Hilo sobre la educación

Iniciado por Greñas, Noviembre 13, 2007, 12:34:37 AM

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japiniuyiar


Ups, ha dicho pedagogo.

Y lo ha vuelto a hacer, reconoce que no lo ha visto y lo adjetiva, si es que es el caso.

Barbie nunca lo haria.


ENNAS

Carson_, cariño, nunca venderás tantos libros como Dan Brown, entre otras cosas porque no publicas libros. Pero Carson_ (coma) (Preciosa) (coma) tu escribes, de lejos, mucho mejor que el mentado. ¿Dónde queda la meritocracia?

El problema a dí­a de hoy es que ni siquiera se consiente que los profesores formen a sus alumnos. Basta con que les aprueben. Los padres solo quieren endosar a sus hijos a otros, los profesores, y eso si, lo único que exigen a cambio es el titulito. Éxito a cualquier precio. Incluí­do el tener al nene atontado por el litio, amenazar a los docentes, y demás prácticas perversas. El resultado lo justifica todo.

Que no estamos hablando de formar genios. Hablamos de que los niños son personas, con una base de datos menor que los adultos, sin duda; pero personas. Y que cada vez más, la gerontocracia mundial que postula muestro coforero Akelarre (45 rpm en la actualidad) procura aplastar a esos locos bajitos y no darles ni la más mí­nima oportunidad de formarse.

Esta es la triste realidad. Y no es culpa de los docentes, ni de los planes ministeriales. Mal está que tengamos que buscar culpables, pero si hay que hacerlo, quizá la culpa si la tenga el pleno de la sociedad, como postula Ferdinand. Nos hemos metido en un bucle en el que el futuro no importa "ande yo caliente y rí­ase la gente", "el que venga detrás, que arrée" "tras de mi, el diluvio". ¿Y nuestras criaturas? Pues que les den.

Un cí­rculo vicioso sustentado por las farmaceuticas. No porque a los doctores se les siga a pies juntillas por aquello del prestigio de la ciencia; más bien al revés, no se les tiene ningún respeto y se pretende que extiendan recetas como quien va a un restaurante y pide el menú a la carta. Como ves, no es solo un problema de docencia, la cosa es mucho más profunda y terrible.

Pero cada cual con sus palabras, Sir Kensington con sus linda exposición, o cualquier areopagita -tú misma o yo-, postula que esto no puede seguir así­. Que no podemos machacar a nuestros infantes a voluntad por pura irresponsabilidad y dejadez. Y que ya está bien de buscarse fármacos que te ayuden o inventarse amenazas fantasma. Que la estamos cagando entre todos.

Carson_

Aprended, malditos. Suerte que de vez en cuando aparece ENNAS. Ya puedo irme a dormir con una sonrisa relajada.

japiniuyiar



Aqui esta la presentacion completa en la RSA, de donde sacaron la animacion que nos puso Felipe. ¿Quien dijo algo de PowerPoint? Lo habia ;D . Por cierto que me ha hecho una ilusion muy grande ver que ha usado exactamente las mismas imagenes de las escalas en el universo que les puse yo en el tema de "La Tierra, la Luna y el Sol" a mis niños de 1º de la ESO cuando hice el CAP.


http://www.youtube.com/watch?v=mCbdS4hSa0s&feature=player_embedded#!


SrCualquiera


Yo ya conocí­a por propia experiencia los perjuicios de la educación institucional. El colegio sólo me enseñó a equivocar mis intereses. La refoma de la ley está muy bien, corregí­a teóricamente cada una de las deficiencias del sistema anterior. Yo creo en la Logse, pero no creo en la sociedad, no creo en la mediocridad, no creo que una sociedad mediocre pueda recoger excesivos frutos. Y no siempre los más nobles maestros son los mejores docentes. Yo aún no lo sé, pero ya me lo estoy oliendo, la falta de talento, el curriculum, la burocracia, los pedagogos. Estoy leyendo a Dewey y estoy encantado de la vida, aún sabiendo que toda arquitectura del ideal suele ser aplastada por nuestra imperfección. No digo que no haya buenos profes, esos ya estaban en el otro sistema y seguirán siendo buenos en este. Lo que ha introducido la reforma es la necesidad de talento, la exigencia de creatividad docente, porque sino, la ley aparece en lo concreto traducido en otra cosa. Y de hecho, la aplicación de la logse ha traido nefastas consecuencias. Para mí­, que nos queda mucho para solucionar esto de la educación, hacen falta profesores sabios, micrófonos dignos, polí­ticos justos, tendrí­a que cambiar mucho el rumbo social para que se notara en la educación. En dos dí­as no va a ser, y lo bueno es que puede ir a peor.

Dan

Cita de: Pepito Grillo en Octubre 16, 2010, 11:53:36 PM
Aqui esta la presentacion completa en la RSA, de donde sacaron la animacion que nos puso Felipe. ¿Quien dijo algo de PowerPoint? Lo habia ;D

Su puta madre.

