El puto hilo oficial de la última frontera y el universo ignoto

Iniciado por Kármez, Septiembre 14, 2012, 08:55:38 AM

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Blanquita

Cita de: Ni putas ni barco en Mayo 21, 2015, 06:46:11 PM
NO
"partí­culas que salen del sol": con una masa no relativista relevante, iones acelerados con una mala hostiqa del cojón bendito que nuestro milagroso cmapo magnético desví­a porque sino í­bamos a tener el asepcto de venus interpolado con la luna y marte iba a ser un paraí­so (por lejano) en comparación
"luz solar" son putos fotones son masa relativista, no masa, no intercambio de cantidad de movimiento exceptuando el déficit de velocidad que tenga el fotón en la hostia que se meta con las moléculas de la vela que hace que se frene MARGINALMENTE, y eso sí­, eso es cantidad de movimiento que se queda en la dirección correcta... en la dirección correcta pero con menos entusiasmo que Otegui comulgando.

Ah, vale, tienes razón tanto tú como Ghostdog, estaba yo en mi parra entendiendo las "partí­culas que salen del sol" como radiación electromagnética pero ahora he pillado el sentido. Apuntad para los anales del areopaja un post de envainársela cortesmente, que pocos se ven.

Putas y barcos

No te subimos al hilo de Golds porque te ha faltado rematar con un [img] espectacular, no sé, un gato estrangulandose con dos vueltas de alambre de espino, pero, aun vivo, se mantieen en puntillas con un sombrero mejicano calado de los que tienen todo su perí­metro orlados de cascabeles... pero vaya, apuntado queda...

Baku

It's very difficult todo esto.

Baku

It's very difficult todo esto.

Putas y barcos

Cita de: Baku en Mayo 21, 2015, 09:42:41 PM
Cita de: Ni putas ni barco en Mayo 21, 2015, 06:46:11 PM
no masa, no intercambio de cantidad de movimiento



haces trampas, no pones lo que digo después, que vale, que es una necedad desde el punto de vista fí­sico, pero explica a esta tropa la diferencia entre masa de inercia y masa de atracción gravitatoria cuando, oh, casualidad, coinciden hasta el octavo decimal experimentado sin ningún modelo fí­sico hoy que lo justifique con el consenso de la comunitat (una posible igualdad ontologica, quicir)...

Baku

Cita de: Ni putas ni barco en Mayo 21, 2015, 09:50:13 PM
Cita de: Baku en Mayo 21, 2015, 09:42:41 PM
Cita de: Ni putas ni barco en Mayo 21, 2015, 06:46:11 PM
no masa, no intercambio de cantidad de movimiento



haces trampas, no pones lo que digo después, que vale, que es una necedad desde el punto de vista fí­sico, pero explica a esta tropa la diferencia entre masa de inercia y masa de atracción gravitatoria cuando, oh, casualidad, coinciden hasta el octavo decimal experimentado sin ningún modelo fí­sico hoy que lo justifique con el consenso de la comunitat (una posible igualdad ontologica, quicir)...

El fotón ni tiene masa inercial ni gravitatoria (que son lo mismo según Albert) pero tiene momento aunque esto no tiene nada que ver con la relatividad sino con la cuántica.
It's very difficult todo esto.

Greñas

#546
Envidia me dais... mira que me mola el tema pero soy de letras. ¿Podéis recomendarme un libro divulgativo tipo " conceptos basicos de fisica cuantica para idiotas"?
Las abejas no pierden un segundo de su existencia mostrando a las moscas que la miel es mejor que la mierda.

Putas y barcos

sí­, ahora veo la lux interior...
...y me avergí¼enzo de mezclar fotones sin masa, cierto, con fotones sin cantidad de movimiento, falso, y donde dice variación de velocidad va una variación en la frecuencia de sus vivos colores cuando se mete la castaña con la vela de átomos cachas... es todo muy lamentable. voy a llorar por las esquinas...

