Música clásica

Iniciado por Ignacio, Mayo 21, 2007, 10:18:04 PM

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Gorbea

#210
Cita de: Caracartón en Enero 11, 2008, 05:16:15 PM
Solo comentar que el señor director no padece de ninguna averí­a en el carter. Es mas, yo alejarí­a a vuestras (femeninas) parejas de este individuo ;D


Sólo comentar que se te ve perfectamente en el video...



(*Mejor en Méjico que andar por Madrid de cañas con unos degenerados).




Quercus Cistensis

Cimarosa. Concierto para oboe en Do.




El primer tema deberí­a ser tan conocido como cualquier hit de Beethoven, Mozart o Verdi. Y ni siquiera la ha cogido ningún cineasta de pro para una BSO romanticona.

Cambio de firma.
Pelazo nivel Boris Johnson

Caracartón

Giuseppe di Stefano, 'el tenor de la Callas'

Giuseppe Di Stefano, en una imagen de 1999. (Foto: EFE)
Actualizado lunes 03/03/2008 19:01 (CET)
DPA | ELMUNDO.ES
ROMA | MILíN.- El tenor italiano Giuseppe Di Stefano, considerado una de las grandes voces del siglo XX, murió el 3 de marzo a los 86 años en su casa ubicada en las cercaní­as de Milán.

Tení­a su mano en mi mano, y en algún momento sencillamente dejó de respirar, no sufrió", relató su esposa alemana Monika Curth.

Tras retirarse de los escenarios a mediados de la década de los 80, el cantante pasaba varios meses al año en su casa en Kenia, donde a finales de 2004 sufrió un atraco y resultó gravemente herido. Nunca se recuperó de las lesiones. De hecho,se encontraba en coma desde el pasado 23 de diciembre.

Di Stefano se hizo conocido principalmente por sus frecuentes actuaciones junto a Maria Callas desde la década de los 40 a la de los 70. Por eso, entre sus fans era conocido como "el tenor de la Callas".

Hijo de un policí­a y de una modista, nació el 24 de julio de 1921 en la localidad siciliana de Motta di Santa Anastasia, y creció en Milán. Asistió a un colegio de jesuitas para después dedicarse al estudio del canto.

Su debut se produjo en 1946 en Reggio Emilia en el rol de Des Grieux en 'Manon' de Jules Massenet. Solamente un año después se presentaba en el mismo papel, pero en la Scala de Milán. Siguieron años en la Metropolitan Opera en Nueva York como el duque de Mantua en 'Rigoletto' de Verdi y como Mario Cavaradossi en "Tosca" de Puccini en el Covent Garden de Londres.

En los años 50 y 60 fue probablemente el í­dolo lí­rico mejor pagado del mundo, aunque Mario del Monaco, seis años mayor, a veces contaba con más preferencias por parte de la crí­tica y del público.

Los primeros problemas con su voz surgieron en 1963, durante la presentación de 'La Bohí¨me' de Puccini en el Covent Garden. Di Stefano debió ser reemplazado al año siguiente por un colega más joven: era el inicio de la carrera del tenor estrella Luciano Pavarotti.

Los crí­ticos acusaron a Stefano de haber forzado excesivamente su voz, lo que éste siempre desmintió en forma vehemente. Varios intentos por concretar su retorno artí­stico fracasaron, por lo que a finales de los 80 se despidió de los escenarios.

Sin embargo, se presentó todaví­a como 'regisseur'. En 1988 lo hizo en Taormina, con 'Cavalleria Rusticana', y en 1989 con el teatro de gira 'Stagione d'Opera Italiana' con 'La Bohí¨me' de Puccini.

Di Stefano fue asaltado hace unos tres años en su vivienda en la costa keniana, al sur de Mombasa. Los agresores lo atacaron y quedó herido de tal gravedad que después entrarí­a en coma.

Por orden de su esposa, fue trasladado en un avión ambulancia a Italia y fue tratado en la clí­nica San Raffaele de Milán. "Desde entonces tuvo muchas enfermedades y ya prácticamente no podí­a hacer nada solo", contó su mujer.