Y no puedo dejar a Carson sin la noticia de que al ví­deo se le pueden aplicar subtí­tulos, tiene una pestaña debajo a tal fin.
Yo de inglés manejo un poco, pero tirar para cómo habla el colega es jodido.

japiniuyiar

#111

Bueno, el que tiene subtitulos es el segundo, el del TED. Ni el primero que puso Flip (Changing Educational Paradigms) ni este ultimo los tienen. Creo.

So sorry.


Lacenaire

Cita de: SrCualquiera en Octubre 17, 2010, 12:28:11 AM

Yo ya conocí­a por propia experiencia los perjuicios de la educación institucional. El colegio sólo me enseñó a equivocar mis intereses. La refoma de la ley está muy bien, corregí­a teóricamente cada una de las deficiencias del sistema anterior. Yo creo en la Logse, pero no creo en la sociedad, no creo en la mediocridad, no creo que una sociedad mediocre pueda recoger excesivos frutos. Y no siempre los más nobles maestros son los mejores docentes. Yo aún no lo sé, pero ya me lo estoy oliendo, la falta de talento, el curriculum, la burocracia, los pedagogos. Estoy leyendo a Dewey y estoy encantado de la vida, aún sabiendo que toda arquitectura del ideal suele ser aplastada por nuestra imperfección. No digo que no haya buenos profes, esos ya estaban en el otro sistema y seguirán siendo buenos en este. Lo que ha introducido la reforma es la necesidad de talento, la exigencia de creatividad docente, porque sino, la ley aparece en lo concreto traducido en otra cosa. Y de hecho, la aplicación de la logse ha traido nefastas consecuencias. Para mí­, que nos queda mucho para solucionar esto de la educación, hacen falta profesores sabios, micrófonos dignos, polí­ticos justos, tendrí­a que cambiar mucho el rumbo social para que se notara en la educación. En dos dí­as no va a ser, y lo bueno es que puede ir a peor.


Dewey, qué guay, una de las peidras angulares de la nueva pedagogí­a. Ésa en la que te cagas.

JM

Xavier Sala Marti hablando de la educación.

Hoy empezaremos con una conjetura: ¿cómo creen que funcionarí­an los supermercados si tuvieran que seguir las reglas de las escuelas públicas y concertadas de España? Para empezar, la gente pagarí­a sus impuestos para financiar el suministro de alimentos. A partir de ahí­, cada familia serí­a asignada a un determinado supermercado dependiendo de su residencia. A cambio, al llegar al supermercado cada dí­a, todas las familias recibirí­an una cesta “gratis” con una serie de productos (”gratis”, lógicamente, entre comillas porque en realidad “gratis” quiere decir que no paga el usuario sino el contribuyente. Pero de pagar, pagar, les aseguro que alguien paga).

Volviendo al tema de la cesta: ¿qué productos habrí­a en ella?

Pues eso dependerí­a de lo que los burócratas de turno decidieran desde algún ministerio de Madrid, alguna conselleria de Barcelona o algún comisariado de Bruselas. Esos burócratas pensarí­an que ellos saben mucho mejor que los padres lo que les conviene a los hijos.

Al no tener la libertad de elegir ni las verduras, ni las carnes, ni las cervezas, ni los champús, ni siquiera el centro donde querrí­amos comprar todo eso, la competencia entre supermercados desaparecerí­a. Eso harí­a que los directores de esos establecimientos no tuvieran incentivos para averiguar los gustos de sus clientes ni para asegurarse de que en las estanterí­as hay lo que la gente desea. Y es que los ingresos del director del centro no dependerí­an de la satisfacción de los clientes sino de la decisión del ministerio. En consecuencia, no tendrí­a ningún incentivo para hacer las cosas bien y, por lo tanto, la calidad del servicio en su supermercado serí­a deplorable.

Pero la cosa no acabarí­a aquí­ porque luego estarí­an los empleados que, siguiendo las reglas del modelo educativo actual, tendrí­an que ser funcionarios. Es decir, no podrí­an ser penalizados o expulsados de su puesto de trabajo si hicieran las cosas mal y tampoco podrí­an ser recompensados con aumentos salariales si hicieran las cosas bien. Su salario serí­a determinado, exclusivamente, por su antigí¼edad.

Lógicamente, al estar su remuneración totalmente desligada de su productividad, los trabajadores del supermercado no tendrí­an ningún incentivo para atender respetuosamente a los clientes, ni procurar que todas las estanterí­as estuvieran siempre abastecidas, ni limpiar o arreglar los desperfectos del local. ¡Ni siquiera querrí­an obedecer al director de su centro! De hecho, tendrí­an incentivos perversos para hacer las cosas mal porque a los empleados que, por vocación, sentido de responsabilidad o espí­ritu de sacrificio, hicieran su trabajo correctamente, el director les tendrí­a confianza y les pedirí­a que hiciesen trabajos extras como ir a reuniones de padres de clientes o atender a los clientes más difí­ciles.

