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Gilipollas

Iniciado por Oddball, Agosto 27, 2007, 07:46:53 PM

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Carlo

Cuando una de las partes negociadoras piensa que se han violado sus derechos, es difí­cil llegar a un acuerdo, ya que no piensa renunciar a ellos. Y, en el hipotético caso de que ceda, quebrantará el contrato cuando quiera hacer uso de ese derecho, aunque en un principio haya estado de acuerdo.

Si 500 adolescentes piensan que tienen "derecho" a hacer botellón, lo harán. En el caso de que se les prohí­ba de forma rotunda, recordarán que tienen "derecho" a manifestarse, y lo harán... y de forma extensiva a todo aquéllo a lo que piensen que tienen "derecho" (como a manifestarse de forma violenta contra un régimen opresor). Si además piensan que van a convertirse en "héroes" por tomar al asalto a los opresores, lo harán... y además tendrán bien presente su "derecho" a responder a las pelotas de goma.

La cuestión está bien clara. Si se prohí­be beber en la calle, los adultos generalmente lo acatarán, o acatarán las sanciones. 500 adolescentes no... lo tomarán como una invasión de ese fenómeno "socio-cultural" que les pertenece, y más aún si las posibles sanciones se van a derivar hacia esos "niños de los palos" llamados padres.

No olvides, Dionisio, que los que dan problemas no son los niños en general, sino los niños conflictivos... negocia con ellos, que verás qué risas.
Si no te contesto, no pienses que me caes mal... es que te tengo ignorado.

Dionisio Aerofagita

En cuanto a lo del dolor y lo simbólico, para ver si se me entiende voy a cambiar el tercio. Y para ello voy a "distinguir" (que no disociar, que dirí­a gregorio, porque a menudo van juntas en todas las edades) entre dos formas de castigo. Para aclararnos.

Cuando un niño es pequeño, se le hace saber lo que "está bien" y lo que "está mal" cargando emocionalmente determinadas conductas a través de una serie de gestos que indican aprobación o desaprobación. Este lenguaje puede ser verbal o no verbal. Este es un efecto fortí­simo (especialmente en la infancia) y probablemente es el principal responsable de la interiorización de pautas de conducta, dado que construimos quiénes somos en relación a los demás y en este proceso de formación de la identidad nos metemos de lleno en estas relaciones. Por supuesto, uno racionalmente quiere evitar esa desaprobación (no quiero que me echen la bronca ni que me castiguen 10 minutos a mi cuarto), pero ese efecto racional no es para mí­ tan importante como las emociones o las visceralidades que provoca el castigo y que quedan adheridas a la conducta, que las evoca y que por tanto, queda cargada de significado y de valor (bueno/malo, etc.)

Con ese tipo de condicionamiento emocional seguimos toda la vida. Pero, sobre todo a partir de cierta edad, se muestra insuficiente porque las pautas nunca están del todo interiorizadas. Y aparecen los castigos de tipo racional. Es decir, la amenaza de un mal disuade (ahora al cerebro, no a las ví­sceras) de cometer una acción, para evitar un castigo (por ejemplo, quedarse sin salir un mes). Te pones el cinturón, no porque estés convencido de lo bueno que es, sino para evitar que te pongan un multazo. En estos castigos también hay un elemento simbólico (y la identidad sigue formándose con todas estas cargas emocionales), pero es menos importante que el cálculo y la razón. Las normas fortalecidas con estos castigos tienden a percibirse como alienantes (no salen de uno mismo) y la legitimación es menor. Por eso se usan como último recurso frente a la interiorización. Cuando tu hijo adolescente no responde a las broncas ni hay ningún medio para que asuma lo que le estás diciendo, terminas por amenazarlo con castigarlo sin salir. En cualquier caso, suelen ser necesarias más bien a partir de cierta edad (aunque haya una cierta dimensión racional en los anteriores).

Ciertamente, como parte de esa mezcla de los dos tipos de castigo, alguien puede temer la bronca de un padre o de un profesor y adelantarse racionalmente a ella. Huy, no voy a llegar tarde esta noche, que mi padre me "va a matar". ¿Hay un "mal" que opera como amenaza racional? Sí­, pero ese mal es la desaprobación misma y sólo te afecta si te afecta la desaprobación y si, en definitiva, asumes e interiorizas el valor de la autoridad. Si hay alguna disfunción en la autoridad, te la trae floja lo que te diga tu padre. Si te importa la bronca, lo importante es el significado de desaprobación y no el lenguaje. Algunos pueden conseguir el efecto a grito pelado, otros con el silencio acusador, bla, bla, bla. En definitiva, lo importante es ese elemento simbólico, emocional si quieres, lingí¼í­stico, de configuración de la identidad a partir de los otros.

