Hablando de nombres... ¿nunca os he contado que vivo con dos compañeros de piso imaginarios?
Mi señor padre me desaconsejó tajantemente que en el letrero de mi buzón rezase solitario el nombre de una fémina, de modo que me inventé dos musculosos compañeros protectores que mantuvieran alejados a cacos y pretendientes:
Anibal San Juan
Bruno Avellaneda
Si coronas el epitafio con mi nombre, ya tienes mi buzón