Hilo oficial del monarca Campechano I de las autonomias y su puta madre ya.

Iniciado por Greñas, Febrero 12, 2010, 08:26:30 PM

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a priori

Carlo, a estos no les saques del misionero. El BDSM no lo soportan.

Carlo

Cita de: EL MAL en Febrero 17, 2010, 12:48:05 PM
Sí­, eso de hablar del referéndum constitucional dirimiento la pertinencia de la monarquí­a en la constitución es un ejercicio de ubedismo brutal.

Oye, que el pueblo puede ser tonto... pero qué le hacemos, es el que tenemos.


Cita de: EL MAL en Febrero 17, 2010, 12:48:05 PM
Lo ha explicado Dioni ya, y dándole bastante más enjundia desde un punta de vista jurí­dico de lo que puedo hacer yo, pero la consulta de marras planteaba una Constitución en términos de aceptación o rechazo. Se elabora un texto y se somete a votación. Es decir, los españoles votamos sí­/no a la constitución que incluí­a a la familia real en el marco post-dictatorial, no se nos planteó una oferta de varias opciones incluyendo monarquí­a parlamentaria/república/dictadura. La única alternativa al modelo de estado era rechazar la constitución, lo que en el marco del paí­s recién muerto el caudillo tení­a pocas salidas viables que no pasasen por un nuevo periodo de inestabilidad o un baño de hostias. Es un "trágala" de libro.

Efectí­vamente, Dionisio lo ha explicado a la perfección, concretamente con estas palabras:

Cita de: Dionisio Aerofagita en Febrero 16, 2010, 01:43:18 PM
La evolución de la Constitución es bueeena, pero nuestra Constitución está hecha para que sea extremadamente difí­cil cambiarla. Y el referendum constitucional se vendió, al parecer como una especie de vota democracia sí­ o no. O sea que tiene truco. Te colamos la Constitución al bicho y luego no veas la que hay que montar para librarse de él. Eso en el hipotético caso de que la gente realmente quisiera librarse de él, que, la verdad, yo creo que no es el caso (pero sí­ va a ser el caso con la jubilación de juancarlos).

De las cuales, sin duda, has obviado la negrita.


Cita de: EL MAL en Febrero 17, 2010, 12:48:05 PM
Viene a ser como ofrecer a un sediento agua del charco o whiskey barato. Elegirá lo segundo, aunque tal vez prefiriese beber agua mineral. Pero claro, igual hay quien piensA que es mejor agua del charco o salfumán etí­lico que Chivas, porque de todo debe haber en esta villa del señor.

Por pensar, hay incluso quien piensa que Franco deberí­a resucitar. Sin duda, creerá que todos deberí­an pensar como él, pero resulta que la mayorí­a no piensa así­, y ya que estamos en un paí­s democrático (ese concepto que ya me resulta cansado volver a explicar)... se ha decidido no llamar al resucitador.
Si no te contesto, no pienses que me caes mal... es que te tengo ignorado.

Lacenaire

CitarOye, que el pueblo puede ser tonto... pero qué le hacemos, es el que tenemos.

?

CitarEfectí­vamente, Dionisio lo ha explicado a la perfección, concretamente con estas palabras:


Cita de: Dionisio Aerofagita en Febrero 16, 2010, 01:43:18 pm
La evolución de la Constitución es bueeena, pero nuestra Constitución está hecha para que sea extremadamente difí­cil cambiarla. Y el referendum constitucional se vendió, al parecer como una especie de vota democracia sí­ o no. O sea que tiene truco. Te colamos la Constitución al bicho y luego no veas la que hay que montar para librarse de él. Eso en el hipotético caso de que la gente realmente quisiera librarse de él, que, la verdad, yo creo que no es el caso (pero sí­ va a ser el caso con la jubilación de juancarlos).


??


CitarPor pensar, hay incluso quien piensa que Franco deberí­a resucitar. Sin duda, creerá que todos deberí­an pensar como él, pero resulta que la mayorí­a no piensa así­, y ya que estamos en un paí­s democrático (ese concepto que ya me resulta cansado volver a explicar)... de forma que se ha decidido no llamar al resucitador.


???