Putas y barcos

el patillas es el licenciado en fí­sicas, doctor en optrónica y docente de magufos, le toca a el pues proponer cuántica para dummies sin ecuaciones pero con ecuaciones...

Baku

Cita de: Greñas en Mayo 21, 2015, 10:04:08 PM
Envidia me dais... mira que me mola el tema pero soy de letras. ¿Podéis recomendarme un libro divulgativo tipo " conceptos basicos de fisica cuantica para idiotas"?

Este

https://www.epublibre.org/libro/detalle/2365

tiene buena pinta aunque reconozco que no lo he leí­do.

Yo empecé de chico con Asimov ("El Universo" e "Introducción a la Ciencia") amenos y fácil de entender.

Cuando llegues a "El Camino a la Realidad " de Penrose avisas.
It's very difficult todo esto.

yonnon

Cita de: Baku en Mayo 21, 2015, 10:40:00 PM
Cita de: Greñas en Mayo 21, 2015, 10:04:08 PM
Envidia me dais... mira que me mola el tema pero soy de letras. ¿Podéis recomendarme un libro divulgativo tipo " conceptos basicos de fisica cuantica para idiotas"?

Este

https://www.epublibre.org/libro/detalle/2365

tiene buena pinta aunque reconozco que no lo he leí­do.

Yo empecé de chico con Asimov ("El Universo" e "Introducción a la Ciencia") amenos y fácil de entender.

Cuando llegues a "El Camino a la Realidad " de Penrose avisas.

que le añada las lecturas de Michio Kaku, Brian Greene (El Universo Elegante) y evidentemente a Einstein.
Penrose mejor al final  ;D. Pero si es masoquista, antes que el Camino A La Realidad que se trague La Nueva Mente del Emperador.
desde el momento que se destruye la reputación del que disiente, se cierra la boca al que tiene otra opinión, se censuran las voces disonantes y se instaura un relato único, desde ese momento ya no es ciencia, es propaganda.

yonnon

texto con imagenes, aqui:

www.maestroviejodespierta.com/2015/05/25/fisica-cuantica-que-es-realmente-lo-real/

A Owen Maroney le preocupa que los fí­sicos hayan pasado la mayor parte de un siglo participando en un fraude.

Desde que se inventó la teorí­a cuántica a principios de 1900, explica Maroney, fí­sico de la Universidad de Oxford, Reino Unido, han estado hablando de lo extraña que es â€"cómo es que las partí­culas y los átomos se mueven en muchas direcciones a la vez, por ejemplo, o girar en sentido horario y en sentido antihorario simultáneamente. Pero hablar no es una prueba, dice Maroney. “Si le decimos al público que la teorí­a cuántica es rara, es mejor salir y probar que en realidad es cierto”, dice. “De lo contrario no estamos haciendo ciencia, sólo estamos explicando algunos divertidos garabatos en una pizarra.”

Este sentimiento es el que ha llevado a Maroney y a otros a desarrollar una nueva serie de experimentos que revelen la naturaleza de la función de onda, esa misteriosa entidad que se encuentra en el corazón de la rareza cuántica. Sobre el papel, la función de onda es simplemente un objeto matemático que los fí­sicos denotan con la letra griega psi (Ψ) â€"uno de divertidos garabatos de Maroneyâ€" y se usa para describir el comportamiento cuántico de una partí­cula. Dependiendo del experimento, la función de onda les permite calcular la probabilidad de observar un electrón en cualquier lugar determinado, o las posibilidades de que su giro se oriente hacia arriba o hacia abajo. Pero las matemáticas no arrojan luz sobre lo que realmente es una función de onda. ¿Es una cosa fí­sica? ¿O simplemente es una herramienta de cálculo para manejar la ignorancia de un observador acerca del mundo?

Las pruebas que se utilizan para trabajar en ello son extremadamente sutiles, y todaví­a tienen que producir una respuesta definitiva. Pero los investigadores son optimistas acerca de que una solución está cerca. Si esto es así­, puede que finalmente seamos capaces de responder a las preguntas que han persistido durante décadas. ¿Puede una partí­cula realmente estar en varios lugares al mismo tiempo? ¿Está el universo continuamente escindiéndose en mundos paralelos, cada uno con una versión alternativa de nosotros mismos? ¿Existe eso llamado realidad objetiva?

