Hilo de la (sic) cultura comic y dibujicos

Iniciado por el de la 13, Diciembre 01, 2006, 05:50:14 PM

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Dan


Oddball

Trigan yo recuerdo de cuando lo lei - que vení­a por entregas en los mortadelos - que pese a su estética fallero-amazacotada me gustó bastante. A dia de hoy creo que me parecerí­a bueno para envolver pescado.

Y es que estaban muy bien los comics "serios" que venian por entregas en el tebeo Mortadelo de publicación mensual. Aquí­ se puede descargar uno algo de Los Aristócratas, de Alfredo Castelli y Tacconi, que eran unos tipos con bombí­n y guantes la mar de cool, ellos:

http://www.archivo007.com/comics.htm

Dan

Por cierto, que tengo uno seriado la leche de largo que se llama, para más cachondeo con el peticionario, "XIII". En serio. Un rollo de espí­as, identidades, amnesias. Entre setentero y ochentero, jurarí­a.

No me lo he leí­do aún, la verdad, cayó en una época de gula mulera.

el de la 13

#63
Cita de: El Miserable en Diciembre 01, 2006, 11:17:22 PM
A todo esto, duda angustiosa: ¿no nos estará echando moneditas el cabrón del Trece éste?

¡¿No será un plan para mantenernos entretenidos?!

E.M.

El areopago, con su propulsion a impropelio, permite horas y horas de autonomia sin echar siquiera una monedita.

Tios que por lo visto me ha parecido que podrian suscitar el interes masivo del publico comiquero, eso es que han suscitado el mio aqui, en este hilo y por los que empezaria mi formacion:

Robert Crumb, Spiegelman, Miller, Moore, Gainman, Moebius, Manara. Will Eisner tambien pinta guay, pero el jodio esta muerto. El Tardi este tampoco pinta nada mal y ademas viene avalado por Don Pesimo. Si en la avalancha de informacion he olvidado algun imprescindible, dadme un capon.
Sus voy a hacer una pubricidad mala.

Lacenaire

Tardi es la polla. La ambientación de las ciudades europeas de entreguerras es la hostia.Es lógico que pillasen una ilustración suya para hacer esto:


ghostdog

lo que no entiendo, es. Quieres formar una cultura comiquera con referencias de primera mano, esto es, introducirte en el mundo del cómic, o como es para el trabajo, te basta con saber sobre el tema, por ejemplo, buscando algún buen libro sobre la historia  del cómic, etc...?

ghostdog

trigan, yo también la leí­ de peque...

NO sé si se mencionó "Los pasajeros del viento", europeo (espero no equivocar el tí­tulo.

Authority no es del mismo universo que gen13? a mi esos cómics no me gustaban ,tení­an un 50% más de músculos y un 150% de poses heróicas por número.... los ojeé por encima, recuerdo un episodio en el que van a buscar a un predicador a los ángeles, y el predicador le mete una hostia al apolo, que durante el resto del episodio se ve como da la vuelta al mundo de la hostia, para volver a caer en el mismo sitio, literalmente.

Un spinoff de authority es planetary, que me gusta bastante, de la que me he bajado 24 números en inglés y brasileiro del emule. Montones de referencias a cómics clásicos, desde los pulp de "the shadow", doc bronze, tarzán, etc... hasta la masa, los cuatro fantásticos, godzilla, hellblazer, transmetropolitan, (un cómic en sí­ también muy recomendable, con su protagnista, jerusalem no se qué, todo en un tono bastante ciberpunk). Todo dentro de un tono de conspiranioa entre las bambalinas del universo de authorithy, reimaginando también (y evitando de paso los copyrights) todas las señeras figuras del cómic antes citadas.

Y otros que me encantan (todos me los dejan los colegas, yo ya no compro) son unos europeos, "estela", de ciencia ficción, de una chica humana en medio de una federación de naves espaciales de miles de razas que vaga por la galaxia, y de cómics de superhéroes los ultimate, especialmente el de los vengadores, (de la que por cierto hay versión en peli de animación algo censurada), en la que han reimaginado a los superhéroes de siempre. Si no se les fuese la olla con los portaaviones voladores y la fantaciencia de shield, serí­a insuperable.

