Poesí­a lo serás tú, imbécil

Iniciado por Scardanelli, Junio 12, 2006, 05:00:16 PM

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Glategoja

Era tan gorda Sofí­a
y su gordura tan fofa
que sentarse no podí­a
en el sofa,
la tí­a.


California



Sonetos sobre los dieciséis modos



Prieto de Aretino


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 1
-Follemos, alma mí­a, vamos a follar
que para follar todos nacemos.
Si tu adoras el carajo, yo amo la higa,
y un carajo serí­a el mundo sin todo esto.
Y si follar después de muerto fuese honesto,
yo dirí­a: -Moriremos de tanto follar
para más allá follar a Adán y a Eva,
que encontraron un morir tan deshonroso.
-De veras digo que si esos bribones
no hubieran comido la fruta traicionera,
sé que hoy no retozarí­an los amantes.
Mas dejémonos ya de cháchara. Hasta el corazón
hinca el carajo, y haz que allí­ se parta
el alma, que en la verga nace y muere.
Y, si es posible, fuera
de la higa no dejes los cojones,
del placer de follar siempre testigos.


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
2
-Méteme un dedo en el culo, viejote
e hí­ncame la verga poco a poco.
Alzándome bien esta pierna haz buen juego.
Luego menéate sin remilgos.
Que a fe mí­a esto es mejor bocado
que comer pan tostado junto al fuego.
Y si no te place la higa, cambia el sitio
que no es uno hombre si no es bujarrón..
-Quiero hacerlo en el coño esta vez,
y esta otra en el culo: la verga en coño y culo
me hará a mi feliz, y a vos feliz y beata.
El que quiere ser un gran maestro está loco,
pues no es más que un pajarito pierde tiempo
que en todo menos en follar se solaza.
Que la palme en el palacio
el cortesano, esperando que su rival muera,
que yo en darme a la lujuria solo pienso.




 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 3
-Esta verga quiero yo, y no un tesoro.
Ella es la que procura la dicha,
es una polla digna de una emperatriz;
esta gema vale más que un pozo de oro.
Ay de mí­, socorro polla, que me muero.
Trata de enfundarte en la matriz,
más al fin, la verga pequeña se desdice
si en la crica quiere actuar con decoro.
-Señora mí­a, es verdad lo que bien decí­s:
que quien tiene poca verga y folla en coño,
merecerí­a un enema de agua frí­a.
Si es corta, que folle por el culo noche y dí­a,
pero si es despiadada y fiera, como la mí­a,
que se desahogue siempre con los coños.
-Cierto, pero tanto nos deleitamos
con la polla, y tan divertida nos parece,
que ese obelisco delante y atrás tendremos.




 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
4
-Tienes un buen rabo, grande y bello.
Venga, déjamelo ver, si es que me amas.
-¿Quieres probar a mantenerte
con él en el coño y conmigo encima?
-¿Que si quiero probarlo? ¿que si puedo?
Mejor esto que comer o que beber.
-¿Y si así­ tumbados, luego os desgarro
y os hago daño?. -Piensas igual que el Rosso.
Vamos, ponte en la cama o en el suelo
sobre mí­, que si fueses Marforio
o algún gigante, más aún disfrutarí­a.
Pero alcanza la médula y los huesos
con esta verga tuya tan venerable,
que hasta protege a los coños de la tos.
-Abrí­os bien de piernas.
Puede que se vean por ahí­ mujeres
mejor vestidas, mas no tan bien gozadas.



 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 5
-¿Por dónde os la vais a meter?, responded,
¿por delante o por detrás? Quiero saberlo.
-¿Por qué? ¿es que os molestarí­a
si en el culo me la clavo, por desgracia?
-No, señora. Es porque el coño sacia
tanto a la polla que da poco placer.
Mas así­ lo hago yo por no parecer
un fraile Mariano, verbi gratia.
-Pues si la polla entera en el culo deseáis,
como anhelan los grandes, estoy contenta
de que con el mí­o hagáis lo que queráis.
-Agarradla con la mano y metedla dentro,
que tanta utilidad para el cuerpo encontraréis
como la asistencia a los enfermos.
Y yo tal gozo siento
al sentir mi verga en la mano vuestra,
que pronto moriré si ahora follamos.



