El simple hecho de que Alfonso Armada, cerebro del 23-F, fuese íntimo del Rey y miembro de la Casa Real, pues da que pensar.
Quizá, que tuviera que dimitir de su cargo en la Casa Real, por hacer peticiones de voto para Alianza Popular, con sello que no le correspondía... o que Suarez le mandara cuadrarse cuandro critica la legalización del PCE, tuvieran algo que ver con su cabreo. En el entorno de entonces -que no se parece al de ahora ni por casualidad-, si estás al mando del ejército, y el político de turno se te impone (turno de nueva creación), no te quedas muy contento.
La justificación del sueldo de la Casa Real (que no sé yo por qué entre tanto funcionariado, haya a quien le resulte el más prescindible), está precisamente en que a nadie le tiembla la voz a la hora de ir contra el político que toque, pero las intervenciones reales (pocas, como pienso que debe ser), suelen ser más respetadas.
Que hay quien da saltitos de alegría cada vez que empeora la crisis, porque eso le asegura un futuro político, es algo que no se le escapa a nadie. Que sea necesario ponerse de acuerdo para frenarla, tampoco... y a la hora de cortarse un poquito, en favor de la economía, y en contra de los propios intereses políticos, yo creo que habrá un antes y un después del discurso del Campechano... porque el grueso de catetos votantes veremos de otra forma esos "saltitos".
Ello, aunque después se diga que la crisis partió de la Casa Real, para asegurarse salir de nuevo al escenario.