Posible Baneo

[Paquito Comocho]

Gordo y calvo jajajaa qué ridí­culo, ¿qué más te falta? ¿ser pálido?

   Y además, desnudo pierdo.

[patillotes]

La leche, no habí­a leí­do eso.
¿Cómo narices casas tus creencias católicas con el karma, Porfi?

Mucho mas chungo lo tendria un protestante, sobre todo un Calvinista. Para un catolico tampoco es tanta la diferencia.

[patillotes]

Y vaya hilo habeis hecho.

[El huevo del rey]

Quién lo iba a decir, viendo cómo empezó.

[progreta]

 
Cada uno elige, de eso se trata. Y hay quien elige mostrar el charol, sus joyas, y quien no. Yo, como todos, pude venir con mis pequeñas glorias, con lo mejor de mí­, pero elegí­ contar una experiencia dura, muy dura. Una de las cosas que recuerdo haber pensado mucho en aquellos tiempos es que hay ciertos delitos que parecen requerir de mudez a las ví­ctimas. Pasarte al otro lado del espejo. Dejar de brillar, de ser guapa o sexy o lista o capaz o autónoma, porque hay que esconderse, dejarse guiar, sobrevivir. De alguna manera es como si te lo hubieras buscado y pagaras con la opacidad, como si vivir al otro lado del espejo fuera lo que realmente demostrara que eres una ví­ctima. Me negué. Eso sí­ me parecí­a truculento. Cargué con muchas de las miserias que una situación como ésa te exige, pero no más. Y como ya escribí­ por aquí­, creo, tuve mucho cuidado en no convertirme en una ví­ctima crónica, pero tampoco en ocultar lo que he pasado. Sea por karma o por justicia poética -soy de hispánicas- he podido superarlo y pude entrar aquí­ contando mis viajes, mis logros, lo a gusto que me siento con mi pareja o cuánto me gusta mi hijo, pero opté por contar parte de aquellos tiempos al otro lado del espejo.

Lo que me ha jodido de vuestra paranoia es que el ser sincera me haya acarreado esta pesadez de que penséis que soy quien no soy. No deja de ser curioso. Pero bueno, estamos igualados: algunos de vosotros os habéis equivocado conmigo y yo me he equivocado con algunos de vosotros. Os creí­a menos tocados del ala con esta cosa de la ciberparanoia y menos endogámicos.

Y ya dejo de dar la chapa con el regalo de mi ip, por si confirma que no soy ningún personajillo.

[Dan]

Es que hemos tenido muchos aficionados al cambio de cerebro, y claro.

[progreta]

¿Pero tanta experiencia y tanto ingenio y no poder distinguir a un troll de alguien que pretende participar en un foro? Y luego a quejarse de que es que no entra gente, joer, y os extrañará...

[Dan]

También estamos acostumbrados a gente que tiene una cara más o menos normal y un reverso trollebroso.

Nada que ver con el PHN.

[Paquito Comocho]

Cada uno elige, de eso se trata. Y hay quien elige mostrar el charol, sus joyas, y quien no. Yo, como todos, pude venir con mis pequeñas glorias, con lo mejor de mí­, pero elegí­ contar una experiencia dura, muy dura. Una de las cosas que recuerdo haber pensado mucho en aquellos tiempos es que hay ciertos delitos que parecen requerir de mudez a las ví­ctimas. Pasarte al otro lado del espejo. Dejar de brillar, de ser guapa o sexy o lista o capaz o autónoma, porque hay que esconderse, dejarse guiar, sobrevivir. De alguna manera es como si te lo hubieras buscado y pagaras con la opacidad, como si vivir al otro lado del espejo fuera lo que realmente demostrara que eres una ví­ctima. Me negué. Eso sí­ me parecí­a truculento. Cargué con muchas de las miserias que una situación como ésa te exige, pero no más. Y como ya escribí­ por aquí­, creo, tuve mucho cuidado en no convertirme en una ví­ctima crónica, pero tampoco en ocultar lo que he pasado. Sea por karma o por justicia poética -soy de hispánicas- he podido superarlo y pude entrar aquí­ contando mis viajes, mis logros, lo a gusto que me siento con mi pareja o cuánto me gusta mi hijo, pero opté por contar parte de aquellos tiempos al otro lado del espejo.