 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
6
-Menuda tonterí­a ha sido,
pudiendo elegir cómo follaros,
la polla en el coño haber metido
cuando no me negabais vuestro culo.
Que conmigo acabe mi genealogí­a,
pero por detrás quiero meterla muchas veces,
pues el ano y la raja son tan distintos
como el vino aguado y el malvasí­a.
-Fóllame y haz conmigo lo que quieras
por el coño y por el culo ¿qué importa
por dónde tú hagas tus asuntos?;
Hay en mi higa y en mi culo tales fuegos
que ni pollas de mulos, bueyes y asnos,
pueden un poco calmar mis ardores.
Un calzonazos serí­as
si lo haces a la usanza antigua;
Si yo fuera hombre, coños nunca querrí­a.



 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 7
-Tienes la verga en el coño y ves mi culo,
y yo veo tu culo cómo está hecho.
-Mas podrí­as decir que no estoy cuerdo,
porque las manos las tengo donde los pies.
-Pues si así­ crees que puedes follar,
un bestia eres, y no lo lograrás
porque al follar mejor me adapto
cuando tu pecho sobre el mí­o está.
-Yo os quiero follar con maña, comadre,
y acariciaros el culo mil veces
con los dedos, la polla y la lengua,
que vais a sentir un placer infinito,
un no sé qué más dulce que el rascar
de la diosas, duquesas y reinas.
Al final me diréis
que es estas ceremonias soy valiente,
más tengo la polla pequeña y desespero.



 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
8
-Me perdonarás, pero la quiero en el culo.
-Señora, no quiero cometer tal pecado,
porque esa es vianda de prelados
que han perdido el gusto para siempre.
-Vamos, métela aquí­. -Que no. -Que sí­.
-¿Por qué? , ¿no se usa ya el otro lado,
o sea, el coño? -Sí­, pero es más grato
la verga por detrás que por delante.
-De vos dejarme quiero aconsejar.
Vuestro es el carajo, y si así­ os place,
como a carajo le debéis mandar.
-Aceptado, mi bien, métela de lado:
Por aquí­, así­, y no te corras todaví­a,
Oh verga, buena amiga, oh verga santa.
-Metétela toda entera
-Ya ha entrado toda dentro ¡qué placer!,
y así­ quisiera estar sentada un año.



 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 9
-Abrete bien de piernas para que yo tenga
tu culo hermoso y tu coño en la cara.
Culo que procura el paraí­so,
coño que limpia el corazón por los riñones.
Mientras yo te contemplo, ahí­ me viene
de repente el capricho de besarte,
y me parece ser más bello que Narciso
en el espejo, que a mi polla alegra.
- ¡Corrompidos! En la tierra y en la cama.
Te estoy viendo, putona, y si te cojo
dos costillas del pecho he de romperte.
-Pues me cago en ti, vieja chismosa,
Que por este placer pluscuamperfecto
en un pozo entrarí­a sin acetre.
No hay abeja tan golosa
de la flor como yo del noble carajo,
y aún sin catarlo, por mirarlo me empapo.




 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 10
-Marte, haragán descontrolado,
no se yace así­ sobre una moza,
ni a Venus se la folla a ciegas,
con tanta furia y tan poca discreción.
-Yo no soy Marte, sino Ercol Rangone,
y a vos os follo, que sois íngela Greca;
y si aquí­ conmigo el laúd tuviera,
mientras follo una canción os tañera,
y vos, señora mí­a, dulce consorte,
en el coño harí­ais bailar mi verga
meneando el culo y presionando fuerte.
- Sí­, señor, al joder con vos me empapo,
pero temo que Amor me dé la muerte
con vuestras armas, pues es niño y loco.
-Cupido es mi muchacho
e hijo vuestro, y mis armas cuida para
a ti, diosa ociosa, consagrarlas.



 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 11
-Dame la lengua y apoya el pie en el muro.
Aprieta con las piernas estrecho estrecho.
Ponte boca abajo sobre el lecho,
que nada sino follar me interesa.
-Ah, traidor, qué dura tienes la verga.
-Oh, que dulzura la de tu coño.
-Un dí­a metérmela en el culo te prometo,
y que saldrá limpia te aseguro.
-Gracias te doy, querida Lorenzina
y me esforzaré en servirte, pero empuja
empuja como hace la zapatera.
-Ahora mismo ¿y tú cuándo lo harás?
-En seguida;
tú dame la lengí¼ecita,
que me muero. -Yo también, y tú eres la razón.
-Entonces, ¿cumplirás?
-Ahora mismo, ahora lo hago, señor mí­o,
ahora lo hago -Y yo. -Ay de mí­. -Oh Dios.




