Elevados y refinados placeres andrajosos

Iniciado por Bambi, Abril 13, 2007, 02:45:12 PM

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Bambi

Cita de: Merrick en Abril 17, 2007, 05:11:30 PM
Cita de: ílvarez en Abril 17, 2007, 04:54:03 PM
El espí­ritu original del hilo no tení­a nada de escatológico. Hací­a referencia, por poner un ejemplo, a algo como abrir las ventanas de par en par de toda la casa para sentirte a gusto calentito debajo de una manta. A esto le sumas areópago y te sale x=pedos y=foto de culo.

Siendo así­, lo borro.

Merrick, hombre de dios. Si yo mismo he participado en la deriva.

Ictí­neo

Cita de: Bette en Abril 17, 2007, 05:12:35 PM
...oler a mi hija cuando duerme, de madrugada, esas noches que puedo trasnochar. Es algo que me da mucho placer, acercarme a hurtadillas, meterme despacito junto a ella en la cama, y olerla. Me hace sentir bien, en comunicación con un montón de buena gente y muy muy feliz.


Como su hija salga una Merrick de la vida, va a saber lo que es bueno.

Merrick

Cita de: ílvarez en Abril 17, 2007, 05:17:25 PM
Cita de: Merrick en Abril 17, 2007, 05:11:30 PM
Cita de: ílvarez en Abril 17, 2007, 04:54:03 PM
El espí­ritu original del hilo no tení­a nada de escatológico. Hací­a referencia, por poner un ejemplo, a algo como abrir las ventanas de par en par de toda la casa para sentirte a gusto calentito debajo de una manta. A esto le sumas areópago y te sale x=pedos y=foto de culo.

Siendo así­, lo borro.

Merrick, hombre de dios. Si yo mismo he participado en la deriva.

Habí­a leí­do sólo el principio y el final, y no tení­a ni la más remota idea de lo que habí­a ocurrido entre medias. Creí­ -iluso de mí­- que habí­a sido el primero en hablar de pedos. Y lo más triste es que me dio como vergí¼enzota.
SI YORAS PORKE NO PUEDES VER EL SOL LAS LAGRIMAS NO TE DEJARAN VER LAS ESTREYAS XD LOL JAJAJ WAP@ ¡¡!!!!:D

Cocó

Cita de: Merrick en Abril 17, 2007, 05:37:42 PM
Habí­a leí­do sólo el principio y el final


Axioma foruncular entre axiomas forunculares

Amén

El Miserable

Pasarte todo el dí­a en pijama sin pisar la calle.

Mesmamente como hoy.

E.M.

Merrick

Dormir, despertarse con hambre, comer, y echarse a dormir.
SI YORAS PORKE NO PUEDES VER EL SOL LAS LAGRIMAS NO TE DEJARAN VER LAS ESTREYAS XD LOL JAJAJ WAP@ ¡¡!!!!:D

California


derramar cera fundida sobre la tripa, ahogar el grito y aguantar las lágrimas

Ictí­neo

Cita de: California en Abril 17, 2007, 06:22:32 PM

derramar cera fundida sobre la tripa, ahogar el grito y aguantar las lágrimas

Meterle una patada en los huevos al contrario mientras la jugada ocurre en una diagonal a cincuenta metros.
Que caiga al suelo retorciéndose.
Mirar al arbiitro con cara de "éste de aquí­ sufre de ataques epilépticos".

Gorbea

Me encantaba hincharme a galletas pringadas de paté. Y hacerme bocatas de mantequilla con cola-cao.



*Bette, no hay mejor olor que el de la piel de un bebé.

