La cola* (fila)

[servus]

A mí­ lo que más me revienta es cuando abren una nueva caja o ventanilla porque se ha formado una cola infinita y los últimos de esa primera cola que acaban de llegar se ponen los primeros en esa segunda caja-ventanilla y son atendidos inmediatamente ante la mirada atónita de los que estaban a mitad (ahora de nuevo final) de la primera cola. La cara de gilipollas no te la quitas en horas. Me pone de tan mala leche que una vez que me sobraba tiempo llegué a poner una reclamación en una estación de tren por este tema.

[Oddball]

Aquí­ se guarda cola (aunque al final la cosa degenera en un disimulado maricónelúltimo) y , cuando aparece a lo lejos el bus, se le llama levantando la manita, que es una cosa que me nos llamó mucho la atención la primera vez que subimos a pasar un fin de semana a Chufalandia ciertas Fallas de finales de los años ochenta, tanto que, tras la sensación de pasmo inicial por tan peculiar costumbre local, fue pasar delante de la segunda parada, bajar la ventanilla del 205 y plac-plac-plac-plac-plac-plac, palmeo fugaz de media docena de manitas levantadas y el consecuente vocerí­o llamándonos de hijos de puta para arriba por parte de la media docena de nativos saludados a lo all stars nba. Si en ese momento se llega a calar el carro, nos capan.

[Dan]

Uy, lo meto aquí­, que entra dentro de "tipos ansias que se aprovechan de las circunstancias para sacar tajada, ahí­ mueran todos pidiendo un confesor y les lleven sal".

Volviendo del hogar, domingo la nuit, empezó a caer aquí­ la de dios. Con el tráfico habitual, ya de por sí­ una experiencia religiosa dada la tendencia de los nativos a despreciar cualquier señal que indique que deben ceder en algo, regulado a mal por el agua cayendo, vi algo precioso. Que no olvidaré en años. Circulando por una rotonda amplia, y acercándome a la salida que me llevaba ya a mi casa, que casi la podí­a tocar, nos aparece por detrás una ambulancia, todo luces y sirenas. Pongo las de emergencia y me empiezo a echar a un pequeño apartadero que no llega a acera allí­ colocado. El de detrás me imita (o no era de aquí­ o le hizo gracia y le pareció una buena idea, de repente), pero el que vení­a tras de éste pensó que eh, así­ se las poní­an a Paquito en la caña, y pega un acelerón para adelantarnos y meterse por la salida sin ceder el paso a la ambulancia.

Y aquí­ es cuando la maravilla del aquaplanning, combinada con que nos adelantó muy por el lado de adentro, y que la salida es una curva algo cerrada, hizo que se desplazara de lado hasta impactar contra (esto es lo mejor) los cacharros de cemento que están colocando, porque está todo en obras. Menuda hostia. Hasta casa descojonándome, y con saluditos a la Odd (gracias, gracias por recordármelo) al pasar después a su lado. Que no sé si vieron, pero qué gusto más grande.

Y allí­ se quedaron, empotrados, no sé hasta cuándo, pero con el tráfico en esas condiciones y la lluvia, la ayudita no llegarí­a precisamente pronto. Que se jodan.

(Ah, y el otro dí­a le dí­ las luces a uno que las llevaba apagadas de noche cerrada y creo que me llamó hijoputa por la ventanilla. Lo mejor es que me respondió con una ráfaga... pero las dejó apagadas. Esta gente que cree llevar un batmóvil no sé de dónde la sacan. Espero de todo corazón que lo cazara algún policí­a con tendencia a ser cabrón y al que esa noche le hubieran robado la cartera en un bar)

[El Miserable]

Esto me lleva a una duda nueva. En vuestra ciudad ¿se guarda la cola en el bus? Porque en Zaragoza sí­ se hací­a, al menos por lo que recuerdo (quedan fuera momentazos como las pocas veces que llueve, o fiestas principales donde conseguir un sitio está más valorado que tener un hijo futbolista), pero ya un amigo de la carrera, foráneo levantino, me decí­a que allá -creo que en Valencia- una vez paraba el autobús, tonto el último. Aquí­, en Lucronio, es así­ también. Y qué coraje me da, a mí­, con este alma de inglés escandinavo que tengo, ver cómo toda una fila de mardanos de veinte años adelantan al trote a la gente mayor que tení­an delante para subir al autobús.

Ya de lo de dejar sentarse a las abuelas después, ni hablamos.
Bomba nuclear sobre mi posición, en quince, catorce, trece...

Estaba comiéndome un helado infecto del Lidl, y justo antes de llegar a esa lí­nea, como dirí­an en mi tierra, me he estirazado.

Justo después he llenado toda la pantalla de nueces de Macadania bávaras (a lo visto).

E.M.

[Auma]

Luego está eso de que en las carnicerí­as y/o pollerí­as no haya que guardar turno para comprar huevos.

O cuando en la la misma carniceria petada de señoras mayores (que las jovenes van al Super)  entra una señora entrada en carnes y rubia de bote al grito de.

- ¿La ultimaaaaaaaaaa?

Y tu, que has hecho la mili, peinas canas y podrias ser padre, bajas la mirada y dices rojo como un  tomate.

