Hilo oficial de Cuentos Vertiginosos, o "novelas rí­o", que decí­a G. Manganelli

Iniciado por California, Julio 12, 2006, 12:59:45 PM

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California

Sólo cuentos breves, muy breves, ultrabreves. Procurad que no sobrepasen las 100 palabras.

Empiezo, por ejemplo:


Mineralizado

Sólo sé que era tarde, muy tarde, y el calor sofocante, cuando tropecé con aquel ataúd desvencijado cuyos despojos iluminaba una luna amarilla. Me incliné despacio y miré, aguantando el vómito. Allí­ estaba lo que quedaba de mí­, y los gusanos roí­an los huesos ya pelados.

Sí­

Espuma de cerveza

Olas de espuma de trigo me bañan los pies. Me sumergo sin pensarlo en dorada su fluidez. La piel se me ilumina de destellos amarillos, de naranjas encendidos, del color del néctar de la miel. Me cosquillean por el cuerpo las burbujas en su despegue al cielo.

El Sol, al agostar el dí­a, bajo conmigo a fundirse en el Mar de la Cerveza.




California

El espejo

Ustedes no lo entienden. Todos se ensañaron conmigo, pero yo la amaba. Y sobre todo amaba la forma en que ella me miraba, mi reflejo desnudo en sus ojos, que era un mar de lujuria y admiración sin freno. Por eso le arranqué los ojos.

Bambi

Ayer

Fui a una entrega de premios. Me presentaron a las personalidades. Una de ellas una señora marura muy sonriente. Me di la vuelta y la escuché decir "joder qué bueno está". Subí­ a una nube de vanidad. Me emborraché. Volví­ a la oficina. Las dos de la mañana, encorbatado, chaqueteado y tajado. No podí­a abrir el portal. Llegaron dos lolitas de veintiuno. Abrieron. Las miré como el "joder qué tio bueno"
que era. Entré. Subí­ por la escalera. En el primer descansillo las oí­ decir: "joder qué putero".

(Basado en hechos reales)

88 palabras

lukera

Cita de: alvaro en Julio 12, 2006, 02:16:43 PM
Ayer

Fui a una entrega de premios. Me presentaron a las personalidades. Una de ellas una señora marura muy sonriente. Me di la vuelta y la escuché decir "joder qué bueno está". Subí­ a una nube de vanidad. Me emborraché. Volví­ a la oficina. Las dos de la mañana, encorbatado, chaqueteado y tajado. No podí­a abrir el portal. Llegaron dos lolitas de veintiuno. Abrieron. Las miré como el "joder qué tio bueno"
que era. Entré. Subí­ por la escalera. En el primer descansillo las oí­ decir: "joder qué putero".

(Basado en hechos reales)

88 palabras

Vuelvo a pedir a la presidencia el emoticón de aplausos.

Me has hecho llorar, mitad de risa, mitad de penita (por mí­, no por ti). Muy logrado, tí­o.

California

Aplaudo el de ílvaro. Éste, que se me acaba de ocurrir en el metro, va para él.


Edipo

Tengo 40 años. Ayer me acosté con una rubia de pechos opulentos que conocí­ en Múnich el mes pasado. Hicimos el amor de forma extravagante y furiosa, a pesar del calor.
He soñado con estas palabras, que me han parecido completamente idiotas:

Te atravesaré el corazón con el puñal de mi deseo
y mi libido se despertará cubierta de sangre cuando no queden estrellas.


Estúpido, ¿verdad?

Esta mañana he mirado el cuerpo que sueña a mi lado. Es mi madre. Tengo nueve años.


Bambi


California

Cita de: alvaro en Julio 12, 2006, 03:33:23 PM
te gusta el barrillo eh California

Si te refieres por barrillo a eso que se calienta, se deshace en la mano, se mezcla con un poco de tabaco, se lí­a y se fuma, sí­, claro.

Si te refieres al recipiente que aloja un burbujeante (así­ lo expresa "No") lí­quido amarillo, claro, también.

Si es el barrillo de los pueblos mineros de la California de la fiebre del oro, también.

