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Hilo comecuras

Iniciado por NubeBlanca, Junio 26, 2007, 09:22:05 PM

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Porfirio

Cita de: Doppelgí¤nger en Mayo 05, 2010, 10:27:44 AM
A eso voy.

Te has quitado la costilla?

CitarRata de falansterio


Lacenaire

Los curas son ratas metafóricamente, yo soy rata de verdad.

Porfirio

El Papa está de viaje por Portugal.  Va a pasar cuatro dí­as en nuestro paí­s vecino evangelizando aquí­ y allá.

Como todos sabéis, el tercer secreto de fátima se referí­a según dijo el mismo Ratzinger cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, al atentado de Juan Pablo II, ya que hablaba de un hombre vestido de blanco que caí­a al suelo a causa de disparos.

Sin embargo ahora dice, que otra interpretación que puede hacerse es la relacionada con el sufrimiento de la iglesia por los casos de pederastí­a.

El ataque no viene de fuera, sino que el pecado habita dentro de la iglesia.  Benedicto ha dicho que es realmente aterrador lo que está saliendo a la luz y que aunque se pida mil veces perdón, este no suple a la justicia de ninguna forma.


Personalmente me parece hipócrita.  Lo que le resulta al Papa aterrador es que la Iglesia ha perdido la capacidad de hacer callar, de enterrar en lo más profundo el daño causado.  Ha perdido la capacidad de manipular y controlar.  Eso es lo que les resulta aterrador. 

A mí­ me resulta aterrador el sufrimiento de las ví­ctimas.  Una limpia en profundidad, con entregas a la justicia de los que se sabe a ciencia cierta que son criminales, con la expulsión fulminante de la organización eclesial y con la excomunión también fulminante.  Serí­a un buen comienzo para que la iglesia comenzase a redimirse.

Dan

Joder, me has hecho una jugada cojonuda. Y ahora qué digo yo.

Porfirio

Cita de: Dan en Mayo 11, 2010, 06:37:43 PM
Joder, me has hecho una jugada cojonuda. Y ahora qué digo yo.

Amen.

Dan

No sé, no me reconozco.

Dan

Y que no haya semana que no...

El juez imputa a dos religiosos por abusos sexuales contra discapacitados en Córdoba

    * Los imputados trabajaban en un centro de discapacitados perteneciente a la Cruz Blanca, en Córdoba.
    * Ahora se encuentran libres, aunque no pueden acercarse al centro.
    * El caso ya se conocí­a en la institución, pero no habí­a sido denunciado.

