La educación religiosa es abuso infantil

Iniciado por Mikel Otsuka, Mayo 31, 2007, 03:05:53 PM

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Mikel Otsuka

Cita de: Ariete en Junio 01, 2007, 12:03:11 AM
Precisamente el otro día terminé de leer ese libro de Dawkins, titulado en España "El espejismo de Dios". Está bastante bien, resulta muy ameno. Es una crítica general a las religiones, aunque se centra especiamente en desenmascarar la idea del evolucionismo y la teoría del diseño inteligente, y ahí aporrea con mucha fuerza porque en el tema evolutivo es una autoridad mundial, un libro suyo bastante anterior llamado "el gen egoista", que espero leer próximamente, parece ser que tuvo mucha repercusión en el ámbito académico (o sea, que no es sólo divulgador científico estilo Carl Sagan o Punset). Cuando ya entra en terrenos más filosóficos, sociológicos y psicológicos también tiene bastante agudeza, aunque ya baja el nivel y se nota que ahí tiene menos formación.

No voy a ponerme a resumirlo entero, pero una de las ideas que explica me pareció curiosa. Menciona a un psicologo americano llamado Julian Jaynes, al que no sabe si catalogar como genio o como chalado, que en su libro "El origen de la conciencia en la ruptura de la mente bicameral" (desde luego el título es buenísimo) propone como hipótesis que dado que el pensamiento en muchas personas tiene forma de diálogo con un interlocutor imaginario, hasta el año 1000 a.c. la gente no era capaz de disntinguir que esa otra voz dentro de su cabeza era propia, y debían creer que era un Dios el que les hablaba. Esto no tuvo porque ser así, pero bueno, ahí queda.

También habla del fenómeno del amigo imaginario en los niños, para quienes llega a ser tan real como si tuviera presencia física. Dado que una de las características del ser humano es el paidomorfismo, es decir, que al llegar a la edad adulta conserva más rasgos infantiles que otros animales, a mucha gente lo que le ocurre es que Dios es como ese amigo imaginario, un ser que le da apoyo y consejo en los momentos difíciles, pero que al fin y al cabo es sólo una ilusión mental, un espejismo, como dice el título.

Estoy empezando esta parte del libro y ardo en deseos de leérmela porque, de hecho, me parece creíble e increíble a la vez lo que dice Jaynes. Creíble en la medida en que, de no ser cierta su teoría, no me explico el asombroso desarrollo de las primeras civilizaciones. Increíble porque, al fin y al cabo, las civilizaciones modernas han tenido cierto contacto con grupos humanos que vivían en el paleolítico en el momento de ser descubiertos, y no sé de nadie que haya reportado que creyeran vivir en un diálogo constante e íntimo con entidades sobrenaturales. A lo mejor alguien lo ha constatado, pero yo no he tenido noticia de ello.

El libro es interesante, pero la verdad es que coincide tanto con mi manera de ver el asunto que no me resulta demasiado estimulante. Por cierto; no entiendo cómo Russell y compañía llegaron a tomarse en serio la prueba ontológica; a la pregunta de si puedes imáginar un ser perfecto sólo se le puede dar una respuesta: no. Y la prueba se va directamente a tomar por el culo. Y sin trampas. Qué coño es eso de la perfección, hooooombre.

La traducción es horrible. Seguro que te has dado cuenta.
- E una puta tan susia, tan guarra y tan arrastrá que la yaman la PSN. - ¿Pero tan serda e? - Hombre, siempre se esagera...

Dionisio Aerofagita

Cita de: Mikel Otsuka en Junio 21, 2007, 10:12:24 PM
Estoy empezando esta parte del libro y ardo en deseos de leérmela porque, de hecho, me parece creí­ble e increí­ble a la vez lo que dice Jaynes. Creí­ble en la medida en que, de no ser cierta su teorí­a, no me explico el asombroso desarrollo de las primeras civilizaciones.

Hum... ahí­ no te entiendo bien. ¿Quieres decir que el hecho de que creyeran que la voz de dentro de su cabeza era de naturaleza divina les ayudarí­a a desarrollarse? Yo no veo, en principio, la conexión.

Citar
Increí­ble porque, al fin y al cabo, las civilizaciones modernas han tenido cierto contacto con grupos humanos que viví­an en el paleolí­tico en el momento de ser descubiertos, y no sé de nadie que haya reportado que creyeran vivir en un diálogo constante e í­ntimo con entidades sobrenaturales. A lo mejor alguien lo ha constatado, pero yo no he tenido noticia de ello.