En cambio, si tienes "miedo" de que te "castiguen" sin salir un mes, o de que te quiten la paga o de que te dejen sin wii, aquí­, aunque haya un elemento emocional o simbólico, generalmente importa más el valor racional de la amenaza. Así­, si la amenaza es suficiente, el sujeto puede cumplir la norma aunque no la haya interiorizado y aunque la autoridad no la haya legitimado. Es la autoridad ejercida por la fuerza, que se usa en momentos disfuncionales, pero que no sirve como técnica general ni a la larga, sólo para afrontar situaciones crí­ticas.

Lo que quiero decir es que, para un adolescente, que lo dejen sin paga, puede ser un mal suficientemente amenazador como para cumplir la norma. En cambio, si tienes miedo a que tu padre "te pegue" y no hablamos del elemento emotivo anterior, sino del daño o mal objetivamente producido por el castigo, entonces a mi juicio, estamos hablando de una paliza o al menos de una lesión de cierta importancia, como que te peguen un puñetazo en un ojo, una patada en los huevos, o una luxación.
Que no sean muchas tus palabras, porque los sueños vienen de la multitud de ocupaciones y las palabras necias, de hablar demasiado.

Dionisio Aerofagita

Cita de: Carlo en Septiembre 11, 2009, 05:52:31 PM
No olvides, Dionisio, que los que dan problemas no son los niños en general, sino los niños conflictivos... negocia con ellos, que verás qué risas.

Con los niños conflictivos es con los que más necesitas negociar. No estoy hablando de un ejercicio de buenrollismo, sino de una necesidad. ¿Negociar cómo, hasta dónde, qué, con qué fuerza, con qué elementos de intimidación, ceder qué? Esas son las cuestiones interesantes en cada caso concreto. Con la mera fuerza sin negociación puedes conseguir alguna cosa, pero no lo puedes conseguir todo. No se trata de considerarse impotente, sino de medir de manera realista hasta dónde llegan tus fuerzas y utilizarlas para conseguir algo.
Que no sean muchas tus palabras, porque los sueños vienen de la multitud de ocupaciones y las palabras necias, de hablar demasiado.

Carlo

Lo malo es que sean conflictivos precisamente a la hora de acatar los resultados de las negociaciones.

- Como has llegado a las tres de la mañana, mañana no sales. Si cumples con tu horario durante un mes, te dejo una hora más todos los dí­as.

- Al dí­a siguiente, no sólo sale, sino que llega a las seis de la mañana.

Conozco a alguno que se ha pasado la vida negociando... y borrón y cuenta nueva... y recomenzando... con idénticos resultados.

(hay niños y niños, es algo que he discutido mucho en varios hilos aquí­, porque hay quien piensa que todos son angelitos que sólo pueden convertirse en gamberros a través de la dejadez de sus padres)
Si no te contesto, no pienses que me caes mal... es que te tengo ignorado.

Dionisio Aerofagita

Cita de: Carlo en Septiembre 11, 2009, 06:22:49 PM
Lo malo es que sean conflictivos precisamente a la hora de acatar los resultados de las negociaciones.

- Como has llegado a las tres de la mañana, mañana no sales. Si cumples con tu horario durante un mes, te dejo una hora más todos los dí­as.

- Al dí­a siguiente, no sólo sale, sino que llega a las seis de la mañana.

Conozco a alguno que se ha pasado la vida negociando... y borrón y cuenta nueva... y recomenzando... con idénticos resultados.

(hay niños y niños, es algo que he discutido mucho en varios hilos aquí­, porque hay quien piensa que todos son angelitos que sólo pueden convertirse en gamberros a través de la dejadez de sus padres)

Es que no sé si se me entiende mal porque la negociación le suena a todo el mundo a paz, amor y amistad o como un antónimo de fuerza, poder o coacción. Yo, por deformación profesional, el esquema que tengo es el de la negociación colectiva. Cuando los trabajadores van a la huelga, intentan putear al empresario o toman medidas de acción colectiva ilegales y violentas están expresando un conflicto. Pero también están tomando una posición de fuerza en una negociación. Por mucha fuerza que ejerzan, al final se trata de negociar. Cuando la posición de fuerza está desequilibrada, los resultados de la negociación, también. Esto será lo que pasa en el caso de los niños que dices. En otro orden de cosas, y en relación con la falta de interiorización de lo negociado, cuanto menor sea la legitimación de la autoridad, más necesario será el ejercicio de la fuerza. Pero eso no implica que la situación no siga siendo disfuncional. Porque, en último término, la autoridad no se puede sostener sólo por el uso de la fuerza sin disfunciones.
Que no sean muchas tus palabras, porque los sueños vienen de la multitud de ocupaciones y las palabras necias, de hablar demasiado.

k98k

Gilipollas mi padre que se ha ido a Bruselas y se me ha llevado la cartera, y aquí­ estoy esperando al mensajero de turno, que yo pa mi que no viene hoy.

yo

Los de ahora son los piores.

