El evacuol

Iniciado por Barragan, Marzo 03, 2010, 11:39:46 AM

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Barragan

Durante toda mi infancia creci tambien junto a ese amor condescendiente a veces y estricto otras, de mi abuela materna. Supongo que eso influyo decisivamente en el hecho incuestionable de que para ella, yo era una especie de santo incomprendido. En definitiva, su nieto favorito.

Ella era una mujer de profundo caracter marcado por la dureza de la vida y una jodida postguerra que la convirtio en fiel devota del culto a la alimentacion basada mas en la cantidad que en la calidad, y en la necesidad imperiosa de fortalecer el organismo a traves de una evacuacion adecuada de los alimentos consumidos. Tenia dos lemas existenciales que jamas olvidare:

"Los pedos son salud" y "los tres mayores placeres que hay en esta vida son, comer, dormir y cagar", (yo siempre pense que deberia añadirse el de follar pero por respeto, nunca me atrevi a mencionarselo).

Ya en mi adolescencia, dejamos de compartir vivienda pero en su triste soledad, recurria a mi humilde compañia en mas de una ocasion, a lo cual debo confesar que trataba de escaquearme siempre que podia aunque en ocasiones, mi fragil conciencia terminaba claudicando ante ella.

Recuerdo que trataba de sobrellevar el aburrimiento de la mejor manera que podia. Alguna paja furtiva en uno de los cuartos de baño o la television como ultimo recurso. Aunque tambien existian momentos placenteros como nuestras conversaciones basadas en mis comentarios surrealistas, y sobre todo, las merendolas que me brindaba a base de bollos, (bolicos les llamaba ella), chocolate y refrescantes dosis de Coca Cola.

El peor momento, era cuando se le metia en la cabeza que no podia irme de regreso a casa sin tomar otra dosis pero en ese caso, de evacuol en gotas. Su adiccion a aquel laxante, era casi obsesiva. Supongo que ya no era capaz de defecar sin esas gotas. Y en una ocasion, su insistencia fue tal, que no me pude negar para que me permitiese ir en paz. Debo aclarar que la cantidad de gotas que me administro en un vaso de gaseosa, era sensiblemente inferior a la que ella misma acostumbraba a ingerir.

Esa misma noche, me levante de mi cama sobresaltado y fui corriendo al cuarto de baño para soltar una de las mayores cagadas de mi vida. Entre lagrimas de placer y sufrimiento, maldije no se si al evacuol o a mi abuela pero recuerdo que pense, "si me llego a tomar su dosis de gotas habitual, no lo cuento".

Hace años que murio pero jamas he llorado otra vez pensando en ella, ni siquiera en su funeral.

Ella era mi abuela, mi querida abuela y yo su nieto favorito.

Alla donde estes, te mando un fuerte abrazo pero si alguna vez nos volvemos a encontrar, te advierto que nunca mas volvere a tomarme, el evacuol.

P.D. - Va por ella...