Bronca madre-hijo, esta tarde.
Mamá: Ya vale, eh, ¡ya vale!
Mario: Ya vale, eh, ¡ya vale! (repite y graba las sentencias para darnos con ellas en los morros más tarde).
Mamá se va cabreada.
Mario se queda algo compungido, y papá, arreglalotodo, se acerca y le dice: Mira, tienes que decirle cosas bonitas para que te perdone. Ve y dile "guapa".
Mario parte, papá se sienta en el ordenador y escucha a lo lejos: Ya vale, guapa, eh, ¡ya vale!