Tejemaneje

Un placer andrajoso, por los métodos más que por la noble intención, es escaquearse del trabajo. Trato de hacerlo todos los dí­as para mantenerme en forma. Para ello he desarrollado varias técnicas:

a) Fingir que se me acaba la baterí­a del móvil y apagarlo, de manera que no me controlan en la "central" ni saben muy bien dónde estoy.

b) Dejar mi cuaderno y boli en la mesa, y todo un poco revuelto, tipo "ambiente de trabajo". Digo que salgo pero que vuelvo. O no digo nada y hago como que me voy al cuarto de baño. Adiós, muchachos.

c) Inventarme un absurdo reportaje nada más empezar mi horario vespertino. Una vez fuera me verá de nuevo el pelo Panete. En el reportaje invierto 10 minutos, descontando el desplazamiento.

d) En algunos trabajos perfeccioné la danza moonwalker de Michael Jackson, de manera que parecí­a que entraba, pero en realidad me iba. Tras unos primeros dí­as jocosos empezó a no hacerles mucha gracia, de ahí­ que perfeccionase otros métodos. Una lástima, porque pensé hasta en comprarme un sombrero blanco.

Lapi_0

Quitarse El Moco. El Moco no es una vulgar pelotilla cualquiera. El Moco es aquel largo y profundo con el extremo más próximo al exterior algo reseco, pero que conserva todas las propiedades de textura, humedad y flexibilidad apropiadas en su parte final. Al tirar de él, surge de lo más profundo de la fosa nasal correspondiente, produciendo un ligero hormigueo de lo más placentero.



Quercus Cistensis

Secarte a base de secador mientras te retuerces de remordimientos por tu contribución al cambio climático. Cuando los pelillos del cuerpo todo se secan y empiezan a ondear con el airecillo caliente del secador...mmmmmmm. A más pelillos corporales, más gustirriní­n. (se siente)
Pelazo nivel Boris Johnson

California

Cita de: Lapi_0 en Abril 23, 2007, 10:07:57 AM
Quitarse El Moco. El Moco no es una vulgar pelotilla cualquiera. El Moco es aquel largo y profundo con el extremo más próximo al exterior algo reseco, pero que conserva todas las propiedades de textura, humedad y flexibilidad apropiadas en su parte final. Al tirar de él, surge de lo más profundo de la fosa nasal correspondiente, produciendo un ligero hormigueo de lo más placentero.




Y no has probado con el rapé, coño? También produce hormigueo y te evitas ser tan guarro, tí­o.

PP2000

...puro reciclake... un visitante estaba leyendolo (es una manera de hablar) y no lo recordaba, lo que no sé es porque no: HAY QUE IR AL PRIMER POST y ya si eso a ver si os soltais

SrCualquiera

Cuando era niño pasábamos los veranos en el pueblo, Andalucía profunda, pueblos desgajados de Jaen, Puente de Génave y Beas de Segura, el pueblo de mi madre y el de mi padre, olivares y recodos por los que un niño occidental educado en la urbe podía llegar a olvidar perfectamente su propia esencia civilizada. Despertares con los gallos, ladridos de perros, tic tac de cascotes de caballos, un aroma respirable, otra atmósfera de luz, mulas cargadas hasta las cejas de hierba, de paja, currantes deslomados, dialectos y jergas, abuelas del visillo, agricultores y yeseros, montadores ufanos de su propia indolencia, animales, de burros, yeguas, caballos, ovejas, cabras y gallinas, cerdos, patos, ciervos, jabalís, perros y gatos salvajes o domésticos.