“Esta clase de preguntas son las que todo el mundo se ha preguntado en algún momento”, dice Alessandro Fedrizzi, fí­sico de la Universidad de Queensland, en Brisbane, Australia. “Qué es realmente lo real?”

Los debates sobre la naturaleza de la realidad se remontan a los primeros dí­as que los fí­sicos de la teorí­a cuántica constataron que las partí­culas y las ondas son dos caras de la misma moneda. Un ejemplo clásico es el experimento de doble rendija, en el que los electrones individuales se encienden en una barrera con dos aberturas: el electrón parece pasar a través de ambas rendijas exactamente de la misma manera que lo hace una onda de luz, creando un patrón de bandas de interferencia en el otro lado (ver ‘rarezas onda-partí­cula‘). En 1926, el fí­sico austriaco Erwin Schrí¶dinger inventó la función de onda para describir este comportamiento, e ideó una ecuación que permite a los fí­sicos calcularla en cualquier situación (1) dada. Pero ni él ni nadie podí­a decir nada sobre la naturaleza de la función de onda.

La ignorancia es felicidad

Desde una perspectiva práctica, su naturaleza no importa nada. El libro de texto de la interpretación de Copenhague de la teorí­a cuántica, desarrollada en la década de 1920, principalmente por los fí­sicos Niels Bohr y Werner Heisenberg, trata a la función de onda como nada más que una herramienta para predecir los resultados de las observaciones, y advierte a los fí­sicos que no se preocupen por la realidad que hay debajo . “No se puede culpar a la mayorí­a de los fí­sicos de seguir este etos ‘cállate y calcula’, ya que ha dado lugar a grandes avances en la fí­sica nuclear, la fí­sica atómica, la fí­sica de estado sólido y la fí­sica de partí­culas”, señala Jean Bricmont, un fí­sico estadí­stico de la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica. “Así­ que, ellos dicen, venga, no nos preocupemos por las grandes preguntas.”

Pero algunos fí­sicos sí­ se preocupan de alguna manera. Allá por la década de 1930, Albert Einstein rechazó la interpretación de Copenhague, y no tanto porque permitiera que dos partí­culas entrelazaran sus funciones de onda, produciendo una situación en la que las mediciones en una pudiesen determinar instantáneamente el estado de la otra, incluso cuando las partí­culas estuvieran separadas por grandes distancias. En vez de aceptar lo que llamó la “acción fantasmal a distancia”, Einstein preferí­a creer que funciones de onda de las partí­culas estaban incompletas. Quizás, sugirió, las partí­culas tienen algún tipo de “variables ocultas” que determinan el resultado de la medición, pero que las teorí­as cuánticas no captan.

Los experimentos desde entonces han demostrado que esta acción fantasmal a distancia es muy real, lo que descarta la versión particular de variables ocultas que defendí­a Einstein. Pero eso no ha impedido que otros fí­sicos den sus propias interpretaciones. Estas interpretaciones se dividen en dos grandes campos. Los que están de acuerdo con Einstein de que la función de onda representa nuestra ignorancia â€"eso que los filósofos llaman, modelo epistémico-psi. Y los que vern la función de onda como una entidad real, modelo óntico-psi.

Para apreciar la diferencia, considere el experimento mental que Schrí¶dinger describió a Einstein en una carta de 1935. Imagine que un gato está encerrado en una caja de acero. E imagine que la caja también contiene una muestra de material radiactivo que tiene un 50% de probabilidades de emitir en una hora un producto desintegrante, y a su lado un aparato que va a envenenar el gato si detecta tal desintegración. Debido a que la desintegración radiactiva es un evento cuántico, escribió Schrí¶dinger, las reglas del estado de la teorí­a cuántica dice que, al cabo de la hora, la función de onda en el interior de la caja debe ser una mezcla igual a la de gato vivo y gato muerto.

