Muere lentamente

Iniciado por Crunch, Octubre 31, 2006, 02:14:30 PM

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Crunch

Muere lentamente quien no viaja,
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en sí­ mismo.
Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.
Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito
repitiendo todos los dí­as los mismos
trayectos,
quien no cambia de marca,
no se atreve a cambiar el color de su
vestimenta
o bien no conversa con quien no
conoce.
Muere lentamente
quien evita una pasión y su remolino
de emociones,
justamente estas que regresan el brillo
a los ojos y restauran los corazones
destrozados.
Muere lentamente
quien no gira el volante cuando esta infeliz
con su trabajo, o su amor,
quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir
detrás de un sueño
quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida,
huir de los consejos sensatos...
¡Vive hoy!
¡Arriesga hoy!
¡Hazlo hoy!
¡No te dejes morir lentamente!
¡NO TE IMPIDAS SER FELIZ!

PABLO NERUDA.
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California

Construye pues el barco de la muerte ya que debes emprender el más largo viaje, el del olvido. Y muere la muerte, la larga y dolorosa muerte que yace entre el viejo y el nuevo ser, ya han caí­do nuestros cuerpos malheridos, ya nuestras almas rezuman por la herida de la cruel contusión, ya el oscuro e insondable océano del fin penetra por las grietas de nuestras heridas, ya está sobre nosotros la inundación. Oh, construye tu barco de la muerte, tu pequeña arca y cárgala de comida, de pequeños pasteles y de vino para la oscura travesí­a por el olvido. Despedazado muere el cuerpo, y el alma tí­mida ya pierde pie cuando sube la tenebrosa marejada, estamos muriendo, muriendo, todos morimos y nada detendrá la marejada mortal dentro de nosotros y pronto inundará el mundo, el mundo exterior. Muriendo estamos, muriendo, en pedazos se mueren los cuerpos y nos abandona la fortaleza, y se agazapa nuestra alma desnuda en la negra lluvia por encima de la inundación, acurrucándose en las últimas ramas del árbol de nuestra vida. Estamos muriendo, muriendo, y entonces ahora lo único que podemos hacer es disponernos a morir y construir el barco de la muerte que lleve el alma en su largo viaje, un barquichuelo, con remos y alimentos y platillos y todos los aví­os de la muerte para portar el alma en el más largo viaje. Bota ya el barquichuelo, ahora que muere el cuerpo y que departe la vida, bótalo, la frágil alma en la frágil nave del coraje, el arca de la fe con su provisión de alimentos y de pequeñas cacerolas y mudas de ropa, sobre la negra superficie del diluvio sobre las aguas del fin, sobre la mar de la muerte, donde aún navegamos oscuramente porque no podemos gobernarla, no tenemos puerto, no hay puerto, no hay donde ir, sólo las oscuridad que se cierne cada vez más negra, más negra en el mudo y callado diluvio, oscuridad sobre oscuridad, arriba y abajo y a los lados absolutamente oscura y entonces ya no hay más dirección. Y el barquichuelo está allí­, no obstante se ha ido, no se le ve porque no hay forma de verlo. ¡Se ha ido! ¡Se ha ido! Y no obstante aún está en alguna parte. ¡En ninguna parte!


D.H. Lawrence

El barco de la muerte


Dionisio Aerofagita

"Muere lentamente el que no viaja"

¿Seguro que esto es de Neruda? Si lo es, no deja de parecer horrendo y ya cuando lo leí­ por aquí­ me recordaba un poco a ese otro poema de autoayuda que atribuí­an a Borges y a Garcí­a Marquez. Hoy me he acordado cuando lo he visto cuestionado en otro sitio.

Por aquí­ dicen que no.

http://xooel.wordpress.com/2006/10/07/pablo-neruda-%c2%bfquien-muere/#comment-13
Que no sean muchas tus palabras, porque los sueños vienen de la multitud de ocupaciones y las palabras necias, de hablar demasiado.