Por último, estoy siguiendo por la red "the walking dead", unos supervivientes en un mundo plagado de zombies, que me recomendó sniper, forero que antes...er, foreaba por aquí­.


Scardanelli

Hay dos comics de superhéroes relativamente recientes, de esos que se suelen llamar "de autor" o "para adultos", que son muy recomendables, aunque sólo me atrevo a aconsejárselos a aquellas ex-ví­ctimas de acoso escolar, hoy gordos compradores compulsivos de chucherí­as tecnológicas y ví­ctimas de acoso laboral, que atesoren cierta e inútil culturilla relativa a ese mundo de los hombres con calzones por fuera del pantalón y que además conserven algo de la infantil capacidad de asombro, lo que otras gentes, generalmente furibundos despotricadores de los tebeos, denominan "peterpanismo pulp". Me refiero a "Marvels", de Kurt Busiek y Alex Ross, y "DC: The new frontier", de Darwyn Cooke. El primero es, como su nombre indica, de Marvel y el segundo de la DC, como también indica su nombre, indicaciones éstas que dejan bien a las claras la no superlativa consideración en que tienen a sus lectores los creadores de tebeos, que les dan todo tan mascado que un dí­a llegará en que les ensaliven las esquinas de las páginas. Ambos tí­tulos son posteriores a las relecturas desencantadas y crí­ticas de la figura del héroe superpoderoso que en los ochenta realizaron Alan Moore, con "Watchmen", y Frank Miller, con "Batman: El regreso del señor de la noche". La subversión oscura que sacudió al mundillo de los luchadores con querencia por el transfomismo consistió, básicamente, en una difuminación de los lí­mites heroicos, en una confusión de papeles, en la puesta en cuestión de la diferencia entre el bien y el mal, que en la época clásica habí­a sido claramente establecida. Tanto Miller como Moore revisan al supérheroe de la misma manera que un filósofo de la sospecha piensa el hombre y la cultura. El héroe ejemplar y modélico, sin aristas, de una sola pieza, que habí­a comenzado a resquebrajarse a partir del momento en que Stan Lee introdujo la cotidianeidad y las preocupaciones del común de los mortales en sus aventuras, se vio penosamente colocado ante el juez más mundano, obligado a confesar sus vilezas cual sospechoso bajo la luz de la lámpara del interrogador. La pregunta que se plantea en esas cí­nicas obras revolucionarias, que produjeron el vuelco hacia una etapa más desencantada y plomiza, es "¿Seguro que esto es un héroe?", seguida de su necesaria conclusión: "Ni esto es un héroe ni hay héroes que valgan". El bien impoluto representado por el justiciero que protege al mundo de las mayores amenazas imaginables se ve de repente cubierto por la amplia sombra del mal. Así­, Batman resulta ser, con su entrañado rencor y su nunca aplacada sed de venganza, con su perturbada y traumatizada psique, con sus delirios redentores, tan maní­aco, neurótico y esquizofrénico como sus más famosos archienemigos. Decidirse por el hombre murciélago o por el payaso psicópata que le hace frente cada semana serí­a como optar entre males de distinto signo. Es más, el detective nocturno necesita, como necesita el aire viciado de su bat-gruta y los mimos de su efébico Robin, de la presencia constante de sus enemigos con tal de reafirmar su identidad, del mismo modo que esa colección de chusma desquiciada le necesita a él para ser reconocida y honrada, aunque sea negativamente. Por tanto, se llega a la conclusión de que el hombre común y corriente, situado entre estos titanes como marioneta, carne de cañón o ví­ctima a la que atacar y a la que defender de los atacantes, no es más que un juguete en manos de colosos, una simple excusa para que los poderosos luchen. De igual manera, Superman, el prototipo y fundador de la estirpe, el dios filantrópico y desinteresado, cuyo único interés reside en salvar a la Humanidad que le ha acogido y le venera de los peligros que la acechan, acaba convertido, después de traicionar a los suyos, en un pelele, en un pragmático e innoble agente secreto gubernamental encargado de realizar los trabajos más sucios. Cae el majestuoso kriptoniano en el fango de los más mezquinos intereses de Estado, destronado desde aquella olí­mpica amplitud de miras y generosidad universal que le habí­an erigido en el justiciero arquetí­pico.


