¿Acabas de darte de alta para poner a parir a Bergman? ¿Pero tú no sabes lo que somos de Bergman en este pueblo? 
Lo bizarro, a secas, es que vuelva a darme de alta en el foro, ¿no? Parezco una puta veleta: ahora me oriento al norte, luego al este… Ahora tengo ganas de forear, ahora no. De hecho si nombro a menudo a Bergman, además de porque me encanta, es por chinchar, pensaba que no había ni un solo bergmaniano.
Tenía ganas de ver
Saraband, obra póstuma que realizó a los 85 después de treinta años de inactividad (vale, salpicados por algún que otro proyecto). Sabía que retomaba a los personajes de
Escenas de un matrimonio. Así que refresqué la memoria, volví a verla. Uno imagina –al menos yo– que alguien con la lucidez de Bergman, con la facilidad para abordar los grandes temas de la condición humana: el amor, el miedo, la muerte, la desesperanza (discrepo de Sergei: para nada es espeso, otra cosa es que el sueco te sobrepase), digo que, por trayectoria, edad y el largo silencio creativo, esperaba un peliculón. O al menos una reflexión encriptada al ver acercarse sus últimos días.
Un argumento insulso, nula magia visual (está rodada en formato video, lo que no le excusa). ¿Era necesario devolver a Liv Ullman y sobre todo a Erland Josephson a unos personajes con los que siquiera tiene nada que ver el argumento? Siquiera se respeta la diferencia de edad que supuestamente había entre los dos cónyuges. Un “testamento†prescindible.
P. S. En el churro-foro de Amazonia enlacé un documental sobre los Woodman, en particular sobre Francesca Woodman, por si te interesa. Guapo.
http://www.teledocumentales.com/los-woodmans/