Carta de Zapatero a Castro

[Fernández]

Esta carta de Castro a Zapatero me la ha hecho llegar una fuente próxima a la Moncloa. La reproduzco a continuación tal cual.
Agapito Prieto

CARTA RESPUESTA DE FIDEL CASTRO A RODRíGUEZ ZAPATERO

Querido presidente José Luis:

He tardado unos dí­as en responderte porque querí­a que esta carta llegara por ví­a segura a tus manos y no le pasara como a la tuya, que le llegó a esa bribón de Luis Marí­a Anson primero que a mí­.

Iban a mandarla con Luis Toledo, el agregado cultural de la embajada cubana en Madrid, pero yo me opuse terminantemente. No me inspira mucha confianza ese muchacho que se ha pasado su puñetera vida imitando al sargento Retamar, el de la Casa de las Américas. Y eso a mí­ no me gusta mucho, chico. ¿Cómo se va a poner a imitar a un sargento en vez de querer parecerse al Comandante en Jefe y caudillo del Caribe, como tú tuviste el acierto de llamarme en tu inteligente misiva? Eso me daba mala espina, aparte de que ya me he enterado de que Toledo está haciendo contactos muy seguidos con los parientes de La Coruña. Y ya tú sabes, ahora con la nueva ley de los nietos, eso me huele a que quiere naturalizarse español y dar el brinco.

Por cierto que me agrada verte mucho más ñángara esta vez. Y perdona que te tutee y no te diga ‘vuestra excelencia’, como tú haces conmigo, pero tú sabes que yo soy como el padrino y el capo de todos los revolucionarios del mundo, y por eso es que no suelo tratar a nadie de usted. Bueno, hice una excepción una vez, pero una vez nada más. Y fue con el papa Juan Pablo II en su visita a Cuba. La gente se sorprendió al oí­rme llamarlo Su Santidad y todo, pero no sé si sabes que fue porque me lo pidió encarecidamente Jaime Ortega.

De más está aclararte que este cardenal se está portando muy bien y coopera estrechamente con todos nosotros. Con decirte que hasta nos ha librado del trabajo policial sucio para hacer callar a unos católicos laicos de Pinar del Rí­o que tuvieron la osadí­a de editar en Cuba una revista independiente, muy liberaloide y contrarrevolucionaria, que nos tení­a a todos muy preocupados. Pues mira tú, después de ser nombrado un nuevo obispo en esa provincia, entre él y Ortega clausuraron la revista subversiva. ¡Ellos mismos la cerraron! Dime si eso no es tener carisma y aché.

Ahora nuestros insomnes centinelas del aparato, conocidos como segurosos, pueden dedicarse casi exclusivamente a mantener a raya a los disidentes que, como tú bien sabes, están al servicio del Imperio. De los presos, ni hablar. Tú mismo lo dijiste, son mercenarios pagados por la CIA. Por eso los condenamos a penas de prisión largas y ejemplarizantes, en juicios juiciosos y sumarí­simos, con una duración razonable de 15 minutos por acusado y con todas las garantí­as, como en los procesos de Moscú del 38. El viejo Pepe, que no te quepa duda, nos enseñó mas de cuatro cosas.

Fí­jate que esta vez ni siquiera tuvimos que fabricar ninguna causa, porque se les ocupó toda una baterí­a de pruebas muy comprometedoras. En los sumarios figuraban incluso materiales de tanta peligrosidad como una máquina de escribir Underwood, que en Cuba solamente puede tener un colaborador de los servicios de inteligencia del Imperio, causante del criminal bloqueo que le impide al pueblo cubano consumir mangos, guayabas y una larga lista de frutas tropicales.

Pero eso no fue todo. Lo que le puso la tapa al pomo es que esos mercenarios tení­an en su propia casa y sin el menor recato ciudadano nada menos que varios ejemplares de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que como tú sabes es un documento muy subversivo que los identificaba incuestionablemente como agentes de sueldo y plantilla de la Agencia Central de Inteligencia.

Todo eso lo entendió muy bien tu ministro Moratinos, del que yo ya sabí­a que habí­a salido de Cuba encantado con la democracia participativa y unipartidista que el pueblo cubano se ha dado soberanamente. El encantador ministro de exteriores se mostró además muy satisfecho con el orden y la tranquilidad de tranca que reina en la mayor de las Antillas. Pero, de todos modos, me alegró que tú me lo confirmaras en tu carta.

Aprovecho la oportunidad para comunicarte que para mí­ serí­a un gran placer recibirte aquí­ en La Habana con ocasión del cincuentenario de la gran y gloriosa revolución socialista de enero de 1959, como tú me has solicitado en el mejor espí­ritu del internacionalismo proletario. Yo pienso seguir vivo para esas fechas, a pesar de los pronósticos agoreros del enemigo de clase y del imperialismo. Tengo mucha fe en el santero que me atiende y que lo tengo en plan piloto aquí­, en un lugar de Cuba. Él me ha asegurado que voy a llegar a los cien años. Yo soy hijo de gallego, sabes, y duro de pelar igual que Fraga. Que no te quepa la menor.

