto donde las viejas barreras entre creador y consumidor se han abolido. Casos como el de Vigalondo o, en el panorama internacional, J. J. Abrams (Perdidos, Misión imposible III, Star Trek XI) esbozan el perfil de un nuevo modelo de creador que tiene poco que ver con el arquetipo de artista encerrado en su burbuja particular. "Una figura como la de Abrams habrí­a sido impensable hace unos años", añade Vigalondo, "alguien a quien reconoces como autor, aunque lo que haga sean series, remakes, secuelas... La frontera que separaba al autor del mercenario se rompe".


6. SIN PATRIARCADO

La ensayista y gurú de la mercadotecnia Faith Popcorn propuso que el nuevo milenio tendrí­a que ser rebautizado como el EVEolennium, o, lo que es lo mismo, el milenio de Eva, la era en la que se desarticularí­a un patriarcado que ha ejercido su asfixia sobre el poder de lo femenino desde el mismo origen de la cultura occidental. Bajo esta luz, el éxito de El código Da Vinci ya no parece responder tan sólo a las gratificaciones de la literatura barata: el best seller de Dan Brown pinzó el nervio del presente y, de hecho, invita a pensar en surtidas variaciones de esa reivindicación de la diosa madre en la estructura profunda de un buen número de obras de ficción de esta década, desde Caótica Ana (Julio Medem, 2007) hasta ígora (Alejandro Amenábar, 2009), pasando por Anticristo (Lars Von Trier, 2009) y la popularización de una heroí­na tan a la medida de los tiempos como Lisbeth Salander, coprotagonista de la trilogí­a Millennium, de Stieg Larsson.


7. SIN FUNDAMENTO

Toda década genera sus tópicos, ideas elementales que calan en la colectividad y son repetidas como un mantra bajo la esperanza de que algo cuaje en certidumbre. En los años nada han hecho fortuna frases del tipo: "El mejor cine está en televisión", "La novela negra vuelve a molar (especialmente, si es nórdica)", "Los superhéroes son más humanos que nunca" o "Los videojuegos se colocan a la cabeza de la industria del ocio". No hay mejor antí­doto que acorazarse frente al alud de ideas recibidas con una muralla de desconfianza y sentido común, aunque en la base del tópico siempre suele apuntar el hocico de una verdad. También existe la opción de recurrir a argumentos para rebatir estos neodogmas: sin ir más lejos, la edición en Criterion de la caja de DVD The golden age of television demuestra que la edad de oro de la mal llamada caja tonta ya tuvo lugar... ¡¡en los años cincuenta!!


8. SIN ALEGRíA

Probablemente, uno podrí­a contar con los dedos de una sola mano (o con los dedos de media mano) las risas que estallan en las circunspectas bocas de los personajes de las sagas Crepúsculo o Harry Potter. Los naughties no han sido años de cachondeo, ni siquiera de discreta mofa o educada befa: la gravedad ha sido el único valor capaz de cotizar en Bolsa mientras todo se desmoronaba alrededor. Otro fenómeno sintomático: la lectura de Batman propuesta por Christopher Nolan, Batman begins (2005) y El caballero oscuro (2008), es el perfecto negativo de esa serie de los sesenta que usaba la onomatopeya como chispeante efecto de posproducción pop y sepultaba de ridí­culo al Hombre Murciélago y a su escudero en minishorts. "Ha habido una obsesión por humanizarlo todo, mientras, paradójicamente, asistí­amos al fracaso de la identidad", diagnostica el cineasta Nacho Vigalondo.


9. SIN CRITERIO

La escena musical ofrece una buena imagen a escala de lo que, en términos generales, ha dado de sí­ la cultura de la década: una escena del crimen en cuyo centro figura el cadáver de la exigencia. Según Kiko Amat, autor de la novela Rompepistas, "si miramos al mainstream, ha habido un empeoramiento abismal desde los noventa. Sólo hace falta ver las portadas de las revistas inglesas. Todos los grupos que se postulan como gran esperanza del pop blanco (desde los Strokes hasta Arctic Monkeys, The Hold Steady o Fleet Foxes) en los años sesenta, setenta y ochenta hubieran sido de tercera fila: son derivativos, copias hechas con una cuarta parte del talento del original, y sobreamplificadas por los medios de una manera inaudita hasta ahora. Esta década nunca dio sus equivalentes a Specials, The Jam o Who".