 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
12
-No tires, Cupido sinvergí¼enza,
de la carriola. Párate, borrico,
que quiero dar por coño, y no por culo,
a quien me toca la polla, y yo me rí­o;
En los brazos y en las piernas confí­o,
mas tan incómodo estoy, no te engaño,
que así­ hasta un mulo, en una hora morirí­a.
Sin embargo, soplo y grito con el culo.
Si acaso te cansaras, Beatriz,
me habrás de perdonar, porque ya sabes
que follar en esta postura me destroza;
y si no tuviera tu culo por espejo,
sosteniéndome así­, en ambos brazos,
Nunca concluirí­a nuestro asunto.
Oh culito blanco y rosado,
Si no me recreara mirándote,
no tendrí­a la verga tiesa apenas.




(Joder, acaba de marcar Italia el segundo gol...)

Scardanelli

Apartado de poesí­a popular.

(Porque por medio de la voz del pueblo nos habla una sabidurí­a antigua y telúrica)



Como dize Aristótiles, cosa es verdadera,
el mundo por dos cosas trabaja: la primera,
por aver mantenení§ia; la otra cosa era
por aver juntamiento con fenbra plazentera.

Scardanelli

¿Qué ocurre cuando un titán de la lí­rica homenajea a los gigantes literarios de su tiempo, a aquellos junto a los cuales erige una nueva edad de oro de las letras españolas? Pues más o menos esto:


LEED, LEED, MALDITOS

Las travesuras de la niña mala
calientan al Tobí­as de Antonio Gala.

El tango del viudo, Benedetti
sigue bailando al son de su Olivetti.

Gibson con su evangelio de Machado
a la sombra de un plátano talado.

Mala gente que repta, ay Benjamí­n,
qué bien suenan tus coplas con bombí­n.

Igual que las de Luis Garcí­a Montero,
del diestro Ayala gran banderillero.

A tinta fresca huele Luis Muñoz,
cada vez con más nidos en la voz.

Y Felipe Bení­tez y Marzal
y Paco Brines, de azabache y cal

y la Montero y Almudena Grandes
poniendo al alimón su pica en Flandes.

íngel González, Pepe Caballero
pa hacerse millonario sin dinero.

Caseta de Conchita y de Visor,
qué gusto da firmar versos en flor.

Cómprate un libro en el Paseo de Coches
y no estarás tan solo por las noches.

Joaquí­n Sabina
Como dize Aristótiles, cosa es verdadera,
el mundo por dos cosas trabaja: la primera,
por aver mantenení§ia; la otra cosa era
por aver juntamiento con fenbra plazentera.

Don Pésimo

Me cago en el Sistema Solar

lukera

Cita de: Scardanelli en Junio 13, 2006, 05:31:16 PM
¿Qué ocurre cuando un titán de la lí­rica homenajea a los gigantes literarios de su tiempo, a aquellos junto a los cuales erige una nueva edad de oro de las letras españolas? Pues más o menos esto:


LEED, LEED, MALDITOS

Las travesuras de la niña mala
calientan al Tobí­as de Antonio Gala.

El tango del viudo, Benedetti
sigue bailando al son de su Olivetti.

Gibson con su evangelio de Machado
a la sombra de un plátano talado.

Mala gente que repta, ay Benjamí­n,
qué bien suenan tus coplas con bombí­n.

Igual que las de Luis Garcí­a Montero,
del diestro Ayala gran banderillero.

A tinta fresca huele Luis Muñoz,
cada vez con más nidos en la voz.

Y Felipe Bení­tez y Marzal
y Paco Brines, de azabache y cal

y la Montero y Almudena Grandes
poniendo al alimón su pica en Flandes.

íngel González, Pepe Caballero
pa hacerse millonario sin dinero.

Caseta de Conchita y de Visor,
qué gusto da firmar versos en flor.

Cómprate un libro en el Paseo de Coches
y no estarás tan solo por las noches.

Joaquí­n Sabina



Pues lo creas o no, personas cultivadas de este foro siguen defendiendo que el daño neuronal de las drogas y el alcohol no es para tanto.

No es que Sabina haya sido nunca la hostia componiendo (la mayorí­a no son suyas), ni cantando, pero reconozco que durante unos años me encantaba;
con esto que acabas de colgar sé que nunca recaeré.


(".... irrumpiste en nuestras vidas
sembrando el abatimiento" 
;) )

Scardanelli

#21
Lo que yo creo es que muchas veces la adicción a drogas duras no es la causa sino la consecuencia.