Y si es barrillo donde se estampó Dylan Thomas, o Edgardo Poe, mientras consumí­an el último trago, pues también... 
;)

Bic

Cuando actúo de cuentacuentos siempre explico unas cuantas microhistorias, que también me encanta escribir... Aunque mi lí­mite lo puse en doscientas palabras. Ahí­ va uno que suelo explicar:

IDEA BRILLANTE

El inventor rumiaba, desesperado, que hallar ideas nuevas y revolucionarias era una tarea imposible... Hasta que concluyó que para inventar algo nuevo bastaba con olvidar antes todo lo antiguo, y siguiendo esa cadena de razonamiento se practicó una lobotomí­a casera con una Black &
Decker. La última vez que le vi jugaba alborozado con sus últimas invenciones: la cuchara y el tenedor.

Y otro:

SíSTOLE DIíSTOLE

"Confieso que estoy algo preocupado. Nunca se me ha roto el corazón, ni se me ha puesto el corazón en un puño, ni se me ha subido el corazón a la garganta, ni me ha saltado el corazón en el pecho. Nunca me ha dado un vuelco el corazón. No he tenido jamás corazonadas ni he abierto mi corazón a nadie;
no he afirmado nada con el corazón en la mano ni con la mano en el corazón. No he hecho nunca de tripas corazón, no tengo un corazón de oro ni uno de piedra. Nunca he amado de todo corazón... Lo que sí­ noto es que mi corazón late, reparte la sangre por el cuerpo y hace mucho ruido. ¿Es suficiente?"
 

P &
L;

 Bic

P.S: Ronda por Internet un tipo que escribe cuentos de exactamente cien palabras, ni más ni menos. Tiene algunos muy chorras y otros bastante buenos:

http://cienpalabras.blogspot.com
http://centparaules.blogspot.com (no son los mismos cuentos sino otros diferentes)
Los libros son finitos, los encuentros sexuales son finitos, pero el deseo de leer y de follar es infinito, sobrepasa nuestra propia muerte, nuestros miedos, nuestras esperanzas de paz.

California

Esto se anima, gracias, Bic, por tu colaboración. El del corazón es muy bueno.

Bambi

Don César

César paseaba por lo que quedaba del internado en el que habitó de niño. Quedaba poco, pero lo suficiente para recordar cómo sus compañeros le apagaban cigarrillos en los genitales, obligaban a comer heces humanas con los dedos y sellaban sus párpados con semen mientras dormí­a. Esos años de infancia le convirtieron en un cerdo mezquino que sólo se excitaba tomando por recto con botellas de champagne. ¿Y esto es la vida? -se preguntaba- ¡pues que vuelva a empezar!.

79 palabras -el año que yo nací­.

Kamarasa GregorioSamsa


California

Ritual. Los placeres y los dí­as.

Habí­a culminado todos los placeres de la carne y saciado cada apetito. Nada me quedaba por hacer en aquel burdel del infierno. Entró madame Sulpice, acompañada por su hija Beatriz, la pequeña lepidóptera...
Puso una sartén en el fuego y echó un poco de aceite.
La pequeña sacó la navaja de afeitar del ligero, la abrió y paseó un instante su filo por el aire.
Me miraron con ojos codiciosos. Mi miembro se empalmó súbitamente, palpitando.
Estaba listo para el sacrificio.

lukera

Cita de: California en Julio 12, 2006, 06:17:36 PM
Ritual. Los placeres y los dí­as.

Habí­a culminado todos los placeres de la carne y saciado cada apetito. Nada me quedaba por hacer en aquel burdel del infierno. Entró madame Sulpice, acompañada por su hija Beatriz, la pequeña lepidóptera...
Puso una sartén en el fuego y echó un poco de aceite.
La pequeña sacó la navaja de afeitar del ligero, la abrió y paseó un instante su filo por el aire.
Me miraron con ojos codiciosos. Mi miembro se empalmó súbitamente, palpitando.
Estaba listo para el sacrificio.


¡Dioses del Olimpo!, ¿ese texto no deberí­a ir al de los desprepuciados?. Me ha dolido hasta a mí­, por favor.

Tejemaneje

CARGAS FAMILIARES

No sé qué hacer con las manos. Las meto en los bolsillos. Las saco. Las alterno en los bolsillos. Sostengo copas de vino y bebo más de la cuenta. Sigo a las bandejas con tal de asir un palillo de dientes con quién sabe qué. Como más quién sabe qués de la cuenta. Alguno se desprende y cae. Lo piso. Bebo más de la cuenta. Hablo con la boca llena y con la boca vací­a. Me meto un quien sabe qué en el bolsillo. Soy madre de un aperitivo marsupial.