Dan


Carlo

Cita de: pescadilla en Febrero 17, 2010, 12:53:44 PM
Las Leyes Fundamentales del Regimen (lo que venia siendo la constitución franquista) también le reconocieron EXPRESAMENTE como sucesor y como rey ergo, siguiendo tu linea argumentativa, como estaba reconocido expresamente como sucesor de franco y rey de españa y los españoles dijeron "NO" a esa opción, que además la habí­a JURADO (la opción franquista, llamemosla así­, para diferenciarla de la opción democracia), mientras que la opción constitucional no, los españoles le han rechazado explicitamente

Error mí­o al interpretarte.

Por otro lado, lógico error, ya que pensaba que le estábamos dando importancia a la voluntad del pueblo.

Quicir, tenemos dos opciones:

A) Rey nombrado por el régimen, y ratificado por el pueblo.
B) Rey nombrado por el régimen, y renegado por el pueblo.

Como dirí­a Alejandro Sanz, aunque lo parezca... "no es lo mismo"
Si no te contesto, no pienses que me caes mal... es que te tengo ignorado.

Carlo

Cita de: a priori en Febrero 17, 2010, 01:01:41 PM
Carlo, a estos no les saques del misionero. El BDSM no lo soportan.

Bah!!... ni a mí­ los cueros. Pero es divertido.
Si no te contesto, no pienses que me caes mal... es que te tengo ignorado.

Dan

Cita de: a priori en Febrero 17, 2010, 12:07:55 PM
Cita de: Dan en Febrero 17, 2010, 11:09:01 AM
Prior: te pongas como te pongas, y entiendo tu concetu, son dos términos opuestos e irreconciliables. Ajustables en situaciones como estos paí­ses europeos, pero no soporta un escrutinio, como dice Kalifa, polí­tico-filosófico, ni de flains.

A ver si con un ejemplo sencillito entendéis la diferencia.  Para vosotros la monarquí­a es como tener sexo con las manos atadas a los barrotes de la cama y con un esparadrapo en la boca.  Esa manera de tener sexo es incomprensible para muchas personas, las cuales lo consideran una aberración. Eso es lo que estáis diciendo unos cuantos; imposible asociar sexo libre y estar atado y amordazado en una cama.  Pues bien, lo que defendemos algunos aquí­, es que si dos personas libremente deciden tener sexo de esa manera (voluntad popular para que la monarquí­a parlamentaria sea la forma de estado), es absolutamente lí­cito y nadie puede considerarlo forzado ni aberrante. Esto es lo que entendemos como monarquí­a y democracia.

Sí­, es un ejemplo sencillito. Pero no tiene nada que ver.
El ejemplo sencillito serí­a mantener una relación sexual mediante la abstinencia. Se acerca más.

Carlo

Cita de: EL MAL en Febrero 17, 2010, 01:07:49 PM
???

Si me expresas tus dudas, más allá de decir que tienes dudas, quizá pueda ayudarte. Me remito también a la confusión tuya que tengo pendiente de aclararte.
Si no te contesto, no pienses que me caes mal... es que te tengo ignorado.

myeu

Venga, haced un poco el areopagita:


El rey de Franco que desplazó a su padre

Alejandro Ruiz


El dictador Francisco Franco es uno de esos pocos personajes a los que Juan Carlos de Borbón se referí­a “como su segundo padre”. No es para menos. Bajo su tutela se hizo rey y jefe de Estado, desplazando del trono a su propio padre, don Juan de Borbón.

El pacto de silencio de la “nueva sociedad española” no quiere recordar nada que perturbe la sagrada imagen del rey. Hasta la Página Oficial de la Casa de Su Majestad el Rey (http://www.casareal.es/) miente y pretende borrar la historia.

Allí­ se lee: “Su Majestad el Rey Don Juan Carlos (...) Por expreso deseo de su padre, su formación fundamental se desarrolló en España”. ¿A qué viene esa aclaratoria? Muy simple, es conocido que Franco asumió la educación del prí­ncipe como un asunto de Estado, y fue él quien decidió que estudiara en España bajo su tutela y orientación, desde que cumplió los 10 años de edad.