Sabina quiso ser nuestro particular poeta maldito, con permiso de Panero, que está más zumbao y al menos come mierda, y de Lucí­a Etxebarrí­a, que está menos follable y al menos no canta, y ha acabado convirtiéndose en un "mardito"
ripiador-rapsoda más brasas que El Koala y de idéntico valor artí­stico.
Como dize Aristótiles, cosa es verdadera,
el mundo por dos cosas trabaja: la primera,
por aver mantenení§ia; la otra cosa era
por aver juntamiento con fenbra plazentera.

California

Pues lo creas o no, personas cultivadas de este foro siguen defendiendo que el daño neuronal de las drogas y el alcohol no es para tanto.


Yo lo defiendo, absolutamente, pero es que no soy "cultivado"...

lukera

Cita de: California en Junio 13, 2006, 06:34:16 PM
Pues lo creas o no, personas cultivadas de este foro siguen defendiendo que el daño neuronal de las drogas y el alcohol no es para tanto.


Yo lo defiendo, absolutamente, pero es que no soy "cultivado"...

Disiento 
:).

Ocurre que queda bonito lo de que Poe, Sir Conan y otras excepciones siguieron siendo genios (incluso que sus mejores obras se deben a opiáceos), pero son minorí­a, excepciones que no podremos saber nunca qué hubieran escrito sin ellas.

Pero cuando gente "normal"
aunque con un don para elegir letristas y "publicitarse"
se causan esos daños, como el exceso neuronal no es sobrado, acaban cantando y/o diciendo pamplinas.


California

Pero cuando gente "normal"
aunque con un don para elegir letristas y "publicitarse"
se causan esos daños, como el exceso neuronal no es sobrado, acaban cantando y/o diciendo pamplinas.



Y no dirí­an pamplinas desde el principio y, ejem, por diversas circunstancias te habí­an pasado inadvertidas?

También, es muy posible, que la gente "normal"
suele devenir en gilipollas... (Oye, que esto pasa mucho, y sin drogas ni nada...)

Scardanelli

Montar el caballo maldito que cantaba el gran Queco ("Llevo por mis venas un caballo galopando / Corre por mi sangre, una aguja lo va guiando") no lleva a la pamplina. Es más bien la pamplinez congénita del creador hispano la que conduce al "a ver si el desarreglo de todos los sentidos me arregla un poco estas obras tan sentidas (que siento haber hecho)".
Como dize Aristótiles, cosa es verdadera,
el mundo por dos cosas trabaja: la primera,
por aver mantenení§ia; la otra cosa era
por aver juntamiento con fenbra plazentera.

California

Siguiendo con el hilo... (ya no pongo mas cochinadas, pido disculpas... si hubiera habido botoncito de ignorar...)


Priapeos romanos


En Roma el culto a Prí­apo estaba muy extendido, y eran muy comunes las inscripciones y los carteles con Prí­apo como protagonista. A veces, eran advertencias contra ladrones e intrusos que recibirí­an el castigo propio de Prí­apo (la penetración anal), otras veces divertidas alusiones mitológicas.


- 1 -
Tú, lector, que vas a leer las bromas procaces que hay en estos toscos poemas, deja ya de fruncir el ceño con tanta dureza, como hací­a el viejo Lacio. No viven en este templo la hermana de Febo, ni Vesta, ni tampoco Minerva, la diosa que nació de la cabeza de su padre;
en él habita el guardian de los jardines, pintado de minio, con esa verga descomunal asomando entre su entrepierna descubierta. Así­ que cubre tus partes con la túnica, o si no, lee estos poemas con los mismos ojos con los que las miras.

- 2 -
Prí­apo, tú eres testigo de que estos poemas, más dignos de un huerto que de un libro, los he compuesto sin mucho esfuerzo, como un puro juego. No se me ha ocurrido convocar a las musas, como suelen hacer los poetas, para que acudan a este lugar tan poco virginal, porque me faltarí­a el coraje necesario para llevar ante Prí­apo a las castas hermanas, al coro de las Piérides. Así­ que sé benévolo con estos poemas que ociosamente he escrito en las paredes de tú templo, te lo suplico.