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Sin recurrir a héroes consagrados, pero basándose en ellos para inventar nuevas especies, Moore hace otro tanto, sacando a la luz el supuesto fondo siniestro que se oculta bajo el rostro amable y humanitario de los superhéroes. Los rebaja a la categorí­a de simples mortales. Del "Son superiores, son los buenos" se pasa al "Son como nosotros o aún peor que nosotros". En otras palabras: el desmontaje del héroe conduce a su negación irremediable. Esto es el cinismo. Todo lo que exceda la capacidad y la bondad del hombre vulgar es sospechoso de camuflar bajo su brillo la mayor incapacidad y maldad, los motivos más inconfesables. Por tanto, porque son probadamente falsos, hay que derribar los í­dolos. La ingenua fe en el héroe de la época clásica del cómic da paso, pues, al escepticismo y a la destrucción nihilista. Es la forma que adquiere la muerte de dios en el mundo de la viñeta. Caí­do el mito, el superhéroe habí­a muerto a manos de sus mejores sacerdotes. Se consumaba así­ un movimiento que habí­a afectado ya a otras artes. Los medios de comunicación de masas nacidos en el siglo XX, especialmente el cómic y el cine, donde se habí­a refugiado la épica tras ser expulsada de las artes más elevadas, alcanzaban la mayorí­a de edad eliminando lo épico y lo hí­mnico y quedando reducidas a lo irónico y elegí­aco. El desmontaje de Moore y Miller corresponde a ese momento paródico y cí­nico, no exento de ciertos residuos épicos semejantes a los que aún dan sus últimos coletazos en las pelí­culas de tono crepuscular de Peckinpah. Tras ellos ya sólo hay lugar para la lamentación por lo que fue y no volverá. Es precisamente esta etapa final la que encarnan las dos miniseries que mencioné al principio, "Marvels" y "DC: The new frontier". Ambas parten de la asunción de ese derribo de los mitos originales y de la conciencia de que ya es imposible restaurar la vieja fe en nuestro actual mundo desacralizado. Porque no hay que perder de vista que el superhéroe del cómic americano nace como una transposición moderna, banalizada y masiva de los antiguos héroes y dioses protagonistas de los mitos fundacionales de Occidente. Si en la literatura culta ya era imposible encontrar héroes positivos, enteros y sin mácula, sólo en las revistas baratas, en las noveluchas por entregas, en los seriales televisivos, en las hojas caducas de los diarios y en los excitantes aparcamientos de los autocines lograba el espectador sin pretensiones intelectuales escapar de la dictadura de los antihéroes, del desprecio a los valores tradicionales y de la promiscuidad moral que invadí­a los productos de la gran cultura. Pues bien, los autores de "Marvels" y "DC" añoran el maravilloso mundo heroico de la Edad de Oro del cómic, pero al mismo tiempo saben que el amor por la maravilla está fuera de lugar en esta fase moribunda que viven los superhéroes. Sin embargo, ¿cómo hablar de superhéroes, es decir, de semidioses, autores de prodigiosas hazañas, sin el sentido de la maravilla, sin la fe en el bien y sin el reconocimiento de la grandeza? Imposible. La alternativa que les quedaba era, pues, o seguir inventando historias de héroes que en realidad no lo son, que no pasan de ser hombres vulgares con ciertas ventajas no cualitativas sobre el resto, o bien recuperar la figura auténtica del superhombre, pero protegiéndose del anacronismo mediante algún tipo de distancia. Por supuesto, el dilema lo resuelven escogiendo la segunda opción: versionan con sana nostalgia los momentos históricos claves de sus respectivos universos: el de Marvel, unitario, sistemático y de suyo autoconsciente, y el de DC, cuyas conexiones y referencias fueron originalmente espontáneas, pero que es posible racionalizar a posteriori. Con una nueva mirada, perfectamente consciente del derrumbe del héroe, se rescata, reinterpretándolo, el mí­tico origen de las leyendas, con lo que, gracias a la distancia postmoderna, la épica retorna con toda la fuerza perdida al mismo tiempo que se conserva la ironí­a. El superhéroe es ahora, como en el pasado, pues lo que se cuenta es el pasado, un dios inmortal, una indestructible fuerza de la naturaleza, un titán inabarcable, absolutamente incomprensible por los mortales, que no están legitimados a juzgarlo según sus categorí­as, y radicalmente separado del hombre, que habita una esfera distinta e inferior que en determinados instantes memorables intersecciona con la divina. Incluso cuando el héroe es un individuo más terrenal, su superdotación y la grandeza con que la emplea lo hacen trascender a modelo de conducta. La gesta que se explica es la misma que entonces se nos contó que habí­an realizado esos semidioses que hablaban mediante bocadillos, pero vista como Stan Lee y Jack Kirby, o como Jerry Siegel y Joe Shuster, jamás podrí­an haberla visto.





