Me insinuas tu entretela...

[Corso]

Contigo no es necesario un Zippo, cenizo

[Nicotin]

Según lo que acabe de leer, no.

[Corso]

¿Qué digo cerilla?

[Nicotin]

No, gracias.

Con leerlo de lejos he tenido más que suficiente.

[Imparsifal 2.0]

No, gracias.

Con leerlo de lejos he tenido más que suficiente.

Si lo miras de cerca te reconocerí­as.

[Nicotin]

Dónde.

[Imparable]

Algo detuvo la curiosa escena. El hombre y la mujer dirigieron su mirada a la puerta de la habitación.
Del pasillo llegaba el inconfundible sonido de un motor de 4 cilindros. Una enorme Harley Davidson negra, llena de brillantes cromados irrumpió en la estancia echando abajo la puerta. Cabalgaba sobre ella una figura de metro ochenta y tres cubierta de cuero y metal, del negro casco de una moderna resina sintética surgí­an treinta centí­metros de cabello castaño y liso. El Extraño frenó la moto y, sin bajarse de esta, desenfundó la espada que llevaba al costado izquierdo. Nada de sables japoneses de esos que tanto gustan a los otakus y están tan de moda. Oscuro acero de Damasco formando una espada medieval europea de lo más clásica, con un arriaz de unos 20 centí­metros y una hoja de 80. Mientras los dos depravados miraban atónitos Imparable mató a la mujer, emasculó y degolló al hombre, luego se bajó de la moto, bebió la sangre de los dos cadáveres y violó repetidas veces a la mujer por todos sus orificios sin preocuparse por la gentuza que se arremolinaba frente a la caí­da puerta observando la escena. Cuando acabó, imparable se quitó el yelmo (era uno de estos modernos cascos de moto que el frontal se levanta totalmente), limpió la espada en las cortinas y la envainó, se agachó, cogió la cajetilla de Marlboro del suelo y miró el zippo. Una siniestra sonrisa de satisfacción se dibujó en su terrible rostro.

- Es el mí­o

Dijo a la multitud de curiosos. Sacó un cigarro, se lo llevó a su boca y lo encendió. Fue entonces cuando se vió lo que habí­a grabado en el encendedor.

Imparable se guardó "El Chemero" en el bolsillo superior izquierdo de su cazadora de cuero, se subió en la moto sin el casco puesto, y condujo lentamente hasta el ascensor para perderse en la interesante noche.

[Imparsifal 2.0]

Dónde.

Acullá.

[Corso]

Jajaja, qué grande hijo de tu madre, Imparable

Me china que me hayas degollado sin bajarte de la moto, aunque me he quedado mucho más tranquila sabiendo que, aun post morten, he recibido mi buena dosis de preciado y ansiado maná: 

semen

[Fernández]

Algo detuvo la curiosa escena. El hombre y la mujer dirigieron su mirada a la puerta de la habitación.
Del pasillo llegaba el inconfundible sonido de un motor de 4 cilindros. Una enorme Harley Davidson negra, llena de brillantes cromados irrumpió en la estancia echando abajo la puerta. Cabalgaba sobre ella una figura de metro ochenta y tres cubierta de cuero y metal, del negro casco de una moderna resina sintética surgí­an treinta centí­metros de cabello castaño y liso. El Extraño frenó la moto y, sin bajarse de esta, desenfundó la espada que llevaba al costado izquierdo. Nada de sables japoneses de esos que tanto gustan a los otakus y están tan de moda. Oscuro acero de Damasco formando una espada medieval europea de lo más clásica, con un arriaz de unos 20 centí­metros y una hoja de 80. Mientras los dos depravados miraban atónitos Imparable mató a la mujer, emasculó y degolló al hombre, luego se bajó de la moto, bebió la sangre de los dos cadáveres y violó repetidas veces a la mujer por todos sus orificios sin preocuparse por la gentuza que se arremolinaba frente a la caí­da puerta observando la escena. Cuando acabó, imparable se quitó el yelmo (era uno de estos modernos cascos de moto que el frontal se levanta totalmente), limpió la espada en las cortinas y la envainó, se agachó, cogió la cajetilla de Marlboro del suelo y miró el zippo. Una siniestra sonrisa de satisfacción se dibujó en su terrible rostro.

- Es el mí­o

Dijo a la multitud de curiosos. Sacó un cigarro, se lo llevó a su boca y lo encendió. Fue entonces cuando se vió lo que habí­a grabado en el encendedor.

Imparable se guardó "El Chemero" en el bolsillo superior izquierdo de su cazadora de cuero, se subió en la moto sin el casco puesto, y condujo lentamente hasta el ascensor para perderse en la interesante noche.

¿Cómo es que te fuiste sin mear las cortinas?

[Imparable]

Ya, también habí­a pensado en cagar sobre los cadáveres y limpiarme con la colcha, pero al final se me olvidó escribirlo.

[RayPou]

Que ganas de acabarlo, con lo gore que estaba quedando.
Se va a llevar el premio "lucecita del Pardo" de calle, aunque con tanto cuero barato y tanto pegarle fuego a todo lo que se menea parace un remake lagarterano de blancanieves y shin-chan con escenas explí­citas de coprofagia y pedomaso.

Mucha tele

[Corso]

Gallego, mamón, ese zippo me costó sudor y sangre, te la tengo juradita

[Imparable]

No me cuentes milongas. La escabechina tení­a dos objetivos:
A) Acabar con el relato y especialmente con sus protagonistas que ya deben guardar silencio.
B) Recuperar un mechero que me pertenece por derecho y que lleva escrito un ingenioso juego de palabras que tiene que ver con su dueño.

Una pena que esté tan rayado, que no se ve bien el grabado.

Al que le costó sudor y sangre recuperarlo fue al de la amoto, por suerte la sangre era ajena.

[Corso]

¿Chumino?, ¿es eso lo que pone, Chumino?