- 3 -
Podrí­a decí­rtelo con rodeos: “Dame eso que puedes dar una y otra vez sin agotarse”;
“Dame eso que tal vez desearás inútilmente dar cuando una barba desagradable pueble tus mejillas”;
“Dame lo que a Júpiter dio Ganí­medes, quien, arrebatado por el águila sagrada, ahora escancia agradable nectar a su amante”;
“Dame lo que la recién casada ofrece a su marido la primera noche, para evitar que se le desgarre la otra parte”. Pero más sencillo será decí­rtelo claramente: “Deja que te dé por culo” ¡Qué voy a hacerle! Así­ de bruto soy.


- 4 -
En dos versos se resume la ley que, según cuentan, Priapo impuso a los muchachos: “Puedes tomar tranquilamente lo que hay en mi huerto, siempre y cuando yo también pueda conseguir lo que hay en el tuyo.”


- 5 -
Aunque como ves yo, Prí­apo, soy de madera , igual que de madera son mi hoz y mi verga, te cogeré y teniéndote así­ te la meteré , toda entera, por muy grande que sea, más tensa que una cí­tara, hasta la séptima costilla.


- 6 -
Fuera de aquí­, mujeres castas: es impropio de vosotras que leáis estos impúdicos versos. Pero a ellas esto les trae sin cuidado, y hací­a aquí­ vienen derechas;
parece que les encanta contemplar una buena polla.



- 7 -
Me preguntas por qué llevo mis partes sin cubrir;
date cuenta de que ningún dios oculta nunca sus armas. El señor del mundo muestra abiertamente sus rayos;
el dios del mar no oculta su tridente. Ni Marte esconde la espada que le da valor ni la intrépida Palas se guarda la lanza entre la ropa. ¿Es que se avergí¼enza Febo de sus flechas doradas? ¿Esconde acaso Diana su carcaj? ¿Y Alcides su mazo lleno de nudos? ¿Acaso tapa el dios alado el caduceo con la túnica? ¿Quién ha visto a Baco ocultar bajo la ropa su ligero tirso? ¿Y quién te ha visto a ti, Amor, sin tu antorcha visible? De modo que no será un crimen tener la polla siempre al descubierto;
sin ella me encontrarí­a inerme.



- 8 -
¿De qué te rí­es, tontita? No me hizo Praxí­teles, ni Escopas, ni fui esculpido por la mano de Fidias;
fue un campesino el que cogió un tronco en bruto y me dijo: Tú, sé Prí­apo. Pero ya veo que me miras y te rí­es. Debe parecerte muy sabrosa esta cosa que se eleva como una columna entre mis ingles.


- 9 -
Ten cuidado, no vaya a cogerte. Si te cojo no te apalearé a garrotazos, ni te heriré cruelmente con la curva hoz. Atravesado por mi percha descomunal, quedarás tan estirado que nunca pensarás que tu culo tenga curva alguna.



- 10 -
Te atravesaré, muchacho, te lo advierto;
a ti, muchacha, te follaré.
Y al barbado ladrón la tercera pena* es la que le espera.

* Se refiere a la irrumación o sexo oral.


- 11 -
Tú, quienquiera que seas, entra. No pienses en alejarte de la venerable ermita de este lujurioso dios. Y si durante la noche una muchacha te acompaña, no temas por ello entrar. Podrí­as temer a los dioses severos, pero nosotras, mezquinas divinidades campestres, no valemos nada. Sin ningún pudor, con los testí­culos al aire, estamos a cielo abierto. Por tanto, todo el que quiera que entre, aunque venga embadurnado del negro hollí­n del lupanar.


- 12 -
Quien ponga sus deshonestas manos en el vergel a mi confiado comprobará que no soy un eunuco. Y quien por ventura replique -¿quién sabrá que aquí­, en un lugar tan apartado y entre arbustos, has sido tu quien me ha partido en dos?- se equivoca, porque este pleito se llevará a cabo ante dos importantes testí­gulos.


- 13 -
¿Cuáles fueron las manzanas gracias a las que Hipómenes se llevó a la hija de Esqueneo? ¿Cuáles tení­a el célebre jardí­n de las Hespérides? ¿Cuales deberí­a llevar siempre en su repleto regazo Nausica, vagando por los dominios de su padre? ¿Cuál fue la manzana que Aconcio grabó, y que al leerla juramentó a la muchacha con el apasionado mancebo? Tales son las que el piadoso dueño de este vergel ha ofrendado, desnudo Prí­apo, sobre tu altar.


- 14 -
Si la trotacalles Teletusa un dí­a, con las nalgas al aire y agitando el vientre, se meneara moviendo el espinazo, podrí­a con tales artes, oh Priapo, no solo conmoverte a ti, sino hasta al casto hijo de Fedra.