Más adelante, la Web Real señala que fue “Designado sucesor a la Jefatura del Estado en 1969”. Así­ de sencillo. Para nada dice quién lo designó. ¡Que desagradecidos!, al no mencionar a “su segundo padre”. Tampoco menciona que ante esta designación su padre, don Juan de Borbón, lo confrontó y le recordó que él era el heredero del trono y que se reservaba el derecho de revocar, en lo formal, cualquier decisión de Franco.

Para entender el fenómeno de la monarquí­a de Juan Carlos de Borbón es necesario indagar en la historia del franquismo. ¿Por qué, cuándo y cómo Franco decide sustituir a don Juan de Borbón del trono y promover a su hijo Juan Carlos? Vale la pena recurrir nuevamente al historiador e hispanista Paul Preston, y ver los hechos desde su libro Franco “Caudillo de España” (Editorial Grijalbo Mondadori, 1998).

El 31 de marzo de 1947 llegó a casa de los Borbón el ministro Carrero Blanco, mano derecha de Francisco Franco y redactor de la Ley de Sucesión, que se aprobarí­a ese mismo dí­a, para informarle a don Juan de Borbón que con esta Ley serí­a Franco quien nombrarí­a al monarca del reino “cuando lo considere conveniente”. Además, le comunicó a don Juan -heredero del trono- que podrí­a “ser Rey de España, pero de la España del Movimiento Nacional, católica, anticomunista y antiliberal…”.

Después de ese dí­a -relata Paul Preston en su libro de 1.043 páginas- don Juan de Borbón y sus consejeros se inclinaron a “reforzar sus lazos con la oposición antifranquista de izquierda. El 7 de abril de 1947, don Juan hizo público el Manifiesto de Estoril, en el que denunciaba la ilegalidad de la Ley de Sucesión que se proponí­a alterar la naturaleza de la monarquí­a sin consultar ni con el heredero del trono ni con el pueblo. Franco, Artajo y Carrero estuvieron de acuerdo en que don Juan se habí­a eliminado a sí­ mismo, a partir de ese momento, como sucesor adecuado del Caudillo (...); desataron una furiosa campaña de prensa contra don Juan en la que se le juzgaba como instrumento de la masonerí­a y el comunismo internacional”.

Desde el 18 de julio de 1947, como resultado de la Ley de Sucesión, Franco actuarí­a como el monarca del recientemente proclamado reino de España, considerando que el trono estaba vacante.

EDUCADO POR EXPRESO DESEO DE FRANCO
El futuro de Juan Carlos I se selló el 25 de agosto de 1948, cuando Franco concertó una entrevista con don Juan de Borbón, en su yate, el Azor, en el golfo de Vizcaya. Allí­ Franco le “manifestó un inmenso interés en que el hijo de diez años del pretendiente [don Juan, quien nunca fue rey], Juan Carlos, completara su educación en España (…) En el fondo, sin embargo, don Juan estaba convencido de que no habrí­a restauración contra la voluntad de Franco”, y accedió bajo la promesa de “que el periódico monárquico ABC podrí­a informar libremente y que se levantarí­an las restricciones de las actividades monárquicas…”.

Desde ese dí­a, el franquismo sabrí­a que Juan Carlos de Borbón, “por la Gracia Divina de Dios y del Caudillo”, serí­a rey de España; por encima de su propio padre y de quien se interpusiera. Así­, Juan Carlos, nacido y residenciado en Roma, llegó a España el 9 de noviembre de 1948 y fue recibido por Franco en su residencia de El Pardo, donde le dijo que su educación estarí­a a cargo de un grupo de profesores de firme lealtad al franquismo.

En 1954 el general Franco continuaba orientando personalmente la senda de la educación del joven Juan Carlos de Borbón, después de culminada la secundaria. A pesar de que don Juan le habí­a escrito al “Caudillo”, el 16 de julio de 1954, que ya era hora que su hijo comenzara estudios en la Universidad de Lovaina (Bélgica), Franco orientó su ingreso en la Academia Militar de Zaragoza y después en la Universidad Complutense de Madrid, y unas “pasantí­as en el arte de gobernar” al lado del dictador español.

En carta a don Juan de Borbón, escribió Franco el 2 de diciembre de 1954: “estimo indispensable que la formación del Prí­ncipe discurra no sobre una parcela fí­sica de nuestro territorio, sino dentro de los principios que el Movimiento Nacional [falangista] inspira…”.

