La mentira

[Bette]

Pues no sé, ílvaro, yo en realidad lo que pienso es lo que he dicho.

Lo que pasa es que luego está el tema de que a veces has dado una hostia que ha dolido sin darte cuenta; y, claro, es muy fácil repetir la cosa. Darse cuenta de qué hace mal y qué no no es tan sencillo, máxime cuando se va por el mundo con un despiste más que monumental y muy a lo tuyo.

Y no digamos ya en este medio, donde todos tendemos a pensar que el centro del universo es nuestro ombligo, o los amiguitos con los que charlamos en privado, en fin.

[Bambi]

No Bette, tú piensas lo que digo yo, hazme caso. Si lo sabré yo. La compasión no es una cosa vulgar al alcance de todo el mundo. Es algo humano, lo que ocurre es que, en circunstancias normales, no en señoras jubiladas del Barrio de Salamanca, aparece en circunstancias lí­mite. Y no hay que vincularlo necesariamente a la hostia que da uno. No es necesario. Por ejemplo, en mi colegio habí­a un chaval, "Correa", que además de ser de inteligencia suave, como una brisilla, casi imperceptible, iba con las orejas llenas de cera goteando y tal cantidad de roña en las patillas de las gafas que no sé cómo no sufrí­a tortí­culis. Más que por morbo, aprecié estos detalles porque, entre otras cosas, me sentaba detrás. A mi el hombre me daba pena. Una pena horrible. Amen del asco. Pero primaba la pena. Por eso trataba de hacerle la vida más fácil, no me acuerdo ya cómo, pero si le podí­a ayudar a él en algo lo hací­a. Ayuda que a otros, incluidos mis colegas, no les daba ni de Blas, así­, de motu propio. Eso es compasión. Y le decí­a a Laura que encontrar ahí­ al amor, todo respladenciente y coquetón, no me parece exacto. Igual habí­a pasado por ahí­ o habí­a dejado un posit con algo escrito "comprar dos barras de pan", pero estar, residir ahí­, chungo. Igual sí­ el amor "de Cádiz". Pero ese es un imitador chungo y andrajoso, no El Amor.

[Casio]

Sí­, nadie quiere que le relacionen con esa individua tan deshonesta, la fulana Mentira. Y todos somos muy legales, muy directos y muy españoles. No como  los chinos que dicen que sí­, para decir que sí­ y que no. Yo no sé para que necesitamos abogados, jueces, confesores, detectives, putas, sobres cerrados, psicoanalistas, puertas cerradas,diarios,  amantes.....

Añdado a la lista según se me ocurre: amigos í­ntimos ,cajas fuertes, juramentos....

[laura_m]

No creo que tenga demasiado sentido entrar en discusiones lingí¼í­sticas, pero creo que estás equivocado, ílvaro. La compasión implica sentir pena por las desgracias ajenas. Hoy no está de moda, y equivocadamente, como dije, se piensa que compadeces a otro porque está en una posición de inferioridad con respecto a ti, cuando eso no es cierto. Sentir pena por el prójimo cuando le van mal las cosas me parece a mí­ una cosa muy buena, porque no sentir nada implica que eres un adoquí­n sin sentimientos.

La empatí­a, por el contrario, es la capacidad de ponerte en el lugar de otro, ser capaz de identificarte con la situación por la que está atravesando otro, pero esa situación no tiene porqué ser negativa. Por ejemplo, yo puedo verte a ti enamorado y feliz, y ser capaz de conectar contigo en ese estado, y eso es también empatí­a.

[Bette]

A ver, ílvaro, que yo lo que digo es que no conozco a nadie, pero nadie nadie, que no se compadeciera en esas circunstancias del Correa; de ahí­ que hable de lo vulgar y corriente, y todo lo que dije, etc. Aunque sí­ conozco, vaya, a gente que aun teniendo eso delante, pues no se da cuenta (yo, por ejemplo, que soy superficial y mala persona no sólo en el fondo).

La gente ayuda a la gente que lo necesita. Esto es así­. Normalmente, salvo enfermedades mentales de esas que nos hacen ser unos hijos de puta para ver si hacemos a los demás participar de nuestro mal rollo en esta puta vida de mierda que nos ha tocado vivir.

Confieso, también, que el concepto 'amor de Cádiz' no sé qué narices es.

[Bambi]

¿No conoces un grupo español de los sesenta llamado Los Beatles de Cádiz? Pues eso.

