La cola* (fila)

[Dan]

Guardar la cola en el autobús sólo es posible allá donde hay una o dos lí­neas por parada. En Valencia la costumbre es que en una misma parada confluyan hasta 7 lí­neas diferentes, acumulándose una marabunta que en ocasiones llega a obstruir toda la acera y parte de la calzada, con lo cual organizarse para saber si el de delante o el de detrás espera el mismo autobús que tú, o la salida organizada desde esa multitud para los que sí­ esperaban al autobús que está llegando, resulta como mí­nimo de ciencia ficción.

Sois unos seres incivilizados que, cuando mis antepasados ya se perfumaban las gónadas con aceites destilados de plantas exóticas aún no habí­an desarrollado los pulgares oponibles para coger las naranjas. Será posible. Eso pasa en cualquier ciudad con un tamaño mí­nimo, hombre, que en el centro también en Lucronio hay paradas con seis, siete, o... bueno, creo que no hay más lí­neas, el transporte público no es aquí­ una prioridad. En realidad, nada público. No hay bibliotecas, no hay guarderí­as... lo que digo siempre. Pero paradas con bastantes lí­neas, sí­. Claro que aquí­ se comportan básicamente igual que allí­.

Pero. Si tú llegas y tienes por delante a yo qué sé, quince personas, y cuando llega el autobús sólo dan paso al frente cuatro de ellas, moviéndose hacia el bus según para, es de esperar que sólo esas cuatro se suban a ese autobús. Así­ que en ese momento avanzas hasta colocarte tras ellas, a menos que veas que una abuelita rezagada y colocada también antes se mueve, en cuyo caso cedes el paso amablemente y hala, pase. No me vengas con las dificultades en megacities, hombre, que no cuela.

[a priori]

Ah Inglaterra!

Dos ingleses parados en cualquier sitio automaticamente giraran los grados necesarios en el sentido contrario a las agujas del reloj de manera que el que estaba antes quede por delante del que llegó despues, no es necesario que estén a la espera de nada ni media palabra alguna. Una incómoda excepción son los semáforos, donde se mira en dirección perpendicular al tráfico ocupando la anchura del paso sin atender a ningun tipo de orden de llegada, pero aún ahí­, una vez que la señal torna verde, nadie dará un paso hasta que cualquiera que llegase antes adelante un pie. En los pasos de cebra se cumple la misma norma sin necesidad de luces coloreadas que den la señal de salida. Si el conductor de un autobus osa detener el vehí­culo de forma que las puertas no coincidan con la cabecera de la cola, todos los que esperan daran un paso lateral a la izquierda para dejar libre el acceso a los situados delante en la fila.

Coño. Eso es lo que debió pasar en el estadio Heysel de Bruselas.

[Rufo]

Sois unos seres incivilizados que, cuando mis antepasados ya se perfumaban las gónadas con aceites destilados de plantas exóticas aún no habí­an desarrollado los pulgares oponibles para coger las naranjas.

Gold. Pero Gold necesario, no contingente.

[Glategoja]

Dan, eres un melí­fluo  .

[Dan]

No, de abejorro nada. Yo soy de los Avispas de Torrero.

[Glategoja]

 ???

[Dan]

http://platea.pntic.mec.es/~mmotta/web_zj/lahistoria.htm

[Glategoja]

Hummm, ¿y cómo es que el Iberia estuvo dos veces a punto de subir a primera división, años antes de que empezara a funcionar la Liga, en 1928? 

[Dan]

Ah, ni idea, esos datos los desconocí­a, y su lucha era más machacar al Zaragoza en sus encuentros, basándose en la fuerza bruta (de inmigración vasca, por lo general). Cuando se cansaron, fusión y de ahí­ los Alifantes, como ejemplo de continuidad en la tradición.

Ahora dime que no sabes quiénes eran los Alifantes (por cierto, trabajo con el nieto de uno de ellos) y te bajo del pedestal futbolí­stico en el que te tení­a.

[Glategoja]

Esto..., no, ya me bajo yo 

[a priori]

Ahora dime que no sabes quiénes eran los Alifantes (por cierto, trabajo con el nieto de uno de ellos) y te bajo del pedestal futbolí­stico en el que te tení­a.

Sí­ hombre.  Los famosos alifantes.

[Lapi_0]

Ahora dime que no sabes quiénes eran los Alifantes (por cierto, trabajo con el nieto de uno de ellos) y te bajo del pedestal futbolí­stico en el que te tení­a.

Sí­ hombre.  Los famosos alifantes.