Baku

Cita de: Felipillo en Septiembre 11, 2009, 11:00:26 PM
Los de ahora son los piores.


¿La fiesta de cumpleaños de Patillas?
It's very difficult todo esto.

Lacenaire

Vista la camiseta es de suponer que al menos avanzamos hacia un futuro hetero. Eso queda ahí­ como concesión al enemigo.

Bic

Muy interesante la discusión de las últimas páginas sobre educación, cachetes y demás (¿alguien ha dicho eso de que la violencia es el último recurso del incompetente?), pero yo vení­a a traer un "Gilipollas" al hilo:

http://www.20minutos.tv/video/klnpyCMZ-los-escarceos-sexuales-de-un-republicano/0/

11.09.2009 - 11.11 h El protagonista es Michael Duvall, legislador de California de 54 años. Casado, conservador y padre dos hijos, deja de lado su defensa de la familia tradicional para comentarle a su compañero de escaño lo que hace con una de sus dos amantes. Sucedió el pasado 8 de julio en plena sesión parlamentaria. Duvall, pendiente de sus aventuras sexuales, continúa sin percatarse de que su micrófono de mesa está abierto. En la conversación, Dubai comenta: " tení­a un parche como ropa interior. El otro dí­a, el jueves, vino con él. y habí­amos hecho el amor sin parar el miércoles". " Me está gustando darle azotes en el trasero. sí­, me gusta. me gusta darle. ella me dice; sé que te gusta azotarme. y yo le digo: sí­, porque eres una chica muy mala". (ATLAS)


P & L
Los libros son finitos, los encuentros sexuales son finitos, pero el deseo de leer y de follar es infinito, sobrepasa nuestra propia muerte, nuestros miedos, nuestras esperanzas de paz.

Vecinou

Entre la doble moral de los partidos de clase y privilegio y la amoralidad buenrollista del progrerí­o pequeñoburgués, nos estamos cargando Occidente para regocijo de chinos e indios.

El Miserable

Eso es una cosa que yo creí­a que los hombres jamás hací­amos, o hací­amos mucho menos que las fulanas: dar detalles a los colegas de nuestra vida sexual.

Nunca, nunca en mi le he contado yo o le contarí­a a un colega lo que hago o dejo de hacer con una tí­a. No hay nada que me parezca de peor gusto, o que me de más vergí¼enza. Y cuando algún gilipollas me ha intentado contar lo suyo, le he cortado en el lí­mite de la violencia fí­sica -mí­a hacia él-.

O sea que lo del imbécil éste americano -que será probablemente un millón de veces más listo que yo- me sorprende doblemente, por lo de que lo hayan pillado, y por lo de que lo haga.

Las tí­as sí­, las tí­as se lo cuentan todo con pelos y señales, sin pudor ninguno. Lo primero, chicos, que lo sepáis, el tamaño de nuestras pollas.

E.M.

Agarkala

Cita de: El Miserable en Septiembre 12, 2009, 10:33:44 PM
Eso es una cosa que yo creí­a que los hombres jamás hací­amos, o hací­amos mucho menos que las fulanas: dar detalles a los colegas de nuestra vida sexual.

Nunca, nunca en mi le he contado yo o le contarí­a a un colega lo que hago o dejo de hacer con una tí­a. No hay nada que me parezca de peor gusto, o que me de más vergí¼enza. Y cuando algún gilipollas me ha intentado contar lo suyo, le he cortado en el lí­mite de la violencia fí­sica -mí­a hacia él-.

Hombre, al fin estamos de acuerdo en algo últimamente. No se habla, o como mucho, en genérico. Siempre que empiece otro, y con gesto de superioridad estilo "eso lo tengo superao". Y sin detalles.

Agarkala

Cita de: Baku en Septiembre 11, 2009, 12:34:45 AM
Y que esto no sé si es cierto y además está muy visto pero pami que es una berdaz de la buena

# "Los jóvenes de hoy aman el lujo, tienen maní­as y desprecian la autoridad. Responden a sus padres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros."

# "Los jóvenes hoy en dí­a son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan al respeto a sus maestros"

Sócrates.

No es por joder, pero esa generación ateniense perdió la Guerra del Peloponeso y se llevó la democracia popular por delante...

k98k

Ahora hay gilipollas que aún dedican canciones en la radio a las novias de otros, en este caso la de can´t take my eyes from you, no se en que versión todaví­a, pero mañana habrá sangre, mucha, a borbotones, arterial sobre todo.