Di Stefano puede ser escuchado en algunas de las grabaciones más famosas de Maria Callas, incluyendo versiones completas de las óperas 'Lucia Di Lammermoor', 'I Puritani', 'Il Trovatore' y 'La Bohí¨me'.

La Ópera de Viena ha calificado de "uno de los más grandes tenores del Siglo XX" al italiano Giuseppe Di Stefano. Tras la noticia del fallecimiento, la ópera vienesa recordó en un comunicado que el cantante actuó 84 veces en este escenario en 13 papeles distintos, tras debutar con Des Grieux en 'Manon Lescaut"' el 16 de junio de 1957, cuando tení­a 35 años.

También cantó en la conocida como 'La casa del Ring' en los papeles de Don José de 'Carmen', Cavaradossi de 'Tosca', Radames de 'Aida', el duque de Mantua de 'Rigoletto', Gustavo III de 'Un baile de máscaras', Alfredo de 'La Traviata' y ílvaro de 'La fuerza del destino', entre otros.

En el país de los ciegos el tuerto ha colocado a todos sus yernos.

divacia









(para quien no guste de la versií²n contemporí nea de Matthew Bourne)

http://www.youtube.com/watch?v=FY4Y1gTO9HE&feature=related

Caracartón

Me ha gustado mucho la contemporánea, y eso que odio el ballet (que no la música de ballet).

En el país de los ciegos el tuerto ha colocado a todos sus yernos.

divacia

Cita de: Bobby Beausoleil en Enero 11, 2008, 07:03:32 PM
http://www.youtube.com/v/-p64smkh0iM&rel=1


Con todo el respeto a los aquí¬ presentes pero esta versií²n del Bolero es una groserí¬a.


"...perche la minestra si fredda..."

Quercus Cistensis

 Pues no, puede no gustarte, ya que para gustos colores, pero es una versión hecha con una calidad, cretividad y curridad en general más que notable.

Y me sumo a las alabanzas de la versión contemporánea de los patitos.
Pelazo nivel Boris Johnson

Quercus Cistensis

Danzas palovtsianas (o asina) del Prí­ncipe Igor de Borodin:



Pelazo nivel Boris Johnson

No-soy-Gilles

Que cosa mas tremenda de titulo. Yo tengo un disco de mi viejo con un cañon en la portada que salen las danzas palotvianas esas. Eso si, jamas me dio por escucharlo.

Quercus Cistensis

 Y seguimos por la zona eslava. Observen el lí­o lioso de Boris Godunov:

PRÓLOGO.- Ante el monasterio de Novodevichy, en Moscú, la multitud, obedeciendo las órdenes de los soldados, se lamenta amargamente. Dentro del monasterio se encuentra Boris Godunov, quien como acaba de declarar Schelkalov, secretario del Consejo de Estado, no quiere aceptar el trono, a pesar de los deseos de los nobles y del clero. Llega un grupo de peregrinos y entra en el monasterio. Los soldados ordenan a los congregados que se presenten ante el Kremlin al dí­a siguiente.

Al siguiente dí­a el pueblo está congregado en la explanada del Kremlin. Shuisky vitorea a Boris, que al final ha aceptado su nombramiento, y que ahora se presenta ante la multitud con los atributos de zar. Se dirige al pueblo y sus palabras revelan la turbación de su espí­ritu. El pueblo le aclama.

ACTO I.- En un monasterio en Chudov, durante la noche un anciano monje, Pimen, escribe una crónica de Rusia. Grigori Otrepiev, un joven monje que duerme en la celda, se despierta. Pide a Pimen su bendición y el anciano se la otorga, en tanto que se escucha como fondo el cántico de los monjes. Ahora Otrepiev relata al anciano monje un sueño que ha tenido y que le atormenta: una multitud en Moscú le señalaba con gesto desdeñoso. Pimen a su vez le dice cómo él mismo vio, hace dos años, el cuerpo del joven prí­ncipe Dimitri, hijo del último zar, y que habí­a sido asesinado por orden del usurpador Boris Godunov. Grigori queda profundamente impresionado (exclama: ¡Boris! ¡Boris!) y Pimen señala que si Dimitri viviera tendrí­a la misma edad que Grigori.

