Hace breves segundos.
Mario: ¡Pata de cabra!
Dan: ¿Pata de cabra?
M: Sí, pata de cabra y ¡pato de cabrón!
Mamá: ¡Daniiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!
Pero la buena fue ayer.
Hospital, una tía de mi mujer ingresada. Sube ella y yo me quedo abajo con él, jugando con un tren y comiendo gominolas, qué sacrificado es ser padre. Me llaman, que está sola, no hay nada escabroso, que lo suba. Llegamos a los ascensores, entramos, se cuela una vieja en el último momento. Y, según subimos...
Vieja: Ay, qué niño más mono, qué carita, cómo te llamas, niño.
Mario: (Gominola en una mano, tren en la otra, pone de repente una cara dickensiana, compungida a más no poder, y suelta) "He perdido a mi mamá".
Vieja: (Blanca como el papel, me mira) Ay, ay, perdona, lo siento, yo no lo sabía, qué disgusto. (Sale pitando)
Mario: Pero la voy a encontrar ahoraaaaaaaaa...