La Acrópolis de Atenas dicen que es bonita, pero es imposible comprobarlo cuando llegas en cualquier momento del año y te encuentras con mareas inmensas de gente, a través de la cual apenas logras percibir los andamios que cubren el Partenón. Le das la espalda y te acercas al Erecteion, pero sólo en la distancia puedes atisbar, a través de más gente, las Cariátides. Así que lo mejor es largarte de allí cuanto antes y contemplarla en foto; o como mucho, desde los montes de enfrente, como el Likaveto.
En suma, la Acrópolis es lo más decepcionante que puedes ver en un viaje a Grecia. Yo no lo aconsejaría visitar, para no llevarte un gran chasco ante tanta plebe pululante. Quizás en el crudo invierno, fuera de la Navidad...