zruspa

Antes de las nueve de la mañana ha llegado a la Seo el Capí­tulo del Pilar. Desde la salida de la catedral de Nuestra Patrona hasta el templo en donde debí­a organizarse el Jubileo, una masa de gente ha seguido al Capí­tulo cantando La Marsellesa y dando vivas a la libertad. Los que esperaban frente al palacio arzobispal han engrosado los protestantes y la algarada ha sido allí­ imposible de describir.
Nos dicen que el gobernador civil, cuando estaba ya la procesión organizada, ha rogado al Sr. Pellicer que la suspendiese en vista de la actitud de los que protestaban contra ella. El Vicario capitular ha pensado que era ya tarde para ello y la comitiva se ha puesto en marcha por la calle de don Jaime. Figuraban a la cabeza del Jubileo significados tradicionalistas, entre los cuales hemos visto al señor Cavero; seguí­an grupos de señoras y después los hombres y el Cabildo, cuyo terno presidí­a el Sr. Pellicer. Un crucifijo, banderas, estandartes y faroles llevados por niños de las Escuelas católicas completaban el cuadro.
Ignoramos si por casualidad o por hecho premeditado, al llegar el Jubileo a las casas que están en derribo para el ensanche de la calle de D. Jaime, ha tropezado la comitiva con un carro y ha tenido que interrumpirse la procesión. Mientras tanto, los gritos ensordecedores de los que protestaban iban en aumento y todo hací­a pensar que la calma de los que aguantaban la lluvia de insultos habí­a de acabarse pronto y que no tardarí­a en sobrevenir el choque. Los balcones estaban cuajados de gente y curiosos, de los que nunca faltan, hacen que presente la calle de D. Jaime animadí­simo aspecto.
Con motivo del incidente del carro se han cruzado entre unos y otros frases que son presagio seguro de tempestad.
Cerca de la esquina de la calle de San Jorge un grupo de caracterizados federales esperaba la llegada del Jubileo dando vivas a la libertad y mueras al clericalismo. El Sr. Avedillo presenció desde allí­ el
desarrollo de los sucesos. En la plaza de Ariño ha habido alguien que ha soltado los frenos a un tranví­a que iba hacia la plaza de la Constitución, y ha conseguido, arreando las mulas, alcanzar la procesión. Poco ha faltado para que los sacerdotes del terno perecieran aplastados por el vehí­culo. Los gritos, en ‘crescendo’.
En la plaza de Ariño ha tenido también lugar el primer contundente encuentro, cruzándose algunos garrotazos entre los anticlericales y los del Jubileo. Un hombre ha caí­do al suelo y ha sido apaleado.
También en la plaza de Ariño ha sido donde ha empezado la dispersión de la comitiva, yéndose no pocas mujeres y algún sacerdote. No obstante, el núcleo principal ha seguido aguantando la grita, que frente a las calles de San Jorge y Mendez Núñez ha sido fenomenal.
Interrumpimos aquí­ la narración para irnos a la calle de D. Alfonso, que es donde se ha librado la verdadera batalla. Mucho antes de que el Jubileo llegase a tan importante ví­a se notaba desusado movimiento por aquella parte. Grupos de obreros recorrí­an las calles confluentes a la de Méndez Núñez en actitud más que sospechosa. Muchos corrillos discutí­an animadamente; se oyen con frecuencia vivas a la libertad y mueras al clericalismo y la frase: “No pasarán”, parece ser el grito de los situados allí­ para impedir el paso de los que intentan ganar el Jubileo. Las tiendas están cerradas y al pasar un grupo por delante de casa del señor Arnaldes dando los consabidos vivas, grita uno:
-¡Viva la Religión!
No provoca el viva ninguna protesta y al poco rato se oye:
-Ya vienen-, notándose con este motivo un movimiento mayor de expectación que el que antes hubiera.
Sin incidente de mayor cuantí­a que relatar, si bien marchaba la comitiva un tanto desordenada, ha llegado el Jubileo a la calle de D. Alfonso, o mejor, ha llegado a la citada ví­a parte de la cabeza de la procesión, formada en su mayor parte por señoras y al frente de la cual iba el canónigo Francisco de Paula Moreno. Es imposible averiguar a ciencia cierta lo ocurrido en este momento. Los gritos de los anticlericales van en aumento; ármanse de ladrillos en una obra de la calle de la Torre Nueva, y se retiran hacia la plaza de San Felipe dispuestos, al parecer, a impedir allí­ que los del Jubileo hagan la primera visita. Llegar los primeros individuos de la procesión a la citada plazuela y librarse una verdadera batalla campal ha sido todo uno.
No se ven, desde donde presenciamos los sucesos, más que bastones enarbolados, se oyen gritos de las señoras, los vivas y mueras consabidos y una lluvia de piedras cae hasta distancias inverosí­miles,
dado el lugar donde se libra la acción. A consecuencia de la pedrea son muchos los heridos, algunos de los cuales, la mayorí­a, se refugian en casas particulares, siendo asistidos otros, que luego diremos, en la farmacia de la plaza de Sas, propiedad del Sr. Hernández.
