Serás capaz, hijoputa.
Toma, no. Bien bonito. Además, así se llamaba un tío mío, que palmó de infarto porque le dijeron que no hiciera esfuerzos y se lo encontraron en el huerto con un saco de patatas de cincuenta kilos. Él creía que se referían a esfuerzos-esfuerzos, joder, no a eso.