Qué bueno es Mourinho. (O me estoy montando una película yo solo, que también pudiera ser)
Mino Raiola ha sido el gran triunfador del verano. Un tipo que despachaba pizzas en Amsterdamn y empezó a labrarse su carrera como representante acogiendo a dos delanteritos del Ajax, ambos extranjeros, ambos conflictivos, el egipcio Mido y el sueco Ibrahimovic. Nada hacía presagiar este desenlace, dado que su fiel Ibrahimovic llegó gratis al Manchester United y la otra "joya", Balotelli, no le querían ni los segundas italianos. Pero, a cuenta de Ibracadabra, les clavó a los del United un sobreprecio por el defensa costamarfileño Bailly, el medio armenio Mkhitarian y sobre todo el francés Pogba, el fichaje más caro del mundo (por ahora); total unos ciento noventa millones de euros. Son los únicos cuatro fichajes que ha hecho el histórico equipo inglés.
Mourinho nunca tuvo muchas ganas de ir allá, rechazaba la oferta mancuniana y parecía decidido a irse a Italia. Más da la impresión de que aceptó dirigir al Manchester United en cuanto se enteró de que Guardiola había fichado por el Manchester City.
Con su estilo "clementista" ha buscado hacer piña con los jugadores. Ha impuesto un día libre para éllos en contra de la tradición del club. Intentó deshacerse con malas artes de Schweinsteiger para terminar soltándole una idemnización de diez millones de euros como compensación a la profesionalidad del alemán que aguantó todos los desplantes sin rechistar. Todo era poco para complacer al inseguro Pogba, un interior que cae a la izquierda, parecido al madridista Gareth Bale, mucho físico, buena técnica, pero un atolondrado si se le da libertad absoluta en el campo. Según los aficionados veteranos no ha cambiado nada desde que el Manchester le largó a la Juventus, lo único que en la Vecchia Signora con su amor al tacticismo le tenían más controladito en la zona de campo que domina.
Mou ha cogido un conglomerado de veintiocho jugadores con doce nacionalidades distintas, y ha hecho lo más inesperado: Recuperar el juego pausado y técnico que caracterizaba al United (el Barça de Inglaterra) frente a la habitual intensidad de patapum p'arriba que muchos creen que es su sello personal y el marchamo del fútbol británico. Incluso a nivel personal en las ruedas de prensa, el llegado de fuera del mundillo, siempre suspicaz y a la defensiva, se ha convertido en un tipo que reconoce sus errores y se los toma a pitorreo.
Le han dado por todos los lados con la abulia y lentitud de los jugadores, le han dicho que sus chichos se estaban riendo de él y del público. Y algo de huelga de celo ha habido por parte de los criticados, dejadez, desidia. Pero yo veo que quizá (quizá) Mourinho ha dado con la clave del equipo, lo importante no es la ausencia del gran capitán Rooney, lo fundamental es prescindir del belga Fellaini (un tipo al que se lleva vendiendo como estrella desde hace tres años), y dejar a los tres españoles David de Gea, Ander Herrera y Juan Mata como columna vertebral.
A lo mejor es flor de un día, pero Herrera de cierre y Mata de mediocentro constriñen para bien a Pogba al círculo central, puesto que las bandas pertenecen a los jovenes canteranos ingleses Lingard y Rashford (el mejor jugador del Manchester hasta la fecha). Y con ese centro del campo de cinco hombres en cruz muy abiertos, un delantero-boya combinativo y de espaldas a portería y jugando al paso, han hecho un partidazo.
A mí me han recordado al Portugal de la Eurocopa del 84. Un equipo de técnica exquisita pero muy lento que se basaba en los centrocampistas del Oporto, Frasco, Pacheco y Sousa, con el añadido del bemfiquista Carlos Manuel y el extremito del Girondins Chalana. Jugaban de maravilla, era como ver al Brasil del mundial de España celebrado dos años antes, pero a cámara lenta. Eran capaces de subir balones de un área a otra sin dejarles botar en el suelo.
Entre nos y sotto voce
No hace ni una semana me decía a mi mismo que si Mourinho consigue sacar algo positivo de esta banda de mamertos habría que hacerle una estatua en Old Trafford.
Estamos a principio de temporada, lo sé. Y pretender que el entrenador está buscando recuperar esencias, sean del Manchester United o de la selección portuguesa del 84 puede parecer excesivo. Ha sido solo un partido contra el devaluado Leicester. Pero creo que de verdad merece la pena seguir a Mou en esta nueva aventura.
Siento no encontrar vídeos extensos de lo bien que jugaba Portugal, tampoco hay muchos del Oporto que combinaban la aparente lentitud y el juego al toque de los centrocampistas con dos balas en el ataque como Futre y el argelino Madjer. Ni de Fernando Chalana, el Astérix moreno. No obstante, todo lo que pilléis en Google os ayudará a recordar o reconocer a aquella gran generación lusa.