En 1956, Franco designa al general Carlos Martí­nez Campos como tutor del joven Juan Carlos, luego del trágico disparo a su hermano menor Alfonso. A tal punto llegaba la influencia de Franco en la vida del futuro rey de España, que con su aprobación Doña Sofí­a de Grecia se convirtió en esposa de Juan Carlos de Borbón, en 1962.

CONTRA SU PADRE, SUCESOR DE FRANCO
El 12 de julio de 1969, Franco le comunica a Juan Carlos que serí­a su sucesor y lo proclamarí­a rey de España. A la vez le pidió que no informara nada a su padre, hasta que se concretara su decisión en las Cortes Españoles. Don Juan de Borbón se molestó mucho al enterarse de ello, y denunció a “una monarquí­a que estaba irrevocablemente ligada a la dictadura”. Es decir, su hijo y Franco.

Para tranquilidad de Juan Carlos de Borbón, “en febrero de 1971, el general Vernon A. Walters, segundo jefe de la CIA, visitó Madrid en nombre del presidente Nixon; [le preguntó] al Caudillo qué ocurrirí­a en España tras su muerte. Franco le respondió a Walters que la sucesión de Juan Carlos tendrí­a lugar sin ningún disturbio…”; continúa narrando Paul Preston en su libro Franco “Caudillo de España”, al reseñar las memorias de Walters.

Las huelgas obreras y estudiantiles, la corrupción de los funcionarios, la represión policial y el asesinato de dirigentes de izquierda era lo común en aquellos dí­as. Para el régimen español la convulsión social no era más que una conspiración de masones y comunistas contra el ‘Generalí­simo’ y el derecho a la sucesión tranquila de Juan Carlos I.

El 19 de julio de 1974, el dictador de España, gravemente enfermo, firmó la aplicación del artí­culo 11 de la Ley Orgánica del Estado para que Juan Carlos asumiera como Jefe de Estado y rey, luego de su muerte. Tal como lo habí­a previsto Franco desde 1948, todo se consumó el 22 de noviembre de 1975. Dos dí­as después de su muerte seguí­a mandando.

Franco tuvo hasta el poder de instaurar el salto en la lí­nea de sucesión y designar rey a Juan Carlos. Según la tradición monárquica española la sucesión debí­a recaer en su padre, don Juan de Borbón, tercer hijo y heredero del rey Alfonso XIII. “Dicho salto fue aceptado por el prí­ncipe Juan Carlos, creando un conflicto interno en la Casa Real de Borbón”.

De tal magnitud fue la confrontación que el padre de Juan Carlos dejó de hablarle y le retiró la Cruz de la Victoria, sí­mbolo del Principado de Asturias y del heredero de la Corona española. Y no fue sino hasta el 14 de mayo de 1977 que don Juan de Borbón renunció oficialmente a sus derechos sucesorios y a la jefatura de la Casa Real en beneficio de su hijo Juan Carlos, una vez que hubo constatado la imposibilidad de acceder al trono.

A partir de ese momento, “Su Majestad Don Juan Carlos I de Borbón y Borbón, Rey de España”, también heredarí­a los tí­tulos de Rey de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de las Indias Orientales y Occidentales, de las Islas y Tierra Firme del Mar Océano. Además de Archiduque de Austria.

Así­ de absurda es la monarquí­a que, doscientos años después de la Independencia de América, todaví­a ostenta el tí­tulo de rey de “las Indias Occidentales”. Por si acaso.-

Carlo

Cita de: Dan en Febrero 17, 2010, 01:08:56 PM
Cita de: Carlo en Febrero 17, 2010, 11:32:28 AM
Cita de: Dan en Febrero 17, 2010, 11:30:38 AM
Pero ahora no.

¿Cual es la definición actual?

3.  m. Conjunto de personas de un lugar, región o paí­s.

Ea, dime por qué ves incompatible la monarquí­a, con que existan "conjuntos de personas de un lugar, región o paí­s".
Si no te contesto, no pienses que me caes mal... es que te tengo ignorado.

Dan

Cita de: Carlo en Febrero 17, 2010, 01:13:14 PM
Cita de: Dan en Febrero 17, 2010, 01:08:56 PM
Cita de: Carlo en Febrero 17, 2010, 11:32:28 AM
Cita de: Dan en Febrero 17, 2010, 11:30:38 AM
Pero ahora no.

