Tragedia de los comunes.Yo quería perder unos quilos, bajar de los noventa, no más. Pensé de que productos abusaba y me recaté del alcohol y del pan.
Pero hete aquí que te hete, ¡ay!, que los daños colaterales (si tal se pueden llamar) me hace hablar con más soltura, sin trabucarme ni vacilar, pero me han secado el cerebro. Sin imaginación, sin ideas, en blanco. No soy capaz de escribir nada interesante.
1.- Todos los gatos muertos.Esa ha sido la primera novedad cuando he llegado al pueblo.
Los gatos locales disponían de gran territorio; las casas de sus amos como cubil y todas las de los emigrados y veraneantes como zonas de caza y paso. Teníamos de habituales convidados a los mininos de los vecinos, hijos de mil padres (los felinos, no las personas), entre ellos una gata moteada de negro, naranja y blanco cuyo dueño aseguraba que llevaba con él más de veinte años, viejísima y lenta como era aún traía pequeñas camadas de apenas dos cachorros al mundo.
Los gigantescos y temibles mastines de los pastores y los sabuesos de frágil cuello y enormes orejotas caídas de los cazadores estaban tan acostumbrados a su omnipresencia que ni se molestaban en asustarlos. Así que su único predador natural era la garduña del sotobosque que rodea al pueblo y aún ésta con ser feroz, solo atacaba a las crías. Hasta ahora.
Un vecino molesto con el desparpajo gatuno a la hora de pasearse por casa ajena, no ha tenido otra ocurrencia que llenar el patio de su casa con carne picada de casquería envenenada con estricnina, para que los gatos una vez comidos se fueran a morir bien lejos. Y oye, está en su casa y puede hacer en ella lo que quiera, son las ventajas (¿?) de la libertad.
2.- La paella comunal.En pueblos del norte de Palencia y a mediados de agosto se celebra la feria del cangrejo. Extinguida que fue la especie autóctona unos treinta años ha, se repoblaron el Pisuerga y sus subsidiarios con el cangrejo americano, un pequeño blindado articulado de grueso caparazón y magras carnes, brazos como Popeye y patitas de alambre que no obstante le permiten montarse expediciones por tierra firme.
Adquiere tras su cocción un rojo bermellón intenso y una rigidez de cigala. Embebidas sus carnes en la salsa vegetal, aceitosa y ligeramente picante de las grandes cazuelas, el mismo caldo en los que los sumerges enteros, son un plato muy solicitado. Aunque menos que la tradicional paella, o arroz caldoso con cangrejo de río para no suscitar la irritación de los levantinos.
Es el caso que en O*** celebraban sus fiestas con una de estas "paellas" para todo el vecindario, en plan comida comunal con gigantescos recipientes donde prepararlas, hectolitros de agua, decalitros de aceite, quilos y quilos de arroz, canastas enteras de cangrejos, decenas de panes de a quilo y cajas de tintos del Duero. Tableros de patas desmontables y bancos corridos, los paisanos sólo tenían que llevar plato, vaso y cubertería.
Principiaron algunos por apartarse de las mesas comunales recién servidos para comer por su cuenta. Siguieron otros la escalada separatista llevándose los platos humeantes a su casa para no ver a los demás... A la final la comisión de fiestas que se pasaba la mañana preparando la "paella", montando el comedor y sirviéndola a sus vecinos se quedaba sola para fregar y recoger el tingladillo. Y para peor los veraneantes, exigentes, les metían prisa para comer a su hora, que para eso pagaban.
Total que para estar así, dejó de hacerse la "paella". Este año han tratado de volver a ponerla en marcha. Lo primero que han hecho los emprendedores con iniciativa es pedir una subvención al Ayuntamiento y otra a la Diputación palentina. Lo siguiente contratar a un profesional de la materia un afable anciano que viviendo de las rentas que le proporcionan el restaurante que posee en Santander cerca del puerto pesquero y una granja de ganado vacuno y equino en Maliaño, gusta de sacarse unos dinerillos practicando su afición favorita: preparar paellas para cientos de comensales o bocadillos de decenas de metros de largo.
http://www.paellasgigantesvicente.com/3.