Para aquellos que de niños disfrutamos como locos con las aventuras semanales del Spiderman de Romita y el Batman de Neal Adams, ignorantes del gusto de Carrillo por las pelucas y de la fecundí­sima reproducción asistida de los demócratas, durante la época en que a la hora de la merienda no podí­a faltar el bocadillo de nocilla y el tebeo de Mortadelo que nos sabiamos de memoria, sin sospechar entonces que aquellas historias que tanto nos gustaban las dibujaban gentes con nombres tan propios como los nuestros y no el ubicuo señor Bruguera, años antes de aficionarnos a las desvergonzadas guerreras futuristas de desnudo torso del Zona 84 y al nuevo cómic europeo, con tanta frecuencia intelectualoide, pretencioso y vací­o, para nosotros, digo, parecen expresamente escritas estas trabajadas narraciones que consiguen que incluso el afortunado poseedor de una deuda bancaria perpetua se abstraiga un momento de su emocionantí­sima vida, se olvide por unos instantes de que las zonas corporales por las que tradicionalmente se repartí­a su pelo se han mezclado alegre y azarosamente, y recobre la mirada inocente con la que una vez se asombró de lo que es digno de asombro y con la que creyó que no todo lo que existe es bajo, ruin y equí­voco.



Como dize Aristótiles, cosa es verdadera,
el mundo por dos cosas trabaja: la primera,
por aver mantenení§ia; la otra cosa era
por aver juntamiento con fenbra plazentera.

Plutón

Comentario malvado: para completar el anterior post, sólo quiero añadir esto:













Zimm...

Este hilo me va a salir carí­simo, osdaputa.
I found it in the street/ At first I did not see/ Lying at my feet/ A trampled rose

ghostdog

Muy bueno el post, scardanelli.

A mi, salvando las distancias, me ocurrió lo que comentas. Harto ya de tanta cotidaneidad de los superhéroes, racionalización, y actitud "xtreme" en lo moral, con superhéroes ya reducidos a meros superhombres por encima de la moral humana, que no vacilan en matar si es necesario, incluso si no es necesario, volví­ la vista a los heroes pulp,a esa inocencia perdida.