Bueno, ahí­ hay dos problemas metodológicos. Uno, los "salvajes" no son los "primitivos". Esto es, las culturas que han podido examinarse hace cincuenta años llevaban miles de años de "evolución", es decir, cambio, aunque no hubieran pegado saltos tecnológicos; los pioneros de la antropologí­a utilizaban el método comparativo para tratar de descubrir la historia general de la humanidad; lo que hoy en dí­a suena quizás demasiado ambicioso. Ciertamente, las condiciones de infraestructura y cultura material determinan en gran medida los niveles más abstractos, por lo que la comparación no es absurda ni estúpida ni arbitraria, y de hecho es casi lo único que tenemos. Pero no es determinante, claro.

El segundo es que lo del contacto constante e í­ntimo con entidades sobrenaturales parece un poco ambiguo y difí­cil de operacionalizar. Así­ formulado, desde luego que hay culturas que lo tienen, y de hecho, en la vida moderna hay mucha gente que seguirí­a diciendo que tiene un contacto constante e í­ntimo con Dios (ví­a oración), o con personas difuntas (la comunión de los santos). Aunque yo no he leí­do el libro en cuestión, parece que el autor se refiere a otra cosa más intensa, aunque en último término, la diferencia serí­a más bien de grado, de ahí­ la retórica implí­cita en la hipótesis.
Que no sean muchas tus palabras, porque los sueños vienen de la multitud de ocupaciones y las palabras necias, de hablar demasiado.

Mikel Otsuka

La educación religiosa es abuso infantil y alimentar esperanzas vanas es abuso senil (y hasta sexual). Leed este artí­culo de un blog de Público para comprobarlo. A mí­ me ha gustado bastante:

En 1969 se publicaba Sobre la muerte y los moribundos, de Elisabeth Kí¼bler-Ross, una psiquiatra de origen suizo que pasó toda su vida asistiendo a agonizantes. A ella le debemos la teorí­a de los cinco estados previos a la muerte (negación, ira, regateo, depresión y aceptación) y la llamada de atención a médicos y familiares sobre las especialí­simas necesidades de quienes se enfrentan a su hora final. En este mundo oscuro y triste no es difí­cil acabar creyendo en lo increí­ble. El contacto con los moribundos hizo que Kí¼bler-Ross aceptara la existencia de Dios y de otra vida. En 1976 cayó bajo la influencia de Jay Barham, uno de los muchos “canalizadores psí­quicos” que habitan la soleada California. Kí¼bler-Ross poseí­a un centro, llamado Shanti Nilaya â€"del sánscrito, última casa de pazâ€", para ayudar a quienes estaban pasando o habí­an pasado por el trance de perder a algún ser querido . Y allí­ fue invitado Barhman como estrella rutilante.

El “canal” no sólo entraba en contacto con los maridos de las apenadas viudas, a través de él también podí­an recuperar la actividad sexual perdida. El escándalo saltó cuando cuatro de ellas se descubrieron con infecciones vaginales y una, al encender la luz durante una sesión con una de esas “entidades”, descubrió al aprovechado médium totalmente desnudo… salvo por un turbante.

Lo mejor fue la excusa que el prí­apo charlatán dio: los etéreos seres le habí­an clonado, con turbante y todo, para poder disfrutar de las delicias de la carne. El asunto provocó que se cuestionara la salud mental de Kí¼bler-Ross y su prestigio se fue al garete. ¿Pero y las cándidas viudas? ¿Cómo pudieron creerse las patochadas de semejante vividor? La necesidad de creer anula el sentido común. Lutero lo dejó expresado con claridad meridiana: “La fe debe sofocar toda razón, sentido común y entendimiento”. Lo más curioso es que Kí¼bler-Ross, ardiente defensora durante décadas de esa otra vida tras la muerte, tuvo su punto de inflexión cuando sufrió una serie de ataques al corazón, que culminaron en 1995, dejándola paralizada del lado izquierdo.

En una entrevista publicada dos años más tarde en el San Francisco Chronicle, la psiquiatra afirmó: “Durante 40 años he hablado de un Dios bueno que ayuda a la gente, que conoce lo que necesitas y todo lo que debes hacer es pedí­rselo. Bien, es una chorrada. Quiero decir al mundo que todo eso es una mierda. No creo una palabra de ello”.
- E una puta tan susia, tan guarra y tan arrastrá que la yaman la PSN. - ¿Pero tan serda e? - Hombre, siempre se esagera...