“Hablando claro”, dice Fedrizzi, “según el modelo epistémico-psi el gato de la caja está vivo o está muerto, y nosotros simplemente no lo sabemos porque la caja está cerrada”. Sin embargo, la mayorí­a de los modelos ónticos-psi, de acuerdo con la interpretación de Copenhague, hasta que un observador no abre la caja y mira, el gato está vivo y está muerto.

Pero aquí­ es donde el debate se queda atascado. ¿Cuál de las diversas interpretaciones de la teorí­a cuántica es la correcta? Eso es una pregunta difí­cil de responder de forma experimental, debido a que las diferencias entre los modelos son sutiles: para ser viable, tienen que predecir esencialmente los mismos fenómenos cuánticos tal como tuvo éxito la interpretación de Copenhague. Andrew White, fí­sico de la Universidad de Queensland, afirma que, en la mayor parte de sus 20 años de carrera en las tecnologí­as cuánticas “el problema era como subir una montaña lisa y gigante sin puntos de apoyo, no hay manera de atacarla”.

Eso cambió en 2011, con la publicación de un teorema sobre las mediciones cuánticas que parecí­a descartar los modelos de la ignorancia de la función de onda (2). Sin embargo, bajo una inspección más cercana, el teorema resultó dejar suficiente margen de maniobra para que dichos modelos puedan sobrevivir. No obstante, esto inspiró a los fí­sicos acerca de pensar seriamente en la manera de resolver el debate de probar la realidad [óntica] de la función de onda. Maroney ya habí­a ideado un experimento que en principio deberí­a funcionar (3), y tanto él como otros pronto encontraron la manera de hacer que funcionara en la práctica (4), (5), (6). El experimento fue llevado a cabo el año pasado por Fedrizzi, White y otros (7).

Para ilustrar la idea que habí­a detrás de la prueba, imagine dos mazos de cartas. Una conteniendo sólo cartas rojas; la otra conteniendo solamente ases. “Tú das una carta y pides que la identifiquen sobre la mesa”, explica Martin Ringbauer, fí­sico de la Universidad de Queensland. “Si es un as rojo, hay una superposición y usted no será capaz de decir de qué mazo viene”. Pero si usted sabe cuántas cartas de cada tipo están en cada mesa, al menos podrá calcular con qué frecuencia se producirán este tipo de situaciones ambiguas.

En la estacada

Una ambigí¼edad similar ocurre en los sistemas cuánticos. No siempre es posible que una sola medición en el laboratorio pueda distinguir cómo se polariza un fotón. “En la vida real, es bastante más fácil decir al oeste desde un poco al sur del este, pero en los sistemas cuánticos, no es tan simple”, dice White. De acuerdo con la interpretación estándar de Copenhague, no hay ningún punto al que preguntar qué polarización es, porque la pregunta no tiene respuesta, o al menos, no hasta que otra medición puede determinar que una respuesta precisa.

Eso es esencialmente lo que probó el equipo de Fedrizzi. El grupo midió la polarización y otras caracterí­sticas en un haz de fotones, y se encontró con un nivel de solapamiento que no podí­a ser explicado por los modelos de la ignorancia. Los resultados apoyan el punto de vista alternativo de que, si existe una realidad objetiva, entonces, la función de onda es real. “Es realmente impresionante que el equipo haya sido capaz de abordar un tema tan profundo, con lo que en realidad es un experimento muy simple”, dice Andrea Alberti, fí­sico de la Universidad de Bonn en Alemania.

La conclusión, aun asi, sigue sin estar blindada, porque los detectores solamente recogen alrededor de una quinta parte de los fotones utilizados en la prueba, el equipo tuvo que asumir que los fotones perdidos se comportaban de la misma forma (7). Eso es una gran suposición, y el grupo está actualmente trabajando en cerrar la brecha de muestreo para producir un resultado definitivo. Entre tanto, el equipo de Maroney, en Oxford, está colaborando con un grupo de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Australia, para realizar pruebas similares con iones, que son más fáciles de seguir que los fotones. “En los próximos seis meses podremos tener una versión indiscutible de este experimento”, dice Maroney.

