No se os puede dejar solos.
De todas formas, un par de preguntas, en serio y sin acritud. O tres.
1.
Compréndelo, apri. Es que llevo seis meses mordiéndome la lengua (he sobrevivido de milagro, tanto veneno retenío...). Necesito al menos un par de días para desfogarme.
¿Y por qué has esperado hasta ahora?
2. Se está focalizando mucho el asunto en la cosa de los insultos. Yo es que creo que en cuanto uno insulta, pierde la legitimidad para quejarse de los insultos. Yo no me quejo cuando me insultan, no hay problema, pero me parece curioso que Laura -que me ha llamado, entre otras cosas, hijoputa, canalla, gentuza o sinvergí¼enza-, Agarkala -que en cuanto pierde los papeles (sólo hay que llevarle la contraria un poquito) empieza a pegar berridos-, y otros más de veinte, se quejen. Porfirio por ejemplo, puede protestar por ello, claro; pero sólo ella y los que se conducen como ella.
3. El asunto para mí clave de todo esto, y al que de verdad quiero que me respondáis, sinceramente.
Aquí, ¿vale todo? Quiero decir, por ejemplo, a Laura, le parece bien que si tú insultas primero, luego no puedes quejarte de lo que te pueda venir encima.
Mi opinión está clara. Yo creo que yo puedo llamarle gilipollas a X, vale; como él a mí. Es posible que resulte más o menos ofensivo, sucio, barriobajero, lo que queráis; pero de ahí a que X me conteste con que ojalá se me muera un hijo, me parece que va un trecho que yo no deseo transitar. Por eso me di de baja, y por eso voy a entrar al foro bastante menos.
Aquí Felipe, que insulta como todo el mundo, y a todo el mundo, y del que yo me río muy a gusto, se defiende de mis puyas insinuando que mis hijos son unos bastardos, mi mujer una puta, y yo un cabrón y un gilipollas. OK. Ahí no me va a encontrar. Si él es capaz de llegar hasta ahí, es su problema. Yo no.
Pone una firma diciendo esto. Luego la amplía. Luego abre un hilo al respecto, y otro en el otro foro que cierra y abre. Esto es, cruza esa raya, la pisotea, va, viene, y se regocija en ello.
Insisto, si él es capaz de entrar en esos juegos, yo no. Se los dejo a él en exclusiva, y a los que son como él.
Así pues, vuelvo a preguntar:
¿aquí vale todo?[Ha sido muy divertido ver a los chacales de costumbre acudir al olor de la sangre derramada. Ninguna novedad. Muy pocos huevos.]
Un saludo.
E.M.