Cuando más empeñada estaba la lucha, se oyen en la plaza de San Felipe diez o doce disparos, que por el ruido parecí­an de arma corta. Se originaron carreras, hubo desmayos y las pocas tiendas que habí­a abiertas se cerraron. La mayorí­a de las señoras desfilaron por la calle de Carrica, y no pocos de los que formaban la procesión se retiraron por la calle de D. Alfonso; cualquier accidente promueve carreras y sustos. Los que lograron ganar la puerta de San Felipe penetraron en ella hasta que las puertas se cerraron. A todo esto, el clero y terno llegaban por la calle de Méndez Núñez a la altura de las calles de las Ví­rgenes y del Pino cuando, desde la calle de la Libertad y de las travesí­as mencionadas, y aun de alguno de los balcones, ha caí­do sobre los sacerdotes una lluvia de piedras y se ha originado una confusión imposible de describir. Seguidamente se oyeron hasta diez disparos, sin que pueda precisarse de dónde salieron, aunque una de las versiones que hemos oí­do los supone disparados de la calle de la Libertad. Se nos añade que el grito de los que disparaban era el de “¡Viva la anarquí­a”.
La otra versión de los disparos es la que atribuye algunos de ellos a alguno de los del Jubileo, que ha sido herido y luego ha tratado de defenderse haciendo uso de un revólver.
Puede en este momento darse por terminado el Jubileo, una vez que el clero se ha visto obligado a refugiarse por las casas que encontraba abiertas. El señor Pellicer se refugió en la casa núm. 5 de la calle de Méndez Núñez, y no pocos sacerdotes lo han hecho en las casas num. 3 y 11 de la misma calle. Los que llevaban los estandartes huyeron también, tratando de ponerse a salvo, y los anticlericales quedaron dueños del campo.
Una de las piedras ha herido en la calle de Méndez Núñez a un pobre muchacho que llevaba un farol. Recogido por un joven, ha sido asistido en una casa vecina.
Otra señora ha caí­do herida con dos pedradas, una en la cabeza y otra en el pecho, que le ha destrozado un alfiler de diamantes. Levantada por un sujeto del suelo, se ha vuelto airada contra los que la agredí­an y ha sido necesario un gran esfuerzo para reducirla y llevarla a una farmacia.
No sin gran trabajo hemos logrado entrar en San Felipe y Santiago. Cuando entrábamos en la iglesia habí­a unas 150 personas, mujeres en su mayorí­a. El altar mayor, preparado para recibir la visita jubilar. También el altar del Santo Ecce Homo estaba iluminado como en los dí­as de fiesta extraordinaria. Los gritos de la plaza tení­an asustados a los que se habí­an refugiado en el templo y se buscaba el medio de procurar la comunicación con las autoridades. Por fin hemos respirado: se ha oí­do el trote de los caballos y nos hemos enterado de la llegada de la benemérita.
A las diez y media, uno de los sacerdotes que habí­a en el templo ha dicho misa en el altar del Ecce Homo, que ha sido oí­da en su primera parte con gran recogimiento por los fieles. Mediaba la ceremonia cuando la puerta ha sido abierta con violencia, y los más tí­midos se han precipitado en la sacristí­a. Por la reja que hay sobre la sacristí­a de la calle de Morata se ha encaramado un sujeto con gorra de seda color canela, que invitaba a los sacerdotes a salir asegurándoles que no habí­a grupos en la callejuela y que la benemérita protegí­a la salida. Entre otras cosas que ha dicho se ha oí­do muy distintamente esta frase: “Salgan, padres, salgan sin cuidado, que no hay nadie. Me pueden creer porque yo también defiendo a la religión”. Por fin se ha dado orden de que salieran las señoras, cuya retirada ha protegido la Guardia civil, sin que haya impedido la presencia de la benemérita la rechifla de los anticlericales.
En la farmacia del Sr. Hernández, plaza de Sas, han sido curados 12 heridos, entre ellos dos señoras.
Raimundo Sausa, macero de La Seo, herida grave en la ceja derecha.
Martí­n Garcí­a, herida inciso cortante en la región temporal izquierda.
Daniel Lecha, contusión grave en el maxilar derecho.
Francisco Carrillo, herido en la región temporal derecha.
Mosen Agustí­n López, capellán de la cárcel, varias erosiones en la cara y una herida en la parte posterior de la cabeza.
Sinforiano Ruiz, heridas en la nariz y ceja izquierda.
Un joven curado en el Sanatorio de la Cruz Roja.
Martí­n Gómez, herido en la cabeza y contusiones en todo el cuerpo.
Andrés Valles Sancho, herido en la cabeza, de palo.
Pilar Castillazuelo, herida de piedra en la sien derecha y una contusión en el pecho.
Telesforo Monclús, herido en la oreja derecha, detenido en las oficinas de Vigilancia.
Francisco Castillo, de 18 años, herido en la cabeza, fámulo del Seminario Pontificio.
El médico sr. Gota ha sido el primero en acudir a la farmacia del sr. Hernández Alonso. Ha curado a uno de los heridos, que habí­a recibido una cuchillada en un muslo.