En una posada junto al camino, la posadera está cantando mientras trabaja. Llegan ahora dos monjes vagabundos, Missail y Varlaam, seguidos de Grigori, vestido ahora con ropas de campesino. Los monjes beben; Varlaam entona una chispeante canción (Una vez en la ciudad de Kazán) que trata de las hazañas militares del zar Iván. Grigori se mantiene retraí­do; tiene el propósito de hacerse pasar por el prí­ncipe Dimitri y reclamar su derecho al trono de Rusia, para lo cual quiere ahora atravesar la cercana frontera con Lituania, que en aquel tiempo formaba parte del reino de Polonia.

Llaman a la puerta y entran unos guardias de la frontera, anunciando que llevan la orden de arresto para un tal Grishka (abreviatura de Grigori) Otropiev. Los guardias, analfabetos, dan a leer el escrito a Grigori, que falseando lo escrito, hace una descripción de la persona buscada que corresponde a uno de los dos monjes: Varlaam. Finalmente Varlaam lee correcta mente lo que hay escrito en la orden, pero entre tanto, Grigori ha logrado escapar de allí­.

ACTO II.- En un salón del Kremlin, Xenia, la hija de Boris, se lamenta de la muerte de su prometido. Su hermano, Fiodor un niño, está entusiasmado con un reloj mecánico. La vieja nodriza trata de consolar a Xenia, cantándole una canción festiva sobre un mosquito. Después de otra canción, entonada por el aya y Fiodor, entra Boris. Se marchan Xenia y la nodriza. Fiodor, ante una esfera, muestra orgullosamente a su padre sus extensos dominios. Mientras Fiodor habla, Boris canta la infelicidad que le atormenta y la desgracia que presiente y cómo le hostiga el recuerdo del asesinado Dimitri (Tengo el supremo poder).

Se escucha ruido fuera. Entra un boyardo con noticias acerca de unos disturbios originados por Shuisky. Vuelve a entrar Fiodor y dice a su padre que el ruido lo habí­a causado una cotorra mal educada.

Entra Shuisky y Boris le acusa de conspirador. Pero Shuisky le dice, a su vez, que ha aparecido en Lituania un pretendiente que se hace llamar Dimitri. El nombre conmociona a Boris, que pide a Shuisky confirmación de que el prí­ncipe Dimitri murió realmente. Solo en la estancia, presa de agitación, Boris imagina que las figuras mecánicas del reloj, que ahora empieza a sonar, son una visión del joven asesinado.

ACTO III.- En el castillo de Sandomir, en Polonia, la princesa Marina, está siendo vestida por sus damas. Pero ella no presta atención alguna a las ligeras canciones que cantan sus acompañantes para distraerla, su pensamiento está puesto en la gloria de Polonia y espera que Dimitri, de quien se ha enamorado, la convierta en zarina de Rusia. Su confesor, el jesuita Rangoni, le dice que con el triunfo de Dimitri ella debe llevar la religión católica romana a Rusia. Marina no se muestra muy dispuesta al principio, pero después accede.

En el jardí­n del castillo, a la luz de la luna, el enamorado Grigori o Dimitri espera a Marina. Aparece Rangoni, dirigiéndose a él como al zarevitch y pidiéndole que lo acepte como su guí­a espiritual. Se escucha una polonesa; Marina, acompañada de sus huéspedes, pasea con un noble anciano; los reunidos cantan el próximo triunfo de Polonia sobre los rusos.

Entra de nuevo Marina. Obediente a los consejos de Rangoni, rechaza desdeñosa las palabras de amor de Dimitri y le dice que su deber es llegar a ser zar de Rusia. Después de una breve discusión, se reconcilian. mientras que Rangoni, que desde un lugar oculto, ve lo sucedido, se regocija.

ACTO IV.- El Consejero de Estado boyardo está reunido en el Kremlin. El secretario del Consejo, Schelkalov, anuncia la petición de ayuda de Boris para hacer frente al pretendiente, el supuesto Dimitri. El Consejo la otorga. Shuisky, que es sospechoso de rebelión, entra, y al darse cuenta de que Boris, observado secretamente, está temblando, declara que ha visto al fantasma del asesinado Dimitri, y grita: Fuera niño.

