Estados Unidos, Rusia y China, ejes de la trituradora que pilla a la UE en medio, en la conferencia de seguridad en Munich (donde a cuenta de Libia, Italia que va con los turcos y Francia que va con los rusos, se miran como novios en mitad de una orgía) al puto polaco de los cojones le ha dad por recordar que la frontera oriental de la UE no se derrumba porque existe la OTAN, que sino Putin se folla Polonia atravesando Bielorrusia y Ucrania... vamos que el papel de protección del ejército estadounidense es «impagable», diferenciando así entre potencias amigas y potencias enemigas y defendiendo la continuidad de la vinculación de la política exterior de la UE a la estadounidense (que no quiere nadie menos los mierdas habituales, hola Holanda). Fue en este punto en el que Borrell quiso servirse de ese ejemplo para ilustrar cuán complicado es el día a día de la diplomacia europea. «Usted», le respondió al ministro polaco, vive en libertad gracias al Vaticano y a los EE.UU.». «Yo en cambio», aludió a modo de comparación, «viví en España bajo la dictadura durante cuarenta años precisamente a causa del Vaticano y de los EE.UU.. Así que no puedo decir que veo a los EE.UU. de la misma manera que usted»... OLE!