- Servidoraaaaa

[Lapi_0]

A muchos inmigrantes hay que inculcarles la cultura española de la cola, que parece que no saben lo que es y pasan como si tal cosa, provocando las iras e indignación de los allí­ congregados.


Edito: muuuuucho cuidado con las peruanas, que, dado su tamaño, son difí­ciles de detectar.

[Rednuts]

Eunucos, ahembrados, mariquitas, blandigús, que tenéis todos menos consistencia que la mierda de pavo.
Las colas son para demostrar lo perverso que es cada cual, hay que dar rienda suelta a la cabronerí­a y el abuso de poder fí­sico. A las cajeras que se ponen de cháchara y con el pintalabios se les amenaza con irse corriendo y sin pagar o se les deja todo ciscao por ahí­ y te vas del supermercado con la cabeza bien alta. A las viejas, amas de casa, orientales enanos y amarillentos que vienen de extrañas infraculturas llenas de luces de neón y demás antropoides se les empuja, chincha, insulta o directamente aparta. En los atascos se mete morro y arriesgas defensa y pintura, normalmente los que conducen grandes todoterrenos son pijas acaudaladas o enanos oficinistas, así­ que las colisiones leves son algo que siempre se puede arreglar bajando del coche.

Lo peor de todo es que nunca se podrá pasar de las filas de embarque del aeropuerto, y para colmo en esas a mí­ me dejan casi en pelotas tras obligarme a quitar cadenas, cinturones, tachas, llaves, botas con puntera de acero y demás metralla.

Te juro por mi madre que matarí­a por verte haciendo la compra.

Yo apuesto que es de los que se ponen colorados al tener que dirigir la palabra a la cajera, miran hacia su compra como compugnidos por no atreverse a establecer contacto visual con ningún ser humano, sudan por el bochorno al no poder abrir las bolsas de plastiquete y no atinan a farfullar un "hasta luego" convincente al marcharse de la caja.

[Imparable]

¿Dirigir la palabra a la cajera?
Que yo sepa eso solo se hace para amenazarlas cuando les da por hacer el gilipollas como habitualmente lo hacen. Y con las bolsas de plástico sí­, soy un espectáculo, más de una vez acabé desgarrando un cacho con los dientes para que se abra porque con las manos no daba.

[Dan]

Estaba comiéndome un helado infecto del Lidl, y justo antes de llegar a esa lí­nea, como dirí­an en mi tierra, me he estirazado.
Justo después he llenado toda la pantalla de nueces de Macadania bávaras (a lo visto).
E.M.

[fumanchu]

Pues en el carrfur hay una lí­nea de caja con prioridad para minusválidos o embarazadas. Puede haber siete esperando que si llega una embarazada se pone la primera. Con mi mujer lo pasábamos muy bien con las caras de las abuelas que tení­an que joderse.

[Dan]

Joder, tengo que buscar eso.

[a priori]

Pues en el carrfur hay una lí­nea de caja con prioridad para minusválidos o embarazadas. Puede haber siete esperando que si llega una embarazada se pone la primera. Con mi mujer lo pasábamos muy bien con las caras de las abuelas que tení­an que joderse.

Vaya.  Una lozana joven veinteñaera en estado de buena esperanza tras un estupendo polvo tiene preferencia respecto a una anciana sóla y abandonada por sus hijos que pretende pagar rapidamente una pastilla de caldo avecrem.

(Yo soy la vieja y le clavo el carro al grito de "soy la heredera de Charles Manson")

[fumanchu]

estupendos polvos, efectivamente

[Glategoja]

Esto me lleva a una duda nueva. En vuestra ciudad ¿se guarda la cola en el bus? Porque en Zaragoza sí­ se hací­a, al menos por lo que recuerdo (quedan fuera momentazos como las pocas veces que llueve, o fiestas principales donde conseguir un sitio está más valorado que tener un hijo futbolista), pero ya un amigo de la carrera, foráneo levantino, me decí­a que allá -creo que en Valencia- una vez paraba el autobús, tonto el último. Aquí­, en Lucronio, es así­ también. Y qué coraje me da, a mí­, con este alma de inglés escandinavo que tengo, ver cómo toda una fila de mardanos de veinte años adelantan al trote a la gente mayor que tení­an delante para subir al autobús.

Ya de lo de dejar sentarse a las abuelas después, ni hablamos.
Bomba nuclear sobre mi posición, en quince, catorce, trece...

Guardar la cola en el autobús sólo es posible allá donde hay una o dos lí­neas por parada. En Valencia la costumbre es que en una misma parada confluyan hasta 7 lí­neas diferentes, acumulándose una marabunta que en ocasiones llega a obstruir toda la acera y parte de la calzada, con lo cual organizarse para saber si el de delante o el de detrás espera el mismo autobús que tú, o la salida organizada desde esa multitud para los que sí­ esperaban al autobús que está llegando, resulta como mí­nimo de ciencia ficción.

[Glategoja]

Pues en el carrfur hay una lí­nea de caja con prioridad para minusválidos o embarazadas. Puede haber siete esperando que si llega una embarazada se pone la primera. Con mi mujer lo pasábamos muy bien con las caras de las abuelas que tení­an que joderse.

Yo solo he visto las de menos de 10 artí­culos. Que esa es otra, carros hasta los topes he visto yo pasar por ahí­ sin inmutarse.