Lo que me ha jodido de vuestra paranoia es que el ser sincera me haya acarreado esta pesadez de que penséis que soy quien no soy. No deja de ser curioso. Pero bueno, estamos igualados: algunos de vosotros os habéis equivocado conmigo y yo me he equivocado con algunos de vosotros. Os creí­a menos tocados del ala con esta cosa de la ciberparanoia y menos endogámicos.

Y ya dejo de dar la chapa con el regalo de mi ip, por si confirma que no soy ningún personajillo.

   No, definitivamente no eres Hamasonia. Ella no escribe así­, y además su teclado no tiene bés.

   ¿Te han dicho ya que te escanees las tetas?

[kim]

Gordo y calvo jajajaa qué ridí­culo, ¿qué más te falta? ¿ser pálido?

Y no sé si estoy pillando muy bien el asunto. ¿Creéis que nick es amazonia? ¿Nos estamos volviendo gilipollas o qué?

Nos estamos volviendo, dice... ánimalico.

[Warm]

Cada uno elige, de eso se trata. Y hay quien elige mostrar el charol, sus joyas, y quien no. Yo, como todos, pude venir con mis pequeñas glorias, con lo mejor de mí­, pero elegí­ contar una experiencia dura, muy dura. Una de las cosas que recuerdo haber pensado mucho en aquellos tiempos es que hay ciertos delitos que parecen requerir de mudez a las ví­ctimas. Pasarte al otro lado del espejo. Dejar de brillar, de ser guapa o sexy o lista o capaz o autónoma, porque hay que esconderse, dejarse guiar, sobrevivir. De alguna manera es como si te lo hubieras buscado y pagaras con la opacidad, como si vivir al otro lado del espejo fuera lo que realmente demostrara que eres una ví­ctima. Me negué. Eso sí­ me parecí­a truculento. Cargué con muchas de las miserias que una situación como ésa te exige, pero no más. Y como ya escribí­ por aquí­, creo, tuve mucho cuidado en no convertirme en una ví­ctima crónica, pero tampoco en ocultar lo que he pasado. Sea por karma o por justicia poética -soy de hispánicas- he podido superarlo y pude entrar aquí­ contando mis viajes, mis logros, lo a gusto que me siento con mi pareja o cuánto me gusta mi hijo, pero opté por contar parte de aquellos tiempos al otro lado del espejo.

Lo que me ha jodido de vuestra paranoia es que el ser sincera me haya acarreado esta pesadez de que penséis que soy quien no soy. No deja de ser curioso. Pero bueno, estamos igualados: algunos de vosotros os habéis equivocado conmigo y yo me he equivocado con algunos de vosotros. Os creí­a menos tocados del ala con esta cosa de la ciberparanoia y menos endogámicos.

Y ya dejo de dar la chapa con el regalo de mi ip, por si confirma que no soy ningún personajillo.

 Nick, yo no cuestiono que contases tu historia, estás en todo tu derecho y además me atrevo a decir que tu forma de vivirla y tu elección fue la acertada. En su momento yo conté la mí­a y no fui tan valiente como tú.  Tu historia es terrible y usé la palabra truculenta porque precisamente me resultó horrible en grado extremo (si eres de hispánica entenderás el término) no sólo por el tema de los malos tratos, que eso más o menos está a la orden del dí­a y todos lo hemos vivido en el entorno, sino por( llamémoslo justicia poética del destino que lo del karma es asunto sensible) el asunto del tipo deseándote que murieses de cáncer y él cayendo de la enfermedad.

          Lo de pensar en Amazonia, es que la í­nclita ya ha colado varios personajes en el foro sin que se coscara el personal y al colgar tú su mensaje de baneo se entendió que estabas descubriéndote. No obstante, a toro pasado, recalco que en mi mensaje ya introduje "si se confirma" que yo tení­a mis dudas.