Pero incluso si sus esfuerzos tienen éxito y los modelos de función de onda como realidad óntica se ven favorecidos, tales modelos vendrán en una variedad de sabores, y los experimentadores aún tendrán que elegir aparte.

Uno de esas primeras interpretaciones fue establecida en 1920 por el fí­sico francés Louis de Broglie (8), y ampliada en 1950 por el fí­sico estadounidense David Bohm (9), (10). De acuerdo con los modelos de Broglie-Bohm, las partí­culas tienen ubicaciones y propiedades definidas, pero son guiadas por algún tipo de ‘onda piloto’ que a menudo se identifica con la función de onda. Esto explicarí­a el experimento de la doble rendija, ya que la onda piloto serí­a capaz de viajar a través de las dos rendijas y producir un patrón de interferencia en el otro lado, a pesar de que el electrón que lo guí­a tendrí­a que pasar a través de una u otra hendidura.

En 2005, la mecánica de Broglie-Bohm recibieron un impulso experimental desde una fuente inesperada. Los fí­sicos, Emmanuel Fort, ahora en el Instituto Langevin de Parí­s, e Yves Couder, en la Universidad Diderot de Parí­s, dieron a los estudiantes en una clase de laboratorio, lo que pensaban que serí­a una tarea bastante sencilla: construir un experimento para ver cómo las gotas de aceite que caen en un bandeja llena de aceite se fusionarí­an conforme se hiciera vibrar la bandeja. Para sorpresa de todos, se empezaron a formar ondas alrededor de las gotitas cuando la bandeja topaba con una cierta frecuencia de vibración. “Las gotas estaban auto-propulsándose â€"surfeaban o caminaban sobre sus propias ondasâ€"“, relataba Fort. “Esto era un objeto dual que estábamos viendo, una partí­cula impulsada por una onda.”

Desde entonces, Fort y Couder han demostrado que tales ondas pueden guiar a estos ‘caminantes’ a través del experimento de la doble rendija según lo predicho por la teorí­a de la onda piloto, y puede imitar otros efectos cuánticos (11). Esto no prueba que existan ondas piloto en el reino cuántico, advierte Fort. Pero sí­ muestran cómo podrí­a funcionar una onda piloto a escala atómica. “Nos enseñaron que tales efectos no podí­an suceder en la fí­sica clásica, y aquí­ se demuestra que sí­ lo hacen.”

Otro conjunto de modelos basados ​​en la realidad, ideado en la década de 1980, trata de explicar las sorprendentemente distintas propiedades de los objetos pequeños y los grandes. “¿Por qué los electrones y los átomos pueden estar en dos lugares diferentes al mismo tiempo, y las mesas, las sillas, la gente y los gatos no pueden”, espeta Angelo Bassi, fí­sico de la Universidad de Trieste, Italia. Las conocidas como “modelos colapso’, estas teorí­as postulan que las funciones de onda de las partí­culas individuales son reales, pero que pueden perder espontáneamente sus propiedades cuánticas y pasar a partí­cula en, digamos, de una sola ubicación. Los modelos están configurados de manera que las probabilidades de que esto ocurra son infinitesimales para una sola partí­cula, por lo que los efectos cuánticos dominan a escala atómica. Sin embargo, la probabilidad de colapso crece astronómicamente conforme las partí­culas se agrupan, por lo que los objetos macroscópicos pierden sus caracterí­sticas cuánticas y se comportan de manera clásica.