10. SIN MADUREZ

En los naughties ha habido muchas bajas prematuras y dolorosas (desde Sergio Algora hasta Francisco Casavella, pasando por David Foster Wallace y Antonio Vega... y mejor dejar de contar, para no ponernos lúgubres), pero el nada codiciable trono de mártir de la época lo ocupa, sobre las nubes que cubren Neverland, Michael Jackson, icono de una era de la inmadurez que ha dado paso a otra cosa: Hannah Montana, los Jonas Brothers, Demi Lovato y toda suerte de í­dolos de sí­ntesis que parecen reivindicar el equilibrio entre la artificiosidad máxima y el espejismo de autenticidad. Pasará un tiempo prudencial antes de que se reconozca a Hannah Montana, la pelí­cula como forja de un arquetipo futuro: encerrarse con un solo juguete (o con toda una colección de ellos) en un parque temático es el pasado; el futuro es saber compaginar sin problemas el maquillaje cegador y el ordeñado de vacas.

casio

buen articulo, la década de Perdidos seria un buen nombre. De Perdidos al rio de la insustancia. 

sólo se hace a autorizado

Hablar de la década de los años nada y no hablar de los chinos (o los chinos, los indios, los brasileños, los turcos y los putos negros de sudáfrica, por ejemplo) se me hace raro.

Al menos para un español, hay una decada antes y después del desembarco de chinos (y de sus niñas adoptadas con un chip terminator cosido a su hipotálamo).

Zimm...

Que bonito Sanda, te ha quedado mucho mejor a tí­ que a Dopplegngnrrr, que lo posteó hace una semana. Pero vamos, ni punto de comparación.
I found it in the street/ At first I did not see/ Lying at my feet/ A trampled rose

Dan


casio

Cita de: Yoko Ono en Diciembre 01, 2009, 01:46:35 PM
Hablar de la década de los años nada y no hablar de los chinos (o los chinos, los indios, los brasileños, los turcos y los putos negros de sudáfrica, por ejemplo) se me hace raro.

Al menos para un español, hay una decada antes y después del desembarco de chinos (y de sus niñas adoptadas con un chip terminator cosido a su hipotálamo).
Yo creo que la pregunta iba más por lo que han dejado los restos culturares de los 2000,  en  la playa de la moda, muy poco. Pero desde punto de vista social ,sí­ es la decada de la invasión inmigrante, el sorpasso de Italia, el casi sorpasso de Alemania (Felipe dixit) , el Pocero  y lo que queda tras la tormenta perfecta de minolles y minolles de deuda.

sólo se hace a autorizado

Cita de: Cas en Diciembre 01, 2009, 01:51:00 PM
Cita de: Yoko Ono en Diciembre 01, 2009, 01:46:35 PM
Hablar de la década de los años nada y no hablar de los chinos (o los chinos, los indios, los brasileños, los turcos y los putos negros de sudáfrica, por ejemplo) se me hace raro.

Al menos para un español, hay una decada antes y después del desembarco de chinos (y de sus niñas adoptadas con un chip terminator cosido a su hipotálamo).
Yo creo que la pregunta iba más por lo que ha dejado los restos culturares de los 2000, muy poco. Pero desde punto de vista social ,sí­ es la decada de la invasión inmigrante, el sorpasso de Italia, el casi sorpasso de Alemania (Felipe dixit) , el Pocero  y lo que queda tras la tormenta perfecta de minolles y minolles de deuda.


La verdad es que mi vida cultural se ha reducido básicamente a visitar (y comprar en) el museo de los horrores que es una tienda de todo china.
Y la parte gastronómica, casi, ...que si no me caso me hago portero de noche del chin pin chua.

Dan

Dda igual, ¿no era colombiana? Pues arroz a saco de todos modos.