- Soldadores vizcaitarras.Tras el desmantelamiento del emporio siderúrgico estatal en la ría del Nervión las pequeñas empresas asociadas supieron salir adelante imitando el modo de vida de los antiguos chamarileros que iban de aldea en aldea reparando los calderos de bronce o trocándolos por ollas de aluminio. Los cualificados trabajadores del metal norteños diéronse a la vida transhumante en función de los intereses de la megacorporación para la que trabajaran. Así fabricantes de moldes de vehículos hasta entonces empleados por la estatal SEAT pasaron a fabricar esos mismos moldes para las factorías de la Audi-Volkswagen en Dortmund o Sao Paulo. Quienes trabajaban subcontratados en las refinerías de Cartagena y Puertollano pasaron a hacerlo en Bizerta, Orán o Argel. Quien se empleaba en centrales hidroeléctricas o nucleares en suelo patrio pasó a realizar esas mismas labores para la Alston en Gran Bretaña, Alemania, Suiza o Italia.
Es el caso que una petrolera noruega necesita reponer sus tubos de embarque, pequeños oleoductos submarinos que llevan el petróleo de las plataformas marinas a las boyas de carga donde llenan sus depósitos los navíos petroleros. Por razones de seguridad, y más en el tempestuoso Mar del Norte, no se permite que los megabuques se acerquen a menos de media milla de la plataforma extractora. Las tuberías han de resistir bajo el agua marina los embates del oleaje sin tener fugas y por motivos comprensibles las partes más sufridas son las soldaduras entre los diferentes codones de no más de cuarenta y cinco grados de torsión que son necesarios para cubrir el trayecto.
El dinero no representa problema alguno para los noruegos y están dispuestos a hacer (y pagar a buen precio) las pruebas en seco que sean necesarias hasta contratar al equipo de soldadores de la empresa vasca. Un equipo de expertos se ha desplazado desde Escandinavia para realizarlas. La empresa no sólo ha dispuesto lo mejor de su personal sino que abrumada por la cantidad de trabajo puntual está dispuesta a contratar a brigadas enteras de soldadores. Hasta sesenta candidatos llegan a ser probados a lo largo de una jornada de trabajo; las pruebas, ocioso es repetirlo, son severísimas.
Una de las primeras cosas que notan los veteranos es lo chapuceros que son los jóvenes soldadores, por lo general procedentes del sector de la construcción, cada juntura es un pegote de metal fundido que además de su mal aspecto ni siquiera garantiza que no haya microfugas.
Esto es lo que trae una Formación Profesional competitiva y eficaz volcada con la electrónica e informática (éllos) o administrativos y peluquería (éllas), que ya nadie opta por las viejas profesiones industriales de delineantes, soldadores o torneros.
Breve interludio musical que no viene a cuenta pero va.4.- El gentilhombre liberal, breve e incompleto manual de urbanidad para el siglo XXI.Sea tu lema "¡Charlie no hace surf!" y muestra tu independencia evitando las tareas comunes. No el trabajar, ojo, sino el hacer lo mismo que hacen los demás. Si hay que levantar una pared, ponte a limpiar el coche; ¿toca limpieza general?, ordena tus trastos viejos en mitad del salón. Ya terminaron con la labor: Ve detrás remozando lo que hicieron pues seguro que no es de tu gusto.
Si en la mesa alguna comida escaseara pídela para ti, no es óbice si no te gusta, lo importante es quitársela a los demás; mas como siempre hay algún retrogrado cristiano o izquierdista dispuesto a compartir, en el mismo momento que álguien diga -"te cedo la mía", responde con presteza -"pues ya no la quiero".