Hay Fidel para rato, me dijo el babalao después de tirar los caracoles. Y se lo creo, porque ya me voy recuperando del secreto de Estado que me ha tenido alejado de la primera lí­nea en el frente de combate, o sea de las cámaras y luces de la televisión que siempre ha sido lo que más me ha fascinado. Pero aunque no estoy en activo totalmente, porque tengo la lengua tropelosa y suelo perder el hilo del discurso,ya te habrás enterado de que estoy empleando muy bien el tiempo y escribo enjundiosos artí­culos sobre ecologí­a y sobre el hambre tercermundista, en la cual soy todo un experto. Eso es ahora la onda. ¿No viste cómo Al Gore, el perdedor, esta vez se ganó un Oscar por su documental catastrofista? Siempre hay que estar en la última, mi querido presi y ahijado revolucionario.

Por eso querí­a sugerirte que si quieres engancharte al eje bolivariano del socialismo siglo XXI, no basta con lo de la Alianza de las Civilizaciones. Eso no está mal, pero es muy poco. Tienes que buscarte una consigna que inspire un rencor más vivo y más hondo, capaz de ejercer sobre las masas desposeí­das la atracción irresistible que tienen las grandes causas. El odio como factor aglutinante y como fuerza motriz de la revolución, ya lo dijo nuestro inolvidable Che Guevara.

Mucho odio, pero humorismo cero. Leña y cuero con los que te llamen Mr. Bean y te ridiculicen, como hace Anson y también Federico, el mañanero de la COPE y de la ultraderecha. No le falta razón a Almudena Grandes cuando propone fusilar a esas voces que rompen la armoní­a de la mañana socialista. Esa chica porno es todo un compendio de las edades de Lulú y ha alcanzado una madurez progre tan rebosante de mala leche, que se ha convertido en un verdadero cuadro. Creo que debes ir pensando en incorporarla en un futuro gabinete más rojo y radicalizado, aunque se rompa la cuota por género. Contra el humor facha, el odio revolucionario, el rencor ñángara y el reconcomio radical.

A pesar de la incómoda posición en que me hallo, debido a los problemas con el ano artificial y la válvula esfintérica (como dice el doctor Garcí­a Sabrido), no puedo terminar estas sentidas lí­neas sin exhortarte a que te sumes militantemente a la campaña mundial que estoy lanzando contra el biocombustible. Se trata de favorecer a nuestros amigos iraní­es y bolivarianos y al mismo tiempo darle un palo al imperialismo. El antiimperialismo del tercer milenio se define en términos posmodernos como la lucha a muerte contra el etanol. Esa es la palabra de orden en este momento crucial de Iberoamérica.

No termino diciendo “patria o muerte” como era antes mi costumbre, porque el santero me ha dicho que esa frase ya no me da buena suerte. Me despido entonces con mi nueva consigna revolucionaria: ¡Guerra a muerte al etanol!

Hasta la victoria siempre, tu invicto Comandante y Acuarelista de la Polí­tica Antillana, Fidel Castro Ruz

La Habana, 16 abril 07

http://blogs.periodistadigital.com/juliosanfrancisco.php/2007/04/17/carta_respuesta_de_fidel_castro_a_jose_l

[nuagazezo]

Obviando que la presunta carta sea un despelote, estamos hablando de un tipo que cada vez que apoya a un candidato sale el otro, que va a la bolsa a decir que ESpaña va superbien y a los dos dí­as se da una hostia la locomotora económica del pais. Que le acaben llamando el José Vélez de la socialdemocracia es algo que acabará cayendo por su propio peso.

A Segolen parece que no le ha ido mal siendo la Zapatera de Francia, la ha servido para disputar la segunda vuelta que eso de dar triunfador al Sarkosy aún habrá que verlo. Dos puntos y la izquierda movilizada, no es como para tirar cohetes. Aunque lo diga Ariete.

[Ariete]

Ten en cuenta que la inmensa mayorí­a de los votantes de Le Pen votarán por Sarkozy, lo cual suma un 40%, y según una encuesta el 38% de los del Buyeu o como se llame también le votarí­an, lo cual según una regla de tres serí­a como 6 ó 7 puntos más, al borde la de mayorí­a absoluta. Le sumas el del partido de los Cazadores y la tradición, que aunque parezca de chiste tienen cierto peso, y nos da mayorí­a absoluta.

La izquierda más que en esta votación no puede movilizarse, ya que la participación fue altí­sima. Y teniendo en cuenta que de entre todos esos troskistas y comunistas habrá algunos que prefieran no caer en el voto útil y otros que sigan aquella consigna del PCF a comienzos de los ochenta de votar a la derecha en la segunda vuelta para acelerar el colapso del capitalismo... pues ya están echas las cuentas.

[nuagazezo]

y nos da mayorí­a absoluta

No se, yo he escuchado hoy en las noticias que la encuesta de HOY les sitúa a dos puntos y me pareció oportuno aportar el dato por que lo tuyo me parecen más bién eso, la expresión de un deseo.
¿cuándo es la segunda vuelta?
Yo prefiero que gane Segolen, claro. 

[Glategoja]

¿Que este año no se presenta Coluche?

[Nicotin]

¿Que este año no se presenta Coluche?

No te jode... con el Photoshop cualquiera sale sexy y atrayente.

Habrí­a que verle sin el Photoshop.

[Glategoja]

Habrí­a que verle sin el Photoshop.

[popotez]

Obviando que la presunta carta sea un despelote, estamos hablando de un tipo que cada vez que apoya a un candidato sale el otro, que va a la bolsa a decir que ESpaña va superbien y a los dos dí­as se da una hostia la locomotora económica del pais. Que le acaben llamando el José Vélez de la socialdemocracia es algo que acabará cayendo por su propio peso.

Un gafe de la hostia, sí­.

en cambio, aquí­ y ahora, la suerte: