Claro, que tenga espacios en medios oficiales, publicidad en Youtube, premios grammy y MtV (que deciden jurados especializados de musicólogos de tronío de entre una vasta oferta musical, como todo el mundo sabe) y mil ayuditas más de la industria que ha invertido en ella no influye nada, nada. Por eso las listas de superventas están petadas de himnos de sellos independientes y ni un solo single de multinacionales. Porque viralmente y de boca en boca se acaba premiando siempre por purita casualidad a los artistas de las majors en los que se ha metido lana gansa.
Está claro que Rosalía cuenta con el apoyo de Sony y que eso es lo que genera -sin quitarle mérito al producto- el pelotazo mundial. Lo que no es verdad es lo que dicen algunos de que es un producto prefabricado por Sony (como se hace a menudo en las últimas décadas). Ha sido algo más bien como lo que se hacía toda la vida: un artista tiene una idea o produce algo, luego una multinacional piensa que le puede sacar dinero y entonces la promociona. Suelen salir cosas mejores que con el modelo puramente industrial (Spice Girls).
También es verdad que en el paraguas de Sony hay muchísima más gente que no está en las alturas de Rosalía. Hay gente que se pega un trompazo en la pared y también hay gente que se mantiene en nichos particulares de mercado. Supongo que te van promocionando y si ven que el producto responde, van adaptando la estrategia y promocionando más o menos. Pero no es solo promoción. Hay cosas que están en el lugar adecuado en el momento adecuado y pegan el pelotazo. Creo que la historia de las discográficas norteamericanas se puede leer como la búsqueda infructuosa de la fórmula matemática del pelotazo para su producción industrial. En el día a día, terminan vendiendo y promocionando de manera generalizada productos mediocres que obtienen un éxito moderado y que les dan dinero, pero que no se comen el mercado. A Rosalía, en cambio, la quieren para la gloria (está por ver si se le queman las alas o sube el Olimpo).
Por otra parte, es verdad que hoy hay gente que se levanta de la nada gracias a las redes sociales a partir de vídeos virales en youtube y cosas así que de pronto pegan el pelotazo. Así ha sido, por ejemplo con Jacob Collier (que no está en el mainstream pero sí debe estar libre de preocupaciones económicas en su nicho de mercado). Pero no ha sido el caso de Rosalía. A ella la han promocionado, porque han visto que lo que hacía se podía vender bien.