         [Lo curioso es que quien creyó totalmente que Amazonia era Nick o viceversa fue Carson que es quién más conoce a la í­nclita.

[Rednuts]

Lo de pensar en Amazonia, es que la í­nclita ya ha colado varios personajes en el foro sin que se coscara el personal

Sin que se coscaran los que son un poco tontos, ejem.

[Dan]

Yo hace tiempo que declaré, y ejerzo, como pasota en el esfuerzo de distingos. Pero me sigue pareciendo fascinante que haya gente que crea que esconderse en un foro es una especie de certificado de habilidad e inteligencia sin par. Tienen que ser como para conocerlos en persona. Y salir corriendo rápido.

[Carson_]

En primer lugar, Amazonia no es un troll, ni un personajillo ni demás lindezas que vais soltando.

Fue JM (un moderador) quien dijo que ese aviso le salí­a a Amazonia, lo que me recordó que lleva años insinuándome que un dí­a se creará un personaje que ni yo reconoceré. Pensé: esta vez lo ha conseguido. Lo único que no me encajaba es que colgara fotos, es bastante negada, como yo.

La multinick que decí­s, en Aréopago sólo se inventó al  jardinero, y fue durante uno de los muchí­simos baneos. Siempre acaba desvelando su identidad.

Me parecerí­a más honesto (hola Szalai) que admitierais que Amazonia no da el perfil, qué sé yo, que el verde no os gusta o que los isleños quedan excluidos de Aréopago, antes que inventar agravios para impedir su participación.

Como las oposiciones, pero a la inversa. Oiga, si las plazas están otorgadas eví­teme el paripé de presentarme, pero sobre todo, no me justifique méritos del enchufado.

[Paquito Comocho]

Cada uno elige, de eso se trata. Y hay quien elige mostrar el charol, sus joyas, y quien no. Yo, como todos, pude venir con mis pequeñas glorias, con lo mejor de mí­, pero elegí­ contar una experiencia dura, muy dura. Una de las cosas que recuerdo haber pensado mucho en aquellos tiempos es que hay ciertos delitos que parecen requerir de mudez a las ví­ctimas. Pasarte al otro lado del espejo. Dejar de brillar, de ser guapa o sexy o lista o capaz o autónoma, porque hay que esconderse, dejarse guiar, sobrevivir. De alguna manera es como si te lo hubieras buscado y pagaras con la opacidad, como si vivir al otro lado del espejo fuera lo que realmente demostrara que eres una ví­ctima. Me negué. Eso sí­ me parecí­a truculento. Cargué con muchas de las miserias que una situación como ésa te exige, pero no más. Y como ya escribí­ por aquí­, creo, tuve mucho cuidado en no convertirme en una ví­ctima crónica, pero tampoco en ocultar lo que he pasado. Sea por karma o por justicia poética -soy de hispánicas- he podido superarlo y pude entrar aquí­ contando mis viajes, mis logros, lo a gusto que me siento con mi pareja o cuánto me gusta mi hijo, pero opté por contar parte de aquellos tiempos al otro lado del espejo.

Lo que me ha jodido de vuestra paranoia es que el ser sincera me haya acarreado esta pesadez de que penséis que soy quien no soy. No deja de ser curioso. Pero bueno, estamos igualados: algunos de vosotros os habéis equivocado conmigo y yo me he equivocado con algunos de vosotros. Os creí­a menos tocados del ala con esta cosa de la ciberparanoia y menos endogámicos.

Y ya dejo de dar la chapa con el regalo de mi ip, por si confirma que no soy ningún personajillo.

   llamémoslo justicia poética del destino que lo del karma es asunto sensible

   Llámalo como quieras, moza. No dejes que mis derivas mentales te priven de escribir lo que te salga de las narices. A mí­ cualquier creencia no basada en la razón me produce el mismo efecto, pero no es nada personal.