A ver, ílvaro, que yo lo que digo es que no conozco a nadie, pero nadie nadie, que no se compadeciera en esas circunstancias del Correa;

Pues yo conozco a muchos, pero muchos muchos, que no lo harí­an. Le despreciarí­an. Y a dí­a de hoy, los chicos le darí­an una paliza y lo grabarí­an con el móvil.

Y como no quiero autoproclamarme persona estupenda. Confesaré que también habí­a un chico tartamudo muy finolis que decí­a "hacer de vientre" en lugar de cagar que me daba un asco horrible y le puteé siempre que tuve ocasión. Y habí­a una gorda que como era, eso, gorda, le tocaba las tetas, le pellizcaba el culo, echaba vello púbico en sus cosas y me frotaba el glande con los dedos y se los poní­a debajo de la nariz. Y la risa que esto nos producí­a a mi compañero Dusantus, brasileiro él, y a mi, que era mucha, nos la metimos por el culo cuando fue su madre a quejarse al colegio y casi nos echan. Qué vergí¼enza por dios cuando el director enumeró en su despacho nuestras tropelí­as en nuestras jetas: Así­ que se frotan ustedes el pene y se lo dan a oler a su compañera. Cuando lo recordábamos era descojonante, pero del mal rollo del momento, nunca pude reirme como un hombre completo de este asunto.

[laura_m]

-¿Y qué se supone que hay que contestar cuando te apetece cerveza?
-Hay que decir 'bueno', y esperar a que se te ofrezca alguna bebida.

Me CHIFLAN estas cosas.

No, si ya...

No sé, supongo que son sólo distintas perspectivas, pero en ese gesto, esperar a que la otra persona te ofrezca lo que tiene, yo veo una gran delicadeza y atención hacia los demás. Si tú dices "me apetece una cerveza", y en casa de tu anfitrión no la hay, puedes incomodarlo (aún de forma muy leve) haciendo que sienta que no te está atendiendo correctamente porque no supo prever lo que tú querrí­as tomar. Por el contrario, con la fórmula de tu amigo todo va sobre ruedas: le das al anfitrión la oportunidad de que te agasaje con lo que tiene. Yo serí­a también más de decir "me apetece una cerveza", pero esto que has contado me lo apunto para sucesivas ocasiones.

[Bette]

¿Conoces a alguien al que ese tipo, en caso de necesidad, acuda a pedir ayuda y se la niegue?

Pero sí­, sé a qué te refieres con lo del desprecio. Acabo de ver la luz.

(A ílvaro era esto, edito)

[Bambi]

Este no la pedí­a, Bette. Si era tan tonto que lo mismo se estaba meando vivo y en lugar de pedir permiso se poní­a a llorar y terminaba meándose encima. Se la daba yo porque salí­a de mi. Y creo que si él pidiese la ayuda abiertamente -qué bien traí­do para el tema del hilo- muchí­simos le dirí­an alguna excusa "no ejque" y pasarí­an de él como de la mierda. El fenómeno tonto es harto curioso. Cuando hay un tonto muy tonto, muy tonto, la gente huye. Pero cuando es tonto a secas, sin más, su personalidad atrae y terminan liderando a masas o masillas.

[Bette]

-¿Y qué se supone que hay que contestar cuando te apetece cerveza?
-Hay que decir 'bueno', y esperar a que se te ofrezca alguna bebida.

Me CHIFLAN estas cosas.

No, si ya...

No sé, supongo que son sólo distintas perspectivas, pero en ese gesto, esperar a que la otra persona te ofrezca lo que tiene, yo veo una gran delicadeza y atención hacia los demás. Si tú dices "me apetece una cerveza", y en casa de tu anfitrión no la hay, puedes incomodarlo (aún de forma muy leve) haciendo que sienta que no te está atendiendo correctamente porque no supo prever lo que tú querrí­as tomar. Por el contrario, con la fórmula de tu amigo todo va sobre ruedas: le das al anfitrión la oportunidad de que te agasaje con lo que tiene. Yo serí­a también más de decir "me apetece una cerveza", pero esto que has contado me lo apunto para sucesivas ocasiones.

Entiendo perfectamente lo que dices, laura.
Sólo es que a mí­ me agota, ya digo.

Con toda probabilidad tú contribuyes más que yo a que el mundo sea un lugar más agradable.