No hace falta tener un doctorado en economí­a para ver que esos supermercados públicos o concertados sin competencia y con trabajadores funcionarios no darí­an la satisfacción mí­nima a sus clientes. Es por eso, porque sabemos que serí­a desastroso, que los supermercados son privados y, más importante todaví­a, es por eso que compiten libremente para capturar al mayor número de clientes posible. Y es esa competencia la que hace que haya un constante abastecimiento de los bienes que desean los consumidores al mejor precio posible: el supermercado que ofrezca los productos que la gente no quiere o que venda a precios extravagantes será castigado con la ruina. Es decir, perderá todos sus ingresos ya que todos sus clientes se irán al supermercado que ofrezca los productos adecuados a los más competitivos.

¿Por qué les explico todo esto? Pues porqué el otro dí­a me quedé de piedra al oí­r al candidato socialista a la presidencia del Gobierno español, don Alfredo Pérez Rubalcaba, decir que la solución a los problemas educativos de España era la implementación de un MIR para los estudiantes que se gradúan de las escuelas de magisterio. Con ello Rubalcaba no se referí­a a enviar a los malos estudiantes a la estación espacial soviética sino a que hicieran un examen parecido al que hacen los médicos en España. Aunque, por analogí­a, esa propuesta pudiera parecer interesante, la verdad es que responde a un mal diagnóstico de la situación. El problema de la educación española no es (sólo) que los licenciados de magisterio no están suficientemente cualificados (cosa que se verí­a con un examen como el MIR), sino que no existen los incentivos necesarios para que los profesores hagan bien su trabajo: ni se puede premiar a los buenos, ni castigar a los malos, ni los directores de centro tienen incentivos a mejorar la educación de sus centros, ni existe la competencia necesaria para inducir a todos a mejorar su rendimiento del mismo modo que la competencia hace que los supermercados funcionen.

Es curioso. En España no se incentiva que la educación sea de calidad pero sí­ que se asegura que, a través de la competencia, la producción y distribución de pepinos en los supermercados sea lo más eficaz y eficiente posible. ¿Por qué?, se preguntarí­a Mourinho. Una posible explicación serí­a que a los lobbies sindicales de profesores ya les va bien tener trabajo asegurado con una remuneración que no esté condicionada a que desempeñen su labor exitosamente… aunque eso conlleve un sistema educativo mediocre. Otra explicación es que, para los polí­ticos que han diseñado el sistema, los pepinos son más importantes que la educación. Una tercera posibilidad es que, en realidad, a ellos la educación les importa un pepino.
In God we trust (sometimes, some pictures: http://www.areopago.eu/index.php?topic=888.msg574445#msg574445 )... (C) Extineo

sólo se hace a autorizado

Xavier Sala Marti hablando de la educación.

A los economistas del siglo XXI les encanta poner como ejemplo a los regí­menes socialistas desaparecidos o remanentes para ejemplarizar sus asertos.
Pues dos tazas:
El sí­mil del supermercado con las condiciones de contorno de la escuela pública tipo es una bosta pinchada en un palo porqué, oh amigos, ese simil se ha experimentado con millones de habitantes en este planeta con el siguiente simple resultado:

Los supermercados de regí­menes socialistas eran y son tan ineficientes y aciagos para su usuario (que no consumidor, pues no hay libertad de consumo) como eran (y son, v.g. Cuba) excelentes para los criterios internacionales vigentes los resultados de sus escuelas públicas que tanto hoy echan de menos en los paí­ses del este que suman en la UE.

Anda y que se vaya a tomar por culo con sus reflexiones de palillo boquero.

Lo siguiente ¿qué será?:
¿El Ejercito debe regirse por el principio de la máxima eficiencia empresarial, por ejemplo, deslocalizando su producción y pasándose en masa al enemigo, que se ve que va a vencer?.
¿Mi empresa, suministrador único de la Armada Española, pasa a un régimen de libre competencia (en vez de uno de monopolio con los consiguientes controles para no converir esto en un sindios), para dos años después tener que cerrar el chiringuito y que le den por saco a la indusria asociada?, ¿lo va a hacer EEUU, cuna del liberalismo con Boeing y Raytheon, General Dynamics-Electric Boat y Lockeed Martin para dar paso a los beneficios de la globalización?.

Agarkala

Yo votarí­a por el leasing militar. Subcontratación. Externalización.

sólo se hace a autorizado

Cita de: Agarkala en Julio 20, 2011, 09:35:16 PM
Yo votarí­a por el leasing militar. Subcontratación. Externalización.

Piensa en el final del Imperio Romano Occidental y vuelve a decir porque votarí­as. Sopena de que lo que quieras es que corra la sangre de todos tus fascistas convencinos o la independencia de Catolonia o dios sabe qué.

Nadie

Me acabo de bajar una recopilación de apuntes de selectividad del emule, y dentro del .rar estaba el Libro de cocina del Anarquista. Para que luego digan de los niños de ahora.


Dan