Gaticos y monetes: El hilo ma-ri-cón rebosante de azúcar y candidez

Iniciado por Controlcé, Diciembre 21, 2009, 09:11:57 PM

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Dee Dee

Hay un libro del nobel Konrad Loren que se llama "cuando el hombre encontró al perro" que trata un poco del camino evolutivo de ambas especies en un recorrido conjunto.

Es un libro de apenas 200 páginas pero muy ameno e interesante.


problemaS

Cita de: Imparable en Octubre 22, 2010, 01:49:03 PM
¿Y qué más da que sea de otra especie?
Si eres un reduccionista, que cree que el mundo se puede interpretar única y exclusivamente por las teorí­as del gen egoí­sta de Dawins, cierto es que no tiene sentido. Pero lo que es un hecho es que muchos animales hemos dado varios pasos más allá del instinto y los dictados de la naturaleza, y hemos desarrollado consciencia, emociones y razonamiento. En mayor o menor medida, con diferencias cualitativas y cuantitativas entre unos y otros; pero es algo común a humanos, monos, perros, caballos, delfines elefantes y un sinnúmero de mamí­feros superiores. Esta historia nos demuestra que el afecto es algo más que quí­mica, o instinto, o lo que sea que digan las teorí­as materialistas que reducen todo a lo práctico.

Yo que me considero reduccionista materialista fisicalista pienso que si existe y se da de manera no excepcional en el ser humano debe de tener alguna utilidad, aunque es posible que las condiciones para que la utilidad exista hayan desaparecido y sea simplemente un residuo. De todas maneras somos animales, igualmente.
No vemos las cosas como son, sino como somos.



Controlcé



lukera

¡Que gí¼ay, no consigo ver ninguna de las fotos que poneis, pero el ordenador se cuelga menos!  :-\

myeu

Cita de: Dan en Octubre 27, 2010, 10:10:56 AM



Me has hecho recordar el tipo que vi ayer en el leroymerlin con un pendiente de armani  dorado





Dolordebarriga

#523
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Al hilo de esto, una vez secadas las lágrimas, recuerdo que durante el primer año que estuve en Nebaj, una mañana pasó el pickup del Centro de Salud con un tipo pertrechado con un megáfono recorriendo las calles del pueblo y avisando  que al dí­a siguiente harí­an campaña contra los perros vagabundos, que todo aquel que tuviera perro se acordara  de tenerlo recogido durante todo el dí­a de mañana por lo de la campaña. El primer año todo me vení­a de nuevo y yo era un poco ingenuo y me dio por pensar que los del Centro de Salud saldrí­an al dí­a siguiente con los lazos a cazar los perros vagabundos que se encontraran sueltos. Porque la verdad es que en Guatemala la gente deja a los perros sueltos y estos  van a su puta bola todo el dí­a, y por la noche vuelven a casa y quedan encerrados en los patios donde vigilan que no entre ningún extraño. El ir a su bola provoca que se pasen el  dí­a merodeando por el mercado, que en Nebaj era una calle larga y muy sucia  inhabilitada  al tráfico motorizado, intentando comer los desperdicios que la gente tira y persiguiendo perras en celo a las que preñan al menor descuido. Al final, además de los perros con dueño, hay también un montón de de perros vagabundos, y como todos son mil leches y la gran mayorí­a van sin collar, algunos, a los sumo llevan una cuerda atada al cuello, es casi imposible distinguir unos de otros. Total que hay perros para dar y vender y lo del Centro de Salud me parecí­a lógico.

Por la tarde del dí­a siguiente, precisamente regresando a casa  por la calle del mercado vi una muchedumbre agrupada delante de las zona de las carnicerí­as, y como los mayitas son muy bajos al pasar pude ver que lo que miraban era un montón de perros pegándose un festí­n con varios pedazos de carne que estaban en el suelo. Los mayitas se lo pasaban pipa y yo creí­ que de alguna carnicerí­a habrí­an botado carne ya no apta para comer y que los bichos estaban allí­ come que te come nomás.

Cené en casa tranquilo y luego, ya de noche  salí­ hacia casa de unas cooperantes a tomar unas cervezas y a ver que tal. Iba caminado a oscuras cuando me encontré un perro, tirado en medio de la calle, agonizando espasmódicamente, joder!!!, pero es que unos metros más allá habí­a otro, y otro más y otro... Coño!!, era verdaderamente dantesco, las calles, vací­as de gente, llenas de  perros muertos o agonizando, decenas de ellos... De pronto dobló la esquina la pickup del Centro de Salud y entendí­ que esos cabrones los habí­an envenenado por la tarde (eso miraba la gente en el mercado cuando pasé, que bruta que es la puta gente, por Dios, cómo disfruta con la barbarie)  y que ahora se pasaban por el pueblo recogiendo a los pobres bichos, cargándolos en la caja del vehí­culo, sin ni siquiera rematarlos antes. Pues bien,  a lo que iba y que tiene relación con el ví­deo en cuestión, cuando ya estaba muy cerca de casa de las cooperantes vi otro perro agonizando tirado con medio cuerpo en la calzada y medio en la acera y entonces, pasó un perro sano (vagabundo pero que tuvo la suerte de no participar de la comilona)  que se le acercó, lo olió y... se lo comenzó a follar. Fue muy chocante la escena. Creo que fue entonces cuando convine que los perros no tení­an alma, pero ahora el ví­deo del gatico me ha hecho replantear mis creencias y ya no sé ahora si lo del alma va por especies o que cada uno, también en el mundo animal, es hijo de su madre y, a veces,  de su padre.

Fin.



   
"Yo siempre documento lo que digo"