Imparable

No estoy de acuerdo con lo de la música.
Es verdad que puede parecer que ya no hay fenómenos, pero también es verdad que eso es porque desde los 90 la radio y la televisión sólo emiten música enlatada, con las cadenas de televisión patrocinando nuevos "talentos" que te venden por las noticias.
Sin embargo yo marcarí­a el regreso de Bruce Dickinson a Maiden como el punto en que el Heavy Metal vuelve a tomar algo de fuerza. El Metal, fenómeno considerado simplemente ochentero, vuelve con bastante fuerza; hay muchos festivales que le dan mil vueltas a lo que hubiera a mediados o finales de los 90, y para colmo Airbourne se erigen en lo que por ahora puede ser la mayor promesa del rock para las próximas dos décadas.

Sobre dogmas identidad y todo eso tampoco acierta mucho el tí­o. Precisamente desde lo de las torres gemelas (y los budas afganos) el mundo islámico viene creciéndose ante Occidente, seguramente no por casualidad a medida que en Occidente somos conscientes de que dependemos demasiado del petróleo. Se acaban muchas décadas de vivir de espaldas unos a los otros y poco a poco se va formalizando un enfrentamiento que hasta hace nada Occidente intentaba ignorar (la corrección polí­tica es otra lacra de esta época) pero poco a poco los occidentales van cayendo de la burra; y buena culpa la tiene los propios inmigrantes, que era más fácil decir que en el fondo eran como nosotros antes de tenerlos como compañeros de trabajo y vecinos y ver que ni son compatibles ni quieren serlo. Yo dirí­a que es una década en que la identidad islámica se torna especialmente fuerte y la europea empieza a consolidarse arrastrada por los mojameses.

sólo se hace a autorizado

Cita de: Dan en Diciembre 01, 2009, 01:54:42 PM
Dda igual, ¿no era colombiana? Pues arroz a saco de todos modos.

Hablaba de huir de la influencia china, no de uno de los cereales más celebrados (sino el que más) del mundo.

Los años 2000, los años en los que el KGB se hizo con los códigos de windows justo diez minutos antes de caer todos en "pon un Google en tu vida".
Los años 2000: nokia, nintendo y nikei.

Controlcé

Los años nada, los años del porno gratis. Los años de la democratización del acceso a los contenidos por la parte de abajo. De todo para todos.

Agarkala

Qué bonito resumen de la década, con una afinada afirmación y más abajo, su confirmación empí­rica:

Según la periodista Patricia Godes, ésta "ha sido la década de la idiocracia: el incompetente, el necio y el drogado han accedido a puestos de responsabilidad y han podido tomar decisiones asesinas e ilógicas contra el medio ambiente, la sensatez, la decencia, el buen gusto y la misma supervivencia de la especie con toda impunidad.

La ensayista y gurú de la mercadotecnia Faith Popcorn propuso que el nuevo milenio tendrí­a que ser rebautizado como el EVEolennium

sólo se hace a autorizado

Cita de: Agarkala en Diciembre 01, 2009, 06:59:03 PM
...
La ensayista y gurú de la mercadotecnia Faith Popcorn propuso que el nuevo milenio tendrí­a que ser rebautizado como el EVEolennium

La discriminación positiva, las leyes de género, la paridad porque sí­, son weninas.
Porqué.
Le preguntaban porqué al listado de las virtudes cardinales.
Pues arreando.

P.D. No me quejo de que los idiotas acaben dirigiendo las cosas, que yo llevo un departamento que eventualmente puede hasta llegar a crecer... virgen del amor hermoso, dios no lo quiera en su infinita sabidurí­a.

Rednuts

http://www.areopago.eu/index.php?topic=7207.msg763461#msg763461

... y no me digáis que empezó en los 70's, porque podemos jugar a comparar los discos.

La vida puede ser maravillosa.
Tú no tienes convicciones porque tú eres de Málaga

sólo se hace a autorizado

Cita de: Redneck en Diciembre 01, 2009, 08:29:45 PM
http://www.areopago.eu/index.php?topic=7207.msg763461#msg763461

... y no me digáis que empezó en los 70's, porque podemos jugar a comparar los discos.

La vida puede ser maravillosa.

Creo que el pollo negro del articulo hablaba de tendencias masivas.


A mi el 2000 al 2010 me ha parecido de putí­sima madre para acabar con la amaneza de las nuke embarcadas en submarinos guais gracias a la popularización de los sistemas anaerobicos de propulsión pa pobres centroeuropeos... quicir que eso me parece a mí­ de puta madre y otros sesenta en este paí­s.