El flequillo no es tal. Lo que pasa es que tiene el pelo muy fino y ahora muy largo. Pero como sólo se le cortó una vez, y fue mi cuñada en un arrebato sin avisarnos, que le hizo un destrozo cojonudo, ahora la doña no se fía de nadie, y está esperando a final de mes, que iremos a una peluquería de una pseudohermana que tengo. No creo que aguante mucho sentado y quieto, pero bueno.
La casa, one more time, es la de una mujer de setenta y pico. Hablamos de ese tipo de personas que compra un sofá más moderno que el resto para el salón, y cuando le regalas unos cojines
One more time again, a Sanda. Que ya es malo que no me leáis a mí, pero que no os leáis entre vosotros...
Y después las anotaciones nominales de éstos, que intuyo apoyo, pero no entiendo nada de lo que dicen.
Up the irons.