Hay nombrecitos que son la hostia, desde luego. Aun con todo, Bor aún mola. El otro día descubrí que un chaval con el que jugaba yo de crío le ha puesto al suyo Brian, con pronunciación inglesa (que hay quien elige la pronunciación española, lo que ya es el colmo). Sin ser tanorri ni nada. Que le gustaba, dice.
Ni pajolera, Ghost. Tendrán establecido un baremo nacional, sí, imagino, y con eso ya te van dando pistas. Pero a ciencia cierta no lo sé. Marea un poco cómo el crío, sin cambiar tanto, pasa de un percentil a otro con esa alegría. La cabeza estaba en el percentil 10 y ya ha pasado al 75. Eso, para mi suegra, es como para llevarlo a un médico privado a ver si le pasa algo. Para cualquier otro es "normal, que está creciendo". Es más cabezota que cabezón, de todas formas.
Y lo de ser padre... no tienes disponible la edad, pero si no recuerdo mal, tendrás treinta y pocos. Con la ropa que gastas, más a mi favor. Ahora el arroz dura más tiempo, hombre.