15 -
El rey del rayo es Júpiter. El arma de Neptuno es el tridente. Gracias a su espada, poderoso es Marte. La lanza, Minerva, es tu atributo. Con el tirso emparrado es con lo que Baco entabla el combate. Como todos saben, la mano de Apolo lanza la flecha, y arma la pica la invicta diestra de Hércules;
pero a mi, un carajo erecto me parece terrorí­fico.


- 16 -
Para quien aquí­ cortase una violeta o una rosa, o robase alguna fruta u hortaliza sin pagarla, pido que, sin tener mancebo ni mujer, reviente de una erección como la que en mí­ veis y tenga que golpeársela sin cesar en el ombligo.


- 18 -
Este cetro que, procedente del árbol, nunca más volverá a reverdecer, este cetro que reclaman para sí­ las jovenzuelas lujuriosas, que algunos reyes desean tomar entre sus manos y que besan los nobles sodomitas, se hundirá en las entrañas del ladrón todo entero hasta la empuñadura de los cojones.


- 19 -

Oh, Quí­rites, o me cortas el miembro viril que noche tras noche fatigan las vecinas siempre calientes y más lujuriosas que los gorriones en primavera, o reventaré y os quedaréis sin Prí­apo. Ya ves que estoy jodido, agotado, pálido y macilento, yo que antes, rubicundo y valeroso, solí­a atravesar hasta a los ladrones más fuertes. Ahora, pobre de mi, me faltan las fuerzas, y escupo peligrosos esputos entre espasmos de tos.


- 20 -

La delicia del pueblo, la conocidí­sima del Circo Magno, Quincia, experta en menear sus vibrantes nalgas. Deposita en ofrenda a Prí­apo los cí­mbalos y los crótalos, los instrumentos de calentamiento así­ como los tambores golpeados con firme mano. Y en compensación, suplica ser siempre grata a los espectadores para que tu público este siempre erecto, como el dios.


- 21 -
A tí­, que tienes malas intenciones y que difí­cilmente aguantas sin roban en el huerto, te daré por culo con mi falo descomunal, y si ese castigo tan duro y penoso no da buen resultado, tentaré otro agujero más alto.


- 22 -
Que me muera, oh prí­apo, si no me avergí¼enzo de decir palabras torpes y obscenas. Pero como tú, siendo dios, muestras sin pudor los huevos al aire, debo yo llamar al coño coño y a la verga verga. 



- 23 -
"Oh, Priapo, amenazador con tu hoz y con esa otra parte aún mayor, indí­came, por favor, el camino a la fuente"
"Ve, forastero, por esas viñas;
pero si coges una sola uva, otra agua tendrás que tomar."


- 24 -
Mientras no robes nada con esa atrevida mano, podrás mantenerte tan casto como la mismí­sima vesta. De lo contrario, esta arma te abrirá en canal de tal modo que podrás salirte entero por tu propio culo.



lukera

"Y no dirí­an pamplinas desde el principio y, ejem, por diversas circunstancias te habí­an pasado inadvertidas?"

Sí­, y lo reconozco. Pero tení­a su tirón en gilipollas como mua. Y no es que pasaran inadvertidad, era peor: ¡me encantaban!.

P.D.: Recuérdame que te enseñe a citar. 
;)

lukera

Cita de: Scardanelli en Junio 13, 2006, 06:19:50 PM
Lo que yo creo es que muchas veces la adicción a drogas duras no es la causa sino la consecuencia.

Sabina quiso ser nuestro particular poeta maldito, con permiso de Panero, que está más zumbao y al menos come mierda, y de Lucí­a Etxebarrí­a, que está menos follable y al menos no canta, y ha acabado convirtiéndose en un "mardito"
ripiador-rapsoda más brasas que El Koala y de idéntico valor artí­stico.

No me pongas a Sabina con Panero hijo mayor en la misma frase, si no quieres verme volverme violenta.

¿Viste en la cosa esa que rodaron y es de culto, la escena donde Michi cuenta cómo su madre se deshizo de los gatitos?. No me extraña que estén todos grillados.

Glategoja

Cita de: lukera en Junio 13, 2006, 05:55:53 PM
Pues lo creas o no, personas cultivadas de este foro siguen defendiendo que el daño neuronal de las drogas y el alcohol no es para tanto.

Pues fí­jate que en cada coma etí­lico se suelen perder más neuronas que en la mayorí­a de los infartos cerebrales. Como un ejemplo cualquiera.