Por cierto, no ha hecho Moore lo mismo? He visto por ahí­ una colección que creo que la guioniza él, en la que muestra relatos de diversos superhéroes, y supervillanos, de un universo propio... No sé como se llama, cosmocity, o algo así­. REcuerdo una historia en la que se nos muestra al tí­pico supervillano de bajo nivel que está harto de que los superhéroes desbaraten todos sus planes de robo de bancos, y demás fechorí­as. Así­ que decide pasar de gadgets y de juegos de pistas y provocaciones con superhéroes y de uniformes, y consigue atracar con éxito varios bancos. Pero descubre que se siente vací­o, que lo que realmente le atraí­a era el juego del gato y el ratón con los superhéroes, el desafí­o intelectual y fí­scio, etc...

he intentado comprar alguos en tiendas de segunda mano, pero están muy caros.

Igual confundo el tí­tulo con otra que es una ciudad de héroes en el espacio, donde todos sus habitantes, pero todos, son tios con superhabilidades, exiliados de un planeta tierra en el que sobraban los superhéroes.

Ah, mirando en la red, encuentro que la de la ciudad, sino me equivoco, se llama top ten.

Tom strong también me ha gustado, en ese estilo de retomar historias pulp y héroes más o menos tradicionales, con varias historietas, protagonizadas cada una por diferentes personajes (una por tom strong, un héroe al estilo clásico de los cincuenta, pero con algún guiño steampunk; las historietas de un crio supergenio...)

De moore también está miracleman, que supone también una revisión del concepto clásico de superhéroe, pero si en watchmen es para reducirlo al papel de mero psicópata autoinvestido de vigilante, en miracleman toma el lado opuesto y nos narra una historia en los que los "superhéroes" se muestran lo que són, superhombres que son incapaces de convivir con los hombres más que como dioses que moldean el mundo a su imagen y semejanza... (bueno, lo que dijo scardanelli, pero mejor dicho)

Una última colección que sin ser gran cosa, a mi siempre me gustó, fue starbrand. Me gustaba el concepto de personaje, de un tí­o con unos superpoderes bestiales, en un mundo sin supervillanos ni superhéroes, que ni es ni se siente un superhéroe ni héroe a secas, y como esas habilidades se entrometen en su vida normal, cambiándola por completo (la suya, y la de todos los habitantes de la ciudad que se carga accidentalmente, sin enterarse).

Esta también está en el emule, igual que miracleman.

He visto mencionada predicador. A mi al principio me gustó, pero luego terminó por aburrirme, por parecerme algo pretenciosa. Se me antojó uno de esos cómics que se pretenden rompedores a base de incluí­r alguna situación más elaborada de lo habitual respecto al sexo, la violencia o demás, pero que al final resultan bastante ordinarios. Me recuerda a la "crí­tica social" de cómics como hellblazer y v de vendetta en la inglaterra de tacher, que me parecí­an bastante insulsas y simplonas.

Conste que el autor y guionista tiene una obra anterior, de la que no recuerdo el nombre, que ES EXACTAMENTE IGUAL. Una tí­a descubre que tiene unos poderes bestiales, la acompañan en su viaje unos personajes a cual más friki, y le persiguen unos personajes del gobierno todaví­a más frikis. La tí­a acaba descubriendo que es una especie de avatar del planeta tierra.... (es que la biblioteca a la que voy está muy bien surtida de cómics).



No sé si se ha comentado, pero entre los proyectos señeros del cómic en españa yo mencionarí­a también dossier negro, revista que llegó a publicar cerca de 250 números, y en donde vió por primera vez en españa la luz la serie american ghotic de la cosa del pantano, con el personaje de constantine. Y creo que fue una de las últimas revistas de cómic en morir.

En ella leí­ series como el eternauta, y es que aunque suena a tópico relacionado con las revistas porno, a mi con esta revista si me ocurrió que me encontré un montón de números tirados en un descampado cerca de mi casa. varios estaban deshechos, y tuve que buscar las páginas por todo el descampado, y al poco volvieron a tirar varios números más, ue tuve que recomponer casi página a página, y poco después, otros tantos, con los que conseguí­ leerme la serie entera del eternauta.

