Wu wei: Sé como el agua.

Iniciado por ENNAS, Enero 08, 2012, 05:46:56 PM

Tema anterior - Siguiente tema

ENNAS



Lao Tsé es el mote por el que se conoce a un sabio chino, contemporáneo pero más anciano que Confucio y por lo tanto y grosso modo de otros sabios tales como Buda, Zaratustra o su sosie occidental Heráclito el Oscuro, todos éllos identificados con el cambio de paradigma de abandonar las supersticiones animistas anteriores para proceder a la búsqueda de tu identidad a través de principios eternos.

Toda una explosión de creatividad cuatro siglos antes de Cristo y en muy remotas y aparentemente desconectadas pequeñas zonas del Viejo Mundo. En el fondo, solo budistas y zoroastrianos pudieron compartir información. Pero curiosamente son el griego Heráclito y el chino Lao Tse los que más alto vuelo poético alcanzan con sus ditirambos.

Vemos a continuación una somera traducción inglesa del capí­tulo 38 del Tao te ching, extraí­do de esta página:

    The highest virtue is to act without a sense of self
    The highest kindness is to give without a condition
    The highest justice is to see without a preference

    When Tao is lost one must learn the rules of virtue
    When virtue is lost, the rules of kindness
    When kindness is lost, the rules of justice
    When justice is lost, the rules of conduct


Mucho más compleja, pero con raptos de gran poesí­a es el volcado al castellano que encontré en esta otra página:

La virtud superior no se precia de virtuosa, esa es su virtud.
La virtud inferior aprecia su propia virtud, por eso no tiene virtud.
La virtud superior no actúa por intereses personales.
La virtud inferior sí­ actúa por intereses personales.
La bondad actúa sin requerir de motivaciones para hacerlo.
La justicia actúa, pero requiere de motivaciones para hacerlo.
El ritual actúa y, al no hallar respuesta, la impone por la fuerza.
Así­, perdido el Tao, queda la virtud.
Perdida la virtud, queda la bondad.
Perdida la bondad, queda la justicia.
Perdida la justicia, queda el ritual.
El ritual es sólo la apariencia de la fe y la lealtad, pero es en realidad el origen de todo desorden y confusión.
La precognición es sólo una flor del Tao y suele dar origen a la necedad.
Así­, el sabio observa lo profundo y no lo superficial.
Se atiene al fruto y no a la flor,
rechaza esto y prefiere aquello.


Observad la aliteración de "perdidos..." y negadme que el sabio no nos está hablando a nosotros, personitas del centésimo aniversario de la República China, según su calendario tradicional, el año 4710 según el occidentalizado computo de ése mismo calendario chino, año de gracia del 2012.

Entended las circuntancias y entenderéis la discordancia de las traducciones, hay dieciséis versiones de la opera omnia de Lao Tsé (como hay cuatro versiones del "Ulises" de James Joyce) y tenemos el problema de que si bien los pictogramas chinos subsisten, vete tú a saber si siguen diciendo lo mismo -un poco como el etrusco que se escribí­a con letras griegas, sabemos cuales son las palabras, pero no lo que dicen-  como en el alfabeto latino un alemán puede coger lo que estoy escribiendo y leer mis palabras, pero salvo que sepa español, no entenderá lo que escribo.

Como Heráclito, Lao Tsé a través del juego de los contrarios buscaba una superación de los mismos. Mostraba como cuando se crea un concepto indefectiblemente y aún sin pretenderlo se está "creando" su opuesto. No hay belleza, sino puedes oponerla a la fealdad. Y sólo defines el bien desde el momento que acotas el mal.

Para ambos pensadores ésto era una falencia que habí­a que superar, la dualidad, la dicotomí­a, el enfrentamiento entre el sujeto que analiza y el objeto de su análisis, eran el error fundamental. Todo es uno en perpetuo cambio, el agua que fluye es una metáfora común en ambos.

Una crí­tica semántica a la expresión china wu wei.
Una explicación de qué significa wu wei.

Y el tercero principio taoí­sta, el Wu Wei, el principio de la no acción, se basa en el error de enfrentarse a la naturaleza como objeto, en vez renunciar a ser sujeto y adaptarse y amoldarse a élla. Por nuestra dicotomí­a, por nuestra búsqueda de la confrontación hemos creado un mundo injusto donde los poderosos prosperan a cosa de machacar a los débiles. Así­ hablaba el anarquistoide de Lao Tsé hace más de dos mil quinientos años. Negar la verdad y la bondad de sus palabras para el tiempo presente es futil.

Lo sé, lo sé, en principio es fácil decir que todo ésto es cháchara que se ve en los libros de autoayuda. No os dejéis engañar los libros de autoayuda parasitan saberes ajenos hasta depreciarlos. Un poco como los libros de magufos se ponen a hablar de templarios, ovnis, triángulos de las Bermudas, plagiándose los unos a los otros.

¿Si a los magufos les da por hablar de la Atlántida y citar a Platón, debemos echar por tierra al filósofo ateniense? ¿Si los libros de autoayuda fusilan a Lao Tsé, os parece motivo suficiente para renunciar a su sabidurí­a?

Dos bonitos pdf por si queréis saber más sobre el taoí­smo y el wu wei:

http://www.konvergencias.net/haydengodoy162.pdf
http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/mednat/leer_el_dao_de_jing.pdf

Carson_

El mejor divulgador de Lao Tsé fue Bruce Lee (que la cosa acabara como reclamo comercial de una marca de coches, es otra historia.)