¿Cual es la definición actual?

3.  m. Conjunto de personas de un lugar, región o paí­s.

Ea, dime por qué ves incompatible la monarquí­a, con que existan "conjuntos de personas de un lugar, región o paí­s".

Con su existencia, no: con su gobierno, tergiversador perraco. Y un principio de la democracia es la igualdad entre sus miembros, algo que es tan simple y poderoso por ello que no sabéis torearlo más que con "se votó, se votó". Existen votaciones ilegí­timas, y en ésta nos metieron claramente este trágala.

Lacenaire

Cita de: Carlo en Febrero 17, 2010, 01:12:09 PM
Cita de: EL MAL en Febrero 17, 2010, 01:07:49 PM
???

Si me expresas tus dudas, más allá de decir que tienes dudas, quizá pueda ayudarte. Me remito también a la confusión tuya que tengo pendiente de aclararte.

No, si yo no tengo dudas. Gracias por la buena disposición pero creo que estamos en un punto muerto y no me apetece repetir obviedades.

Carlo

Cita de: Dan en Febrero 17, 2010, 01:14:44 PM
Con su existencia, no: con su gobierno, tergiversador perraco. Y un principio de la democracia es la igualdad entre sus miembros, algo que es tan simple y poderoso por ello que no sabéis torearlo más que con "se votó, se votó". Existen votaciones ilegí­timas, y en ésta nos metieron claramente este trágala.

Mamón, ¿a mí­ me llamas tergiversador después de la definición que has puesto?  ;D

¿Estás diciendo que nuestra Constitución es ilegí­tima?... joputa, tú lo que quieres es que resucite Franco!!!  :'(
Si no te contesto, no pienses que me caes mal... es que te tengo ignorado.

myeu

¡¡¡Areopagismo rules!!!
¡¡¡Don Juan no se merecí­a su destino!!!




En los años 40, algunos juanistas soñaron con el regreso de la monarquí­a. Muñoz grandes serí­a el hombre clave. Una biografí­a del general de la División azul da las pistas de un complot contra Franco qie ni Hitler ni el propio Grandes tomaron en serio.

A comienzos de 1941, los monárquicos juanistas, como parte de su telaraña de conspiraciones, habí­an enviado a Berlí­n agentes con el cometido de establecer contactos con los nazis para lograr que un representante del ministro de Asuntos Exteriores del Reich viajase a Roma a entrevistarse con su pretendiente. El subsecretario de Estado alemán Woermann, que no querí­a que un posible agente provocador juanista comprometiese al Ministerio de Asuntos Exteriores, remitió a Karl Megerle -que pertenecí­a al equipo del ministro, Joachim Ribbentrop- a los enviados de Juan de Borbón, que le informaron de primera mano de las ambiciones restauracionistas del hijo de Alfonso XIII y de sus partidarios.

Los agentes juanistas, partiendo de que el régimen «arruinado y aborrecido» de Franco y Serrano Súñer, por su manifiesta incapacidad, habí­a conducido a España al borde de su propia descomposición, pedí­an a Alemania su apoyo para una restauración pro nazi y así­ evitar un cambio de régimen de la mano de algunos generales anglófilos. El agente de Juan de Borbón indicó a su interlocutor que el cabecilla del partido juanista en España era el ministro del Aire, general Vigón. Los juanistas presentaron a los delegados nazis un programa de gobierno que consistí­a en una mezcla de ideas reaccionarias y utópicas, cuyo único objetivo era legitimar moral y polí­ticamente la entronización de Juan de Borbón como mediador entre los vencedores y los vencidos de la Guerra Civil, para conseguir una «España unida» a favor de Alemania.

[...] Woermann remitió a Ribbentrop el informe elaborado por Megerle sobre sus conversaciones con los agentes de Juan de Borbón, pero no consideró oportuno tomar en serio el complot juanista contra Franco y Serrano Súñer. A pesar del escaso éxito alcanzado por sus enviados, el historiador Karl Jí¶rg Ruhl sostiene que Juan de Borbón se mostró satisfecho de las conversaciones con los alemanes. En opinión del pretendiente, los dirigentes nazis habí­an desistido de su antiguo radical rechazo a una restauración monárquica en España.