De las que se han mencionado antes, he visto nexus, colección que fue de las últimas que compré, y una de las que más me gustó, con las que se inició una editorial en españa que publicarí­a esa, dinamo joe (de mechs) y las versiones en cómic de corum, elric y demás encarnaciones del campeón eterno. Nexus y the question fueron las últimas colecciones que compré, y tras varios años sin comprar nada, empecé con los de hispania inc, un intento de cómics de superhéroes ambientados en españa, que no estaban mal del todo.

Acabo de encontrar en el emule promethea, de allan moore, quizás sean los que confundo con astrocity. Y he encontrado también astrocity, escaneados por "os impossibeis" un colectivo brasileiro que también escaneó los de planetary, que aprovecho para recomendar de nuevo.


Y hablando de cómic, comentar que yo de pequeño leí­a un montón de cómics para chicas, de mi tí­a, que tendrá unos siete años más que yo. Hubo unos tí­midos y fracasados intentos de retomar el género del cómic femenino a finales de los ochenta, sin éxito. Pero a principios, habí­a varias revistas de cómics para chicas, que mezclaban el concepto "superpop" (con entrevistas de los pecos, etc...) con un montón de series solo para chicas.

Algunas de estas tendrí­an el suficiente éxito como para triunfar por si solas "esther y su mundo", otra de una familia de brujas de la misma dibujante, (o dibujanta, que además creo que también era guionista) yvarias historietas cortas que recuerdo de las revistas. Luego aparecerí­a candy candy, y este género ahora solo existe en forma de series manga basadas en series para chicas, como algunas de deportistas, jonhy y sus amigos, sailor moon, etc.... esas series manga que son como culebrones

Un último comentario, sobre una editorial británica, 2000ad, que serí­a el equivalente de las grandes usa, con su propio universo con series más o menos entrelazadas, de algunas de las cuales surgirí­an spin-offs. Juez dredd, flesh, abc warriors, robohunter, rogue trooper, strontium dogs y otras por el estilo.

Y otras clásicas (y no tan clásicas) inglesas que creo que ya no pertenecen a esa editorial (no recuerdo el sello original) como kelly ojo mágico, spider, los héroes de harlem, dan dare héroe del futuro, jaw, la zarpa. Aunque creo que dan dare si se publicó en 2000ad, la revista, que fue cuna de muchos dibujantes y guionistas ingleses

ghostdog

últimos comentarios. De cómic europeo, "valerian, agente espacio temporal", que descubrí­ con doce años en la biblioteca, de ciencia ficción, una colección bastante amplia, aunque el/los autores carguen bastante contra el cómic de superhéroes. Compré un ejemplar hace bien poco

Yoko tsuno, otra de las colecciones señeras de mi infancia, de la que busco números desesperadamente. Una editorial vasca ha publicado recientemente un nuevo albúm, pero yo ando buscando en la red (he encontrado algo, están traduciendo del alemán en algunos foros) los números ya publicados en españa.

Puntualizar que el prí­ncipe valiente es la única colección de cómics que conocí­ en mi infancia temprana y que ha soportado una relectura. De hecho, cuando la leí­ completa en la biblioteca, me gustó todaví­a más que la primera vez que la leí­. AUnque admito que hay tebeos a los que por razones personales, estás más vinculado emocionalmente. Es el caso de otro clásico, mandrake el mago, del que me regalaron un álbum de crí­o.

ghostdog

del cómic italiano, he visto por ahí­ mencionados dylan dog y martí­n misteré. esta última la compré casi entera de segunda mano, en esos álbumes pequeños de tapa dura y pésima calidad. Habí­a otros protagonizados por un tio con una camiseta muy rara, un halcón tatuado en el pecho.

POr cierto, dylan dog apenas la leí­, y nunca entendí­ porque el tio tiene un acompañante que es groucho marx..

LO último qeu compré fue nathan never, una de ciencia ficción en un mundo cyberpunk (de nuevo, recomiendo transmetropolitan)

Greñas

dylan dog está bastante bien. tengo una veintena, en italiano original.

A groucho te acabas acostumbrando.
Las abejas no pierden un segundo de su existencia mostrando a las moscas que la miel es mejor que la mierda.