Una forma de probar esta idea es buscar el comportamiento cuántico en objetos más y más grandes. Si la teorí­a cuántica estándar es correcta, no hay lí­mite. Y los fí­sicos ya han llevado a cabo experimentos de interferencia de doble rendija con grandes moléculas (12). Pero si los modelos de colapso son correctos, entonces los efectos cuánticos no aparecerí­an por encima de una cierta masa. Varios grupos están planeando para buscar ese punto de corte usando átomos, moléculas, cúmulos y nanopartí­culas metálicas frí­as. Tienen la esperanza de ver resultados dentro de una década. “Lo bueno de todo este tipo de experimentos es que vamos a estar sometiendo la teorí­a cuántica a pruebas de alta precisión, a las que nunca se ha sometido antes”, comenta Maroney.

Mundos paralelos

Un modelo de función de onda como realidad ya es famoso y querido por los escritores de ciencia-ficción: la interpretación de varios mundos desarrollado en 1950 por Hugh Everett, entonces estudiante graduado en la Universidad de Princeton en Nueva Jersey. En esta imagen de muchos mundos, la función de onda gobierna la evolución de la realidad tan profundamente que siempre que se hace una medición cuántica, el universo se divide en copias paralelas. En otras palabras, abres la caja del gato y se ramifican dos mundos paralelos, uno con un gato vivo y otro que contiene un cadáver.

La distinguida interpretación de universos paralelos de Everett desde la teorí­a cuántica estándar es difí­cil, porque ambas hacen exactamente las mismas predicciones. Pero el año pasado, Howard Wiseman, en la Universidad de Griffith, en Brisbane, y sus colegas, propusieron un comprobable modelo multiverso (13). Su marco no contiene la función de onda: las partí­culas obedecen reglas clásicas como las leyes del movimiento de Newton. Los efectos extraños observados en los experimentos cuánticos surgen porque hay una fuerza de repulsión entre partí­culas y sus clones en los universos paralelos. “La fuerza de repulsión entre ellos crea ondas que se propagan a través de todos estos mundos paralelos”, dice Wiseman.

El uso de simulaciones por ordenador con 41 mundos interactuando, ha demostrado que este modelo reproduce más o menos un número de efectos cuánticos, incluyendo las trayectorias de las partí­culas en el experimento de la doble rendija (13). El patrón de interferencia se hace más cercano al predicho por la teorí­a cuántica estándar conforme el número de mundos aumenta. Dado que esta teorí­a predice resultados diferentes en función del número de universos, apunta Wiseman, deberí­a ser posible idear maneras de comprobar si su modelo multiverso es correcto, lo que significarí­a que no hay una función de onda y la realidad es enteramente clásica.

Debido a que el modelo de Wiseman no necesita una función de onda, seguirá siendo viable incluso si los experimentos futuros descartan los modelos epistémicos de la ignorancia. También le sobrevivirí­an modelos, como la interpretación de Copenhague, que sostienen que no hay realidad objetiva, sólo mediciones.

Pero entonces, dice White, este es el último desafí­o. Aunque, claro, no se sabe cómo hacerlo, dice, “lo que de verdad serí­a realmente emocionante es idear una prueba para comprobar si existe, de hecho, alguna realidad objetiva por ahí­.”
desde el momento que se destruye la reputación del que disiente, se cierra la boca al que tiene otra opinión, se censuran las voces disonantes y se instaura un relato único, desde ese momento ya no es ciencia, es propaganda.

yonnon

desde el momento que se destruye la reputación del que disiente, se cierra la boca al que tiene otra opinión, se censuran las voces disonantes y se instaura un relato único, desde ese momento ya no es ciencia, es propaganda.

Putas y barcos

http://actualidad.rt.com/ciencias/176533-experimento-demostrar-realidad-existe-mirar-medir

Elegante experimento sobre "el gato medio vivo y necio muerto de Srhoedinger"... leanlo un par en veces, porque, en definitiva, no es precisamente intuitivo lo que se muestra (sobre todo si uno espera que las cosas sean más bien menos platónicas y si más rollo "es lo que es",... vamos, que la realidad es poliédrica y accesible a ver su proyección en nuestra experiencia de modos esencialmente impares, en plan, vaya, que chungo, pues es cierto que Dios juega dados y el hebreo Einstein NO tení­a razón)...

patillotes