«UNA ENTREVISTA EN BERLíN»

Antes de que fuese designado Muñoz Grandes jefe de la División Azul, Eugenio Vegas Latapié intentó unir a Muñoz Grandes a las tramas juanistas, dentro de su plan de ganar el mayor número de voluntades posibles entre los generales de Franco. La primera de sus entrevistas tuvo lugar en el hotel Florida. [...] Mantuvieron otra en casa de Menéndez Pelayo, para luego comer juntos con José Marí­a de Areilza en Lhardy, donde fueron vistos por Millán Astray, lo que no hizo mucha gracia a don Agustí­n.

El nombramiento de Muñoz Grandes para mandar a los voluntarios españoles en Rusia, en julio de 1941, acrecentó el interés de Vegas en el jefe de la División Azul, llegando incluso a pensar en irse con él a la Unión Soviética como «asesor jurí­dico».

[...] El 15 de diciembre de 1941 escribí­a José Marí­a de Areilza a Juan de Borbón una nota que iba también firmada por Vegas, en la que se sostení­a que lo único que verdaderamente temí­a Franco era «el peligro monárquico» y en la que hací­a las siguientes referencias a Muñoz Grandes: «[...] El General piensa cotidianamente en el problema polí­tico de España y en su eventual solución. La prolongación de lo vigente le angustia sobremanera y le fuerza a pensar en salidas. Por otra parte el gran crédito de que goza con el Fí¼hrer y con el Alto Mando alemán, hacen singularmente interesante su situación. Cualquier solución o iniciativa que patrocine el General, serí­a acogida por Alemania con simpatí­a y benevolencia. El General, como sabe V.M., se halla absolutamente decidido a la Restauración Monárquica. [...] Ahora se tratarí­a de dar un paso más. De que V.M. le concediese el honor de una entrevista, en Berlí­n por ejemplo. [...] Creemos de importancia decisiva, y acaso trascendental, esta audiencia de V.M.; acaso preparatoria de otras posibles conversaciones importantes. Muñoz Grandes es, hoy por hoy, el General que no ha perdido un ápice de su prestigio en España; que conserva intacta su popularidad y que además tiene el apoyo y la simpatí­a de Alemania. [...] Y estuvo tan decidido a proclamar la Monarquí­a de V.M. el pasado mes de Mayo, que en ello hay que buscar la razón de su nombramiento para la División española con objeto de alejarlo de aquí­Â».

La conspiración a la que se refiere Areilza son las conversaciones mantenidas en Madrid circunscritas al puro diálogo y nada de verdadero compromiso y menos acción. Los más í­ntimos partidarios de Juan de Borbón eran muy propensos a ver fidelidades donde sólo habí­a curiosidad y remotas simpatí­as que no iban más lejos de una conversación. [...] Como siempre le ocurrió a los juanistas, veí­an compromisos donde sólo habí­a crí­ticas de café a Franco y a su Régimen. Una cosa era hablar mal de Serrano y de Franco y otra muy distinta sublevarse contra el Gobierno. [...] La restauración no resultaba un fin en sí­ mismo para Muñoz Grandes, como tampoco para muchos otros militares que se acercaron al juanismo como una posible ví­a para participar en la Segunda Guerra Mundial. [...]

A finales de 1941, un dí­a después de la carta enviada a Juan de Borbón por Areilza, escribí­a Vegas a Muñoz Grandes para instarle a que mantuviera una entrevista con Juan de Borbón en Berlí­n: «[...] Creemos que es de la mayor importancia para el porvenir de la Patria y de la Monarquí­a que se produzca en el plazo mí­nimo posible una entrevista entre el Rey con Vd. [...] De esa conversación pueden salir consecuencias trascendentales para el mañana inmediato de la Patria».

Esta entrevista, a iniciativa exclusiva de Vegas y Areilza, nunca llegó a realizarse. [...] Muñoz Grandes mantení­a una lí­nea de contactos con los monárquicos, pera nada indica que aceptase sus pretensiones.