D. Mateo López, médico de la Cruz Roja en aquel distrito, ha asistido a otros varios heridos en el mismo establecimiento, como asimismo los señores Arbuniés, Garcí­a Julián (D. Agustí­n), Sesma y Arpal. Este último ha asistido también a un muchacho, herido de piedra, en la farmacia del Sr. Casas. En la de la señora viuda de Heredia han sido curados también algunos otros.
Gran número de personas se han situado frente a la farmacia de la plaza de Sas. Allí­ ha llegado el Sr. Avedillo y ha dirigido la palabra a las masas, mostrándose liberal francamente y diciendo que mañana no saldrá el Jubileo. Aplaudido frenéticamente, ha sido levantado en hombros.
Son muchí­simos los sacerdotes que se han refugiado en distintas casas particulares. Allí­ se les ha llevado por sus familias ropa de paisano, trasladándose en coche a su domicilio respectivo, la mayorí­a. El Sr. Jardiel, con otro sacerdote, se ha refugiado en la calle de la Libertad.
La redacción del periódico El Noticiero ha sido apedreada y el redactor-jefe de dicha publicación, que iba en el Jubileo, ha recibido algunas heridas, que afortunadamente no son de importancia.
Hay paz material pero gran excitación en los ánimos. Los sucesos de esta mañana son el tema obligado de todas las conversaciones. La hora no nos permite confirmar versiones y por tanto renunciamos a transcribirlas.
Cuando quedaba muy poca gente ayer por la mañana en la iglesia de San Felipe, se practicó un registro minucioso, que dio por resultado el recoger 19 armas de fuego y blancas. El campanero de San Felipe y su hijo, a quienes se les ocupó dos pistolas cargadas, ingresaron ayer en la cárcel a disposición del Juzgado del Pilar.
Ya entrada la noche se situó en aquel punto un núcleo de manifestantes, que dio vivas y mueras creyendo que dentro de la iglesia estaban aún los encerrados por la mañana. Cuando se convencieron de su equivocación, gritaron: “¡A por los jesuitas!”. Por el paseo de Santa Engracia se dirigió al colegio del Corazón de Jesús el grupo de referencia, en su mayorí­a chicos de la calle. Llegados frente al edificio de los jesuitas intentaron algunos de aquellos asaltar la verja de entrada. Pero no realizaron su intento. Contentáronse con entonar a coro La Marsellesa, gritar los vivas y mueras repetidos ayer tantas veces, y disparar seis u ocho tiros de revólver y pistola.
Llegaron a dicho punto una sección de infanterí­a y otra de caballerí­a de la Guardia Civil y el jefe de Vigilancia con algunos números a sus órdenes, y el grupo de chicos emprendió precipitada carrera paseo abajo, disolviéndose en la plaza de la Constitución. Nos aseguraron que el colegio de jesuitas estaba desalojado por completo. Que dichos religiosos tomaron el buen acuerdo de pasar el dí­a fuera de su residencia habitual. No garantizamos el aserto.
En las calles céntricas de la ciudad reina completa calma a la hora de cerrar nuestra edición. El paseo de la Independencia está animado como de ordinario. Los cafés concurridos y lo mismo el teatro Pignatelli, único que hay abierto. En “El juicio oral” que se hací­a a segunda hora, Pinedo ha cantado los couplets de D. Tancredo, en uno de los cuales se han hecho elogios del Gobernador. Ha sido muy aplaudido. El grupo intentó penetrar en el coliseo de verano con objeto de interrumpir la representación, viéndose obligado el representante de la empresa y porteros a cerrar pricipitadamente. Acabada la representación de “El juicio oral”, iba a comenzar el debut de la ‘trouppe luminosa’, cuando ha penetrado en el teatro uno de los artistas que forman parte de la compañí­a del Principal. El público, creyéndole un sacerdote vestido de paisano, le ha obsequiado con una tremenda griterí­a.
Los manifestantes se han dirigido después del Colegio de Jesuitas al de las religiosas del Sagrado Corazón, donde han repetido los cantos, gritos y pedreas. De allí­ han marchado al de los Carmelitas, desarrollándose análoga escena y últimamente al convento de Santa Inés, situado junto a la plaza del Portillo.
Allí­, después de prorrumpir en gritos anticlericales, han sonado voces de “¡a prenderle fuego!”. Como por encanto han surgido del grupo materias combustibles que, aplicadas a la puerta, han surtido enseguida los naturales efectos. Bien pronto se ha visto claramente la llama, escuchándose el crujir de la madera por la acción del fuego. Las religiosas, atemorizadas, han echado a rebato las campanas, pidiendo auxilio. Acudieron varios serenos y vigilantes nocturnos, que han procurado evitar la propagación del fuego. Poco después ha aparecido una sección de la Guardia Civil, poniendo en dispersión a los manifestantes. Habí­ase acabado todo, y marchado la benemérita por considerar innecesaria allí­ su presencia, y todaví­a seguí­an las religiosas bandeando con vigor las campanas, para ahuyentar sin duda el gran pavor que la acción de las turbas infundiera en sus ánimos.
Cuando escribimos estas lí­neas -tres de la madrugada- se ha restablecido por completo la calma.