Ante todo los principios. No dejes que te amilanen las caras de circunstancias de los demás. Al contrario, ¡ésas miradas aviesas son tu mayor triunfo!, la prueba de que no eres uno más del rebaño. ¿No te encanta el olor a victoria a cualquier hora?
5.- Frasier has left the building.La única tienda del pueblo es un bar. Esto es España. Y como lo es, a lo largo de los noventa resurgieron los Familiares de la Inquisición prestos a denunciar las faltas ajenas. Había que echar al corrupto. Acabar con la corrupción.
Era tenedor de libros (custodio del cofrecillo más bien) el antiguo "alcalde" del pueblo, edil que lo fue con Franco, con la UCD, con el PSOE y el PRC y lo hubiera sido del PP de no ser por los familiares de la Inquisición que, puros de corazón, no toleraban tanto veletismo político o por mejor decir no soportaban a nadie que tuviera algo que ver siquiera de refilón con los socialistas.
Así que porfiaron y porfiaron siendo la base de la acusación que el ínclito había apañado terrenos del común en beneficio propio, cosa que hemos hecho todos los vecinos pero sólo él ha sido desprestigiado por ello.
Y dijéronnos con voz ahuecada -"¿Si ha sido capaz de quedarse con tal huerto, cómo no va a haberse robado el dinero de la cantina? Ya conocéis el razonamiento: Si veo porno ¿cómo no voy a ser pederasta?, si fumo tabaco, ¿cómo no voy a fumar crack?, si digo que el capitalismo especulativo nos lleva a la ruina ¿cómo no voy a poner coches-bomba y pegar tiros en la nuca?
Así pues entre broncas de taberna los justos y buenos depusieron al tirano y eligieron un triunvirato de personas de orden, de los de toda la vida entre el hastío de los no implicados. Había llegado la paz al boliche. Lástima que durara tan poco. Ahora los triunviros están enfrentados entre sí lanzándose acusaciones mutuas de corrupción. Y la verdad, traen unos vinos que no hay quien los beba pero que son los favoritos de cada uno de éllos por su precio.
6.- Reverendo Padre, yo me acuso...
De quedar como un señor al ofrecer a cualquier mujer con la que quiero convivir el compartir las labores de casa, siendo que cuando vivo sólo las hago yo por completo. Es justo señalar que ninguna me ha dicho -"Oye, oye, no. Que yo vengo acá para follarte (si eso te sube el ego) pero de cocinar, planchar, limpiar y hacer la compra te encargas tú como hasta ahora."
De pasar un mal rato en la farmacia cuando tengo que pedir un NuvaRing para élla. Qué sofoco.
De considerar de un modo inconsciente que todos los enfados femeninos son por motivos sentimentales. Soy incapaz de plantearme en primer término que una mujer puede estar cabreada por un atasco de tráfico, o el transporte público en hora punta, o la cola del centro comercial, o un mal día en la oficina.
De no ser capaz de escuchar a una mujer sin interrumpirla. Con los hombres me limito a desconectar cuando no me interesa y escuchar atento si me importa.
De pensar que cuando cuentan sus problemas esperan que yo se los solucione como si fuera el Búho Nocturno salvando a su chica del Doctor Manhattan y Ozymandias (exactamente ésa es la imagen). Ni se me pasa por la cabeza que sus batallitas sean en plan "yo que le iba a contar lo de García, y de cómo le he parado los pies".
Creo, padre, que trato a las mujeres como si fueran niñas pequeñas. En mi descargo diré que los falsos malotes también eligen a chicas de menos edad y éstas a su vez los escogen por creerse que son más expertos sin plantearse que si están libres (éllos) es porque todas las chicas de su generación (de éllos) han pasado de sus respectivos traseros.
Perdóneme padre, pero entiendo que si los jóvenes y las jóvenes tienen esos comportamientos desinhibidos en las fiestas es debido a que su precariedad laboral los hace estar hoy aquí y mañana allá. Por la misma razón éllas se sacan fotos para poder mantener a distancia una remedo de relación estable.
¿Padre, he pecado?