Boris, enfermo, se levanta tambaleante y dice unas pocas palabras. Después se sienta. Shuisky, después de haber pedido permiso, entra acompañando a un monje que ha solicitado audiencia. Se trata de Pimen, que dice que, habiéndose quedado ciego, visitó la tumba del zarevitch asesinado, Dimitri, y quedó milagrosamente curado.

Boris se hunde. Sabiendo que su muerte está cercana, manda llamar a su hijo y despide a los boyardos. Suenan las campanas. Boris dice a Fiodor que desconfí­e de los boyardos y que defienda al pueblo y a la Iglesia rusa. Se escuchan voces a lo lejos, entran de nuevo los boyardos y Boris muere.

En un claro del bosque cerca de Kromy, la turba apalea a Kruschov, un boyardo seguidor de la causa de Boris. Entra un Idiota y entona un cántico religioso. Unos pilluelos se rí­en de él y golpean la vieja cazuela que el Idiota lleva a guisa de sombrero. Missail y Varlaam, los monjes vagabundos, entran en escena y se ponen al frente de la turba alabando a Dimitri. A la alabanza se unen dos jesuitas, Lavitzky y Chernikovsky, quienes cantan en latí­n, pero el grupo se vuelve contra ellos y se los llevan al interior del bosque para ahorcarlos.

Anunciado por una trompeta, entra Dimitri a caballo. La multitud le aclama. Dimitri, entonces, grita: ¡A Moscú! Entre bastidores se escucha la oración de los jesuitas. Todos siguen a Dimitri, dejando solo en el escenario al Idiota que canta a la infeliz Rusia.


(de http://inicia.es/de/rtorregrosa/portada.htm)

El acto III queda un poco como postizo. Pero es que es eso, un postizo que añadió el compositor, porque sin historia de amor no le compraban la ópera. Como cuando en una pelí­cula de tiros meten una chica a tornillo para que vayan las novias al cine.

Y el obligado yutiub



Que es cuando Schelkalov dice que Boris no quiere ser zar, del acto I. Por cierto, interesante producción.
Pelazo nivel Boris Johnson

Recolectando

Claro de Luna de la Suite Bergamasque, en versión orquesta:


Mr.Cicuta

Esa suite es una maravilla, toda ella.

Pero prefiero la versión para piano. Que, dicho sea de paso, no sé si es la original.
El "tempo rubatto" parece como si realmente se agitase la mar hasta entonces en calma, que finalmente vuelve a su estado plácido acariciando el rebalaje mediante una serie de acordes arpegiados de lo mejor que he tenido la dicha de escuchar. Durante muchos años.

Recolectando

Sí­, Nacho, la Suite Bergamasque fue compuesta para piano y, aunque se haya escuchado mucho, es una de las piezas del impresionismo musical que más me gustan.  Nunca la habí­a escuchado en versión orquestada, para mí­ descubrirla ha sido una curiosidad, pero también yo la prefiero en su forma original.  Este movimiento en concreto, el Clair de Lune, fue de los primeros temas de música clásica que me atrajeron, por tanto tiene para mí­ un valor sentimental  añadido.

Mr.Cicuta

Cita de: Mon en Abril 18, 2008, 11:28:30 PM
Sí­, Nacho, la Suite Bergamasque fue compuesta para piano y, aunque se haya escuchado mucho, es una de las piezas del impresionismo musical que más me gustan.  Nunca la habí­a escuchado en versión orquestada, para mí­ descubrirla ha sido una curiosidad, pero también yo la prefiero en su forma original.  Este movimiento en concreto, el Clair de Lune, fue de los primeros temas de música clásica que me atrajeron, por tanto tiene para mí­ un valor sentimental  añadido.

Ahí­ coincidimos.

No recuerdo yo la cantidad de veces que me he sentado al lado de mi padre, al piano, y le he pedido que tocase esa pieza, entre otrasa muchas. Lo hací­a muy bien.

Yo, particularmente, soy capaz de rascarla un poquito.

Recolectando

Aquí­ lo tienes interpretado por Emile Lelouch:



Y a Daniel Baremboim interpretando el adagio del otro Claro de Luna, el de Beethoven:

https://www.youtube.com/watch?v=
E10K73GvCKU