Allí bebí agua de charcas, de arroyos, de lluvia, comí de todo, moras, hierbajos, flores, boñigas, hasta bichos una vez que decía mi amigo que tenían muchas proteínas, el día que tratamos (sólo un día) de emular lo que sería la vida salvaje del monte, alimentarte de lo que te daba la tierra, sin comer nada más, ni las tortas de mantecas con azúcar, ni las galletas aquellas rectangulares que estaban tan ricas, sin las ensaladas de la huerta de mi abuelo, ni la carne asada en la lumbre, ni todos esos sabores que trae la costumbre bien aposentada al aroma de los pueblos. El pan de pueblo, por ejemplo, era rudo en su molla y en su corteza, y sin embargo sabías que aquel sabor tenía una autenticidad superior a todo pan que tú hubieras comido antes. Comer aquello era de hombres, y muchas de las tropelías que allí cometí (a muchos de los vecinos les temblaban las piernas cuando les anunciaban por voz del pregonero que llegaban los nietos de la Josefa), fue inducido por una pareja de pastores oriundos del lugar. Andrés y José. Una pareja de hermanos que no sólo estaban rodeados de animales a todas horas, sino que hacían de espejo y referencia a mi hermano pequeño y a mí, que éramos prácticamente de su misma edad, y que queríamos estar siempre junto a ellos. No hubo casa abandonada, domicilio sólo a medias deshabitado, finca de obra que estuviera hecha a medias o ya totalmente construida en su osamenta de hormigón por la que no nos coláramos nosotros cuando nos daba la gana. Si no fuimos encarcelados por aquella época fue porque el pueblo estaba demasiado abandonado de la mano de Dios y de la ley. Ahora es más coetáneo, Puente de Génave, pero por mi época a veces tenías la impresión de habitar en una película antigua.

El caso, ahora que hablabais sobre estos placeres andrajosos, que en uno de mis primeros veranos como discípulo de los nativos aquellos buscando hacer cosas diferentes o peligrosas que nos ganaran su respeto, permitiéndonos ingresar en su mundo interno, muchas veces ayudábamos a Andrés, el hermano pequeño, a ordeñar las cabras que tenían, y como premio a la ayuda la primera vez que lo hicimos fue tomarnos un mejunje colosal: leche de cabra recién ordeñada (más fresquita imposible), con sopas de pan de pueblo y con mucho azúcar. Aquello estaba de muerte según las leyendas populares que hubieran llegado a mis oídos, así que mi hermano y yo, y por no desmerecer el trato, dijimos que claro. De manera que Andrés nos hizo pasar a su casa llevándose uno de los cubos del ordeñado, posó el cubo en el suelo de la leche directa de la cabra, y nos la echó a través de un cazo hasta unos cuencos de hojalata que posó en una mesa. A mí me pareció extraño, que eso fuera algo higiénico, directo de la cabra, porque yo había visto hasta pelos en el cubo, pero vaya, si él lo veía bien, tampoco yo me quería poner melindroso. Nos sentamos ante nuestro cuenco de leche, y mi hermano pequeño, que también vio algo raro, pues tonto no era, dijo que había cosillas en la leche, que no se lo quería tomar porque la leche tenía cosillas (pelos, bacterias, tierras del campo, micro células de mierda, distraídas gotitas de orina, aroma de pedos de la cabra, cosas así). Yo también vi que había cosillas en la leche, pero no era un chivato, así que le di a mi hermano con el codo para que cumpliese con la ofrenda, porque además, luego cuando se mezclara con el pan y con el azúcar la cosa cambiaría bastante. De manera que así lo hicimos, tomarnos el cuenco hasta arriba de sopas y de leche, y cuando ya lo teníamos entre pecho y espalda, coge el amigo Andrés, el artífice de todo, y saca la leche Pascual de la nevera y se la echa él en un vaso de cristal, aduciendo que es que a él la leche de cabra le sentaba mal por una alergia que tenía.

Regresamos luego a casa de mi abuela, y mi hermano, efectivamente, se chivó de que habíamos bebido la leche directa de la cabra. Mi abuela montó en cólera, ¡calla!, a mi madre le faltó echarnos amoníaco por la boca con tal de desinfectarnos el organismo entero, estado de alarma y delirium tremens. Mi hermano se empezaba a escupir cosas que quería sacarse de la boca, yo me quedé acordando del hipo puta aquel mientras me daba asco, aunque luego fueron nuestros mejores amigos. Pero ese fue su recibimiento.