Bueno, ayer terminó mi Historia del Cómic Ensangrentado.
Armado de valor, me decidí a dar la cara y llevar el libro con la sangraca, para explicar todo al bibliotecario.
Al llegar, comprendí que la suerte me sonreía, estaba una chica joven y guapa, mi especialidad. Decidí emplearme a fondo, no debía fallar ningún detalle: me subí un poco las mangas para que se vieran bien las esvásticas tatuadas, me quité la bolsa de papel que me dejó Redneck de la cabeza, y puse mi mejor voz de imitación del Pato Donald:
- Hola guapa, he tenido un pequeño accidente con el libro.
- ¿Perdona? No te entiendo.
Decidí quitar la voz del Pato Donald.
- Hola , he tenido un pequeño accidente con el libro. Verás, lo he manchado un poco de sangre, no sé qué se hace en estos casos.
- Ah, no te preocupes, los traen con deterioros bastante peores. Además está seca, así no hay peligro de ningún contagio, ja ja. No te preocupes.
La última frase es totalmente cierta.