[laura_m]

Entiendo perfectamente lo que dices, laura.
Sólo es que a mí­ me agota, ya digo.

Digo yo que al principio puede agotar, sí­, pero si uno es capaz de acostumbrarse a actuar de esta forma, en lugar de ir por ahí­ tipo mi abuela cual toro en cacharrerí­a, al final acabarán saliendo estos detalles de forma espontánea.

Si me llama la atención la gente detallista y delicada, es precisamente porque yo no lo soy (o no lo soy tanto). Supongo que de la misma forma en la que a tu amigo le llama la atención tu naturalidad, porque él está acostumbrado a un mayor... digamos "encorsetamiento".

[Bette]

Este no la pedí­a, Bette. Si era tan tonto que lo mismo se estaba meando vivo y en lugar de pedir permiso se poní­a a llorar y terminaba meándose encima. Se la daba yo porque salí­a de mi. Y creo que si él pidiese la ayuda abiertamente -qué bien traí­do para el tema del hilo- muchí­simos le dirí­an alguna excusa "no ejque" y pasarí­an de él como de la mierda. El fenómeno tonto es harto curioso. Cuando hay un tonto muy tonto, muy tonto, la gente huye. Pero cuando es tonto a secas, sin más, su personalidad atrae y terminan liderando a masas o masillas.

No, de verdad, yo creo que lo de dar ayuda cuando te la piden es algo que está muy generalizado. Que no conozco a nadie, vaya, al que alguien así­ diga: "Oye, necesito esto, porque es que estoy mal, y no sé qué y no sé cuántos", y se la niegue.
Alguien así­ o alguien de otra manera, vaya.

Lo que sí­ es otro fenómeno distinto es a cuánta gente conoce uno a la que le apetezca pedir ayuda.








(Y quiero también exponer mi miedo aquí­ y ahora a que Mastro Pierre nos lea y nos  suelte algo, que si ya se me llama con cierta regularidad la atención el el forolefaysimilares no quiero ni pensar qué pueden hacerme aquí­, madrecita, que sea muy suave, sólo te pido eso)

[Bette]

Entiendo perfectamente lo que dices, laura.
Sólo es que a mí­ me agota, ya digo.

Digo yo que al principio puede agotar, sí­, pero si uno es capaz de acostumbrarse a actuar de esta forma, en lugar de ir por ahí­ tipo mi abuela cual toro en cacharrerí­a, al final acabarán saliendo estos detalles de forma espontánea.

Si me llama la atención la gente detallista y delicada, es precisamente porque yo no lo soy (o no lo soy tanto). Supongo que de la misma forma en la que a tu amigo le llama la atención tu naturalidad, porque él está acostumbrado a un mayor... digamos "encorsetamiento".

Laura, si yo entiendo qué me dices, de verdad, y aprecio el gesto.
Pero es que a mí­ lo mio me gusta aún más que a mi amigo (¡o a su madre, tú!, que a ésta le encanta que yo vaya a verles cuando nos juntamos en Ciudad Real).

Yo a ellos les veo en su conjunto y, bueno, no son más felices que yo -ni menos, claro.
Lo que sí­ es cierto es que mi risa es más espontánea. Y que a mí­ eso me da la vida, el contento que me hace falta.

Jo, tia, serí­a chupiguay que me entendieras.

[laura_m]

Creo que te entiendo, Bette. Estaba simplemente aquí­ departiendo tranquilamente contigo sobre un asunto en el que me parece que "empatizamos". Es decir, estaba añadiendo cosas, no rebatiéndote nada.

En mi caso no es que "prefiera lo mí­o". "Lo mí­o" no me parece mal (tampoco voy por ahí­ en plan asilvestrado), pero pienso que todo es mejorable, y, en el sentido que comentabas antes, esos pequeños detalles sí­ me parece que mejoran las relaciones con las personas. Así­ que intento fijarme en las personas en las que detecto una cierta fineza. Cuando me acuerdo, vaya, que esa es otra.

[Bette]

Ah, vaya.
Pensaba que querí­as convertirme o algo peor todaví­a.

Mujer, que yo tampoco voy por ahí­ como tu abuela. Aunque sí­ es cierto que me gusta desahogarme y soltar algún exabrupto de vez en cuando. Cómo responde la gente a según qué cosas o tonos a mí­ me dice mucho (y me divierte, y me parto de la risa, qué le vamos a hacer)