EN LA «GUARIDA DEL LOBO»

Mientras esto ocurrí­a en España, en Alemania se analizaban estas cuestiones en otros términos. Los españoles, al carecer de petróleo, se veí­an obligados a negociar con los Aliados. La clave del problema era la necesidad de wolframio por parte de Alemania, un mineral estratégico fundamental para el esfuerzo de guerra del III Reich. Franco se debatí­a entre la amistad amenazante de Alemania, parcialmente tranquila gracias al wolframio y la División Azul, y la necesidad que tení­a España de productos de todo tipo del mercado libre internacional, fundamentalmente de EEUU. [...] Las difí­ciles relaciones entre Madrid y Berlí­n sólo serví­an para aumentar el interés nazi de un cambio de régimen en España.

[...] El 7 de julio de 1942 dijo Hitler en una de sus charlas de sobremesa: «[...] Si existe un general -español- que posea la inteligencia necesaria para tener éxito, es algo que sólo el futuro puede poner de manifiesto. Pero, en cualquier caso, tenemos que impulsar todo lo que podamos la popularidad del general Muñoz Grandes, que es un hombre enérgico y, como tal, el más adecuado para dominar la situación. Estoy encantado de que las intrigas del grupo de Serrano Súñer para arrancar a este general del mando de la División Azul se vieran frustradas en el último momento; porque la División Azul puede, en un momento dado, desempeñar un papel decisivo, cuando suene la hora de derribar este régimen controlado por los curas».

[...] Fue en esos momentos cuando el consejero Likus envió a Berlí­n el primero de una serie de importantes informes secretos de sus actuaciones para lograr que España entrase en guerra. El 29 de junio Likus informó a Muñoz Grandes de que iba a ser recibido por Hitler en el más riguroso secreto, el 12 de julio de 1942, en el Cuartel General del Fí¼hrer en Prusia Oriental, la famosa «Guarida del Lobo».

Hitler esperaba que se produjese la conquista de Leningrado durante el verano de 1942 y que la División española tuviese un papel protagonista en esta victoria, lo que servirí­a para consolidar el prestigio de Muñoz Grandes de cara a la entrada de España en la guerra. Tras la caí­da de Leningrado, Muñoz Grandes volverí­a a España para forzar la situación. El fracaso de la ofensiva alemana sobre la ciudad frustró esos planes. No tenemos ninguna certeza de que el jefe de la División Azul estuviese al corriente de estos planes.

Durante la reunión entre Hitler y Muñoz Grandes, el Fí¼hrer no ocultó al general español su enfado por la actitud de España ante el conflicto, su mala administración, su preocupación por el reflorecer del pensamiento monárquico y por el clericalismo que se respiraba en su polí­tica. A pesar de los intentos juanistas por acercarse a Alemania, Hitler nunca pensó ni remotamente, como afirmó en diversas ocasiones, en la restauración de la monarquí­a en España [...].

Estas afirmaciones en privado de Hitler a Muñoz Grandes en relación a Juan de Borbón debieron de ser determinantes en la actitud de don Agustí­n en cuanto a las intrigas de los juanistas. Puede que Muñoz Grandes hubiese escuchado los cantos de sirena de Vegas Latapié y de sus amigos monárquicos con el único motivo de favorecer la entrada de España en la guerra, pero si Hitler no apoyaba la restauración monárquica éstos acababan de perder todo su interés para el jefe de la División Azul.

Extractado de la biografí­a Muñoz Grandes. Héroe de Marruecos, general de la División Azul, de Luis E. Togores (ed. La Esfera de los Libros).

Dan

He puesto la de la RAE. Pueblo, todos los que estamos aquí­. To-dos. Tomando como base del sistema nuestra igualdad. Si es que os vais a lo complejo porque es más jodido discutir los detalles, y obviais los piedrolos gordos donde se sostiene la pirámide. Mal, mal. Y no, la Constitución no es ilegí­tima (ya sabí­a que me escaparí­ais por ahí­, para seguir cerrando los ojos ante lo Gordo). Simplemente, dentro de ella, y con el ansia evidente de un paí­s que lleva cuarenta años en una dictadura, se nos cuela un bicho en la manzana.

Y, por si se duda, se monta una mierda de golpe de estado un poco después sin grandes expectativas. Y, unos años después, se hace una serie sobre ello para recordarnos la enorme importancia del Ser Supremo (no, perdón, Superior, el Supremo es el que lo coloca ahí­ con su Voluntad), no sea que.