http://blogs.heraldo.es/tinta/?p=2501

myeu


Glate

CÓRDOBA, 22 May. (EUROPA PRESS) -


   El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, afirmó este sábado, tras la intervención de CajaSur por parte del Banco de España, que "la Iglesia ha estado dispuesta a perderlo todo con tal de salvar los puestos de trabajo" y Unicaja dilató casi indefinidamente la fusión que podrí­a haber evitado el desenlace final.

   En una entrevista concedida a Infocatólica, recogida por Europa Press, manifestó que la Iglesia no aceptó finalmente la fusión ante la "falta de garantí­a de que se conservaran todos los puestos de trabajo en su caja". Aclaró además que los sacerdotes que estaban al frente de CajaSur son los mejores curas de su diócesis y nunca han buscado sus intereses personales.

   Demetrio Fernández explicó que la Iglesia tení­a en sus manos "un buen acuerdo, aunque recortado por exigencias de la negociación y todo eso lo ha considerado perdible con tal de respaldar a los trabajadores". De este modo, cree que la Iglesia en Córdoba "podrá decir hoy y en el futuro que ha luchado de verdad por los puestos de trabajo, y no le ha movido ninguna otra ganancia, ni siquiera sus propios intereses".

   El obispo subrayó que la intervención del Banco de España en CajaSur se produce "a petición del mismo consejo de administración de la entidad CajaSur y no es una intervención del Banco de España por iniciativa del mismo, sino a petición de CajaSur". Explicó que existí­a un protocolo de fusión firmado por CajaSur y Unicaja hace casi un año, y en la caja de ahorros cordobesa se deseaba firmemente consumar esa fusión, pero Unicaja la ha dilatado casi indefinidamente, hasta que el Banco de España por el bien de todos ha puesto un plazo, que ha expirado. "CajaSur no podí­a firmar la fusión a cualquier precio --añadió-- y no cabí­a más alternativa que morir asfixiados o recurrir a la autoridad superior para que venga en nuestra ayuda, antes de que fuera demasiado tarde".

   Según dijo, la crisis de CajaSur se inserta en el contexto de la crisis económica mundial, y más concretamente en la crisis española. Las cajas tienen poco margen de maniobra porque están para ayudar socialmente, y cuando ha venido esta crisis tan fuerte se han tambaleado muchas cajas en España, no sólo CajaSur, apuntó.

   Además, quiso dejar claro que "CajaSur no está en quiebra ni tiene agujeros negros y está débil pero sana", lo que ocurre es que se hací­a necesaria la ayuda de otros, y se obligaba a la entidad a fusionarse con Unicaja. Indicó que se firmó el protocolo de fusión hace casi un año, pero Unicaja no tení­a ninguna prisa por cumplirlo.

   De este modo, consideró que "la fusión se ha diferido hasta casi la asfixia, aunque CajaSur presentaba continuamente alternativas", pero parece que "se nos querí­a llevar a la rendición final sin condiciones". Así­, señaló que ahora la ayuda del Banco de España "podrá reflotarla, y eso será un bien para Córdoba".

   Por otro lado, informó de que en el dí­a de ayer se habí­a llegado a acuerdos en tema de patrimonio y de la fundación para fines sociales, recortando las dotaciones acordadas, pero los patronos no estaban dispuestos a firmar la fusión si no habí­a acuerdo laboral. El acuerdo laboral, que buscaba el bien de los empleados de CajaSur, habí­a presentado varias alternativas, pero no fue aceptado y la fusión, por tanto, no ha sido posible.

   En cuanto a si cree que es necesario depurar responsabilidades, el obispo respondió que las personas que ha conocido al frente de CajaSur le parecen plenamente competentes y "no han buscado sus intereses personales, ni ganarse un puesto de trabajo, ni enriquecerse a costa de CajaSur", por lo que añadió que los patronos --seis representantes del Cabildo-- son de los mejores curas que tiene la diócesis.

   Finalmente, aclaró que la intervención del Banco de España sustituye a los directivos, según marca la ley, pero a nivel personal y profesional, "los directivos que ahora dejan sus cargos son de una gran solvencia personal y profesional". Destacó que, "precisamente esa honradez personal y profesional es la que les ha llevado a solicitar la intervención del Banco de España, cuando ha impuesto un plazo fatal".

El Miserable


Glate

Cita de: El Miserable en Junio 05, 2010, 11:02:42 AM
¡¡Intolerable!!

[81.339]

E.M.

Increí­ble estos de Cáritas, saltándose los recortes presupuestarios por sus santos cojones. Que les cierren el negocio, coño ya.


Lapi_0

Es que Dan no ve antena 3.

"Querí­a decirte que eres un bellezón de chica, estás tremenda...no creo que te moleste pero es la verdad. Con chicas como tu en este mundo merece la pena vivir. Jejeje besos preciosidad", dice el párroco.

Este tí­o no forea por aquí­?

Dan

Veo muy poca cosa, la verdad. Filtro el mundo a través de vosotros para que mi vida, como ya dije, tenga un poco más de color y divertimento informativo.

Por otro lado, otro escalón más. Pero al menos a éste le gustan ya con teticas, que es algo más respetable que las noticias habituales por parte de los córvidos.